Hace una semana que no veo a Harry. Podría autoconvencerme de que no me importa, pero me estaría mintiendo a mí misma. Lo peor de todo es que me desanima el que no haya intentado, de ninguna manera, contactar conmigo.
Después de recibir la llamada del ayuntamiento anunciándome que ya podíamos volver al apartamento decidí escapar de allí. Sabía que si pasaba un día más en esa casa no podría evitar lo que había evitado ese mismo día en el bosque.
Tras conseguir que Niall y Lou me dejaran salir de allí -ya que según ellos, gracias a mí, en la casa había más comida y diversión- Nerea, Ethan, Johnny y yo volvimos. Johnny se fue a España dos días después. Tenía varios conciertos a los que asistir y ya había alargado demasiado su estancia.
Estos días han sido... ¿cómo denominarlos? Complicados.
Nerea y Ethan están en "fase de reconciliación". Lo cual es genial para ellos, pero malo para mí. El hecho de que Ethan pase todo, y cuando digo todo es todo, el día intentando satisfacer los caprichos de mi amiga, es molesto. Bueno, en realidad, lo más molesto son las muestras de afecto que se dan por toda la casa. Besos en la cocina, en el salón, en el lavabo, en las habitaciones... es un infierno y más para mí que estoy sola.
Lo único que me ha ayudado a no defenestrarme en los momentos más críticos, han sido Lou, Zayn y Chloe. Lou insistió mucho en salir este fin de semana. Eso me hizo desconectar de todo. Me lo pasé bien y me emborraché hasta no recordar ninguno de los problemas que me preocupaban. Gracias a dios no fue un truco para hacer que me reencontrara de nuevo con Harry. Aunque, en realidad, no sé si eso me agradó o me decepcionó...
En definitiva, estoy confundida y hoy no es un buen día. Aunque todos crean que sí, no lo es.
-¡Felicidades! -oigo mientras la puerta principal se abre de golpe.
Y ahí está el comienzo de este tormento de día. A parte de tener hoy la exposición, es mi cumpleaños y...
-¡20 años! -exclama entusiasmada Nerea. Yo bufo mientras me levanto lentamente del sofá frotándome los brazos.
Aunque hayan arreglado provisionalmente el techo de la señora Ritz, sigue funcionando mal la calefacción. Y esa es la razón por la que Nerea y Ethan duermen en la habitación de hotel que el último tiene pagada. Esa es la versión que ellos me han dado pero no creo que esa sea la verdadera razón. Comienzo a sospechar que ya están totalmente reconciliados y que por las noches... por las noches... ¡puaj! No puedo imaginar a mi hermano y mejor amiga teniendo... bueno ya sabéis a que me refiero.
Lo que no puedo es negar mi envidia, yo llevo mucho tiempo sin sexo. Estoy comenzando a desesperarme.
-¿A qué hora es la exposición? -pregunta mi hermano al ver que paso totalmente de ellos.
-A las siete
-Allí estaremos -dice sonriente. Intento sonreír pero sé que solo me sale una exagerada mueca. Pruebo de pasar por su lado evitándole. Obviamente no puedo. Me agarra entre sus brazos y me abraza contra él.
-Ethan ya está bien -gruño entre dientes. No estoy de humor. Nunca lo estoy el día de mi cumpleaños y tengo mis razones.
-Te quiero -murmura antes de soltarme. Salgo casi corriendo a mi cuarto ahogando las lágrimas. Odio totalmente los nueve de enero.
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Me recoloco nerviosa el vestido negro que me he puesto mientras miro el local dónde se hace la exposición. Chloe se acaba de ir, son las siete y media y hay mucha gente. La verdad, no lo esperaba pero por lo que me han dicho, es una cosa muy común que la gente venga cada año a verla.
Doy una vuelta mirando el trabajo de mis compañeros. He de admitir que el lugar dónde Harry me llevó me ayudó mucho a conseguir tan buenas fotos. El tono de mensaje nuevo me hace sobresaltar. Lleva buena parte del día sonando pero he intentado evitar mirar. Esta vez, para evadirme un poco de este lugar, decido leer algunos mensajes.
