Una rosa para Alex.©

By itscarxam

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Segunda parte de la serie «Destino» Se puede leer sin leer la primera parte, pero si tienes pensado leerla N... More

Sinopsis.
TRÁILER OFICIAL
REPARTO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
Capítulo 31. ¿Hablas de Alex verdad?
Capítulo 32. Sí, el examen...
Capítulo 33. No estoy solo
Capítulo 34. Esa historia me suena
Capítulo 35. Pruebas
Capítulo 36. ¿Y si creamos nuestra propia historia de amor?
Capítulo 37. ¿Cómo estás nenaza?
Capítulo 38. Me asusté
Capítulo 39. Ojalá
Capítulo 40. ¿Por qué lo preguntas?
Capítulo 41. Body Painting
Capítulo 43. Mientes
Capítulo 44. Sí. No.
Capítulo 45. Hasta siempre.
Capítulo 46. Yoel.
Capítulo 47. Necesito que seas feliz.
Capítulo 48. Día dos
Capítulo 49. Día cuatro
Capítulo 50. Día seis
Capítulo 51. Día quince
Capítulo 52. Día treinta
Capítulo 53. Día cuarenta y cinco
Capítulo 54. Con una condición
Capítulo 55. Alex está enferma
Epílogo.
AGRADECIMIENTOS.
ESPECIAL. ¿QUÉ PASÓ CON LA ESPALDA DE JORGE?
ESPECIAL. ¿QUÉ PASÓ CON DALEX?

Capítulo 42. Alex...

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By itscarxam


La fiesta es a las doce, y yo estoy a menos cinco esperando a que Alex, o a que algunos de sus compañeros, se dignen en abrirme la puerta. Yoel, Elena y Ricky han decidido esperar en el coche. Miro las puntas de mis deportivas blancas, las cuales seguramente acabarán completamente negras al final de la noche, al igual que mi camiseta de tirantas abiertas. Suelto un suspiro de tan solo pensarlo. Elegir prendas de color blanco no es que haya sido una buena elección por mi parte, aunque por suerte mis pantalones son de un tono vaquero oscuro. Algo es algo. Escucho un leve "crack" frente a mí que me hace levantar la cabeza, y a continuación la puerta se abre dejándome ver a una Alex un poco extravagante.

—¿Pero que traes puesto? —es lo primero que escapa de mi boca.

Una toalla está envuelta alrededor de su cabeza y va vestida con un simple albornoz que deja sus largas y pálidas piernas a plenas vistas, por eso yo no tardo en fijarme en ese detalle.

—Quedamos a las doce —espeta al verme.

—Son menos cinco, los chicos nos están esperando en el coche —la informo encogiéndome de hombros.

Sin pedir permiso me adentro en el apartamento. Prefiero llegar cinco minutos antes y esperar, que llegar cinco minutos tarde y que me tengan que esperar. Como ya he dicho mil veces, las esperas me desesperan, pero si son con vistas así de buenas me da igual cuanto tenga que esperar. Sigo a Alex por el pasillo que dan a las habitaciones, y veo que no pone impedimento cuando me ve pasar detrás de ella a su habitación. En lo primero que me fijo al entrar es el vestido ceñido con el que la conocí en aquella fiesta extendido sobre la cama. Mi corazón da un vuelco de tan solo recordar cómo le quedaba puesto. Era una auténtica Diosa, y ahora esa Diosa resulta que es completamente mía.

—Cierra la puerta —me ordena.

Enseguida salgo de mi trance al escuchar su voz y hago caso a su orden. Así que girándome de nuevo hacia la puerta, la cierro, dejándome ver tras la cara posterior de esta un calendario con la mayoría de números tachados.

—¿Qué significa? —pregunto curioso sin quitar la vista de encima.

Contando los números me doy cuenta de que son justo dos semanas y tres días los que hay eliminados por una crucecita.

—Eh... —murmura—. Solo son los días que llevo de retraso —me informa.

Mis ojos se abren de par en par al oírla. ¿He oído bien?

