Selenofobia

By YamiKriss

1.8M 141K 13K

La Academia Louksna podría ser una escuela como muchas si no fuese por el hecho de que se trata de una instit... More

🌑 Selenofobia 🌑
⚠ Aviso
🌑 Prólogo 🌑
🌑 Capítulo 1 🌑
🌑 Capítulo 2 🌑
🌑 Capítulo 3 🌑
🌑 Capítulo 3 (parte II) 🌑
🌑Capítulo 4🌑
🌑 Capítulo 5 🌑
🌑 Capítulo 6 🌑
🌑 Capítulo 7 🌑
🌑 Capítulo 8 🌑
🌑 Capítulo 9 parte 1 🌑
🌑Capítulo 9 Parte 2🌑
🌑 Capítulo 9 parte 3 🌑
🌑Capítulo 10 🌑
🌑 Capítulo 11 🌑
🌑 Capítulo 12 (parte I)🌑
🌑Capítulo 12 (parte II) 🌑
🌑 Capítulo 12 (parte III) 🌑
🌑 Capítulo 13 🌑
🌑 Capítulo 14 🌑
🌑 Capítulo 15 🌑
🌑 Capítulo 16 🌑
🌑 Capítulo 17 🌑
🌑 Capítulo 18 🌑
🌑 Capítulo 19 🌑
🌑 Capítulo 20 🌑
🌑 Capítulo 21 🌑
🌑 Capítulo 22 🌑
🌑 Capítulo 23 🌑
🌑 Capítulo 24 🌑
🌑 Capítulo 25🌑
🌑 Capítulo 26 🌑
Advertencia
🌑 Capítulo 32 🌑
🌑 Capítulo 33 🌑
🌑 Capítulo 34 🌑
🌑 Capítulo 35🌑
🌑 Capítulo 36 🌑
🌑 Capítulo 37 🌑
🌑 Capítulo 38🌑
🌑Capítulo 39🌑
🌑Capítulo 40 🌑
🌑Capítulo 41🌑
🌑Capítulo 42🌑
🌑Capítulo 44🌑
🌑Capítulo 45 🌑
🌑Capítulo 46 🌑

🌑Capítulo 43 🌑

18K 2.3K 139
By YamiKriss

Hannah

No era necesario que me dijeran directamente lo que ocurría, yo misma podía intuirlo a partir de las expresiones que me rodeaban, las respuestas toscas, las miradas molestas y el afán de hablarme como si hubiese cometido un pecado capital.

Pero no estaba arrepentida, en absoluto, mi alma estaba en paz, me habría sentido mucho más inquieta si no hubiese hecho lo correcto.

Con todo, me dolía que las personas que yo solía llamar «amigos», no fuesen capaces de entender mi punto de vista.  Tal vez era egoísta pedirles que me comprendieran, cuando yo era incapaz de entender su perspectiva.  Pero simplemente no podía, no estaba dispuesta a permitir que me arrastraran a un plan del cual estaba totalmente en contra, y lo más importante, no iba a permitir que destruyeran este nuevo mundo en el que había encontrado aceptación.

—Señorita Donahue —La mención de mi apellido me sacó de mis cavilaciones.

—¿Si, profesor? —respondí con duda.

—¿Podría decirnos la respuesta a la pregunta cinco?

Miré mi libro y busqué la pregunta a la que se refería el maestro, sin embargo las letras flotaron en el aire, siendo incapaz de descifrar su significado.

Negué con la cabeza, llevándome una mirada de decepción de parte del profesor Bücher.

—Preste atención —ordenó.

Sin embargo, como si el destino se hubiese puesto a mi favor, en cuanto el docente se giró sobre sus talones, por esa costumbre que tenía de pasearse por el pasillo, se topó con el reloj de la pared, indicando que su clase había terminado.

No dijo nada, en su lugar, avanzó a su escritorio y recogió sus pertenencias.  Los alumnos presentes seguimos su ejemplo, hasta que levantó la cabeza, con una expresión de reproche marcando su rostro, que provocó que todos nos congeláramos en el acto.

Esperamos a que abandonara el aula y acabamos de guardar nuestros materiales para dirigirnos a la siguiente asignatura, a la que por cierto, íbamos tarde, gracias a él.

En cuanto crucé el umbral de la puerta, me di cuenta que frente a mí se encontraba la última persona que pensé que podía interpelarme. 