Son felicitaciones. La más larga es la de Johnny y la que le sigue, la de Aaron -que no sé cómo se ha enterado de que hoy cumplo años. Todo va bien hasta que bajando me encuentro un mensaje de la persona misteriosa.
Otra razón por la que esta semana ha sido complicada es por su culpa. No ha dejado de enviarme mensajes. Tengo uno sin leer y decido abrirlo. Más que por curiosidad por aburrimiento.
Por una mirada, un mundo
Por una sonrisa, un cielo
Por un beso... ¡Yo no sé qué te daría por un beso!
Reconozco con facilidad los versos de Bécquer y cierro el móvil con desdén. No entiendo los mensajes y no entiendo porque me los envía a mí. Tal vez se los envía a más personas...
-¡____! -me giro lentamente y lo que me encuentro me hace abrir la boca levemente. Lou viene con andar rápido hacia mí seguido por los demás. Miro bien antes de que Lou me abrace. Todos menos Harry.
-¿Qué hacéis aquí? -pregunto cuando Lou me suelta. Niall hace una mueca.
-Oh, qué bonito -dice simulando decepciono. No puedo evitar sacar la primera sonrisa sincera del día, aunque sea pequeña.
-Tu hermano nos lo ha dicho -murmura Liam. Ya me encargaré más tarde de él...
-No pensé que os interesaría... -digo intentando excusarme.
-¿Y sobre lo de tu cumpleaños? -pregunta Zayn alzando una ceja. ¿¡También les ha contado eso!? ¡Pero bueno! ¿Qué le he hecho a Ethan?
-Es que...
-¡No tienes remedio! -exclama Lou rodeándome con su brazo por la cintura. Hago un intento de sonrisa.
-¿Desde cuándo lo sabéis? -pregunto mientras planeo una buena venganza contra mi hermano.
-Ayer por la tarde -contesta Liam- Tus fotografías son muy bonitas -comenta sonriendo.
-Gracias -murmuro con un hilo de voz bajando la mirada.
-Tenemos un regalo para ti
Cambio la expresión de la cara drásticamente y miro seriamente los ojos azules de Lou. No quiero ningún regalo.
-No lo quiero -digo contundentemente- No lo merezco
Dicho eso y sin dar ninguna explicación, me voy de allí. No quiero que sepan la verdad porque no quiero su compasión y no quiero regalos, porque como les he dejado claro, no los merezco. Al menos Ethan y Nerea ni lo han intentado. Ellos saben perfectamente que es perder el tiempo.
Arrastrando los pies y tocándome la frente me dirijo hacía mi fotografía favorita. Tengo la frente caliente, lo más probable es que tenga un poco de fiebre. Lo que me faltaba... enferma, sola y aguantando a los dos tortolitos.
Me apoyo en la pared a varios metros de distancia y sonrío un poco más relajada. Estuve a punto de negarme en participar en esta exposición porque era de asistencia obligada y no suelo salir nunca en mi cumpleaños.
Contemplo mi foto. Es imperfectamente perfecta. No sé si es la persona que sale de espaldas en él o la magnífica puesta de sol que se oculta sobre Seattle lo que llama más la atención. Aunque hay que decir que la espalda de Harry tiene un muy buen atractivo.
Me quedo un tiempo indefinido mirando la foto cuando de pronto le veo. ¡Joder! Tengo que parpadear varias veces porque no sé si estoy alucinando pero sí, es él. Es él mirando mi foto de él.
De repente mi cabeza comienza a doler exageradamente. Me siento en un banco que tengo cerca y que esta fuera del alcance de la vista de Harry. Pongo las manos en la cabeza y apoyo mis codos en mis piernas. Es como si cien elefantes estuvieran bailando claqué en mi cabeza.
Necesito un ibuprofeno. Alzo la cabeza dispuesta a ir a pedir una pastilla contra el dolor al hombre de la entrada cuando veo a una niña de unos siete años perseguida por su madre. Ambas ríen.
Al dolor de cabeza se suma el dolor de mi corazón. No puedo estar aquí ni un minuto más.
P.O.V Harry:
Bajo del taxi y camino lo más rápido que puedo hacia el local dónde se celebra la exposición. Me ha costado pero he conseguido el regalo. Con tan poco tiempo de margen no he podido recogerlo hasta las siete y cuarto.