—Que... ¿Qué? —pregunto, haciendo así que me salga un gallo.

—No te preocupes, mi regla no es regular —dice tratando de calmarme.

—¡Oh Dios! —exclamo llevándome las manos a la cabeza—. Espero por todos los medios que no estés... —Alex me mira achinando los ojos, así que me callo y vuelvo la vista hacia el calendario—. Joder... —murmuro—. Que tu regla sea irregular no significa que yo no esté acojonado —medio grito.

Suspiro y tomo aire. Pensándolo bien, lo hemos hecho la mayoría de veces sin precauciones de por medio. Creo que ahora mismo necesito emborracharme, aunque pensándolo mejor prefiero ver cómo le queda ese vestido a Alex.

—¿Te lo vas a...

Cuando me giro una vez más para quedar cara a cara con ella la veo medio vestida, y no exactamente con el vestido que yo quería. Alex está terminando de colocarse un top de color blanco, el cual deja gran parte de su vientre al aire libre. Sin embargo, su parte de abajo está completamente desnuda si no fuese por las braguitas que lleva puestas, pero esta vez no son de esas que ella suele llevar con ridículos dibujitos incluidos, no.

—¿Q-Qué estás haciendo? —pregunto nervioso al verla gesticulando exageradamente con las manos.

—¿Vestirme?

—Ah, sí, eso, ya... —balbuceo—. ¿Sabes qué? Mejor te espero fuera.

Rápidamente abandono la habitación, y al hacerlo me apoyo contra la primera pared que encuentro a mi paso. Un largo suspiro brota de mis labios sin mi permiso. Si hubiese seguido un segundo más dentro de esas cuatro paredes habría acabado haciendo algo que nos hubiese entretenido a ambos, por lo tanto los demás nos tendrían que esperar, y no tan solo cinco minutos... Alex semidesnuda es pura tentación para alguien con las hormonas tan revolucionadas como yo. Menos mal que últimamente he aprendido a mantener a raya mi autocontrol.

—¿Nos vamos? —pregunta pasando por delante de mí.

Reacciono al par de segundos y camino tras ella hasta la puerta. Alex provoca en mí un estado de embobamiento crónico a todas horas. De camino hacia el coche no puedo dejar de mirar las vistas que tengo delante. La verdad es que son dignas de admirar, no lo puedo negar. Al fijarme en su vestimenta me doy cuenta de que ambos hemos coincidido en la ropa como si lo hubiésemos planeado horas antes. Top blanco, camiseta blanca. Vaqueros oscuros, vaqueros cortos oscuros. Alex va preciosa con cualquier cosa que se ponga. Creo que hasta con una bolsa o un saco de patatas seguiría estando preciosa. Cuando mi chica se inclina hacia delante saludando a mis compañeros de piso mientras se adentra en el coche mi boca se abre de par en par al mismo tiempo que lo hacen mis ojos... ¿Eso que acabo de ver es un cachete? Cierro la puerta del coche de un portazo malhumorado, provocando que Yoel me riña por ello, aunque yo no le escucho. Estoy demasiado concentrado pensando en que le voy a decir cuando lleguemos a la fiesta. No es que le vaya a reñir ni mucho menos, solo pienso que Alex no debería de exhibirse de esa manera ante los demás, no le hace falta. Ni ella, ni nadie debería exhibirse así.

—¿Chupitos de tequila para ir calentando los motores? —escucho que pregunta Ricky.

De reojo veo como este mismo balancea una botella que está a medias entre sus manos. Yoel gruñe enseguida amenazando con matarnos como ensuciemos su vehículo mientras que las chicas gritan eufóricas un "Sí" agudo y comienzan a beber a palo seco y a gañote pasándose una y otra vez la botella. No sé cuántas veces la inclinan hacia su boca. La verdad es que he perdido la cuenta pensando en el buen recuerdo que tengo de la última noche que me emborrache a chupitos de tequila...

—¿Quieres un poco? —me pregunta Alex pasándome la botella después de darle ella un último trago.

