AMOR X ACCIDENTE

By Sayi_Martlun

25.2K 2K 514

Desde el inicio de la preparatoria, Emma se ha sentido atraída por Alonso. Después de siete meses, Fernanda... More

☒ Prefacio ☒
☒ 1 ☒
☒ 2 ☒
☒ 3 ☒
☒ 4 ☒
☒ 5 ☒
☒ 6 ☒
☒ 7 ☒
☒ 8 ☒
☒ 9 ☒
☒ 10 ☒
☒ 12 ☒
☒ 13 ☒
☒ 14 ☒
☒ 15 ☒
☒ 16 ☒

☒ 11 ☒

945 100 23
By Sayi_Martlun

Emma

— ¿Qué tal va todo con Jos, Emmy? —pregunta mi madre.

— Mamá ya te he dicho que Jos y yo solo somos amigos —como otra cucharada de cereal—. Además es ex novio de Fernanda, no lo olvides.

— Sí pero, ella lo entendería ¿no crees? Supongo ya se habrá dado cuenta de cómo se miran.

— ¿Y cómo se supone que nos miramos, señora cupido? —pregunto rodando los ojos.

— Cómo si su mundo dependiera de la simple existencia del otro, cuando se miran congelan el tiempo: solamente son sus ojos los que hablan expresando todo lo que las palabras no son capaces de explicar —suspira teatralmente.

Sonrío, no digo nada pues no la había visto tan feliz desde que Franc terminó con su novia hace un año, pobre chica, tenía una actitud insoportable pero tampoco merecía el odio de mi madre.

Termino mi desayuno, me despido de la señora que me trajo al mundo y voy a la parada del autobús para seguir con mi vida rutinaria, sorprendentemente el conductor decide manejar tan rápido que en siete minutos me encuentro a pocos metros del colegio en donde veo al pelinegro (con ese estilo que tanto lo caracteriza) justo en la entrada, me saluda con la mano cuando me ve de lejos y me recibe con un beso en la mejilla cuando estoy a su lado.

— Me alegra que sigas viva, no te vi ayer en toda la tarde. ¿Cómo está Emiliano? —pregunta pasando su brazo alrededor de mi cintura.

Extrañamente que haya hecho esa simple acción ante los ojos de todos se siente increíblemente bien.

— Se peleó con un compañero al defender a su amiga, al menos ambos quedaron con algo roto y él está muy feliz porque siente que es un chico malo y piensa rayar su brazo enyesado simulando que son tatuajes —respondo.

Obviamente ocultaré la parte donde lo encontré llorando en su salón de clases diciendo que se iba a morir y que no quería irse de este mundo cruel sin decirme que realmente soy su hermana favorita. Mi hermanito no necesita que arruine su reputación de bad boy.

Jos me mira con una sonrisa, probablemente pensando en lo extraños que somos. Detallo su rostro una vez más: juro que podría describir cada detalle con los ojos cerrados por la cantidad de veces que lo he visto así de cerca, suspiramos simultáneamente lo que provoca un ligero rubor en mis mejillas.

— No se puede fumar aquí —digo al ver que en su mano descansa una caja de cigarrillos herbales.

— Lo sé, no es para mí —explica—. Estoy esperando a un chico, se supone hizo una compra con mi madre y debo entregarle la cajetilla en este punto, ya sabes, a veces soy el chico de los recados, como dice Jack Ross.

— ¿Quién es Jack Ross? —pregunto confundida.

— Juro por todos los astros que me sorprende ser yo quien lee literatura juvenil actual en esta relación.

— Leí toda la saga de Twilight —digo defendiendome.

— Una saga que está más cerca de ser del siglo XX que del siglo XXI —dice con burla.

— También leí After.

— Sí, no creo que After deba considerarse como una sana literatura juvenil.

Hago una mueca y el ríe para después besar mi nariz, lo acompaño un poco más pero finalmente termino despidiendome, al fin y al cabo somos compañeros de clase, lo veré más pronto de lo esperado.