Estoy un poco nervioso. No sé cómo va a reaccionar al verme ni cómo voy a reaccionar yo.
¿Cómo no podía saber la fecha de su cumpleaños? me pregunto decepcionado mientras entro. Todo un verano con ella y no se nos ocurrió hablar de nuestros respectivos cumpleaños.
Miro alrededor analizando el lugar cuando veo a Nerea y Ethan cogidos de la mano y vestidos muy formalmente.
-¡Harry! -exclama Nerea. Me acerco a ellos y saludo a mi amiga con dos besos.
-¿Cómo que llegas ahora? -pregunta Ethan.
-Fui a buscar el regalo de ____ -digo agitando el gran paquete azul marino. A ambos les desaparecen las sonrisas del rostro y Nerea me lo quita de las manos- ¡Eh! -exclamo recuperándolo rápidamente.
-No le puedes dar eso
-¿Por qué? -pregunto a la defensiva. ¡Si no sabe lo que es!
-No le puedes hacer regalos a ____... -subo una ceja- ...en el día de su cumpleaños.
Miro a Ethan seriamente. Esto debe ser una broma. Una broma a la que no veo la más mínima gracia.
-¿Me estas tomando el pelo? -pregunto mirando alrededor buscando a ____.
-Harry, hazme caso -me suplica Nerea. Me giro hacia ella y veo que habla en serio. Está frunciendo el ceño y sus labios han formado una línea recta.
-¿Y hay alguna razón? -pregunto cruzándome de brazos con el paquete entre ellos.
-Sí, pero no creo que seamos los indicados para decírtelo -contesta Ethan acercando a Nerea hacia él. Suspiro desesperado.
-He tenido que mover muchos hilos para conseguir esto -digo levantando el paquete- ¿De verdad que no me lo podéis decir?
Ellos niegan.
Los dejo allí y voy en busca de ____. Supongo que me mandará a la mierda pero intentaré descubrir porque no me dejan darle el regalo.
-Chicos -saludo cuando, mientras busco a ____, veo a mis mejores amigos todos juntos en una especie de círculo- ¿Qué os pasa? -pregunto al ver que miran todos hacía una dirección.
-____ -contesta Liam al ver que ninguno de los más charlatanes contesta. Miro interesado a Lou y Niall. Tienen una expresión parecida a la que Nerea acaba de poner. Pero lo que más me extraña es que no me hayan dicho "pequeñín" o algún otro mote relacionado con ser pequeño. Desde que se han enterado de que ____ es días mayor que yo, me han dado la tabarra.
-¿Qué pasa con ella?
-Le hemos ofrecido nuestro regalo y lo ha rechazado -dice Liam rascándose el cuello incómodo.
-Ha dicho que no lo merecía y se ha ido -añade Zayn mirándome con cara de preocupación.
Yo me pongo nervioso. ¿Qué mierda es lo que pasa? ¿Y por qué no me lo han querido decir Ethan y Nerea?
-Voy a ver qué es lo que pasa -les digo dejándolos atrás.
Camino sin rumbo buscando a ____ cuando veo una fotografía que llama mi atención. ¡Esa es mi camiseta! Veo que al pie de la imagen pone ____ Evans y sonrío. Me paso un rato mirando la foto mientras pienso posibles razones por las que no quiere que le demos regalo.
Al no encontrar ninguna coherente decido seguir buscando. ¿Dónde puedo buscar?
Tras dar varias vueltas por el lugar decido preguntar al hombre que está en la puerta. Tal vez él haya visto a ____ salir.
-Disculpe -digo poniendo las mejores de mis sonrisas. Él hombre, de unos sesenta y muchos, frunce el ceño al oír mi voz. Comenzamos bien...
-Que es lo que quieres -suelta sin dejar de ojear su móvil.
Chasqueo la lengua molesto. La gente suele ser más amable...
-¿Ha visto a una chica morena y alta salir? -el hombre, deja de mirar el móvil y alza la vista lentamente.
-Sí
-¿De verdad? -él asiente con calma- ¿Hace cuánto?
-Pues cada cinco minutos sale una
¡Será imbécil! Bueno, en realidad, no he dado suficiente información para poder distingirla de las demás pero no creo que este hombre se fije en sus preciosos ojos ni en su perfecta sonrisa.