Me guiña un ojo y se ríe. Seguro que ella también lo recuerda.

—No gracias, paso —le niego cortante.

—Pues tú te lo pierdes —espeta en el mismo tono que yo.

¿Por qué soy tan cascarrabias?

Alex inclina la botella nuevamente hacia su boca sin pensárselo dos veces, solo que esta vez no apunta bien, provocando que un pequeño hilo de alcohol le corra por la barbilla. Antes de que siga bebiendo le quito la botella de la mano. Paso la palma de mi mano con delicadeza por su barbilla retirando el chorreón de alcohol que corre por ella, evitando así que goteé y ensucie su ropa. Una vez realizado todo este espectáculo Alex se inclina hacia mí y me besa a la vez que me pasa tequila de su boca a la mía. Su mano está posicionada tan sumamente cerca de mi bragueta que en cuestión de segundos pierdo el control. Mi lengua busca la suya ansiosa, y nos enrollamos hasta que escuchamos un carraspeo. Había olvidado que no estábamos solos, y debo admitir que eso sí que ha sido un buen beso, fogoso y excitante. Doy un gran trago a la botella que aún mantengo en la mano. Mi garganta quema tras el paso del alcohol por ella, y le doy otro trago para acabar con la botella justo en el momento en el que llegamos a la fiesta. Escucho como la música retumba, veo como la gente entra y sale de la casa de fraternidad y también como las luces deslumbran sin ton ni son.

Una vez que bajamos Alex enseguida entrelaza nuestras manos.

—¿Puedes bajarte un poco los pantalones? —gruño un poco mosqueado acercándome a su oído mientras vamos caminando.

Alex de repente se gira de mala gana hacia mí, me suelta la mano y por la mirada que me echa supongo que acabo de cagarla.

—Es mi cuerpo, es mi ropa y yo hago lo que me da la gana —contesta bastante molesta cruzándose de brazos.

—Tienes razón, lo siento... —me disculpo.

Esta vez camino detrás del grupo cabizbajo mientras ellos van celebrándolo. Puede que mi comentario haya sonado un poco machista, al igual que celoso y controlador. No quiero ser así, es más, ya no soy así. Que se vista como quiera y como se sienta cómoda. Eso es una buena señal, ya que significa que se siente bien consigo misma. Ojalá todos nos sintiésemos así. Ojalá no existiesen complejos ni en hombres ni en mujeres. Ojalá no existiese un ideal de a lo que todos llaman "perfección", ya que todos somos perfectos tal y como somos. Con nuestros más, con nuestros menos, pero a nuestra manera perfectos.

Escucho gritos frente a mí. Unas chicas que se encuentran en la entrada de la casa pintadas con mil colores fluorescentes sobre el cuerpo tratan de hacer que mi mejor amigo se deshaga de la camiseta, a lo que él se niega. No por ser chicos tenemos que ir exhibiendo torso. Me fijo en que las chicas llevan unas pequeñas brochas en manos para pintarle, hasta que Elena se enfrenta a ellas poniéndose ante su novio y les grita de todo menos cosas bonitas. Le arrebata a una de ellas una de las brochas y comienza a pintarle por sí misma. Novia celosa a la vista. Echo la mirada hacia otro par de chicas, las cuales se dedican a pintar a Ricky y a Alex. Los dos se ríen mientras estas lo hacen, y en cuestión de un par de minutos están terminados pintados con rayas, puntos y dibujos abstractos sobre su cuerpo.

—Te toca —me anima Alex al verme allí parado como un pasmarote.

Entrelazando su mano con la mía tira de mí haciendo que de un traspié que me hace quedar frente a ella, y luego me deja un beso repentino en la mejilla. Sus labios están pintados por esa sustancia con la que nos maquillan, así que supongo que me acaba de dejar marca.

—¿Te quitas la camiseta? —me pregunta una de las chicas con la brocha en mano dispuesta a pintarme.

