Aure
Pasó una hora, dos… los monstruos se habían parado hacía rato pero no habían ido tras Andreas. Habían murmurado algo sobre un laberinto. Me quedé angustiada pensando en si habrían llegado a tiempo. Estaba tan preocupada… ¿Ya habrían llegado? ¿Estaría herido? ¡Estúpido árbol!
Andreas
Probé con varias espadas pero ninguna me acomodaba. A Annabeth se le ocurrió pasarme un arco y enseñarme cómo cogerlo. En pocos segundos lo dominaba aceptablemente y corría junto a Annabeth hacia el puño de Zeus.
Estaba llevándome con los hermanos Stoll, Travis y Connor, me había dicho Annabeth, líderes de la cabaña de Hermes hasta que mi padre me reclamara cuando lo hizo. Fui reclamado. Annabeth y los Stoll me miraron asombrados.
-Fue rápido –dijo Connor ¿o Travis?
-Bastante –asintió Annabeth.
-¿Qué pasa? ¿Qué hay sobre mí? –intenté ver.
-Es el símbolo de Apolo –me aclaró Annabeth.
-Entonces irá a la cabaña de Lee Fletcher –dijeron los hermanos al unísono.
Me presentaron al líder de la cabaña de Apolo quien me recibió agradecido y murmuró:
-Gracias padre.
-¿Qué?
-Es solo que nos faltaba justo alguien y yo… no puedo solo –confesó –necesito alguna ayuda.
-Ah…
-Ven –me llevó a un árbol –tú dispararás de aquí.
-¿A dónde? ¿A qué?
-A lo que salga del puño de Zeus –señaló el grupo de piedras. Luego añadió –perdóname por meterte en esto tan bruscamente.
Asentí, trepé y tensé mi arco.
Aure
Los sentí pasar a toda velocidad. Era imposible que viajaran tantos y tan rápido por debajo de la tierra a menos que…
Sentí un miedo terrible. Pensé en Andreas. Estaría ahí, en medio de la guerra. No sabía luchar. Iba a morir.