-¿La más reciente? -pregunto intentando sonsacar algo. Él sube la mirada y me mira con cansancio- No voy a dejar de preguntarle hasta que me dé la información que necesito
El hombre suspira pesadamente.
-Está bien... La última muchacha que ha salido ha sido varios minutos atrás. Era morena y alta y antes de irse me ha pedido una pastilla para el dolor de cabeza.
¿Será ____?
-¿Algo más? Cualquier detalle me sirve
-Pues... creo que fue una de las primeras en llegar junto al jefe. Por lo tanto supongo que participaría en la expo...
No le dejo acabar.
-¡Gracias! -le grito a la vez que cierro la puerta.
Ya fuera, miro frenéticamente hacia los dos lados. ¿Por dónde habrá ido? ¿Derecha o izquierda?
No me lo pienso mucho más, escojo la izquierda y corro.
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Camino cabizbajo de vuelta al local. He corrido calle abajo buscando cualquier indicio de que ____ hubiera pasado por ahí, pero nada.
¿Por qué tengo tan mala suerte? Yo solo quería darle el regalo, pienso mirando el paquete. Me lo pongo debajo del brazo de nuevo y alzo la vista. Aún me quedan varias manzanas para llegar cuando un coche rojo llama mi atención. ¡Es un Ferrari!
Me acerco y lo observo bien de cerca. Aunque me haya hecho famoso y pueda permitírmelo, nunca he pensado en comprarme un Ferrari. Tal vez porque, aunque es muy bonito, me parece un poco excesivo. Suspiro mientras me alejo de esa maravilla pero el aire deja de salir de golpe cuando reconozco el coche que hay detrás del Ferrari.
-¿____? -pregunto extrañado acercándome. Parece no haber movimiento dentro pero en el sitio del conductor hay un pequeño bulto.
Voy hacia la ventanilla y veo a ____ con la cabeza escondida entre los brazos. Doy unos golpecitos en la ventana y ella alza la vista.
Siento una terrible angustia al ver sus ojos hinchados y está la manera en que tirita.
-Ábreme -le digo bien alto y claro. Ella niega lentamente mientras tiembla violentamente. Yo doy una patada a la rueda con frustración- Abre la maldita puerta ____
Ella se lo piensa durante unos segundos interminables y al final, la abre.
-Entra o sal pero no dejes la puerta abierta porque hace mucho frío -dice haciendo pausas por el castañeo de sus dientes.
Al notar que la temperatura del interior del coche es suficientemente alta la cojo en brazos. Ella en vez de negarse, se acurruca más a mí. No es normal que tenga frío cuando tiene puesta la calefacción tan fuerte.
-¿Qué te ocurre? -pregunto mientras doy la vuelta y la dejo estirada en los asientos traseros.
-Tengo frío -se limita a contestar. La acomodo y le pongo mi chaqueta por encima. Antes de ir al volante poso mi mano en su frente.
Tiene fiebre.
Doy la vuelta al coche y me siento en el asiento dónde antes estaba ella. Lo primero que hago, después de arranca,r es marcar el número de Nerea.
-¿Harry?
-Nerea, estoy con ____
-¡No! -sisea la mencionada desde la parte atrás del coche- Dile que espere
¿Qué es lo que pretende?
-¿Nerea, puedes esperar un momento? -digo cortando lo que me estaba diciendo. Paro un momento la llamada sin llegar a escuchar su respuesta- ¿Qué pasa? -pregunto confundido a ____.
-¿Puedes no decirle que estoy así? -pregunta con dificultad.
-Joder ____ -maldigo atento a la carretera. Como odio conducir por el lado contrario...- ¡Como quieres que no se lo diga!
-Pues no diciéndoselo -contesta obvia.
-____...
-No quiero que se preocupen. Diles que me estas acompañando a casa -murmura ella.
Asiento rápidamente. Sé que aunque lo intente, no conseguiré que cambie de opinión. Reanudo la llamada.
-¿Nerea?
-¡Harry, ¿se puede saber qué haces?!
-Perdón
-¿Estás con ____? -pregunta con cierto tono de preocupación en la voz- Hace un rato que nadie la ve y preguntan por ella
-Está conmigo -contesto mientras la miro a través del espejito. Parece que ya no tiembla tanto.
