-¿qué haces Candy?- preguntó su nana entrando a la habitación- ¿por qué tanto desastre?- preguntó cuando vio la ropa en el piso.
-no sé que usar- suspiró.
-sólo es una comida, no es nada del otro mundo- le dijo cuando se sentó en la cama.
-ya sé, pero es innevitable estar nerviosa, he usado su teatro, Terry consiguió clases con la hija de la amiga de su mamá y mi papá habló con el suyo, ¿cómo no voy a estar nerviosa si pasó todo eso sin conocerme?-
-si tu amigo hizo eso fue por algo, tranquila- habló su nana- usa un vestido, ese- señaló es que estaba sobre una esquina de la cama- el azul-
-¿no es muy informal?-
-no, es perfecto, pero debes apurarte si no quieres que se te haga tarde- le advirtió levantándose y caminando para salir- tú vas a recoger todo esto-
-sí nana-
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Candy estaba sentada en la sala, su padre todavía no bajaba y su madre estaba poniendo lo últimos detalles al comedor. Había elegido usar el vestido que su nana le dijo, con unos zapatos de tacón bajo, su cabello lo había dejado suelto, pero usando una diadema. Se maquilló un poco más que cualquier día en la escuela.
El timbre la sacó de sus pensamientos y corrió a la puerta para abrir. Terry y sus padres estaban ahí, su padre estaba serio y su madre sonreía.
-pero si la tarzán pecosa sabe arreglarse para verse bien- habló Terry cuando la vio- me sorprendiste-
-¡Terry, discúlpate!- lo regañó su madre.
-lo siento tarzán- hizo una pequeña reverencia riendo.
-¡Richard, dile algo a tu hijo!-
-no se preocupe señora, estoy acostumbrada- le explicó Candy- pasen- les dio el paso.
-esos no son mameras de tratar a una mujer-dijo el padre de Terry- discúlpate bien-
-perdón pecosa-
-Terry- le reprendió otra vez su madre.
-buena tardes- dijo la madre de Candy llegando- Soy Catherine White, la madre de Candy- saludó a cada uno de ahí.
-Richard Grandchester- se presentó- ella es mi esposa Eleanor y mi hijo Terry-
-mucho gusto- contestaron las dos.
-así que tu eres el chicl del que tanto habla Candy- dijo la madre de Candy sonriendo- me alegra conocerte-
-el gusto es mío señora-
-mi esposo no tardará en bajar, tuvo un problema en la oficina y llegó más tarde- explicó Catherine- y mi hermano también se nos unirá más tarde-
-pasen a la sala- le dijo- Candy, ¿por qué no hablas?- preguntó su madre.
-se acabará el mundo, Candy por fin dejó de hablar- murmuró Terry cerca de Candy. Ella volteó hacia él y le dio una patada. Los adultos voltearon al escuchar el grito de dolor de Terry.
-¡Candy!- exclamó molesta su madre- ¿qué hiciste?-
-nada- contestó.
-me diste una patada- dijo Terry.
-tú empezaste-
-no es cierto, fuiste tú-
-tú te burlaste desde que llegaste-
Los tres adultos se quedaron mirando la discusión entre los dos, ninguno fue capaz de callarlos.
-¿si serán amigos?- preguntó Richard.
-estaba segura que sí, pero ahora ya no- dijo Eleanor.
-vayamos a la sala- dijo Catherine.
Poco después llegó el padre de Candy, presentándose como William White. Le extrañó no ver a su hija ni al hijo de sus invitados, pero ellos le explicaron que se habían ido al jardín.
Hablaron sobre trabajo, la mudanza de los Grandchester, si les gustaba la ciudad y la extraña amistad de sus hijos. Eleanor les platicó lo sorprendida que estaba con el cambio de actitud de su hijo desde que había ingresado al colegio, también les preguntó a los White si estaban enterados sobre que Candy estuvo asistiendo a clases de baile, ellos habían contestado que sí, pero se sorprendieron al saber que fue gracias a Terry.
-¡Terry!- escucharon el grito de Candy- ¡baja a Clint, está asustado!-
Los señores salieron al jardín para ver como Terry estaba en una de las ramas de un árbol, Clint estaba en sus piernas.
-¡subiré yo!- volvió a gritar ella.
Vieron como Terry descendía con Clint en una mano y Candy corrió a quitárselo.
-lo siento, Terry normalmente es educado, no entiendo porque se comporta así- le dijo Richard a William.
-Candy siempre ha sido traviesa, también le debo una disculpa- dijo William- por la patada y ese golpe- Candy había golpeado a Terry por molestar a su gato- será mejor ir adentro, tal vez ya esté la comida-
-sí, vamos-
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-está bien, Clint me quiere- dijo Terry- no le pasó nada-
-él no te quiere-
-entonces, ¿por qué ronronea conmigo?-
-porque... porque-
-los gatos ronronean cuando están seguros, él se siente bien con nosotros- pero al escuchar lo que dijo se sonrojó y cambió de idea- conmigo, se siemte seguro conmigo-
-no puedes hacer eso, su pudo caer-
-pero no lo hizo-
-¡Candy!- gritó su nana desde la puerta de la cocina.
