Una rosa para Alex.©

By itscarxam

2.5M 151K 68.1K

Segunda parte de la serie «Destino» Se puede leer sin leer la primera parte, pero si tienes pensado leerla N... More

Sinopsis.
TRÁILER OFICIAL
REPARTO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
Capítulo 31. ¿Hablas de Alex verdad?
Capítulo 32. Sí, el examen...
Capítulo 33. No estoy solo
Capítulo 34. Esa historia me suena
Capítulo 35. Pruebas
Capítulo 36. ¿Y si creamos nuestra propia historia de amor?
Capítulo 37. ¿Cómo estás nenaza?
Capítulo 38. Me asusté
Capítulo 39. Ojalá
Capítulo 40. ¿Por qué lo preguntas?
Capítulo 41. Body Painting
Capítulo 42. Alex...
Capítulo 43. Mientes
Capítulo 44. Sí. No.
Capítulo 45. Hasta siempre.
Capítulo 47. Necesito que seas feliz.
Capítulo 48. Día dos
Capítulo 49. Día cuatro
Capítulo 50. Día seis
Capítulo 51. Día quince
Capítulo 52. Día treinta
Capítulo 53. Día cuarenta y cinco
Capítulo 54. Con una condición
Capítulo 55. Alex está enferma
Epílogo.
AGRADECIMIENTOS.
ESPECIAL. ¿QUÉ PASÓ CON LA ESPALDA DE JORGE?
ESPECIAL. ¿QUÉ PASÓ CON DALEX?

Capítulo 46. Yoel.

18.4K 1.4K 851
By itscarxam

David

La vida en general es genial. Todo en mi vida ahora es fantástico. Quiero reír, quiero gritar, quiero llorar... Pero esto último solamente quiero hacerlo de felicidad. ¡Por fin de una vez por todas soy libre! He acabado con mis últimos exámenes y no me puedo sentir mejor. Adiós libros. Adiós apuntes. Adiós a madrugar. Ya puedo dar por finalizado mi segundo año en la universidad, lo que significa que solo me quedan dos más.

—Elena tenemos que hablar —llega diciendo Yoel en cuanto aparece en el apartamento.

Cierra la puerta dando un repentino portazo. Tanto Elena como yo levantamos la vista de nuestro trabajo a conjunto tras ver su reacción y nos miramos confusos. Estoy ayudándola sujetando la tela de un nuevo diseño mientras que ella va cortando con las tijeras con mucho cuidado. Al parecer este ha sido un diseño de última hora, el cual tiene que entregar mañana a primera hora por obligación de su nueva jefa, a la cual clasifica Elena como amargada, maniática y perfeccionista. Desde que comenzó con las prácticas del curso que ha estado realizando sobre diseño y moda no le ha faltado el trabajo. Muchas diseñadoras la han llamado para que trabaje para ellas y junto a ellas, y a pesar de todo tengo que admitir que Elena es bastante buena en lo que hace.

—Tenemos que hablar, a solas —dice Yoel mirándome fijamente a mí para que me dé por aludido cuanto antes.

Su mirada a la vez que fulminante es asustadiza y confusa. No sé qué es lo que se le estará pasando por la cabeza ahora mismo a mi mejor amigo, pero sea lo que sea lo que está pensando me da la sensación de que no es nada bueno. En este año ha hecho y dicho muchas cosas sin sentido. Como por ejemplo de vez en cuando pasa de estar de muy buen humor a estar con un humor de perros con el que cualquiera le aguanta, y otra de las cosas que ha hecho y que me ha descolocado por completo ha sido desaparecer de casa durante unos cuantos días en los que nadie sabía dónde estaba. Ni tan siquiera Elena lo sabía, y debido a esto han tenido más de un par de discusiones a lo largo del año. A penas han discutido en estos dos últimos años, y cuando lo han hecho ha sido por cualquier tontería. Los dos congenian genial como pareja, pero nada es perfecto y ellos dos no iban a ser menos.

