Brave /Draco Malfoy/

By juliimpala67

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_____ Potter va creciendo hasta estar en medio de la delgada línea entre el bien y el mal, el amor y el odio;... More

Brave.
Brave. Draco Malfoy x oc
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Capitulo I
Capitulo II
Capitulo III
Capitulo IV
Capitulo V
Capitulo VI
Capitulo VII
Capitulo VIII
Capitulo IX
Capitulo XI
Nota.
Nota.
Capitulo XII
Capitulo XIII
Capitulo XIV
Capitulo XV
Capitulo XVI
Capitulo XVII
Capitulo XVIII
✨Capitulo XIX✨
Capitulo XX
Capitulo XXI
Capitulo XXII
Capitulo XXIII
Capitulo XXIV
Capitulo XXV
Capitulo XXVI
Capitulo XXVII
Capitulo XXVIII
🔥Capitulo XXIX🔥
Capitulo XXX

Capitulo X

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By juliimpala67

Camine hacia la enfermería, me sentía cansada y enojada. Mis piernas parecían temblar nuevamente. Movía mis dedos de forma nerviosa, pase mis manos por mi cabello intentando pensar.

Baje las escaleras sosteniéndome de la pared, dirigiéndome al primer piso, donde se encontraba la entrada a la enfermería, luego de ahí tendría que subir dos escaleras mas para llevar a Maddame .

Que poco practico. Pensé.

Al llegar a la habitación con camas blancas me deje caer al suelo.

-¡Oh! – grito Maddame Ppmfrey al escucharme golpear el suelo. - ¿Qué te ha pasado mi niña? – dijo levantándome en el aire con su varita.

-M-me desmaye en el baño. – mi cuerpo levitaba boca arriba pero mi cabeza, brazos y piernas colgaban. Lentamente me poso sobre una camilla. – Voy a dormir ahora. – le informe cediendo ante el cansancio.

Mire por fuera de una de las ventanas y frene mi paso, un ocaso teñía el horizonte de colores pastel. Genial. Me había perdido mi primer día de clases.

Al llegar le dije a la dama gorda la contraseña y se abrió hacia un costado para dejarme pasar.

La sala circular se hizo presente en mi vista. Los colores rojo y dorado combinaban a la perfección, brillando bajo la luz de las antorchas y la gran estufa llameante. Luz de luna entraba por las tantas ventanas que daban al patio escolar, sin cortinas.

Allí había demasiados alumnos de distintos años sentados en los numerosos sillones compartiendo las muchas mesas.

La sala común ya parecía quedarnos pequeña.

Al entrar encontré los gemelos, Harry, Hermione y Ron hablando a los pies de las escaleras que llevaban a la habitación de las chicas. No tardaron en notar mi presencia.

Sus rostros reflejaban preocupación, probablemente generada por la agitada conversación que parecían tener, pero fue reemplazaba por alivio cuando notaron mi presencia. Me dirigí hacia ellos, más bien hacia las escaleras que iban a las habitaciones, a pesar de dormir todo el día me sentía cansada.

Los ojos de Harry estaban rojos.

-Harry. – no pude continuar. Sus brazos se encontraban en mis costados envolviéndome en un gran abrazo. No podía mover mis brazos por la forma en la que me abrazaba, pero agarré su camisa con mis manos con fuerza y hundí mi cara en su cuello.

No podía negar que hace menos de veinticuatro horas creí que no lo volvería a ver jamás, que una chica encontraría mi cuerpo y llamaría a los profesores, los profesores a Dumbledore y, por último, Dumbledore llamaría a Harry. Las lágrimas picaron en mis ojos.

– Lo siento. -me disculpe. Se alejó de mí y agarro mi rostro entre sus manos y luego observo mi cuerpo.

- ¿Qué paso? – pregunto alejándome de su abrazo - ¿Estas bien?

-Yo... - ¿realmente debía preocuparlo de esta forma? – Yo... -titubee- Sí. – sonreí intentando alejar todo rastro de duda de mi rostro. – Estoy perfecta, yo solo me desmaye en el baño luego del almuerzo. Nada importante. Creo que todo esto de Voldemort y Edward me está poniendo de cabeza. – forcé una sonrisa y estudié sus rostros.

- ¿Hace cuánto despertaste? – pregunto Hermione.

-No me dejaron entrar a la enfermería. – dijo Harry tomando mi mano – Dijo que debías descansar.

Asentí. – Dormí toda la tarde.

- ¿Qué dijo? – pregunto esta vez Ron.

-Me faltaba azúcar. – mentí.

- ¿Azúcar? – Harry soltó mi mano.

- ¿Algo tan muggle...? - comenzó Fred.

