Selenofobia

By YamiKriss

1.8M 141K 13K

La Academia Louksna podría ser una escuela como muchas si no fuese por el hecho de que se trata de una instit... More

🌑 Selenofobia 🌑
⚠ Aviso
🌑 Prólogo 🌑
🌑 Capítulo 1 🌑
🌑 Capítulo 2 🌑
🌑 Capítulo 3 🌑
🌑 Capítulo 3 (parte II) 🌑
🌑Capítulo 4🌑
🌑 Capítulo 5 🌑
🌑 Capítulo 6 🌑
🌑 Capítulo 7 🌑
🌑 Capítulo 8 🌑
🌑 Capítulo 9 parte 1 🌑
🌑Capítulo 9 Parte 2🌑
🌑 Capítulo 9 parte 3 🌑
🌑Capítulo 10 🌑
🌑 Capítulo 11 🌑
🌑 Capítulo 12 (parte I)🌑
🌑Capítulo 12 (parte II) 🌑
🌑 Capítulo 12 (parte III) 🌑
🌑 Capítulo 13 🌑
🌑 Capítulo 14 🌑
🌑 Capítulo 15 🌑
🌑 Capítulo 16 🌑
🌑 Capítulo 17 🌑
🌑 Capítulo 18 🌑
🌑 Capítulo 19 🌑
🌑 Capítulo 20 🌑
🌑 Capítulo 21 🌑
🌑 Capítulo 22 🌑
🌑 Capítulo 23 🌑
🌑 Capítulo 24 🌑
🌑 Capítulo 25🌑
🌑 Capítulo 26 🌑
Advertencia
🌑 Capítulo 32 🌑
🌑 Capítulo 33 🌑
🌑 Capítulo 34 🌑
🌑 Capítulo 35🌑
🌑 Capítulo 36 🌑
🌑 Capítulo 37 🌑
🌑 Capítulo 38🌑
🌑Capítulo 39🌑
🌑Capítulo 40 🌑
🌑Capítulo 41🌑
🌑Capítulo 43 🌑
🌑Capítulo 44🌑
🌑Capítulo 45 🌑
🌑Capítulo 46 🌑

🌑Capítulo 42🌑

19K 2.3K 127
By YamiKriss

Aby intuía que algo andaba mal, pero evitó ostigarme con preguntas que no quería responder.  Me acompañó en silencio hasta la cancha de entrenamiento, después de clases.  Quedaban pocos días para el aniversario y la conversación giró en torno a ello.

Estábamos a pocos metros de distancia cuando vi a alguien de pie en la entrada.

Miré a Aby, suplicando que no me obligara a explicar lo que ocurría entre Angus y yo. 

—Esta noche no te irás a dormir sin decirme qué ocurre —advirtió, antes de dar media vuelta y regresar por donde vinimos.

La vi alejarse, agradeciendo en mi fuero interno su paciencia y comprensión.

Me giré para encontrarme con los azulados ojos de Angus, esperando que me acercara. No estaba de humor para hablar con él, quería alejarme, dar la vuelta y entrar por otra parte, pero a estas alturas estaba consciente que escapar no llevaba ningún sitio, por lo que me armé de valor, tomé aire y avancé con paso firme, intentando lucir lo más determinada  que mis nervios me permitían aparentar.

A medida que me acercaba, mi confianza iba desapareciendo, pero confiaba con que pudiese disimularlo lo suficiente.

—Kenzie, tenemos que hablar —dijo, cuando pasé por su lado.

—Tengo práctica —puntualicé.

—Esperaré.

Acababa de dejarme sin una buena excusa para evitar esta conversación y no sabía cómo ocultarlo.

—Creo que pasó suficiente tiempo —susurré, mirando al suelo—.  Ya no tenemos nada de qué hablar.

Intenté pasar por su lado, pero no alcancé a dar más de dos pasos cuando lo tuve nuevamente frente a mí.  Se había movido con la velocidad y sigilo que se esperaría de un lobo, bloqueándome el camino.

—Solo te pido dos minutos, luego no volveré a dirigirte la palabra si así lo quieres —pidió. 

Pude ver en sus ojos que se estaba tratando  su propio orgullo, lo que significaba un gran esfuerzo de su parte, que me sentí incapaz de menospreciar. 

Me crucé de brazos y esperé a que continuara.

—Lo siento. 

Elevé las cejas y abrí mis párpados, estaba lista para escuchar una serie de argumentos sin sentido, para intentar justificarse, pero jamás se me cruzó por la cabeza esperar una disculpa.

Shiomara apareció en la entrada y nos observó con su característica seriedad de siempre, como si no supiese manifestar otra emoción. 