—David por favor —me pide con tono autoritario mi mejor amigo para que desaparezca de su vista cuanto antes.

Le echo una mirada con los ojos entrecerrados. ¿Qué mosca le ha picado?

—¿Yoel no te puedes esperar un momento? —le pregunta Elena malhumorada terminando de cortar el último trozo de tela que le queda.

—No —niega.

No para de tirarse del cabello con desesperación. Nunca antes le había visto así de nervioso.

—David muchas gracias —me agradece Elena.

Ella me dedica una pequeña sonrisa y yo me levanto del sofá en el que estoy sentado.

—Luego seguimos —le digo guiñándole un ojo.

Antes de desaparecer ayudo a Elena a doblar las telas como buena persona que soy. Paso por al lado de Yoel y queriendo le doy un empujón con el hombro. No tiene por qué comportarse como el capullo que está siendo ahora mismo. Con toda la parsimonia que existe en el mundo me retiro del salón, dejando a la pareja a solas para que hablen de sus cosas. Mientras camino fuera de la habitación directo hacia mi habitación escucho los murmullos de los ambos.

—¡Ah! —escucho gritar a Elena.

Me paro en seco en medio del pasillo en cuanto la oigo. Elena sigue gritando como si estuviese poseída, y estoy a nada de volver a asomarme al salón haber que es lo que pasa. Sin embargo me quedo tras la puerta escuchando la conversación que viene a continuación.

—¡Sí! ¡Sí quiero! —dice gritando.

No sé a qué es lo que afirma tan eufórica, pero sé que Yoel está tan confundido como yo cuando le oigo hablar a continuación.

—¿Elena de que estás hablando? —le pregunta extrañado.

Me asomo lentamente para que no me vean. Consigo ver a Elena sentada en el sofá con una sonrisa reluciente en el rostro y a Yoel agachado de cuclillas justamente frente a ella negando con la cabeza mientras sujeta las manos de su novia.

—Ahora es cuando sacas el anillo, ¡venga va! —la escucho exclamar impaciente terminando por dar una palmada.

¿Anillo? ¿De qué anillo está hablando? Solo se me viene una imagen a la cabeza cuando escucho esa palabra, y esa imagen es la de Jorge hincando rodilla con un anillo en mano frente a Nat. Yoel nunca me ha contado que tuviese planeado pedirle un día de estos la mano a Elena.

—Cerraré los ojos para hacerlo más interesante. ¡Venga Yoel! ¡No puedo espe...

—¡Elena basta! —le grita de malas maneras antes de dejarla terminar de hablar poniéndose de pie.

Sigo mirando a hurtadillas sus reacciones. Yoel pasa las manos por su pelo sin parar mientras camina de un lado a otro. Después de unos largos segundos sin decir ni hacer nada, él opta por sentarse al lado de ella. Veo cómo trata de sujetar de nuevo las manos de Elena, sin embargo ella no le concede ese placer, es más, lo que hace es desplazarse al sobre el sofá para mantener distancia con él. Un tic nervioso aparece en la pierna derecha de mi mejor amigo, no puede parar de moverla de arriba debajo de manera continua.

—No Elena, no es lo que tú crees... —niega suavizando su tono de voz.

—Yo creía que...

—No —niega una vez más volviendo a sonar cortante y distante.

Esta vez es él quien se desplaza sobre el sofá para hacer desaparece la distancia. Consigue sujetar las manos de su novia y las acaricia con delicadeza, pero ella ni le mira. De repente todo es silencio y yo sigo plantado aquí, detrás de la puerta escuchando conversaciones ajenas. Algo dentro de mí me impide avanzar hacia mi habitación, y ese algo no es el lado medio cotilla que todo el mundo tiene. Siento que lo que tiene que decir Yoel nos va a afectar a todos, y con decir a todos me refiero a que yo estoy incluido en el lote.

