Melisa.
–Harry –aquel nombre salió de mis labios como un suspiro, como si fuera la clave para que mi cuerpo pudiese sobrevivir a cualquier dolor, por ahora.
–Oye, cuando quieras llamar solo hazlo, ¿está bien? –me causa un escalofrió el solo escucharlo respirar por la bocina.
–No quería interrumpir, si es que estabas ocupado.
–Melisa –no me cansare jamás de escuchar mi nombre salir de sus labios –Y aunque lo estuviera, hay tiempo para todo.
–Sí, perdona.
Escucho una risa profunda que proviene de él, mis labios se aprietan en mis dientes y Carolina tiene su oreja pegada también a la bocina de mi celular, ella gira a verme como diciéndome "¿De qué se ríe?", pero yo solo hago un leve movimiento con la cabeza en forma de un "Ni idea".
– ¿Por qué te estás disculpando? –encuentro un poco de humor en su tono.
–Bueno... porque... –mi lengua se traba, realmente no es una disculpa, es como un "No vuelve a pasar" o un "Esta bien".
–Melisa... Melisa... –arrastra mi nombre en sus labios –Eres una niña muy buena –su voz áspera vuelve a recuperar su profundidad.
–Tengo 15 años, ¿qué esperabas?, ¿una estrella pornog...? –me corta.
– ¡Esa boca! –de nuevo me reprende, Carolina se aleja del móvil para verme y susurra "¿Qué mierda?", pero la ignoro y me pongo aun más nerviosa.
–Lo... lo siento –frunzo mis labios, ¿me estoy disculpando por tratar de decir "Estrella pornográfica"?
– ¿Tienes 15 años? –cambia de tema y no le encuentro sabor a su tono, es una pregunta seria.
–Si.
–Wow –expresa sin ninguna emoción, es más como un "Muy joven" – ¿Cuándo cumples los dieciséis? –cuestiona y puedo sentir e imaginar que esta sonriendo del otro lado del móvil.
–Febrero 11 –susurro.
– ¿Febrero 11? –esta vez su pregunta está llena de sorpresa, algo así como "¡No puedo creer esta mierda!".
–Así es.
–Melisa –dice mi nombre nuevamente y siento que lo pronuncio igual que ayer, inseguro y angustiado – ¿Sabes quién soy yo, verdad? –es una pregunta con muchas respuestas y tengo que escoger la indicada si es que quiero seguir con esto, aunque realmente no hay nada.
–Sí, eres Harry Styles, ¿no es así? –muerdo mi mejilla por dentro.
–Supongo también que sabes todo de mí.
–No –respondo con la mentira más grande del universo, el infierno está preparando un lugar especial para mí –Solo se tu nombre y que estas en una banda con ocho chicos –miento nuevamente para que no se sienta en una entrevista y sepa que soy su fanática o algo por el estilo, Carolina me apunta con su dedo índice susurrándome "¡Malita mentirosa!".
–No –escucho una carcajada sonora salir de su ronco pecho –Son otros cuatro y yo –lo siento relajarse –Pensé que sabias absolutamente todo de mi –juro que está levantando una ceja, lo juro.
–Pues, no es que no quisiera –«mentirosa», mi mente me susurra –Solo que tengo cosas más importantes que hacer que buscar la biografía de un integrante de una banda pop en Google.
–Vaya, ¿una chica ocupada? –más que pregunta, es una afirmación.
–Algo así –sonrió mientras me muerdo el labio, mi prima me observa con su mirada acusadora, sé que cuando cuelgue me va a preguntar que fue todo este cuento.
–Eso me parece perfecto –es como si eso fuera lo que él quería escuchar, y entonces Caro susurra un poco fuerte "¡Invítalo a salir, Melisa!", yo abro los ojos y me llevo el dedo índice a los labios para indicarle que se calle.
– ¿Hay alguien contigo? –suena angustiado, como si pensara que lo estuviera exponiendo ante todo el mundo.
– ¡No!, no hay nadie conmigo –miro a Carolina como la culpable que es –Es solo que hay gente en la casa, y bueno, hay mucho escándalo.
–Oh –ahora su voz sale más tranquila –Si, entiendo.
–Harry... –alargo.
– ¿Si?