No necesitó decir una sola palabra para que entendiera el mensaje.  Era hora de entrenar.

Le dirigí un último vistazo a Angus, antes de seguir a mi maestra e instalarnos en medio de la cancha.

—Hoy probaremos algo nuevo, necesito que te concentres —anunció Shiomara.

Tenía un desorden tan grande en mi cabeza que parecía un crimen pedir que me concentrara.  Para empezar, mi entrenadora era consciente que había interrumpido una conversación importante, era demasiado evidente, aunque ella se esforzara en mostrarse como si no estuviera enterada.  

Nos sentamos en el pasto y quedamos frente a frente.  La determinación en los ojos de Shiomara era tan grande que me consumía, haciéndome sentir débil e insegura.

Miraba sobre mi hombro buscando a Angus una y otra vez, había prometido esperarme y en mi fuero interno, deseaba que cumpliera con su palabra.

—Kenzie —Me llamó—. Esto es serio.

Agradecí que usara un adjetivo distinto a «grave» para describir mi situación.  Shiomara era buena sacando conclusiones, aún luego de interrogar a Finn, sentía que ella iba muchos pasos por delante, sobretodo porque fue ella quien me dio las principales pistas.  Yo sola no habría podido encontrar la verdad.

—Si tienes la Lágrima de anular debes aprender a controlarla y a defenderla —dijo.

Agaché la cabeza avergonzada.  Tenía razón, pero lamentablemente, no me sentía del todo capacitada para esta responsabilidad.

Hace unos meses me encerraron en una Academia, sin una sola explicación, alejándome del mundo y obligándome a seguir sus normas, hace unas semanas que estaba intentando adaptarme a esta nueva realidad y aceptando la idea de que iba a permanecer un buen tiempo aquí, y hace apenas unos días me enteré que tenía bajo mi mando el poder de una misteriosa piedra, que por cierto, era muy codiciada entre estas personas.  Era demasiada información que procesar en muy poco tiempo.

Por más que practicara, todavía no era capaz de cambiar y probablemente se debía al poder de la gema, el cual no sabía controlar. 

Estaba en el inicio, era un ciclo que siempre iba a parar en el mismo lugar, mientras no pudiera manejar el poder de anular no iba a avanzar y mi vida seguiría en riesgo.  Cedric me había dado la lección.

Miré a Shiomara e intenté seguir sus instrucciones, liberé mi mente de todo pensamiento negativo y positivo, hasta quedar completamente en blanco, mantuve mis preocupaciones al margen, olvidándome de ellas por unos instantes.  Los primeros días me costaba mucho llegar a este nivel, que podía describirse gráficamente como "una limpieza de la mente", pero a medida que practicaba se me iba haciendo más sencillo.

Una luz apareció en mi cabeza, mantuve mis pensamientos estáticos, como aguas en calma, hasta que la tormenta apareció por si sola.

El perfecto blanco de mi mente se oscureció y se tiñó de rojo.  El dolor comenzó a crecer dentro de mí, igual que la última vez, hasta volverse incontenible.

Me resistí de gritar y encogí mi cuerpo, encerrándome entre mis propios brazos. La paz de hace unos momentos atrás había sido reemplazada por desesperación, agresividad y dolor.  No sabía qué ocurría, pero mi enemigo se encontraba en mis entrañas y me atacaba desde dentro, sin darme posibilidad de defenderme.

—Contrólalo —Escuché la voz de Shiomara.

Abrí levemente los ojos, hasta entonces no me había percatado que tenía mis párpados apretados para resistir la agonia. 

Estaba en la cancha, nada había cambiado por fuera, aunque se sintiera como si me estuviesen matando por dentro.

Mi respiración era irregular y fue lo primero que intenté controlar, ordenándole a mis pulmones recuperar su ritmo normal. Solté mis puños, mis manos dolían, pero no les presté atención.  Abrí mis brazos, intentando sentarme erguida de nuevo. 

Con cada movimiento el dolor parecía empeorar, pero le hice frente.  Intenté pensar que todo era psicológico, una mala jugada de mi mente, y de alguna manera funcionó.

Lentamente la presión sobre mis músculos disminuyó, mis órganos internos dejaron de doler y recuperé la compostura.

Pasé el dorso de mi mano por mi frente y descubrí gotas de sudor recorriendo mi rostro, el único signo visible de la batalla que acababa de librar.  Una leve sonrisa se asomó en mi rostro al darme cuenta que era primera vez que ganaba una pelea, y era la más importante.