—Escúchame, ¿vale? —Yoel vuelve a romper el silencio.

Elena asiente levemente con la cabeza aun sin mirarle. La expresión de Elena ahora no sabría muy bien cómo definirla, solo sé que ya no hay una sonrisa iluminada en su rostro, más bien ahora sus labios forman una línea fina sin expresión.

—Tengo que... —le escucho decir—. Tengo que marcharme.

Tan pronto como lo dice se queda mirando hacia un punto fijo, más exactamente se queda mirando hacia donde yo me encuentro. De un segundo a otro se levanta del sofá con rapidez, y lo primero que pienso es que me ha visto husmeando donde no me llaman. El corazón se me acelera al oír sus pasos y no sé por qué pero trato de aguantar la respiración. Soy incapaz de huir, es más sigo de pie paralizado en el mismo sitio escuchando sus pasos caminar de un lado hacia otro, por suerte estos nunca llegan a mí. Así que me relajo y vuelvo a respirar con normalidad intentando acompasar los latidos de mi corazón desbocado.

—Han aceptado mi solicitud —le escucho decir a mi mejor amigo.

Frunzo el ceño sin saber de qué habla, y cuando me asomo veo a Elena igual que yo.

—¿Qué? ¿Qué solicitud? ¿De qué me estás hablando? —pregunta ella confundida.

Esas mismas preguntas están revoloteando en mi cabeza. Nunca antes había mencionado nada de ninguna solicitud.

—Me ofrecieron unas prácticas remuneradas en una gran empresa y no dudé ni un segundo en echar la solicitud. Esas prácticas son una gran oportunidad para seguir en el mundo laboral, y la verdad es que es algo que nunca llegué a imaginar —comienza a explicar—. Cuando desaparecí unos días fue porque... Porque tuve que ir a la misma empresa a que me hiciesen una entrevista.

Ahora todas mis dudas sobre sus escapadas tienen sentido.

—¿Y por qué no me lo has contado? —pregunta ella.

Conozco bien a mi mejor amigo, y sé que detrás de todo esto hay algo más.

—Te-Tengo... —tartamudea.

Durante un buen rato se dedica a balbucear cosas sin sentido tratando de explicarse.

—¿Tienes qué? —pregunta Elena desesperada—. Yoel me estás asustando...

—Tendré que mudarme los próximos dos años al otro lado del país —suelta de golpe.

Después de decirlo deja escapar un gran suspiro como si se hubiese quitado un gran peso de encima, aunque de cierto modo lo ha hecho. Pero no, Yoel no puede marcharse así porque sí. Es mi mejor amigo, y le necesito a mi lado. Sé a ciencia cierta que si él se marcha nuestra amistad nunca volverá a ser la misma. Es lo que suele pasar cuando se interpone la distancia de por medio entre dos personas, y que se vaya significa alejarse, y alejarse significa distancia.

—Pues me iré contigo —escucho a Elena decir con convencimiento.

—No Elena —le niega.

—Dejaré el trabajo que tengo. Aunque sea una de las mejores diseñadoras y ame realizar su trabajo porque siempre es lo que he soñado. La dejaré a ella para quedarme a tu lado. ¡Así viviremos por fin juntos! —exclama con entusiasmo.

—Elena no quiero que renuncies a tus sueños por mí.

—Yoel estar contigo es lo que siempre había soñado —la voz de Elena ahora más que entusiasmada es medio entrecortada.

Yoel está dispuesto a marcharse sin más, dejándonos a todos aquí. Entiendo que está intentando hacerse hueco de alguna manera en el mundo laboral, y que son unas prácticas claves para seguir trabajando, pero lo que no entiendo es que no nos lo haya dicho antes cuando sabía a la perfección que todos le íbamos a apoyar en la decisión que tomase.

—No Elena, no digas eso. Tienes que seguir con tu trabajo, seguir adelante sin mí.

Elena se deshace de sus manos lentamente y se retira de él deslizándose sobre el sofá.

