-¿Qué cambió? -tú

15

-Candy- le dijo Anthony sentándose junto a ella en la cafetería, era hora de salida, pero el ella tenía antojo de algo frío- ¿tienes planes hoy?-

-sí, voy a salir- contestó cuando terminó su bebida.

-¿por qué cuando quiero salir contigo no puedo?- 

-porque todo el tiempo estás con Luisa y yo tengo cosas que hacer, ayer regresó Albert y mi tiempo libre se hizo menos-

-¿regresó?-  preguntó sonriendo- entonces iré el sábado a visitarlos-

¿no!- gritó y Anthony la vio raro- el sábado no, si quieres puedes ir el domingo-

-¿por qué no?-

-tenemos una comida con invitados- le explicó.

-está bien- contestó sin mucho interés. Candy agradecía que no hubiera preguntado quienes eran.

-White y Brower, ¿por qué no me sorprende?- preguntó Terry llegando junto a ellos- ¿te dejó libre tu novia? -

-¿qué quieres Terry?- preguntó Candy.

-nada-

-¿entonces qué haces aquí Grandchester?- preguntó enojado Anthony.

-es algo que no te importa Brower-

-Terry, ¿qué quieres?- preguntó ella algo molesta.

-¿interrumpí tu momento  con él?- preguntó con burla- oh Tarzán, si te molesta te dejo con él, pero después no llores ni te hagas la sufrida- dio vuelta regresó por donde había venido.

-¿a qué se refiere?- preguntó confundido Anthony.

-debo... debo hablar con él- dijo Candy levantándose y caminando hacia donde fue Terry- luego nos vemos-

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-te he dicho que fumar es malo- dijo Candy cuando vio a Terry acostado en el pasto.

-¿ya te dejo tu imposible?-

-Terry, fuiste cruel con lo que dijiste-

-¿vas a llorar?- preguntó con burla.

-no-

- entonces, ¿por qué estás aquí y no con ese idiota?-

-te veías muy enojado, ¿por qué?-

-porque no puedo creer que sigas siendo su amiga después de como te ha hecho sufrir-

-mi historia con él va más allá de los que pueden ser mis sentimientos, nuestra amistad no tienen nada que ver-

-pues quédate con tu amigo-

-no entiendo por qué te enojas, estoy contigo, aquí y sigues molesto- le reclamó y Terry sólo suspiró.

-lo siento, pero no soporto la idea de que alguien como tú esté a los pies un chico que nunca le hará caso- dijo más calmado.

-¿alguien cómo yo?- preguntó extrañada.

-olvídalo- murmuró- mejor explícame por qué tu papá habló con el mío y ahora tenemos que ir mañana-

-no te conoce y como hemos salido últimamente quería saber quién eres y por que no te he presentado- explicó sonrojándose a cada palabra- conoce a todos mis amigos, menos a ti-

- ayer mis papás hablaron conmigo y preguntaron si eras mi novia, creo que todos se están haciendo ideas erróneas- dijo cuando apagó el cigarro.

-¿cuándo dejarás de fumar?-

-cuando tus pecas ya no estén- sonrió.

-¡Terry!- se lanzó sobre él y en un descuido comenzaron a rodar por la colina. Ellos reían por la tontería.

Cuando se detuvieron Candy estaba encima de él, muy cercanos lo rostros. Las sonrisas desaparecieron y los nervios comenzaron a notarse. Sentía la respiración del otro. Ninguno sabía que hacer o que decir.

-esto no me lo esperaba- dijo Albert interrumpiendo el momento. Candy y Terry levantaron la vista al escucharlo- ¿me voy para que sigan con su momento?- preguntó riendo.

-¡no!- gritó Candy levantándose.

-¿qué haces aquí?- preguntó Terry cuando ya estaba de pie.

-¿qué mas?, vine por Candy-

-creí que tenía trabajo- habló Candy.

-vine para llevarte, quiero que veas unos animales que apenas llegaron-

-verás a tu familia- dijo Terry riendo.

-tú vendrás también- dijo Albert- tengo entendido que hoy iban a salir y que mejor que sea en un lugar donde pueda cuidarlos-

-somos lo suficiente grandes para cuidar de nosotros- dijo Candy irritada.

-no confío en ustedes, podrían destruir algo- los tomó del brazo- así que vamos- comenzó a caminar jalándolos. Esa sería una tarde cansada.