Intenté evitarla y pasar por su lado, mis genes de jaguar me hacían más ágil que Aby, pero aún así, la masa de gente que había en los pasillos se cruzaba en mi camino, demorando mi avanzaré y permitiendo que ella me interceptara con éxito.

—Tengo clases —espeté.

—Yo también —contestó, como si fuese el mejor argumento del mundo, y en cierta medida, lo era.

Aby iba un año más abajo, pero era la persona más responsable y estudiosa que conocía, por lo que saltarse una clase le dolí mucho más a ella que a mí.

Suspiré pesadamente en señal de rendición, esperando que soltara todo lo que tenía que decir. 

Era una muchacha tierna, que evitaba los conflictos y siempre estaba dispuesta a ayudar, lo que en cierta manera hizo que me tomara a la ligera el enojo que veía en su mirada.

—¿Por qué lo hiciste? —inquirió. 

Me encogí de hombros, en un gesto que fue muy descarado de mi parte, debo reconocerlo.

—Ustedes querían hacerme formar parte de un plan, del cual estaba completamente en contra —repuse.

—¿No crees que es un poco exagerado? Nunca pensamos en obligarte.

Apreté mis labios, conteniendo las ganas de gritar.

Años atrás, mis compañeros de clase me habían obligado a hacer un montón de cosas  que jamás quise.  Eran abusivos.  Recuerdo que limpiaban los baños con mi uniforme deportivo en educación física, luego debía fingir estar enferma para no tener que usarlo, pero no siempre funcionaba y acaba debiendo usar aquella ropa mal oliente.  Rompían mis cuadernos, echaban mugre a mi mochila, ponían chicle en mi cabello, se burlaban, y buscaban cualquier oportunidad para fastidiarme, no les importaba si lloraba, solo querían volverme miserable.

Los maestros nunca hicieron nada, aunque eran conscientes del maltrato.  A mis padres tampoco les importó, estaban demasiado ocupados resolviendo sus problemas maritales como para preocuparse de su molesta hija.

¿Qué se puede hacer en esa situación? Tan sola, sin ayuda, sin que nadie te dirigiera una palabra amable. 

Solo queda morir, al igual que los cientos de niños que se suicidan a causa del bullying.  Y aún así, simplemente me habría vuelto un número más, una cifra incapaz de conmover a alguien.

No quería ir a la escuela, solo quería encerrarme en mi cuarto y no salir jamás, como si mi propia habitación fuese la tumba. 

Estaba condenada al olvido.  O a crecer, y volverme una adulta amargada, atormentada por su pasado.

Pero cuando desperté en la habitación de hospital, fue como resucitar.  Nadie me conocía ni le importaba, era una nueva oportunidad, podía empezar desde cero una vida tranquila, sin miedos.

No iba a arriesgar todo lo que tenía por una aventura al bosque, no estaba dispuesta a provocar un nuevo infierno en mi vida. 

—Creí que eran mis amigos —respondí, apenada.

Los pasillos se habían vaciado por completo, todos los alumnos se habían dirigido a sus salones, solo quedábamos Aby y yo, hasta que el inspector nos descubriera.

—¿Pero qué dices? ¡Claro que lo somos! —dijo.

—¡Pero están intentando destruir mi paz! —exclamé.

—No… —respondió aturdida.

Era evidente que no podía entender a que me refería, había mantenido mi vida anterior resguardada en un cofre, lleno de cerraduras, de modo que nadie pudiera indagar si yo no lo permitía.

—Esta Academia fue mi salvación —expliqué—. Y ustedes solo quieren meterme en problemas.

—Hannah, si no querías, debiste decirlo.

—¡Lo hice! Y ninguno quiso tomarme en cuenta.

—Pensamos que solo había sido un arrebato —dijo—. Lo siento, no fue la mejor actitud, pero jamás te habríamos obligado a formar parte si no estabas de acuerdo.

—Me hicieron formar parte desde el momento en que ayudé a Kenzie a fugarse del hospital —escupí—. Porque el director me encomendó la tarea junto con ustedes.

Me estaba pasando, lo sabía, pero no podía callarme.  Mi filtro nunca había sido el mejor, solía hablar antes de pensar, sin importar cómo se sintieran mis palabras, y en este momento, mis emociones tenían el control de mi boca.

—La Lágrima es importante para Kenzie —murmuró.

No entendía por qué su voz sonaba como un lamento, por qué parecía más apenada que yo.  Ella no era víctima de nada, ni siquiera comprendía qué hacía encarándome de esta manera, dejándome como la bruja de toda esta situación.

—¡Ya lo sé! —grité.