—¿Estás rompiendo conmigo?

—¿Qué? —exclama sorprendido—. ¡No! ¡Claro que no!

—Pues eso es lo que estoy sintiendo ahora mismo...

La voz de Elena se rompe a medida que va hablando, y segundos más tardes escucho leves sollozos que seguramente provienen de ella.

—Elena yo no... ¡Elena!

La mencionada pasa con rapidez por delante de mí echa un mar de lágrimas y se encierra sin pensárselo dos veces en la habitación. Creo que ni tan siquiera se ha dado cuenta de mi presencia, o ha pasado de largo. Supongo que el hecho de que yo lo haya escuchado todo es una de las cosas que menos le importará en estos momentos. Con el valor suficiente salgo de mi escondite y entro en el salón. Veo a quien dice ser mi mejor amigo decaído sentado en el sofá, y nada más escucharme entrar levanta la cabeza para mirarme arrepentido.

—Tío eres un capullo —escupo sin más—. Sabías que ella y yo te apoyaríamos en cualquier paso que dieses y solo has pensado en ti, en nadie más. ¿Por qué cojones has hecho eso?

—Yo...

—¿Sabes lo que acabas de hacer? Acabas de destrozar a la chica que te ha amado durante estos tres últimos años.

Yoel abre sus ojos de par en par sorprendido. Ni yo mismo me puedo creer las palabras que acaban de salir de mi boca, pero estoy en lo cierto.

—David... —murmura.

Niego con la cabeza. No quiero ni escucharle. Salgo del salón sin volver a mirarle. No puedo hacerlo. Me siento engañado, traicionado, irritado, furioso... La verdad es que no sé muy bien cómo me siento realmente.

—¿Elena? —pregunto dando un par de toques en la puerta de la habitación antes de entrar—. ¿Elena estás bien?

—Perfectamente —dice con la voz rota.

Sé a la perfección que no está bien cuando está tumbada en la cama echa un ovillo mientras miles de lágrimas le invaden el rostro. Cuando me ve aparecer no se atreve ni a mirarme. Seguramente se avergüenza de que la vea llorar, pero no tiene por qué hacerlo. Ella me ayudó en mis peores momentos, cuando todo lo veía negra y a nada le veía sentido, y ahora es mi turno.

—Elena... —susurro acercándome a su lado.

Me siento junto a ella y comienzo a acariciarle la espalda.

—¿Necesitas hablar?

—No —niega sollozando.

Se incorpora sentándose a mi lado y me mira. Sus ojos claros ahora están apagados y completamente rojizos debido a tanto llorar. Hipa intentando aguantar las lágrimas, pero cuando la acojo entre mis brazos y la estrecho con fuerza entre ellos, no puede aguantarlo más. Rompe a llorar mientras que se aferra a mi camiseta estrujándola con fuerza. Nos mantenemos así durante un buen rato. Ella dejando escapar todo lo que siente en estos momentos y yo abrazándola en silencio sin mediar palabra.

Poco a poco parece ir calmándose, hasta que solo tiembla entre mis brazos.

—¿Tú lo sabías? —pregunta entre sollozo y sollozo.

—No —le niego con sinceridad.

Lentamente se retira de mí para mirarme a los ojos. Supongo que busca algún rastro que demuestre que no le estoy mintiendo, que le estoy diciendo la verdad.

—¿Estás tan enfadado como lo estoy yo?

—Sí, aunque supongo que un poco menos...

Elena da un enorme suspiro y sigue mirándome.

—No quiero volver a verle —dice con un tono furioso.

—Lo sé.

—De solo pensar en él me dan ganas de... —y se calla para volver a llorar.

Se tumba en la cama, empapando la almohada de lágrimas.

—¿Puedes abrazarme? —me pide.

Echándose a un lado me hace un hueco. No creerá que...

—Por favor... —me pide entre sollozos y lágrimas.