Al entrar al instituto veo a mi mejor amiga platicando con unas chicas de su grupo, me acerco con una sonrisa y doy un saludo general, ellas me responden con la misma simpatía pero noto que la pelinegra se tensa al escuchar mi voz e ignora mi saludo, la miró extrañada pero me quedo ahí a su lado participando un poco en la conversación; el timbre suena anunciando la hora de entrada por lo que las chicas se despiden de mí y cuando veo que Fernanda está a punto de entrar a su salón sin si quiera dedicarme una mirada le tomo la mano para detenerla pero ella la aparta rápidamente.

— ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? —pregunto preocupada.

— No quiero hablar contigo, Emma —es lo único que dice antes de entrar al aula.

Me quedo inmóvil, completamente confundida tratando de recordar que dije o hice para ofenderla de esa manera; ayer estábamos bien, incluso se fue con Alonso para hablarle sobre mí, salgo de mi trance y camino hasta mi salón mientras voy recordando cada detalle que hice ayer. Estoy justo en la entrada del aula cuando mi mirada se cruza con la de Fernando y en ese preciso momento los cables en mi cabeza se conectan, mi confusión es sustituida por la rabia e inmediatamente camino hacia él.

— ¿Qué le dijiste a tu hermana? —exclamo con un tono de voz que yo misma desconozco.

— ¿Por qué crees qué le he dicho algo? No soy el culpable de todos tus problemas, Emma —responde rodando los ojos.

— Vamos, Fernando. Dime ya qué le dijiste

— ¡Yo he dicho nada! —exclama furioso—. Deberías preguntartelo a ti misma, porque digo, no todos los días ves como tu mejor amiga se besa con tu ex.

Es inevitable mi expresion de sorpresa, lo miro directamente a los ojos buscando cualquier signo que delante lo mentiroso que es, sin embargo, lo único que logro observar es el coraje que tiene contra mí. El mellizo toma su mochila y pasa a mi lado para salir del aula, yo me quedo inmóvil en el mismo lugar, Dios mío soy una estúpida, ¿cómo me puede gustar el ex de mi mejor amiga?, peor que eso: ¿cómo pude besarlo ayer en un lugar tan público como la cancha de fútbol? ¡Ay! Cómo desearía tener una manzana y estrellarmela en la cabeza hasta romperla igual que Belinda.

— Emma si no te vas a sentar entonces sal de la clase —la voz de la profesora Alma me saca de mis pensamientos.

Hago caso a sus palabras, tomo mis cosas y me dirijo hacia la salida, observo que todos me miran con sorpresa (incluida la profesora) y alguien jadea teatralmente, sí, al parecer hoy todos decidimos salir de la rutina; el pelinegro hace un ademán de querer seguirme pero niego con cabeza, lo último que quiero es tenerlo a mi lado para confundirme más de lo que ya estoy... Lo que es una terrible contradicción porque no creo estar confundida y lo único que deseo es abrazarlo para fundirme sobre su pecho durante un buen rato.

No es bueno para mi salud mental seguir negando y reteniendo lo mucho que me gusta José Miguel, tal vez hasta esté profundamente enamorada y definitivamente debí decírselo a Fernanda desde el primer hormigueo que sentí al tomar la mano del ojimiel, sin embargo tan solo imaginar a mi amiga con el corazón destrozado por mi culpa me causa un gran desagrado hacia mi persona.

Camino por los pasillos de la escuela, es un alivio que todos estén en sus respectivos salones y no me escuchen hablando sola, escucho mi estómago rugir así que, haciéndole caso a mi cuerpo, me dirijo a la máquina de bocadillos; al llegar trato de adivinar lo que calmará mi hambre, involuntariamente muerdo mi labio y hago de lado mi cabeza como si eso me fuera a dar una respuesta.

— Te recomiendo las galletas —me sobresalto al oír su voz—, lo siento, no quería asustarte.

— No te preocupes, Alonso —le dedico una sonrisa y sigo observando la diferente comida chatarra—. Creo que seguiré tu consejo.

