Capítulo 12:

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Melisa.


– ¿Pasa algo aquí? –la altura intimidante de Harry hizo que el tipo que me tenía sujeta del brazo me soltara.

–No, nada, hombre –se ríe para relajaran las cosas, pero puedo ver la mandíbula tensa de Harry apretarse.

–Ella viene conmigo, no quiero problemas –su voz es sería, como la de un adulto.

–Si, por supuesto.


Como yo soy una cobarde, estoy detrás de Harry mirando al otro chico con burla. Vaya susto que le han metido, tengo ganas de reírme por la cara que tiene, parece que se cago del miedo, pero es que bueno, Harry es un chico muy alto y su voz lo hace un poco desafiante, aunque después que lo conoces te das cuenta de que es un maricón.


–Vamos, Melisa –Harry toma mi muñeca y camina.


Trato de mantenerle el paso, pero él camina muy rápido. Llegamos hasta una enrome barda de concreto, me suelta la muñeca y cae bruscamente a mi costado, se recarga en de la barda y yo lo miro con los labios torcidos.


–Harr... –interrumpe.

– ¿Qué mierda creías que hacías poniéndote de frente con un maldito tipo que ni conoces?, ¡pudo haberte golpeado, Melisa!, ¡por Dios! –levanta la voz con cada palabra dicha.

–Oye, oye –levanto las manos –Yo no vine a buscarme a un cabrón para pelear, él solo se me acerco y quería... –me interrumpe.

–Ya, está bien –me mira molesto.

–Y además, ¿tu qué haces aquí, eh?

–Es algo que no te importa –habla cortante.

–Ah, bueno –me giro para caminar.

– ¿A dónde crees que vas?

–No soporto a los idiotas como tú –sigo caminando, pero me toma con sus dos enormes manos los brazos y me hace mirarlo.

– ¿Cuántas veces más tengo que decirte que cuides lo que dices?

–Deja de tratarme como su fuera tu hermana, porque no lo soy.

–Pues eso me queda claro –se burla y me suelta de los brazos –Los hermanos no se besan.

– ¡Nosotros no nos besamos!

–Tienes razón, tú eres la que me besasaste.

– ¡Jodete!

– ¡Melisa!

– ¡Ya cállate!


Él levanta una ceja, me mira desafiándome a que diga otra palabra y me estoy mordiendo la lengua, pero no le daré la satisfacción. Después aparece una sonrisa burlona en su rostro y aumenta mis ganas de patearle el culo.


–Eres tan... –arrastra las palabras en sus labios.

– ¿Tan qué, Harry? –ni siquiera había notado lo guapo que se ve el día de hoy, tiene unos pantalones color negro muy apretados con una camisa blanca, una chaqueta de mezclilla clara desabotonada y el cabello desarreglado.

–Nada, Melisa, olvídalo –esconde sus manos en las bolsas de su pantalón.

–Para ser hombre usas los pantalones muy apretados –frunzo los labios.

–Bueno, es lo que le gustan a las chicas–se encoge de hombros.

– ¿Las chicas piden huevos revueltos? –escupo y me rió a carcajadas.

–Mierda, Melisa –se exalta –Alguien debería de callar tu jodida boca.

–Deberías intentarlo –lo toma por sorpresa.

–Oh, no, nena –se me eriza la piel el solo escucharlo –Yo no soy alguien bueno para callarla.

– ¿Por qué no?

–Bueno, porque yo... 


Miramos hacia los lados cuando la gente comienza a gritar y a correr como loca, inmediatamente Harry y yo tratamos de descifrar que es lo qué pasa. El corazón comienza latirme rápido, no me gusta mucho lo que estoy viendo.


– ¡Mierda!

– ¿Qué está pasando, Harry? –lo miro con angustia.

–Tenemos que irnos.

– ¿Qué?, no, yo no puedo irme, vengo con... –me corta.

–La policía está aquí, tenemos que irnos –dice alarmado – ¡Corre, Melisa, corre!


Comienza a correr y me quedo quieta unos segundos para luego reaccionar, corro detrás de él, no tengo otra opción, pero él corre demasiado rápido y mi cuerpo no está exactamente acostumbrado a eso. El aire se me va de los pulmones tan rápido, siento que he corrido unas veinte millas, pero no es nada, la garganta me arde, trato de tomar aire, pero mis fosas nasales se sienten resecas y mis labios piden ayuda. Poco a poco dejo de seguirle el paso a Harry.


– ¡Melisa! –él se da cuenta cuando mira a su lado – ¡Vamos! –me grita.

–No... –trato de decir –No puedo... más.

–Por Dios, vamos, muévete, nena –él toma mi mano y corre nuevamente, literalmente me está arrastrando, siento la punta de mis converse raspar el pavimento, siento también que mi hombro se va a dislocar y Harry se va a llevar mi brazo entero.

– ¡No puedo, detente! –trato de soltarme de su agarre y lo logro, la sangre me sube por las narices, no puedo respirar.

– ¡Vamos, puedes hacer esto!

– ¡Ya no puedo más, mírame, voy a vomitar!


Me siento en el pavimento y estiro mis piernas, trato de encontrar mi estabilidad, pero no puedo, levanto la mirada y él está mirando a todas partes con pánico, la gente sigue corriendo a nuestros lados, yo cierro los ojos y quiero llorar de la impotencia.


–Espérame aquí, enseguida vuelvo –se va corriendo hacia atrás.

– ¡No, espera! –le grito con lo que me queda de fuerza.


Seguro que me deja aquí, es tan hijo de puta que lo creo capaz.

Trato de levantarme y lo logro a duras penas, las piernas me tiemblan y todo se mueve tan raro. Camino hacia al frente tratando de localizar a Carolina, sigo caminando y tengo unas inmensas ganas de llorar, el pecho me sube y me baja con lentitud, pero mi corazón es una bomba, voy a ir a la cárcel, todo salió mal, por eso no quería venir a este lugar.


– ¡Sube! –escucho que alguien me grita desde atrás.














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Nota: gracias por leer, les mando un beso a todas. No olviden votar después de leer, por favor, que tengan un bonito día. x

Por ti siempre voy a esperar ; Harry Styles.Where stories live. Discover now