Todavía no comprendía la lógica de estos ataques, pero podía asegurar que guardaban relación con la Lágrima de la Luna que Cedric me arrebató y lograr dominarlos significaba que poco a poco comenzaba a tomar el control de su enorme poder, ya no era su víctima ni dependía de mis impulsos inconscientes para poner su magia en marcha.

Shiomara me dedicó una mirada satisfecha y me ordenó ponerme de pie, para dar inicio a la segunda parte de mi entrenamiento.

Ya sabía los movimientos básicos de defensa personal, por lo que comenzamos a practicar algunos golpes.  Me ponía incomoda el tener que atacarla, aunque sabía que mi escasa fuerza no le causaría daño alguno.

Para cuando terminamos, el sudor me caía por todo el cuerpo, como una débil cascada, tenía húmedo el rostro, la espalda e incluso las piernas, pero estaba feliz de verme progresar.

Fui a los camarines para darme una rápida ducha que me ayudó a relajar los músculos y sacarme el sudor, ya que a estas alturas, mi cuerpo apestaba. 

Mi sexto sentido me alertaba de la presencia de Angus afuera de la cancha.  Cerré el agua y golpeé mi frente con las cerámicas que tenía en frente.  Fue como aplicarme hielo en el rostro.

Inhalé profundo y me arropé con la toalla, pensando en lo que se me venía encima.

Me debatí entre vestirme a toda prisa o lentamente, no estaba segura qué tan rápido deseaba ver a Angus.  No, en realidad sí sabía, moría de ganas por verlo, pero la conversación  que teníamos pendiente me incomodaba.

No obstante, no podía seguir retardando lo inevitable y más temprano que tarde me encontré frente al espejo, revisando que mi aspecto fuese decente, antes de salir.

Angus estaba en el mismo lugar donde me lo encontré al llegar, no se había movido en lo más mínimo, y mientras yo era un manojo de nervios, él mostraba una indescifrable expresión en su rostro, que no daba ni luces de su estado de ánimo.

Me acerqué, intentando parecer decidida.

—Me esperaste —remarqué, como si no fuese obvio, y al instante me mordí la lengua para evitar decir otra estupidez.

Él asintió, sin emitir un solo sonido.  Esperé a que hablara, hasta que el silencio pudo conmigo.

—Puedes continuar desde la parte donde dijiste «Lo siento» —Lo insté.

Unos tristes ojos azules se toparon con los míos, bajando todas mis barreras en un solo acto.

—Prefiero hacer las cosas en solitario —explicó—, no me gusta rendir explicaciones a nadie y suelo actuar por mi propia cuenta, pero esta vez no se trataba de mí, sino de ti, y tomé decisiones que no me correspondían.  Lamento haberte mentido.  Me di cuenta que últimamente no he sido mejor persona que quienes dirigen este sistema y detesto sentir que me estoy comportando igual que aquellos idiotas a quienes detesto... Y soy bastante malo pidiendo disculpas, así que solo espero que las aceptes.

—Pues lo has hecho bastante bien —elogié.

Me pregunté si había estado practicando lo que iba a decir durante toda mi clase, pues no me imaginaba un discurso tan fluido y espontáneo saliendo de su boca sin ser previamente analizado, cada letra le había significado un pequeño esfuerzo, pues Angus no era la clase de persona que reconocía un error ni que intentaba remediarlo, era demasiado orgulloso.

—¿Por qué? —pregunté.

Ya había escuchado lo que Finn tenía para decir, pero requería escuchar la versión de Angus, sabía que detrás de sus palabras encontraría muchas más verdades, y estaba lista para oírlas. No quería que me dejara atrás ni tampoco hacerlo a un lado, de alguna manera sabía que lo necesitaba junto a mí, y para eso, no solo debíamos pedirnos perdón, sino también hablar, eliminar los secretos entre nosotros y  caminar unidos este peligroso camino.

----
Pregunta: por algún motivo todos los capítulos me aparecen mal, pero en el borrador se ven bien :c
¿A alguien más le aparecen mal?

Continue Reading

You'll Also Like

19.3K 1.1K 20
-𝘓𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘦𝘴 𝘮𝘶𝘺 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘢.. 𝘌𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘦𝘭𝘢 𝘧𝘶𝘯𝘥𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘭 𝘱𝘢𝘱𝘦...
32.7K 4.5K 41
Regulus esta dispuesto a todo por el amor que nunca tuvo pero ahora está a su alcance y Severus esta arto de ser la víctima bañado de un villano .. J...
41.5K 3.3K 15
- eres virgen? >
13.4K 1K 21
No se si salga algo bueno la verdad, esta será la primera vez que vaya a escribir una historia, y tampoco es que yo sea muy especial o que sea el mej...