–Uhm... –mi lengua está sangrando por lo fuerte que la estoy mordiendo –Puedo... –lucho con mi alma para decirle.
– ¿Tu puedes...? –me incita a seguir.
– ¿Puedo invitarte a salir hoy? –cierro los ojos, no quiero ver, aunque es estúpido porque voy a escuchar.
–Es la primera vez que una dama me invita a salir.
–Bueno, tenía que ser yo –abro mis ojos lentamente, como no queriendo, y cuando los abro tengo a Carolina a tres centímetro de mi cara aguantándose las ganas de gritar.
–Si, al parecer –me sigue el juego y es lo que más me preocupa.
–Bueno, ¿entonces...? –necesito una respuesta antes de morirme.
–Claro, sería agradable.
Mi espalda se deja caer al colchón y Carolina salta en la cama como si hubiese escuchado la respuesta de Harry, cierro los ojos con alivio.
– ¿Pasaras por mi? –pregunta imitando una voz femenina.
–No, no eres demasiado guapo como para hacerlo –«Melisa, si sigues con estas mentiras no vas a llegar a ningún lugar», y mi mente tiene razón, creo que estoy mintiéndole mucho.
– ¡Vaya! –exclama con sorpresa –Eres una chica difícil.
–Tengo mis gustos.
–Lo puedo ver, eso me agrada –es como si él me estuviera aprobando – ¿Quieres pasarme la dirección de tu casa?
No puedo mentir aquí, tarde o temprano se dará cuenta que esta no es mi casa, porque cuando vuelva a la mía ¿qué le diré?, ¿"voy a irme de vacaciones casi todo el año para venir acá un mes"?. Tengo que decirle la verdad.
–Realmente yo no vivo aquí.
– ¿No?
–Vine de vacaciones, estoy quedándome en casa de mi tía.
–Sabía que no eras de aquí.
– ¿Cómo?
–Tu acento, tu cabello, tu piel, no eres como las personas que viven aquí, Melisa –me relajo mientras cierro mis ojos.
–Si, creo que es verdad, te pasare la dirección de la casa por mensaje, no me la sé y no quiero equivocarme.
–Claro, no hay problema, yo esperare tu mensaje.
–Bien, ¿a qué hora tu... uhm... a qué hora...? –ni siquiera puedo formular la pregunta.
–Pasare por ti a las ocho y media, ¿te parece bien?
–Si –él siempre sabe lo que quiero preguntar –Esa hora me agrada.
–Bien, Melisa –su tono cortes vuelve –Hasta las ocho y media de la noche nos volvemos a ver.
–Claro, adiós.
–Adiós, Melisa –cuelgo y veo en mi pantalla como termina la llamada.
(...)
Me he comprado un vestido a color blanco y ni siquiera estoy segura si vendrá, quiero decir, ¿cómo él va a prestarse a estas tonterías con una niña de 15 años?, es estúpido e ilógico.
Son las ocho con 26 minutos y estoy sentada en el sofá de la sala, tengo mis nuevas zapatillas puestas, mi nuevo vestido blanco y el pequeño bolso que me prestó Carolina. Los adultos se han ido a "Divertirse", piensan que yo iré con Caro y que Caro estará conmigo saliendo a una pequeña reunión con sus amigas. ¿Cómo pueden creernos a nosotras?
(...)
Mis zapatillas están a un lado de mis pies descalzos, mi rímel creo que lo tengo por todo el rostro. Son casi las 10 de la noche. Él no ha llegado... él no va a llegar.
Narrador omnisciente.
– ¿Te gusta? –susurra la hermosa y atractiva chica al joven que esta en estado de ebriedad.
–Si...
– ¿Te gustan las chicas como yo?
–Si... –arrastra sus palabras.
–A mí me gustan los chicos como tú, Harry.
La chica se pega al cuerpo de él, Harry mantiene sus brazos extendidos en la barra pegajosa donde sirven los licores y deja que la chica lo toque. Ella eleva su rostro y con su mano derecha le toma el mentón, sus labios van directos a los labios de él, él la mira, ella lo mira.
Harry le da el acceso a sus labios y a su cuerpo, ella lo acepta.
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Nota: gracias por leer, les mando un beso a todas. No olviden votar después de leer, por favor, que tengan un bonito día. x