Su cara me suena, sin embargo no recuerdo de que la conozco ni tampoco tengo mucho interés en hacerlo. Las demás chicas que componen la fraternidad me animan entre gritos a que lo haga. Quieren verme sin camiseta, ¿pero por qué tendría que hacerlo? Sinceramente meses atrás me hubiese dado igual deshacerme de ella y enseñarles mi cuerpo, pero ahora no. No soy un hombre objeto, y tampoco sé por qué pero antes de tomar una decisión miro nuestras manos entrelazadas. Y luego la miro a ella. La encuentro riéndose, y al ver que la miro se encoge de hombros sin darle importancia, creo...

—Quítatela si quieres, no soy nadie para decirte que tienes o debes hacer —dice encogiéndose de hombros.

Cogiendo los bajos de mi camiseta me la saco por la cabeza. Alex me la quita de las manos y se la pone por encima de su top. Le queda como un vestido bastante corto, pero sigue estando increíblemente preciosa. Mientras que las chicas se dedican a pintarme yo solo tengo ojos para ella, quien ha vuelto a entrelazar nuestras manos, y quien finalmente le quita a una de las chicas una de las brochas para dibujarme un pequeño corazón en el centro de mi pecho. Una vez hecho todo esto nos adentramos en la casa, pedimos unas copas a una de las chicas que hace de camarera y nos vamos al salón donde se supone que es la pista de baile. Allí Alex y Ricky lo dan todo, mientras que yo solo trato de balancearme al ritmo de la música. Observo sus movimientos de caderas de lado a lado y luego subo mi vista hasta llegar a su rostro. Alex sigue sonriendo como lleva haciendo toda la noche. Se nota que está disfrutando de la fiesta, y a mí me encanta verla disfrutar. Sus pómulos están rosados, puedo verlo cada vez que una ráfaga de luz la ilumina, y su pelo se le pega a la frente debido al sudor provocado de tanto bailar. De repente Alex se distancia de Ricky para ponerse frente a mí y comienza a bailar conmigo. Yo sigo con mi balanceo siguiendo el ritmo de la música que suena mientras que ella baila, grita y salta eufórica. Nunca la había visto disfrutar así.

—¡Tenía ganas de salir de fiesta! —grita en mi oído con la lengua trabada mientras se deja caer contra mi pecho riéndose.

Yo solo asiento con la cabeza y doy un nuevo trago a la copa que mantengo en mano.

—¡No me había dado cuenta! —le grito irónico.

Al hablar me doy cuenta de que no es tan solo a Alex a quien se le traba la lengua, a mí también. Ella se ríe, bebe de su copa y cuando se la termina, Ricky ya nos ha traído otra a cada uno.

—¡Estáis aquí! —escucho la voz de Elena gritar.

La veo venir directamente hacia nosotros tirando de Yoel, al cual se le ve con cara de desesperación. Los ojos de Elena están colorados, quizás de todo el alcohol que ha ingerido. No puede ser por otra cosa, pero enseguida algo me pinta mal. Mi mejor amigo está más serio de lo habitual y no está disfrutando de la fiesta como todos los presentes aquí. Se acaba de apartar de nosotros hasta acabar por tropezar con una pared en la que poder apoyarse. ¿Qué le pasa? Siempre era el primero que venía a disfrutar y a pasarlo bien. ¿Por qué hoy no? Algo en su frente llama mi atención cuando una luz le da de pleno. Elena ha dibujado un enorme "MÍO" sobre ella, solo que este ya se encuentra bastante borroso.

—Voy a hablar con Yoel —le grito a Alex al oído.

Ella eleva sus pulgares dándome a entender que me ha oído y rápidamente busca a Ricky junto a Elena para volver a bailar. Camino hacia Yoel, y entre tropezones y tropezones consigo llegar hasta él. Parece que el alcohol ya comienza a afectarme.

—¿Qué te pasa? —le pregunto directo.

—Nada —contesta serio.

Prefiero no seguir insistiéndole. Hemos venido a divertirnos y a pasárnoslo bien.

—Eres mío... —le susurro al oído cuando veo cómo se iluminan las letras borrosas pintadas en su frente.

