Apenas recibió el llamado de su madre SoMin corrió al hospital empujando la silla de su esposo quien se sostenía fuerte para no caer. A su lado corría el pequeño JungKook, su hijo.
-¡Mamá!- hablaba casi sin aliento, al llegar al hospital.
-Está con los doctores, al parecer inhaló demasiado humo tóxico, ella...- Antes de terminar la frase la mujer rompió en llanto, su hija estaba ahí dentro debatiéndose entre la vida y la muerte, mientras ella se culpaba de haberla puesto en aquel colegio.
-Ella es fuerte mamá, nuestra JiWoo estará bien- SoMin intentaba darle aliento a su madre, pero las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro inagotablemente.
Gong Yoo se encontraba sentado fuera de la sala de urgencias incapaz de poder acercarse a los padres de los muchachos que casi habían perdido la vida en aquel incendio. Tenía un ojo morado e hinchado producto del gran golpe que le había dado Matthew. -Me lo merezco- pensaba en su interior, si tan solo hubiese escuchado al chico, talvez no estaría sucediendo todo ese desastre.
-Los responsables de Matthew Kim- una enfermera algo robusta con una voz de macho salía a llamar.
Un alto señor con contextura gruesa se paraba a la velocidad de un rayo atendiendo a la llamada de la enfermera. Llevaba de la mano a una diminuta niña. Eran el padre y hermanita de Matthew.
-Señor Kim, su hijo está estable, al parecer el humo no afectó seriamente su organismo, sólo fue una leve intoxicación, en un par de horas despertará y podrá verlo- terminado de decir eso la mujer se perdió en el pasillo.
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Después de rescatar los cuerpos que yacían desmayados dentro del edificio, los bomberos lograron apagar las llamas. Al ser ya casi las vacaciones de invierno la dirección decidió despachar a los alumnos ese mismo día, de esa manera podrían encargarse de los daños ocasionados por el fuego, y claramente de encontrar a quien lo había ocasionado.
TaeYeon continuaba mensajeándose con Hongbin mientras esperaban a saber algo de sus amigos. La pelinegra había suspendido su viaje a París para quedarse junto a JiWoo, mientras que el chico debía salir del país por unos días.
Hara había tomado la opción de pasar aquellas vacaciones tan lejos como podía permitírselo, ni con WonHoo había cruzado palabras después del bochorno vivido ese día, ella sólo quería desaparecer, había dos chicos en el hospital de los cuales no tenía noticias y todo por su irresponsable acto.
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Matthew comenzaba a abrir los ojos de a poco, aún sentía que le daba vueltas la cabeza, alzó la vista y vio un blanco techo sobre él acompañado de ese peculiar olor a hospital, se sentía derrotado y sin fuerzas. A su costado estaba su padre quien lo miraba preocupado, y tomando las varandillas de la cama se encontraba su pequeña hermanita Jabi.
-Debes mantener reposo Matthew- Decía la robusta enfermera quien ingresaba a la habitación.
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Su cuerpo se sentía ligero, no estaba cansada, vagamente recordaba cómo había llegado a aquel lugar que a kilómetros notaba ser un hospital, se levantó de un salto de su cama, estaba descalza y no le importaba. Apenas se puso en pie comenzó a recordar el extraño incendio en el que había quedado atrapada aquella tarde, se rascó la cabeza pensando en el lío que iba a meterse si la volvían a culpar de un incidente así. No recordaba cómo había escapado del lugar, pero al parecer no había sido grave, pues se sentía como una lechuga, sin esperar a que ningún doctor le diera la autorización de alta JiWoo abandonó la habitación, pues le daban terror los hospitales.
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-Debes tranquilizarte cariño, ella estará bien- como podía TaeHyung trataba de consolar a su esposa quien derramaba baldes de lágrimas. El pequeño JungKook miraba a su madre algo desconcertado, tenía tan sólo siete años y había compartido muy poco con quien era su tía.
-Pequeño, ve por una botella de agua para tu madre- decía el padre a su hijo.
-Sí papi- asintió y corrió a la máquina expendedora.
El pequeñito corrió por el agua, pero tropezó con uno de sus cordones desabrochados cayendo de panza al suelo, al levantar la vista se encontró justo con unos zapatitos de charol y unos ojitos cafés que le miraban divertidos.