— Las azules son mi favoritas, te invito, yo también me iba a comprar unas —me devuelve la sonrisa— ¿Cómo estás, Ems?

Realmente le miento con mi respuesta y le hago la misma pregunta cuando me da mi paquete de galletas, nuestra conversación se vuelve muy amena, un poco incomoda por algunas respuesta cortantes de mi parte debido a la distracción de mi mente, nuestras voces nunca se desvanecen ya que él buscaba algún otro tema de conversación, supongo no le gustan los silencios incómodos. Una sonrisa aparece en mi rostro, ¡ja!, si alguien me hubiese dicho que algún día platicaría de esta manera con Alonso sin ponerme como un tomate ni tartamudear, me reiría como loca.

— Emma —me llama—, me gustaría invitarte a salir.

— Oh —respondo apenada—, yo..., mira es que..., yo en realidad estoy interesada en otra persona.

— Bueno, no pierdo nunca las esperanzas así que, si cambias de opinión, mi instagram es alonsorvilla, mandame un mensaje, estaré disponible para ti —me guiña con coquetería y le respondo con una amable sonrisa.

Ay Alonso, tardaste bastante para subirte al tren.

.

Me dejo caer en el sofá, tomo el control para reproducir “Orgullo y Prejuicio” en la TV pues no he tenido mi cita semanal con Darcy, agradezco que mamá y Emiliano hayan salido, que Franc esté trabajado y que Alejandra se la pase encerrada en su habitación dibujando mientras escucha música; me dispongo a preparar unas palomitas así como agua de limón para acompañar, suspiro cuando escucho como los maíces se rompen, definitivamente hoy no fue mi día: Fernanda me evitó completamente, yo estuve ignorando a Jos, la pizza se acabó justo cuando era mi turno para pedir el desayuno y cuando estábamos en gimnasia accidentalmente recibí un fuerte balonazo en la pierna por lo que Jos se alteró y estuvo a punto de armar un escándalo. Sonrío recordando, claramente sólo él causaría por mí un alboroto por algo tan insignificante como un golpe en la pierna.

— ¿Qué haces aquí? Creí que estaba sola —dice Alejandra.

— Creo que tengo una crisis —es lo único que digo—. ¿Tú qué haces aquí?

— Hice un amigo por internet —explica agitando su celular en el aire—, su nombre es Dylan, tiene 19, también estudia artes visuales y es colombiano–americano —canturrea emocionada.

— ¿Es guapo?

— Jodidamente guapo, sexi y ¡tiene pinta de bad boy! —me muestra una fotografía, vaya, sí es bastante atractivo—. Lástima que no sea mi á... —se interrumpe y aclara su garganta—, quiero decir, ha estado enamorado de la misma chica desde los ocho años, es una lastima que no le corresponda.

— ¿Como sabes que no es un viejo mañoso?

— Tengo fe en que no lo sea —ríe.

Pongo las palomitas en un recipiente mientras escucho hablar a mi hermana sobre este romance ajeno e internacional, ahora me doy cuenta que Ale podría quitarle el lugar número uno a Franc como el más chismoso de la familia; sigue hablando sin parar y ríe cuando hago una mueca por escuchar el nombre de la chica inalcanzable, ¡Dios mío! Que raros son los nombres americanos, ¿a quién se le ocurriría llamar Wasp a su hija? Es extraño pero no lo juzgaré..., tal vez a la mía pueda llamarla Arañita.

Invito a Alejandra a pasar tiempo de calidad como hermanas, así que después de dos horas y siete minutos: ambas nos encontramos acurrucadas en el sofá llorando por el señor Darcy, ni siquiera nos dimos cuenta que ya había anochecido hasta que vimos entrar a nuestros padres y hermanos por la puerta principal.

— ¿En verdad todos se encontraron justo afuera o salieron sin nosotras? —pregunto limpiando mis mejillas.

— Siento que algo acaba de fallar en la matrix —dice mi hermana mientras sorbe su nariz.

— Obvio salimos sin ustedes, justo como la familia que siempre debimos ser —responde Francisco.