-¿Contigo?
-Sí -contesto intentando sonar convincente- Me ha pedido que le acompañe a casa
-Ah. Bueno, pues... pues que vaya bien -dice confundida.
-Dile que no hace falta que vengan al apartamento -murmura ____.
-Dice que no vayáis al apartamento, que no hace falta.
-De acuerdo -acepta con poco convencimiento.
-Hasta pronto.
Cuelgo la llamada e intento convencer a ____ para que me deje llevarla a un hospital. Ella, obviamente, se niega. Al ver que se me va a hacer totalmente imposible hacer que esa idea le agrade, concentro todos mis sentidos en llegar rápido a su apartamento.
-Ada, ahora no -murmura ____ tirándose de golpe al sofá. Ha insistido en subir las escaleras andando. ¿Cuándo arreglaran este maldito ascensor y cuando dejara de ser tan cabezota?
Cierro todas las persianas.
-____, deberías echarte en tu... -me interrumpo a mí mismo al ver que está dormida. ¡Qué velocidad!
Me pongo de cuclillas y la observo de cerca. Es preciosa. Siempre lo ha sido. Le quito con suavidad un mechón de pelo de la cara y aprovecho para comprobar si tiene fiebre. Está menos caliente que antes.
Sin pensármelo dos veces, la cojo en brazos y la llevo a su cama. Tras arroparla vuelvo al salón y me tiro al sofá. Ada viene a mis brazos y yo la acaricio.
Estoy agotado. Enterarme ayer de que hoy era el cumpleaños de ____ ha sido todo un terror. Los chicos se pusieron nerviosos, sobretodo Lou. Yo cuando oí que al día siguiente era su cumpleaños supe exactamente lo que le iba a comprar.
Los dejé pensando que regalarle y fui a la tienda de pinturas que había visto el primer día que estuvimos en Seattle. Tras prometer que al recoger el regalo me haría fotos con su hija, el dueño, me preparó para el día siguiente una caja con pinturas de todo tipo. Yo no entiendo mucho de esto pero según el hombre, era lo que más podía desear un pintor. Por esa razón he llegado más tarde. Ylenia, que es así como se llamaba su hija, no me dejaba ir.
-Harry -me levanto de un salto al oír su voz angelical. No me preocupo por Ada, porque sé que ha caído de pie, y corro a su habitación.
-¿Qué pasa? -pregunto inquieto al entrar- ¿Te encuentras bien?
-Sí, sí... solo quería comprobar que seguías ahí -dice cerrándolos ojos de nuevo.
Me debato mentalmente entre irme o quedarme pero... ¡qué demonios! Quiero quedarme.
-¿Puedo... puedo estirarme? -ella hace un gruñido que yo tomo como afirmativo y lentamente, por si lo he interpretado mal, me meto entre las sabanas.
Sorprendentemente ella se gira y apoya la cabeza en mi torso. Yo me quedo congelado. No me quiero mover por si eso provoca que ella se vaya. Así se está perfecto, totalmente perfecto.
-Harry -murmura con los ojos abiertos sin mirarme.
-Dime
-No querer regalos el día de mi cumpleaños no me hace una mala persona, ¿verdad?
Yo dejo ir el aire. Se nota que esta mala. La palabra inseguridad y ____ no suelen ir juntas en una misma frase.
-¿Cómo te va a hacer eso una mala persona? -pregunto acariciándole el pelo. Aun no me puedo creer que este abrazado a ella en una cama.
-¿De verdad?
-De verdad
Pasamos unos minutos callados aunque oigo los engranajes de su mente moverse. Sé que aún le está dando vueltas al asunto.
-¿Qué es lo que te preocupa? -pregunto intentando mostrar desinterés pero realmente interesado.
-Me siento culpable por algo...
Yo no la presiono. Si quiere hablarlo me lo dirá, sino tendré que aguantarme.
-Mi madre murió un nueve de enero -suelta finalmente. Él aire se va de mis pulmones y dejo mi boca ligeramente abierta.
-____, yo...
-No Harry, te voy a contar cómo sucedió porque necesito contárselo a alguien pero no quiero tu compasión, ¿está claro?
