Capítulo 05:

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Melisa.


«¡Mierda!»

Abro mis ojos con sorpresa y hago la silla hacia delante, un hombre de tercera edad pasa su mano sobre su rodilla tratando de calmar el dolor del golpe que le acabo de propinar.


– ¡Discúlpeme! –digo acercándome a él – ¡Por favor, discúlpeme! –tengo tanta vergüenza que se me va a caer la cara.

–No pasa nada, cariño –responde muy educadamente.

– ¿Le duele mucho? 

–No, está bien –sonríe.

–Lo siento... de verdad.

–Está bien, no te preocupes –me da unos golpecitos en el hombro y continua su caminata.


Vaya, por casi nada me veía atrás de las rejas por golpear a un hombre de la tercera edad.

Camino igualmente al bufet, hay mucha comida y tan poco espacio para comerla toda. Me acerco a tomar un plato y después paso por los pasillos para ver, toda se ve muy rica, lo malo es que los pasillos están un poquito pegados, debo tener mucho cuidado aquí, cualquier movimiento y le tumbo el plato ha alguien. Sigo caminando al fondo, porque como dicen: "Lo mejor viene al último".

Estando ahí me sirvo una clase de pollo con salsa agridulce, no tengo idea como se llama exactamente el platillo. Me giro con mi plato bien servido, para ser pequeña como mucho, no me extrañaría que terminara como una bola de demolición al final del viaje.


– ¡No! –grito con fuerza cuando mi plato choca con otro plato.


La comida se tira al suelo, incluso con ambos platos, no puedo ver nada más que la comida tirada, los dos platos y mis botas embarradas de todo eso.


–Vaya, Melisa –una voz me retumba los oídos y mi vista sube más rápido que un rayo –Al parecer tu destino es que te tumbe todo lo que tengas en las manos –una sonrisa aparece en sus labios, está dándome una convulsión o creo que tiemblo.

– ¿Se encuentran bien, señores? –nos habla un mesero mirando el desorden, pero yo solo puedo mirarlo a él.

–Sí, no se preocupe –él le contesta inmediatamente –Se me han caído los platos a mí y... –se encoge de hombros, me mira y sonríe mientras ríe discretamente –Bueno, fue un accidente.

–No se preocupe, señor, en seguida lo limpian –asegura el mesero haciendo una seña con su mano levantada.

– ¡Mira eso! –dice Harry mirándome los pies – ¡He arruinado tus fantásticas botas! –su rostro se muestra colorado, más que en cualquier parte esta rojo de sus mejillas.

– ¿Eh? –balbuceo, no he escuchado nada de lo que ha dicho, solo puedo mirar su rostro, es tan hermoso.

–Tus botas, Melisa –apunta hacia abajo –Están llenas de comida –suena más preocupado que mi padre diciéndome las medidas de seguridad que debo de tomar para ir a las fiestas y no me roben el "tesorito", como él se expresa de mi virginidad.

–Ah, sí –miro por unos segundos hacia abajo para después mirarlo de nuevo a él.

–Tu blusa –apunta a mi estomago –Tiene salsa agridulce –abre los ojos de manera que pienso que se saldrán, estoy preparándome para tomarlos y huir con ellos.

Por ti siempre voy a esperar ; Harry Styles.Where stories live. Discover now