- ¿... pudo contigo? – termino George. Reí.

-Crean o no nuestro organismo funciona igual a los muggles.

-Creímos que Malfoy te había hecho algo. – dijo Ron dándole un mordisco a su regaliz. – Como llego tarde a Defensa y vos nunca llegaste, supusimos que había tenido algo que ver.

-Harry casi lo golpea. – dijo Hermione de forma desaprobadora, mi hermano la miro con cansancio. - ¡Te hubieras metido en más problemas!

- ¿Mas? – pregunte mirando al azabache - ¿Qué pasó?

-Umbridge no me dejo ir a verte. Tengo detención con ella. – me explico.

- Pero ¿por qué?

-Te cuento en la cena. – dijo cabizbajo.

-No se si iré a cenar. – dije mientras con mi mente en los sucesos de la mañana. Debía analizar lo que me había pasado.

-Sabes que puedes contarme lo que sea. – sus cejas estaban fruncidas en señal de preocupación. Suspiro. – Sabes que te amo. ¿Verdad? – una pequeña sonrisa apareció en mi rostro y asentí con la cabeza. Pase los brazos por encima de sus hombros y lo abrace. Gracias a que había subido un escalón, estaba en la altura perfecta para abrazarlo de esa forma.

-Yo también te amo, hermanito.

Antes de ir a cenar me di la libertad de darme un baño de agua caliente, para relajar mis músculos de aquella horrible experiencia y quitarme todo el sudor que mi cuerpo había expulsado. Suspiré con mis manos en la pared mientras el agua caliente recorría mi cuerpo desnudo. Jure que moriría.

Pase desuda frente el espejo y estire mi brazo para alcanzar la toalla colgada en la pared, pero algo me detuvo. Sostuve la toalla con mis dos manos y la apreté contra mi pecho, asustada, mi retaguardia descubierta.

Podía verlo a través de mi campo periférico. El espejo del baño era antiguo, posaba sobre el lavado, y se encontraba en un ángulo en el cual seria imposible ver mi reflejo. Sin embargo, ahí estaba, observándome. La silueta se hizo mas nítida, quien quiera que fuera había quitado lo empañado del espejo y ahora podía observarme perfectamente.

Deje mi varita en mi cuarto. Maldije.

Sentia mis musculos tensos y el corazon me latia fuertemente en el pecho. Respiré hondo y decidí que quien fuera, no iba a mostrarle mi miedo. Mi cabeza no me dolía y tampoco escuchaba el tedioso reloj.

Voltee rápidamente, pero cuando observe directamente al espejo, la silueta ya no estaba. 

La cena no fue una experiencia agradable, en mi cabeza, la silueta seguia presente, ni siquiera los constantes susurros del comedor lograban quitarmelo de la cabeza. La noticia del enfrentamiento de Harry a gritos con Umbridge había viajado excepcionalmente rápido, aún para los estándares de Hogwarts.

Se escucharon murmullos desde que entramos por la puerta del gran comedor, todos sobre mi hermano, esta vez nadie parecía hablar de mí. Lo más notorio era que a ninguno de los que susurraban parecía importarle en lo más mínimo de que escuchara lo que decían de él. Por el contrario, era como si esperasen que se enojara nuevamente y comenzara a gritar, así podrían obtener su versión de la historia, de primera mano.

"Dice que vió morir a Cedric Diggory..."

"Reconoce que tuvo un duelo con Ya-Saben-Quién..."

"¿A quiénes cree que engaña?"

-Home, sweet, home. – dije sarcásticamente mientas me sentaba entre Ron y Hermione.

Se escucharon unas risas por sobre el resto de los estudiantes. Draco Malfoy avanzaba con paso elegante hacia el lugar en su mesa de Slytherin. Goyle, Pansy y Crabbe, sus tres amigos más mezquinos, elegantes y leales, lo siguen. Pansy reía desmesuradamente mirando en nuestra dirección. Era facil imaginarse de que estaban bromeando.

Bufé.

Los pocos estudiantes que aun se encontraban parados en los pasillos entre las mesas se apartaban exageradamente dándoles paso, como si un Crucio pudiera caerles en cualquier momento. 

Draco Malfoy lleva su ceño fruncido habitual, con la cabeza en alto, sabiendo su lugar en la cadena alimenticia. Su camisa no presentaba ninguna arruga y estaba perfectamente fajada por dentro de su pantalón, sostenido por un cinturón negro de hebilla plateada. Levanto su atlético brazo, debido a los entrenamientos de Quidditch, y paso los dedos por su cabello ordenando la ya ordenada melena rubia.