No muy convencido me estiro a su lado. La idea de estar aquí tumbado con la novia de mi mejor amigo no me hace gracia, pero mi instinto decide por sí mismo y la abrazo mientras sigue sollozando...

Elena se queda mirándome fijamente. Las lágrimas siguen resbalando por sus mejillas, aunque de repente sonríe de oreja a oreja. No sé qué se le está pasando por la cabeza en estos momentos, pero sin venir a cuento acaba besándome. Sus labios me recuerdan a ella, y no puedo apartarla de mi lado aun sabiendo que no es Alex quien me está besando. 

Antes de poder darme cuenta, no existe la ropa.

—Alex... —murmuro.

Suelto un gruñido. ¿Qué se supone que estoy haciendo? Por un momento la cordura aparece, sin embargo cuando ella vuelve a mí, vuelvo a perderla por completo. 

—Yoel... 

Es entonces cuando me doy cuenta de que su cabello ahora no es negro, que es rubio. Nuestro ritmo ha pasado de lento a rápido en un segundo, y entonces es cuando paro de golpe.

Me despierto sobresaltado abriendo los ojos de par en par. No consigo ver nada, todo está oscuro y lo poco que consigo ver es a Elena tumbada a mi lado con los ojos cerrados descansando. Por suerte está completamente vestida y arreglada. Un suspiro aliviado escapa en estos momentos de mis labios. Todo ha sido un maldito sueño. Yo nunca me acostaría con la novia de mi mejor amigo, sería incapaz de hacerlo. No entiendo por qué he soñado con ella. Mis pensamientos han sido tan sumamente egoístas... Sé lo mucho que duele que te hagan daño y no quiero que nadie aquí sufra. Pero por desgracia cuando vuelvo a la realidad me doy cuenta de que no todo lo que yo quería que hubiese sido un sueño lo ha sido. Una parte de mí, se marcha lejos.

Yoel se marcha.

Este capítulo estará en "Extras"

¡Hola personillas! ¿Qué tal ha ido vuestra semana? Espero que genial.

Un #ViernesDalex más, y uno menos. Ya queda muy poquito para que la historia finalice. Voy a llorar. *se va al rincón*

Y nada más que decir.

¿Qué os ha parecido ese momento DELENA?

¿Creíais que era verdad?

Jeje. David no es tan hijo de la gran fruta como para hacer algo así. Ya ha madurado, o al menos lo intenta.

Ahora...

¿Qué creéis que pasará con Yoel y Elena?

¿Y si terminan?

¿Y si de verdad existe Delena?

¿Y si Dalex ya no existe nunca más?

Ya me voy, dejo de ser tan sumamente pesada. Comentadme mucho, mucho. No sabéis la ilusión que me hace ver vuestros comentarios.

SOBRE TODO VUESTRAS TEORÍAS LOCAS JAJA

Y otra cosa: Comentemos el final de TEEN WOLF.

Yo personalmente esperaba muchísimo más, me ha decepcionado un poco. Pienso que en la 6A todo hubiese quedado mejor. ¿Y ustedes?

¿Se nota mi cansancio? Llevo unas cuántas noches sin pegar ojo...

Buenas noches.

Dreamy

Continue Reading

You'll Also Like

74K 4.2K 41
Todos hemos oído de la historia del mujeriego que se enamora de la chica simple, tímida pero con fuerte actitud que nunca ha tenido novio y bla bla b...
18.6K 127 2
-"Todos dicen que soy una perra desalmada, inclusive así me llaman en el trabajo, pero no es así. Yo simplemente no quiero que ninguno de todos est...
5.2K 410 80
Para esos casi algo que me rompieron el corazón Para todos esos amores que deje atrás y para aquellos que nunca podré olvidar Para todas las personas...
32.4K 4K 17
Emma está feliz con lo que ha logrado en su vida. Su blog está creciendo de maravilla, vive en la ciudad de sus sueños y todo va marchando como deber...