-vamos, antes de que vuele- dijo Terry cuando vieron como movía los abrazos.
-Terry- dijo molesta Candy- respeta-
-bien-
Caminaron callados hacia la casa, Clint lo seguía atrás. Ellos esperaban que no tuvieran problemas, habían dejado a sus padres solos.
-los están esperando, vayan a sentarse al comedor- dijo la nana- Doroty llevará los platos- ellos asintieron y fueron donde ella les había indicado.
-¿dónde estaban?- preguntó Albert al verlo llegar, él estaba sentado junto a su hermana- ¿otra vez haciendo desastres?-
-no Albert, nada de eso- dijo Terry sentándose junto a su madre. Candy se sentó junto a su tío y frente a Terry.
-sus padres no piensan igual- dijo Albert riendo- al parecer no pueden dejar su discusiones, para que ser amigos si ya se han saltado a la etapa del matrimonio-
-¡Albert!- dijeron Candy y su madre al mismo tiempo haciendo que los demás de la mesa rieran.
-está bien, nada de bromas- rió derrotado.
-señorita Candy, por fin tenemos el gusto de poder hablar con usted- habló el papá de Terry.
-lo siento señor- dijo Candy apenada- no me presenté y los dejé- hizo una pausa- pero llámeme sólo Candy-
-no te preocupes Candy, entendemos tu acciones, a veces Terry es algo insoportable- dijo Eleanor.
-gracias mamá- ironizó Terry.
-¿cómo se conocieron?- preguntó William.
-era el tercer día desde que yo había llegado a la escuela, estaba caminando por los jardines de la escuela- explicó Terry.
-no lo digas- murmuró Candy.
-¿por qué no?- preguntó su madre.
-cuando encontré un lugar que me gustó me senté- rió- me quedé dormido a un lado de un árbol, pero desperté pronto porque algunas pequeñas ramas cayeron sobre mí- hizo una pausa para recuperar aire- cuando me levanté a ver que era, vi a una chica en la ramas tratando de agarrar una ardilla, pero algo pasó porque perdió el equilibrio, pude sostenerla antes de que cayera y ahí fue como conocí a Candy-
-¿te sigues subiendo a los árboles de tu escuela?- preguntó algo molesto su padre- ¿no aprendiste cuando te rompiste el brazo?-
-había comprado nueces y cacahuetes para ella, ahí no tiene para comer- se excusó rápido.
-te prohibieron subirte- me recordó su madre.
-los profesores no van a esa colina-
-¿por qué no puedes subirm a los árboles?- preguntó Richard algo confundido.
-caí sobre un profesor- contestó Candy sonrojada.
Lo que se escuchaba a partir de su respuesta fueron las carcajadas de Terry y Albert, y los "me lo van a pagar" por parte de Candy.
La comida fue servida y conforme avanzaba el tiempo, se habla de la mudanza de los Grandchester, el colegio donde asistían sus hijos y planearon otra reunión, al fin y al cabo eran vecinos.
-fue un gusto conocerlos, pero Eleanor de ir al teatro- dijo Richard en la puerta, se estaban despiediendo.
-el gusto fue nuestro- contestó William- nos vemos en el club Richard-
-claro-
-nos dio gusto conocerte Candy- habló Eleanor- eres una chica encantadora-
-igualmente- contestó ella.
-Terry, despidete- le dijo Richard.
-no, ustedes vayan, yo hablaré algo con Candy- los adultos lo vieron sorprendidos, pero no dijeron nada.
Después de muchas despedidas e invitaciones para ir al teatro, de compras o verse en el club donde asistían ambas familias, se fueron dejando solos a los chicos.
-¿qué quieres?- preguntó molesta Candy.
-¿por qué estás enojada?-
-toda la comida estuviste molestando-
-no todos los días te enteras de las travesuras que hizo una mona pecosa-
-adiós- dijo Candy entrando a su casa.
-no te enojes Candy- la detuvo tomando su mano.
-está bien, pero sólo si le compras un juguete a Clint-
-bien, le compraré algo a tu gato-
-¿puedo irme ya?- Candy habló miemtras veía que Terry aún no la soltaba.
-sí, pero antes- se acercó y le dio un beso muy cercano a los labios, sólo un roce- adiós pecas- acarició su mejilla con su pulgar, sonrió y se separó para caminar rumbo a la calle.
Candy no reaccionaba, lo que hizo Terry la puso nerviosa y esa sensación en el estómago no la dejaba pensar bien. Cuando comprendió lo que sucedió Terry ya estaba dando vuelta en la esquina. Sonrió y tocó donde la había besado.
-Terry- murmuró.
-cursi- dijo Albert riendo atrás de ella.