Pansy lo seguía de cerca, con su pollera revoloteando a cada paso que daba y su pelo negro lacio, seguramente mantenido en su lugar por un hechizo, permanecía perfecto.

La sonrisa ladeada de Draco desaparece mientras avanza y nuestras miradas se encuentran.

Joder.

Está frunciendo el ceño y cuando me ve, sus ojos se estrechan aún más. Desprecio. Era todo lo que emanaban de esos ojos grises. Le observe dar unos pasos más hasta que llego a su lugar en la mesa, su mirada al frente, ignorándome. 

Hablaban de mi, pensé sintiendome perseguida. 

Pero nadie parecia mencionar lo ocurrido en el baño. Habia supuesto que Malfoy lo retorseria al punto de volverse un chisme de lo mas jugoso, pero por alguna razon eso aun no habia pasado. 

Intente ralajarme, pensando que seguramente hablaban de la pelea de Umbridge y Harry. 

Cenamos en silencio mientras escuchábamos al resto hablar de nosotros. El incesante murmullo parecía estresar a Hermione por igual que a nosotros, Ron por el otro lado ya se estaba sirviendo su segunda porción de pie de manzana.

-Lo que no entiendo - dijo Harry con los dientes apretados, dejando a un lado cuchillo y tenedor - es por qué todos creyeron la historia dos meses atrás cuando Dumbledore la contó.

- El asunto es, Harry, es que no estoy segura de que lo hayan hecho - dijo Hermione con el ceño fruncido. -Oh, salgamos de acá. - Arrojó los cubiertos.

Ron contempló largamente su pie de manzana a medio terminar pero luego se levanto, sumiso, dismponiendose a seguir a Hermione y a Harry fuera del gran comedor.

Suspiré. Al menos no me estaban cuestionando sobre esta mañana. Una parte de mi sentía que debía mantenerlo en secreto. Quizás era una equivocación, pero no sabía de donde provenía esa sensación, parecía más externa que propia.

Nunca le había ocultado nada a Harry, ¿Por qué comenzar ahora?

Los alumnos nos observaron durante todo el trayecto hacia afuera del Comedor. Fred se sumó detrás de mí y paso un brazo por mis hombros, observe su rostro inclinando el mío hacia atrás. El chico me llevaba dos cabezas, era demasiado alto.

- ¿Estas bien? – pregunto devolviéndome la mirada. Asentí.

- ¿Qué quieres decir, que no estás segura de que le creyeran a Dumbledore?- le preguntó Harry a Hermione cuando alcanzamos el descanso del primer piso.

-Mira, no entiendes como era la situación después de que pasaron aquellas cosas,- dijo Hermione de forma bruza, parando y volteando para observarlo. - Aparecieron en medio del patio, sujetando el cuerpo de Cedric... ninguno de nosotros pudo ver lo que pasó en el interior del laberinto... lo único que teníamos era la palabra de Dumbledore para decirnos que Ya-Sabes-Quién había vuelto, asesinado a Cedric y peleado ustedes.

- ¡Lo cual es cierto! - dijo Harry levantando el tono de la voz.

- Lo sé, Harry, así que por favor ¿puedes dejar de enojarte conmigo? - dijo Hermione fastidiada, comenzando a caminar nuevamente. - ¡Es sólo que antes de que la verdad pudiera ser aceptada, todo el mundo se fue a casa a pasar el verano, en donde estuvieron dos meses leyendo que ustedes están locos por sus traumas de la infancia y Dumbledore se está volviendo un viejo senil!

Caminamos por los pasillos del castillo al son de la lluvia contra las paredes de piedra. Una pequeña briza hizo que enrollara mis brazos a mi alrededor. Fred me observo desde su altura, caminando a mi lado con las manos en los bolsillos.

Durante todo el camino deje que las palabras de Hermione me entraran completamente en mi cabeza. Ella tenia razón. Éramos tres luchando abiertamente contra el ministerio y el profeta. Y el profeta es ley para la gente del mundo mágico, si lo decía el periódico más renombrado debía ser verdad, ¿o no?

Al llegar a la dama gorda Hermione le dijo la contraseña antes que se la preguntara y entramos por el agujero en la pared. La sala común estaba casi vacía; la mayoría aún cenaba.

- No entiendo como Dumbledore permitió que Umbridge no nos deje usar magia en su clase. – dije cayendo sobre nuestro sillón favorito cerca de la chimenea.

Cerré los ojos agradeciendo el calor que emanaba de esta. Estaba decepcionada. Quería lograr aprender más herramientas para defenderme este año.

- Por supuesto que ella está aquí para espiarnos, ¿por qué otra razón Fudge querría que viniese? - estalló Hermione en frustración, mordió sus uñas con nerviosismo.