-¿Estás bien?- una pequeña de unos cinco años le daba su mano para levantarlo del suelo.
-Gracias- respondió el pequeñito mientras limpiaba el polvo de sus rodillas -Soy JungKook- dijo algo avergonzado.
-Soy Jabi- sonrió la niña.
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El señor Kim había enviado a su pequeña hija por dulces para que no estuviese presente al momento de soltarle a Matthew el sermón que tenía preparado para él.
-¿Qué rayos hacías ahí? ¿Querías acabar con tu vida? Te doy la mejor educación y a cambio me pagas con incendiar el colegio, siempre has sido un malcriado Matthew.- El señor Kim siempre había sido un hombre serio, muy ocupado con sus empresas, jamás había compartido un juego con su hijo. Había quedado viudo hace seis años, desde entonces su relación con Matthew había ido en decadencia, y el chico mas le había odiado al saber que a menos de un año de la muerte de su madre su padre había contraído matrimonio con la secretaria. Lo único bueno de esa relación había sido su pequeña hermanita Jabi.
Matthew ignoraba a su padre mientras se perdía en sus pensamientos, comenzaba de a poco a recordar el porqué se encontraba allí, entonces una hermosa pelirosa se atravesó por su mente.
-JIWOO!- gritó el alto y de un golpe se bajó de la cama dejando aun lado la mascarilla de oxígeno, ignorando aquel maltratado tobillo que aún dolía.
-¿DÓNDE ESTÁ ELLA?- y de nuevo volvía aquella desesperación, recordaba haberla visto tendida en el suelo antes de perder el conocimiento, comenzaba a ponerse un poco de ropa y sus zapatillas para salir a toda prisa del lugar. Su padre le miraba desconcertado sin entender que sucedía con su hijo.
*
JiWoo continuaba caminando descalza por los pasillos del hospital tratando de encontrar la salida. Al atravesar por una de las puertas se encontró con SoMin y su madre quienes hablaban con un canoso doctor, la escena le parecía algo extraña, no entendía porqué su hermana lloraba con desesperación mientras que a su madre parecía que le faltase el aire. ¿quizás había sucedido algo con JungKook? Pero no, a pocos metros de distancia se encontraba el pequeño junto a su padre.
JiWoo quiso correr para saber que estaba pasando con ellas, pero una gran silueta atrajo su atención. Era él. Era Matthew. El chico caminaba algo perdido y medio balanceándose por el pasillo, JiWoo le siguió en seguida, aún estaba enojada con él por lo sucedido con Hara, pero aún así estaba agradecida de verle.
-JiWoo ¿Dónde estás?- hablaba casi en susurros su poste mientras continuaba avanzando y tras él un alto hombre de unos cincuenta años le seguía.
-ERES UN IDIOTA MATTHEW, AQUÍ ESTOY PEDAZO DE IMBÉCIL- JiWoo gritó al chico, pero este la ignoró.
-QUÉ PASA CONTIGO, SOY YO LA QUE DEBERÍA IGNORARTE- continuaba la chica. Pero él la seguía ignorando.
Al ver a SoMin desde lejos Matthew la reconoció, entonces se acercó a ella diciendo:
-SoMin, por favor dime que ella está bien- un desesperado Matthew esperaba encontrar respuestas en aquella delgada chica que no dejaba de sollozar.
-Matthew... ella... ella... - la chica apenas podía contenerse.
-Los doctores dicen que inhalo demasiadas toxinas- Mientras lagrimas caían por sus mejillas.
-TOXINAS NI NADA, ESTOY AQUÍ!- JiWoo continuaba parada al lado del alto sin entender la escena que estaba presenciando.
-Ella estará bien SoMin, seguramente querrá verme cuando despierte, iré a su habitación ¿dime cuál es su habitación? ... debo apresurarme, por favor SoMin- el chico trataba de sonar positivo, pero su voz se quebraba de a poco mientras sus ojos comenzaban a inundarse de lágrimas.
Antes de que siguiera hablando fue interrumpido por la chica quien aún entre llantos le dijo; -Matthew... ella está en coma-.