Le dedico un movimiento ridículo de hombros mientras me voy acercando a él, y Yoel restriega la palma de su mano contra su frente tratando de borrar las letras mientras gruñe.

—Tío vas borracho —dice riéndose.

Luego me aparta de su lado dándome un enorme empujón. Al menos he conseguido lo que quería, que se riese con alguna de mis payasadas.

—Un poco, por suerte eres tú el que conduce mi amor —le digo burlón.

Le guiño un ojo y vuelvo a acercarme a nuestro grupo arrastrándole conmigo. Por el camino todo comienza a darme vueltas, y noto como voy balanceándome de lado a lado. El alcohol está haciendo su efecto, pero aun así yo sigo bebiendo lo que me queda de esta última copa hasta acabar con ella y dejar el vaso a un lado. Cuando llego hasta Alex la agarro de la cintura y tiro de ella hasta que su espalda queda pegada a mi pecho. Por instinto de defensa, o no sé el por qué, ella me da un codazo. Al darse media vuelta y ver que soy yo se ríe y enrolla sus brazos alrededor de mi cuello. Me abraza dejando reposar su cabeza sobre mi hombro, dejándome sentir el latido de su corazón a mil por hora, y su respiración agitada sobre mi cuello. Bajo mis manos un poco más, y esta vez nos balanceamos juntos al son de la música. Nuestros cuerpos encajan a la perfección. Siento como deja un beso sobre mi cuello, el cual hace que se me ericen todo y cada uno de los vellos de mi cuerpo. Ella sigue con su juego, y yo comienzo con el mío dejándole un rastro de besos luminosos sobre el mismo. Nuestros besos no cesan durante minutos, solamente cuando posa su frente contra la mía y nuestras bocas se quedan a centímetros con ganas de encontrarse. En ese momento no escucho nada. Ni tan siquiera el sonido de la música, ni el ruido que hace la gente que hay a nuestro alrededor. Para mí no existe nada. Solo ella.

—¿A qué esperas para besarme? —pregunto burlón gritándole en el oído.

—A que tú lo hagas primero —dice sin pelos en la lengua.

Acerco mis labios a los suyos, pero no la beso. Simplemente la tiento dejándole caricias en sus labios con los míos. La escucho gruñir al ver que nunca llego a besarla mientras que no dejo de tocarla ni un solo momento. Las manos que mantengo sobre su cintura juguetean sobre está dándole caricias, y muy despacio las voy bajando hasta dar con su trasero. Ella al ver lo que estoy haciendo me aparta las manos, da media vuelta y apega su espalda contra mi pecho. Como venganza por todo esto me obliga a posar mis manos sobre sus caderas, y ella comienza a moverse traviesa contra mi entrepierna, haciendo así que me tense por completo.

—Si quieres que nos vayamos y te tenga entera para mí solito, simplemente tienes que decirlo —vacilo dedicándole media sonrisa al ver lo que está provocando en mí.

Alex da media vuelta de nuevo hasta quedar frente a mí y me mira pensativa achinando los ojos pero sin perder la sonrisa con la que lleva toda la noche. Adoro verla tan feliz, sonriendo, y medio borracha... Es graciosa, juguetona, posesiva y todo esto la hace más sexy de lo habitual.

—Una más y nos vamos —propone terminándose la copa de un tirón.

Asiento como si estuviese poseído, así que le propongo ir a por las copas mientras que ella se queda con los demás. De camino a por las bebidas todo comienza a darme vueltas. Las luces me marean y comienzo a tener mucho calor. Trato de apoyarme contra lo primero que pillo a mano y clavo la vista en el suelo, el cual me da vueltas sin parar. No puede estar pasándome esto ahora. No puede estar subiéndome todo el alcohol ingerido de repente. En ese momento una punzada de dolor me sacude y me tengo que llevar las manos a la cabeza como si esto fuese a aliviar el dolor.

—¡David! —chilla una voz femenina.