—Tenemos que ayudarla.

—¿Ayudarla? —repetí con sarcasmo—. ¿Y tú la ayudar mucho suspirando por el chico que le arruinó la vida? ¿El mismo chico que no desaprovecha oportunidad para hacerla sentir miserable?

Me crucé de brazos, esperando la respuesta a mi pregunta retórica, pero solo me bastó con ver su expresión para saber lo que sentía.  Sus ojos amenazando con salir disparados de sus cuencas, esas pupilas brillante cual cachorro, y su mandíbula demasiado pesada como para mantenerla cerrada.

—Sí, lo descubrí —rematé—. Te gusta Cedric Limerick, y aún así, tienes el descaro de decir que ayudas a Kenzie. 

Aby intentó recobrar la compostura, con notable dificultad. Había tocado una fibra sensible, y la quebré sin piedad.

—Ninguna de las dos ha sido honesta —habló, tomando toda la fuerza que tení—. Pero al menos yo le he sido más leal.

Esta vez, quien recibió la cachetada en pleno rostro fui yo.  No porque Aby me hubiese levantado la mano, sino porque sus palabras me golpearon con tal fuerza, que fueron capaces de hacerme tambalear.

Aby dio media vuelta y se fue.  No tuve valor para detenerla, no había nada más que decir.  Me quedé de pie, mirando su espalda.  Su paso era firme, digno, aunque podía ver que la había lastimado, esta vez, había excedido todos los límites y me sentía una basura por haberla herido.  Ella no lo merecía, y  aún así, sentía que yo tampoco.

Caminé por el pasillo en solitario, a estas alturas no tenía caso intentar entrar a clases, por lo que más tarde lidiaría con los reclamos de mi tutor, no tenía tantas ausencias, pero Greg no dejaba pasar una sola sin averiguar el motivo.  Era molesto a veces, aunque a la larga me venía bien sentir su preocupación.  Mis padres nunca fueron tan considerados.

Decidí que lo mejor era ponerme en marcha para entrar a la siguiente asignatura, la cual también era la última del día.

Aún estando un curso por encima de Aby, en realidad era un año menor, por lo que mis clases de la tarde estaban ordenadas de acuerdo a mi edad.  Es decir, aprendía lo que ella ya había estudiado en su escuela, cuando era humana. 

La conversación daba vueltas en mi cabeza, y no podía evitar sentirme culpable.

Aby gustaba de Cedric, lo sospechaba, lancé la piedra sin pensar y ella acabó por confirmarlo.

Sin embargo, había sido Aby quien se puso de pie el día en que Cedric le dio la peor paliza a Kenzie, pese a sus sentimientos, hasta que encontró a alguien capaz de ayudar.  Angus detuvo a su hermano, pero quien salvó realmente el pellejo de su amiga fue Abigail.

Mientras que yo, había corrido a contarle al director la verdad. Aún cuando actué velando por mi propia seguridad y estabilidad, fui deshonesta.

No obstante, aunque el fin pudo haber sido egoísta, acabé por salvarle el trasero a todos, ¿acaso no se daban cuenta?  Si yo no hubiese intervenido, habrían pasado un año castigados.

Un año de castigo.  ¿Realmente ese era mi mayor temor?

Me repetí una y otra vez que no podía permitir que mi mundo se destruyera, pero aquella sanción no iba a desmoronar mi vida, iba a dolerme, es verdad, pero mi silencio habría ayudado a una amiga a descubrir un gran misterio, que en serio necesitaba descrifrar.

Estaba divida.  Mi consciencia me mataba, pero a la vez, no podía arrepentirme de mi decisión. 

Sin embargo, llegué a la conclusión de que habría preferido una amiga como Abigail .  Lo que significó darme cuenta que me estaba convirtiendo en la clase de persona con la cual no querría estar.  Era curioso y dolía.

----

Continue Reading

You'll Also Like

44.8K 6.6K 32
《 Transmigré a la antigüedad para ganar dinero y criar a mi cachorro 》 Continuación a partir del capítulo 200. Para leer la primera parte, busca la n...
33.9K 4.9K 41
toda mi clase y yo fuimos transportados a todo un mundo de fantasía lleno de magia y poderes, todo para vencer al Rey demonio. ¿¡Porqué debo pelear p...
280K 54.3K 200
En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por su fuerza bruta y sus agudos instintos, muere a manos del jefe al que ser...
155K 33.3K 200
⚠️Solo a partir del capítulo 201, primera parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por su fuerza...