-Sí, está claro
-Cuando tenía trece años -comienza- Le pedí a mi madre que me dejara ir a una fiesta que casualmente se hacia el día de mi cumpleaños. Ella se negó pero yo me escapé de casa, cogí un taxi y fui -coge aire y lo suelta antes de seguir- Al llegar a la fiesta supe que no era bienvenida. Todo era gente mayor y yo no conocía nadie allí. A pesar de eso, me quedé.
-¿Por qué? -pregunto. Ella sube los hombros.
-Realmente, no lo sé. Creo que me sentí... mayor.
Esto no tiene pinta de ser bonito...
-La cuestión es que cuando llevaba tres horas en la fiesta sonó mi teléfono. Lo cogí y era mi madre diciéndome que estaba en la puerta esperándome. Salí de la casa y tras una discusión, entré en el coche. Mi madre estaba nerviosa y... -suelta un sollozo y yo la aprieto más contra mí.
-No hace falta que sigas -le digo dándole un beso en la frente.
-Estaba lloviendo y... perdió el control del coche
Aprieto los dientes con fuerza. No puede ser. No puede haber vivido eso. Noto mi camiseta mojada y sé que está llorando, de nuevo. ____ llorando. Yo siempre la he visto fuerte. Segura de sí misma. Nunca pensé que pudiera tener una historia así detrás.
-Fue mi culpa -murmura. Yo le cojo del mentón y le subo la cara lentamente hasta que nuestras miradas se juntan.
-Eso no es cierto -le digo serio. ¿Cuántas veces se lo habrán dicho?
-Sí lo es
-No lo es, ____. ¿Acaso es tu culpa que perdiera el control del coche?
-No, pero...
-Pero ya está. Eras joven, hiciste una travesura y... -me muerdo la lengua y acaricio suavemente su cara.
No me puedo ni imaginar lo que ha debido de pasar de pequeña. Me imagino a una ____ de trece años, herida y asustada en el coche con su madre inerte a su lado. Sacudo la cabeza quitándome esa horrible imagen
-____ -susurro cerca de su oreja minutos después- Deja de culparte por ello -le repito. No quiero que pase toda su vida evitando el día de su cumpleaños- Tienes que celebrar tu cumpleaños. Es tu día.
-Pero Harry, mi madre...
-Sí. Lo sé. Entiendo que no sea para nada fácil pero no puedo verte así -admito- Me duele. Y seguro que también le duele a Ethan y a Johnny y a toda la gente que te quiere. ¿Pretendes pasar toda tu vida culpándote? -ella no contesta- No lo hagas. Tu madre... tu madre no lo hubiera querido. Ella te dio vida un día como este veinte años atrás, ¿no te parece suficiente razón para celebrarlo?
Suelto un largo suspiro.
-Eres la chica más fuerte y segura de sí misma que he conocido nunca, ¿sabías? No puedo permitir que sigas culpándote de algo que... ¡joder! ¡No es tu culpa!
Ella sigue sin hablar pero doy por terminada la conversación. Lo he intentado. La he intentado convencer de la realidad como habrán intentado sus hermanos en todo este tiempo.
-Gracias -sisea de repente. No puedo evitar que una sonrisa se me dibuje en los labios al ver una pequeña salir de los suyos- De verdad, gracias.
-No hay de qué, pero piensa en lo que te he dicho. No lo ignores -digo dándole un beso sonoro en la mejilla.
-No lo haré -murmura cerrando los ojos. Toco su frente y noto que ha recuperado la temperatura normal.
Cierro los ojos como ella e intento coger el sueño, también ha sido un día muy largo para mí.
-____ -murmuro varios minutos después. No contesta. Estará dormida...
-Dime -responde con un hilo de voz.
-Feliz cumpleaños.
__________
Bueno, como podeis comprovar, este cap es más largo de lo habitual :P Es como un agradecimiento por todos los comentarios y votos. Cómo ahora no puedo permitirme hacer una maratón os he echo este pedazo de capítulo ;)
Espero que os haya gustado. Una preguntita... ¿cúal es vuestro grupo/cantante favorito, aparte de One Direction? A mí me gustan mucho Mcfly y The Vamps -como grupos y de cantantes...- Ed Sheeran ^^
Xxoxo