Tengo la esperanza de que sea Alex, o incluso me daría igual si esa voz se tratase de Elena. Eso solo significaría que alguien conocido viene a buscarme. Me encuentro muy mal y me están dando ganas de vomitar. Sin embargo no me doy cuenta de quién es hasta que me obligan a levantar la cabeza sujetándome del mentón. Veo borroso, pero aun así consigo enfocar la mirada.

—¡Llevaba mucho tiempo sin verte! —grita frente a mí.

Yo no dejo de mirarla, pero no la reconozco. Es morena y una cabeza más baja que yo.

—Te invito a una copa —me dice entregándome una de las dos copas que lleva en mano—. ¡Vamos a bailar!

Sin esperar mi respuesta comienza a tirar de mí. Tropiezo un montón de veces, y ella me sujeta para que no dé de bruces contra el suelo. Me suelta una vez que estamos en el centro de la pista, rodeados de gente que no conozco.

—Me... Yo... —balbuceo como si no supiese que decir.

Sé exactamente lo que quiero decir, pero no puedo decirlo y me estoy indignando. La lengua se me traba cada vez que quiero hablar y es muy frustrante.

—Te-Tengo que... Q-Que irme. Estoy con mi... —digo con lentitud.

Para ello he tenido que ordenar las palabras en mi cabeza antes de soltarlo. Tengo mucho calor, y mucha sed. Miro el líquido que hay en el vaso que me ha entregado esta chica pensativo. Mis padres siempre me han dicho que no acepte bebidas de desconocidos, y que tenga cuidado con lo que bebo, al igual que si suelto el vaso que tenía en manos no vuelva a hacerme con él. Existen muchos peligros hoy día, y esta noche no he escuchado ninguno de sus consejos. Sin ser consciente, de manera automática me llevo el vaso a los labios y doy un trago. El sabor de esta sustancia es muy fuerte y amarga. Si mis padres me viesen así estarían muy decepcionados. He bebido más de la cuenta, he aceptado bebidas de desconocidos y he cogido de nuevo un vaso que he soltado. Estoy muy mal y muy borracho, tanto que me dan ganas de llorar de la impotencia al no saber muy bien que estoy haciendo.

Miro hacia cualquier lado buscando la ayuda de alguno de mis compañeros, evitando a toda costa mirar a la chica que tengo frente a mí. Aun así no les veo, no veo a ninguno de ellos. Una nueva punzada se instala en mi cabeza, provocando que me tambalee mareado. Siento unas manos recorriendo mi cuerpo, y no las aparto. ¿Por qué no lo hago? Me siento débil. ¿Por qué he tenido que beber tanto? No tendría que haberlo hecho, sólo quería divertirme un poco y se me ha ido de las manos.

Muevo la cabeza de lado a lado al ritmo de la música, y cuando abro los ojos la veo al fondo de la sala. Es ella con un chico al que no reconozco a su lado diciéndole cosas en el oído. Cierro los ojos, y sin pensarlo camino en su dirección a ciegas. No puedo mantener los ojos por mucho más tiempo abiertos, pero aun así sigo caminando dando tumbos. Alguien me sigue detrás, ya que siento sus manos alrededor de mi cintura. Cuando vuelvo a abrir los ojos veo que Alex se está riendo con el chico que está a su lado, y le reconozco rápidamente. Es su ex. Cierro de nuevo los ojos y me quedo parado. No puede ser él, mi mente de borracho debe de estar jugándome una mala pasada. No sé cuánto tiempo pasa hasta que siento que tiran de mí, obligándome nuevamente a caminar. Entreabro los ojos para ver a donde me llevan. Una chica es la que me guía. Seguramente es Alex, quien ha conseguido verme por fin. Así que vuelvo a cerrar los ojos con la confianza de que sea ella. Por mucho que intento mantener los ojos abiertos no puedo, y cuando vuelvo a abrirlos no entiendo cómo hemos llegado tan pronto a casa. Veo borroso, aun así distingo el enorme bulto de la cama. Alex me ayuda a caminar hasta que me siento sobre el borde de cama, y luego me ayuda a apoyarme contra el cabecero para más tarde sentarse a horcajadas sobre mí. Siento algo húmedo por toda mi cara y mi cuerpo. Huele bien. Segundos después deduzco que es una toallita húmeda para deshacerse de mis pinturas. Una vez que acaba siento de nuevo sus labios, esta vez dejándome un cariñoso beso sobre mis mejillas. Por instinto posiciono las manos sobre la espalda, y aun así sin fuerzas las mantengo ahí quietas. No quiero que Alex se vaya. Todo está tan oscuro, y veo tan poco que no consigo distinguirla en la oscuridad. Lo que sí consigo distinguir es un leve rayo de luz que se cuela por la puerta ahora entreabierta. Alguien nos está observando, o quizás todo son alucinaciones mías. Pero la veo a ella.