- Me tiene en la mira, - dijo Harry mirando el fuego.

Estudiantes comenzaron a entrar por la puerta. La cena había terminado y de a poco comenzaban a volver a la sala común.

Vi como Harry hacia lo posible para mantener la cabeza baja, dándole la espalda a la puerta. Intentaba no llamar la atención. Nos quedamos en silencio escuchando la lluvia, el fuego ardiente y los murmullos de la gente al pasar.

- Harry – lo llame y volteo a verme – me voy a dormir. – dije mientras me sentaba en el sofa, apoyando mi mano en su hombro. Tomo mi mano y dejo un beso en el dorso de esta.

- Descansa, no me vuelvas a asustar así. – me sonrió.

Asentí.

Era viernes, a dos períodos de Encantamientos le siguieron dos de Transfiguraciones. Los profesores Flitwick y McGonagall pasaron quince minutos cada uno al comienzo de sus clases recordándoles la importancia de los TIMOs.

-Lo que deben recordar - dijo el pequeño profesor Flitwick parado como siempre en una pila de libros para poder ver sobre su escritorio - ¡es que estos exámenes van a influir en su futuro en los años por venir! Si no han considerado seriamente qué carrera van a seguir, este es el momento de hacerlo. Y en el ínterin, me temo, debemos trabajar más duro que nunca, para asegurarnos de que cada uno logre lo que realmente se merece.

Pasamos más de una hora repasando Encantamientos Invocantes, que según el profesor Flitwick serían parte segura de los TIMOs. Para finalizar la clase nos asignó la tarea de Encantamientos más larga que hubieramos tenido nunca hasta ese momento.

Suspire dejando la clase atrás, caminando junto a mi hermano por el pasillo.

-No suspires, - me dijo indignado – a vos te salieron los encantamientos, ¡A mí no!

-Harry, ya vas a poder, no te preocupes.

-Tendré que practicar toda la noche... - suspiró - Nos toca cuidado de criaturas mágicas.

- ¿Qué estará haciendo Hagrid? – pregunte en un susurro a mi hermano, frenando nuestro paso. Unos alumnos de Ravenclaw pasaban cerca de nosotros. No quería que escucharan nuestra conversación.

-No lo se. Pero ya tendría que volver. Me estoy preocupando.

Se me pusieron los pelos de punta.

Sonriendo ante nuestra cara de sorpresa al verlo aparecer, Draco Malfoy se inclinó a través de Harry y quito una pluma de mi buzo, proveniente del lagarto alado que había invocado en clase.

– Quizás -, susurró Malfoy, de la misma manera que lo estábamos haciendo nosotros, mientras me miraba a los ojos. Un escalofrio recorrio mi espalda. - el gran estúpido consiguió que lo hirieran gravemente.

-Quizás lo logres tú también si no te callas- dejó escapar Harry a través de una ranura en los labios, apartandose de el al instante.

- Probablemente ha estado metiéndose con cosas demasiado grandes para él - ladeo su cabeza hacia atras con altaneria, dejando a la vista su delicado cuello, con la vena Yugular externa haciendose presente bajo su piel -, si entiendes lo que digo. 

Malfoy se alejó, sonriéndonos por sobre el hombro. Lo mire con el ceño fruncido mientras se retiraba por donde debíamos dirigirnos también nosotros.

- ¿De dónde apareció?

-No estaba detrás de ti hace un minuto, habrá que cuidarnos más cuando y donde hablamos. – dije observando alrededor. – Quizás el padre le enseño algún hechizo nuevo.

- ¿Podrá tener una capa? – mi hermano me miro preocupado. Negue con la cabeza.

-Lo dudo.

¿Sabía algo Malfoy? Su padre era un Mortífago después de todo; ¿Qué tal si tenía información acerca de Hagrid que no había llegado a oídos de la Orden? Hermione mas tarde me quito mi preocupación. Dumbledore sabría si algo le había pasado. ¿Verdad?

-¡Oh, no! – susurro Harry agarrando su cabeza mientras bajábamos por el camino de piedras que llevaban hacia el patio frente la casa de Hagrid, donde hoy tendríamos la clase.

-¿Qué pasa? – le pregunte confundida. El viento sopló fuerte y lamente no haber traído la capa conmigo.

-Angelina me va a matar. Las practicas son hoy y yo tengo castigo con Umbridge.

Hice una mueca con mi boca. – Le intentare explicar. Quien sabe, quizás hasta te quite tu lugar de buscador. 

Mirando hacia el bosque prohibido, logre ver a Emmett observandonos desde la distancia, sostenia un hacha entre sus manos Le sostuve la mirada unos momentos y luego prosiguio con su camino rodeando el bosque. 

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