— Aunque yo catafixiaria a Franc por Emma —admite mi hermanito.

— Y yo catafixiaria a todos por un six de cerveza —bromea mi padre... O eso quiero creer—. Excepto a su madre, claro.

— Tan divino que eres cariño, pero yo sí te catafixiaria por una noche con Henry Cavill —dice mi madre y todos (incluido mi padre) asentimos en completo acuerdo con su decisión.

— Nada tonta la señora.

— ¿Señora? ¡Ja! Tus amigos dicen que soy sexi, Francisco.

— Entonces ya sabemos los amigos de quien no volverán a venir —sentencia papá.

Río cuando todos comienzan a hablar al mismo tiempo, mi hermana y yo nos ponemos de pies al ver que los demás se dirigen a la cocina, mamá está a punto de calentar la comida pero mi padre la detiene con una sonrisa, todos lo miramos en completa confusión así como molestia pues claramente todos deseamos cenar y él está atrasando nuestro momento favorito del día.

— Tengo que darles una noticia —anuncia mi padre.

— ¿Están embarazados? —pregunta asustado Francisco.

— ¡¿Estamos embarazados?! —pregunta ahora mi madre totalmente asustada.

— ¿Qué? ¡No! —responde papá rápidamente—. Bueno..., no que yo sepa —rasca su nuca.

Da media vuelta y se dirige al refrigerador para sacar una gelatina y comenzar a comerla, nuevamente todos lo miramos esperando que siga hablando, somos cinco intensas miradas que al parecer no lo incomodan ni un poquito en ningún momento.

— ¡Ya dí lo que ibas a decirnos, Edgar! —explota finalmente Emiliano.

— Ah sí —el mencionado se aclara la garganta—. Familia, hace meses llevo planeando esto y estoy muy orgulloso de al fin poder compartirselos —hace un largo silencio lleno de suspenso—: ¡abriremos una segunda sucursal, tendremos otra papelería!

Cada integrante de nuestra familia lo mira con sorpresa y alegría, mi madre deja caer unas cuantas lágrimas pues todo el esfuerzo que han hecho estos años por fin está dando sus respectivos frutos, nos abrazamos de manera grupal mientras felicitamos a nuestros padres por su nuevo logro, claro que estoy muy feliz, ahora sí o sí tendré trabajo en el verano.

— Saldremos a festejar —expone, nosotros gritamos con alegría—. ¿Qué? Se lo decía a su madre. Ni crean que ustedes cuatro vendran —afirma señalandonos—, no quiero quedar en quiebra antes de abrir.

— ¿Ni siquiera me llevarán a mí que fui su única hija deseada? —pregunta Ale mientas hace ojitos.

— ¿O a mí que claramente soy su hijo favorito? —cuestiona Franc de la misma manera.

— ¿O a mí que obviamente no salí defectuoso? —dice Emiliano.

— Solo por eso ahora Emma queda a cargo de ustedes tres —sentencia mamá— y el segundo a cargo es Emiliano.

— Estoy de acuerdo, definitivamente no sé qué hicimos mal para que los dos primeros salieran así —bromea papá... Bueno, otra vez me insisto a creer que es una broma.

Se despiden de nosotros con una sonrisa mientras nos advierten que durmamos temprano y rogandonos que no quememos la casa, honestamente no sé qué tan difícil sea cumplir sus peticiones.

— ¿Saben? Nosotros también deberíamos festejar —propone Franc mientras mueve sus cejas de arriba a abajo y mira a Alejandra.

— Estoy de acuerdo, ahora vuelvo —mi hermana sube las escaleras y regresa en menos de quince segundos con una botella de ¿tequila?

— No vamos a tomar —advierto.

— Habla por ti hermana —me responden al unísono.

— Tenemos a un niño a cargo —digo lo obvio.

— En realidad, tienes a tres niños a cargo —afirma Emiliano—. Y yo sí quiero probar.