—Alex... —murmuro.

Segundos después cierro los ojos, y todo es oscuro.

FIN.

JAJAJAJAJA es bromis lo de FIN. Ya me conocéis bastante como para saberlo *carita pornosa *

Os amo por hacer cosas así. Ya sabéis que hay una cuenta única y exclusivamente dedicada a memes de la novela jeje

#ViernesDalex *comentar aquí*

¿Qué os ha parecido el capítulo, sepsis? Chanchanchan...

¿Qué ha sido esto último? Yo lo zé, ustedes no. Lo siento, hasta el viernes que viene.

ME ENCANTAN LOS MEMES JAJAJAJA

¿ES ALEX?

¿DAVID ESTÁ ALUCINANDO?

¿BORRACHO?

¿DROGADO?

¿EN EL PAÍS DE LOS PUTICORNIOS?

¿USTEDES QUE DECÍS? Sabéis que me encantan las teorías que sacáis, y que normalmente siempre dedico el capítulo a el comentario que más me guste. Ya sabéis *carita pornosa*

¿SABÉIS QUÉ? Va a aparecer alguien por los últimos capítulos.

¿Jorge?

¿Vir?

¿Nat?

¿Y si Dalex no es real? ¿Y si nunca lo ha sido? ¿Y si todo da un giro? ¿Y si David vuelve a ver a Nat y deduce que está enamorado de ella? ¿Y si David muere? ¿Y si...

Ustedes:

¿CÓMO QUE DALEX NO ES REAL? ¡DAVID NO PUEDE MORIR!

Yo:

JAJAJAJAJAJAJAJAJA que mala soy. Me tenéis que dar el premio a la autora más cruel del mundo.

I'm Úrsula 🌚

Os voy a hacer preguntas sobre David para ver cuánto sabéis sobre él:

1. ¿Cuál es su apellido?🔠
2. ¿Qué día y en qué año nació?🕛
3. ¿Cuántos años tiene?🔞
4. ¿De qué color son sus ojos?👀
5. ¿De qué color es su cabello?😏
6. ¿Dónde nació?🏡

Y ahora otras que me gustaría saber...

1. ¿Qué piensas de la evolución de una historia a otra de nuestro pequeño pollo?🐥
2. ¿Cambiarías algo del personaje?🙈 3. ¿Qué es lo que más te gusta de él?😍
4. ¿Y algo que te disgusta de él?🙉
5. Si existiese y pudieses tenerlo por 24 horas... ¿Qué harías?🌚
6. ¿Alguna vez has sentido amor-odio hacia él? ¿O ambas por separado? ¿Por qué?💔
7. ¿DaNat o Dalex? ¿Por qué?
8. Define al David de antes en 3 palabras✌☝
9. Define al David de ahora en 3 palabras✌☝
10. ¿No piensas que Cody es perfecto para el papel de David?

Ahora sí, fin.

Tenía muchas ganas de interactuar con ustedes. Espero conseguirlo

PD: Hoy sí acepto que me he pasado con esta nota. Espero y no os moleste, solo quiero interactuar y ser activa con ustedes. Ya sabéis que me encanta.

Un besito y buenas noches♡

Dreamy

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