Mis hermanos mayores celebran la decisión de nuestro pequeño hermano, los miro molesta por cumplir el capricho del menor pero no los detengo porque probablemente me amarrarian a la silla para que no les estorbe en su festejo; pasan unos minutos y me sorprendo cuando Emiliano disfruta de su bebida como si fuera jugo de mango, pasa otro poco de tiempo y comienzan a ejercer presión social sobre mí por lo que termino aceptando un trago..., después un segundo, un tercero y cuando escucho que corean “shot, shot, shot” descubro que llevo siete tragos y estoy muchísimo más feliz de lo acostumbrado.

— ¡Otro, otro! —canta Franc sirviendome un octavo trago.

— ¡Nunca había tan feliz en mi corta vida! —anuncia y ríe con locura Emiliano, rio con él.

— ¡Francisco deja de servir! ¡Somos unos idiotas!  —escucho a Alejandra—. Emborrachamos a nuestras niñeras.

— Si vemos el lado positivo..., es mejor que lo hayan hecho aquí que afuera.

— No seas imbecil —mi hermana peina su cabello con desesperación, yo rio—. Baña a Emiliano, yo me encargo de Emma.

— ¿Por qué yo debo encargarme del accidente?

— ¡Porque tienes pene y yo no quiero invadir la privacidad de mi hermanito!

Ale me toma de los brazos obligándome a ponerme de pie, me tambaleo un poco pero logró mantener el equilibrio, rio nuevamente al ver sus mejillas sonrojadas y su mirada desaprobatoria, la imito con burla y vuelvo a reír como si hubiera escuchado el mejor chiste de mi vida. Caminamos en dirección a mi habitación, ni siquiera sé que estoy diciendo pero escucho que mi voz nunca se extingue, vuelvo a reír cuando pierdo mi excelente equilibrio y caigo justo encima de mi cama.

— Te buscaré una pijama —avisa mi hermana.

— Hace calor, Ale ¡Quiero dormir en calzones!

— No hace calor y no dormirás en calzones, Emma —me lanza un conjunto de pijama—. Ven acá, te ayudo.

Efectivamente eso hace: me ayuda a cambiarme como si fuera una niña pequeña.

— Esta pijama no me gusta, se me marcan las bubis —alego quitandome el sostén por debajo de la delgada camisa—. ¿Ves?

— Cerraré tu puerta para que nadie pueda verte las bubis ¿vale? —deposita un besito en mi frente—. Ahora duerme, que probablemente mañana nos mataran a los cuatro.

— Pero yo no quiero morir —hago un puchero.

— Entonces ya duermete o sino vendrá el Coco y te comerá —es lo último que dice antes de cerrar mi puerta.

Pero yo no quiero morir ni dormir, el calor que siento no me lo permitirá.

¿Siempre hace tanto calor en mi habitación?... O ya estoy muerta y me fui al infierno.

Quiero llorar ante esa idea que ha formado mi mente borracha, no me quería morir y terminar en el infierno, ahí hace mucho calor y no hay playas a las que ir, ¡oh mi Dios! Si estoy muerta no tuve tiempo de despedirme de mis padres, de los mellizos, ni siquiera de insultar al viejo calvo de artes, ¡y Jos!, no tuve tiempo de despedirme del amor de mi vida; sorbo mi nariz, si estoy muerta no volveré a verlo, escucharlo o besarlo, ¡ay Dios!, sus tiernos, desesperados y embriagantes besos que me dejan en el limbo, tan solo me quedara ese recuerdo de sentir sus labios presionados con los míos, tendré que imaginar como deja besos en mi mandíbula, en mi garganta, la clavícula, en la cima de mis pechos, me imaginare como va bajando y bajando, dejando su marca en cada parte de mi piel.

Me sobresalto cuando me doy cuenta que mi mano derecha ha hecho todo ese recorrido, noto como mis pezones están endurecidos y mi respiración algo agitada, mis dedos bajan un poco más por lo que suelto un suspiro cuando siento mi intimidad por encima de la tela, cierro los ojos y comienzo a masajear dejándome llevar por la exitacion del momento, con mi otra mano masajeo uno de mis pechos y gimo cuando presiono ese punto exacto que me hace arquear la espalda.

Estoy a punto de introducir uno de mis dedos cuando escucho un fuerte golpe viniendo del balcón.

Me enderezo completamente asustada y sonrojada, el alcohol que había en mi organismo se ha desvanecido por tremendo susto..., o bueno, tal vez no del todo, camino temblando hasta mi ventanal, cuando lo abro dejo escapar una exhalación llena de alivio: solamente es Jos.

Oh... Es Jos.

— ¿Qué haces aquí? —es lo primero que digo.

— ¿Yo? Ah si..., este..., y-yo..., estoy fumando ajá solo eso —responde con nerviosismo.

— ¿En mi balcón y sin cigarrillos?

— Ajá, es que..., bueno..., aquí la vista es bonita, ajá y sí, es una nueva moda, imaginas que estas fumando pero no lo haces, ajá lo aprendí hoy en terapia, sí —se aclara la garganta. Lo miro con extrañes, Jos nunca se pone nervioso con nada..., a menos que...

— Me viste —afirmo.

— Te juro que no quería, es que yo creí que no sé, hacías otra cosa y..., juro que cuando te vi di media vuelta para irme pero soy tan idiota que me caí y, de verdad no vayas q creer que soy un enfermo que le gusta espiarte, yo...

— Jos, cállate.

Obviamente el alcohol me da la valentía para hacer lo que estoy haciendo: me acerco a él sin despegar mi mirada de la suya, mi pecho choca con el suyo y lo veo tragar, apuesto puede sentir mis pezones a través de la delgada tela, acerco mis labios a los suyos, rozandolos.

— Tocame —ordeno.

— Emma estás ebria.

— No estoy ebria, solo un poquito más feliz.

— Eso es lo que todos los ebrios dicen —rueda los ojos—. No pienso aprovecharme así de ti.

— ¿Y tú en quien crees que estaba pensando cuando me tocaba allá dentro? —cuestiono besando su mentón y haciendo un ligero recorrido con mi lengua hasta llegar a su cuello, siento su piel estremecerse—. Tocame..., por favor.

— No hagas esto, Emma. Soy hombre, por lo tanto soy idiota —susurra, beso sus labios por un instante—. Emma...

— Por favor.

Es lo último que pido antes de unir sus labios con los míos, tarda un poco en agarrar mi ritmo desesperado, probablemente debatiendo en su mente si lo que está haciendo es correcto, cruzo mis brazos por sus hombros pegandome lo más que puedo a su cuerpo y por fin me agarra de las caderas para besarme justo como deseaba, acaricia mi piel expuesta y siento ese ardor en el vientre que me convierte en pura gelatina. Se separa solo para trazar un camino de besos por toda mi mandíbula pero cuando desciende a mi cuello gimo por la calidez de su boca en mi fría piel, sus manos descienden hasta acunar mi trasero y apretarlo, vuelvo a gemir cuando sus manos suben hasta mis pechos para masajearlos y pellizcarlos mientras me besa para que los sonidos que escapan de mis labios no sean escuchados, definitivamente esto se siente mejor que cuando yo lo hago.

Se deshace de mi camisa con desesperación, no logro procesar mi desnudez frente a él porque inmediatamente su boca captura uno de mis pezones mientras que sus dedos juguetean con el otro y viceversa, arqueo mi espalda disfrutando completamente del placer: él chupa, succiona, muerde, hace lo que se le antoja y eso logra volverme loca; tiro de su cabello para alejarlo antes de desvoronarme, doy media vuelta descansando mi espalda sobre su pecho y completamente exitada guió su mano por mi vientre hasta adentrarla en mi ropa interior, ambos sentimos mi humedad pero él comienza a masajear mi nudo de nervios, gimo más fuerte y con su mano libre me tapa la boca mientras introduce dos dedos en mí sin dejar de acariciar mi clitoris, vuelve a besar mi cuello al mismo tiempo que presiona con insistencia su pulgar y agilizando sus movimientos, me arqueo al alcanzar el orgasmo. El mejor orgasmo de toda mi maldita vida.

Cuando mi respiración comienza a regularse soy consciente de cómo su erección choca con mi espalda baja, giro encontrandome con su rostro: observo sus ojos completamente dilatados y el rubor en sus mejillas, seguramente yo estoy hecha un desastre; estiro mi mano y comienzo a acariciar su pecho por encima de su camisa, me detengo cuando me encuentro con el elastico de sus pantalones y estoy a punto de hincarme, pero él me detiene.

— ¿Qué haces? —pregunta divertido.

— Quiero hacerte sentir aunque sea la mitad de lo que me hiciste sentir a mí —digo con honestidad, él sonríe—... Eso aumentó tu ego ¿no? —suelta una carcajada.

— Hoy tú eres la protagonista, Emma. Ya después me regresaras el favor —guiña coqueto.

— ¿Gracias?

Vuelve a reír, me toma de las mejillas para besarme con delicadeza, cuando nuestros labios se separan, junta nuestras frentes y exhala relajandose.

— En verdad que no tienes idea lo mucho que me gustas, pero supongo hablaremos de eso cuando estés completamente sobria.

— Estoy sobria.

— Por supuesto —me sigue la corriente mientras sonríe—. Me gusta tenerte así pero no quiero que te enfermes, deberías entrar a tu habitación.

— ¿Dónde está mi camisa?

— Te la devolveré cuando la encuentre —me besa nuevamente—. Nos vemos mañana, preciosa.

Entro a mi habitación una vez que él entra a la suya, cierro la ventana y las cortinas, decido colocarme una nueva pijama..., al finalizar apago las luces, ni siquiera miro que hora es, me siento en la orilla de la cama y unas inmensas ganas de llorar me embargan, no por haber tenido ese encuentro íntimo con Jos (al contrario, ha sido una de mis mejores experiencias sexuales) sino porque la imagen de la Fernanda antipática que vi hoy me hace sentir culpable, ¿cómo pude pedirle a Jos que me tocara sabiendo perfectamente que mi mejor amiga aún siente cosas por él?, ¿qué clase de amiga soy? Es un error, todo ha sido un maldito error: desde que acepte subir a su auto solo porque me dio pereza seguir caminando hasta seducirlo hace unos momentos, no puedo seguir con esto, no puedo traicionar así a mi mejor amiga.

Hago algo de lo que seguramente me arrepentiré pero justo en este momento es la única vía de escape que logro visualizar.

“Estás libre el domingo???”
(@emma.rom)

“Por supuesto, qué quieres hacer?”
(@alonsorvilla)

***
Omg, omg, no es posible sí lo hice *inserte el debate de Rapunzel cuando sale de la torre**

Holiii, que tal les va?? 😚

Ya sé que este capítulo es muy random pero JAJAJA a mi me divirtió mucho escribirlo, muchas emociones encontradas en esta última parte, por cierto ¿qué harían si estuvieran en el lugar de Emma?

Otro friendly reminder para las niñas: Aprendan de Ems y no duerman con sostén, ni usen bras con barillas, es más si se sienten cómodas no usen ni bras, nuestro cuerpo lo agradece.

Recuerden que tengo un tablero en pinterest relacionado con la historia y en ocasiones pueden ver vistazos de lo que (tal vez) puede ocurrir en el siguiente cap jijiji

Denle ⭐⭐⭐ y comenten 🗨️

Besitos ♥️

Continue Reading

You'll Also Like

67.3K 4.2K 32
estos comics no son míos créditos Asus respectivos creadores ☆☆☆☆☆☆☆☆
126K 10.7K 54
Kim dan es el tercer hijo de la familia más prestigiosa de toda corea,una familia de puros alfas. Toda su familia esperaba que fuera alfa,pero cuando...
13.5K 256 13
Probando nuevo formato de mini historias tg tf, espero que les guste ^^
3.3K 290 16
holaaa solo son historias cortas del shipp Oscarvitzz ❤💚 así que si te molesta por favor vete y no dejes comentarios de hate