–Bien, te escucharé, pero más vale que cumplas con tu palabra– dije con sospechas, manteniendo la mirada fija al diario.
–Bien, Zeus, presta atención– entonces, aquella silueta se acercó a la luz, para dejarse ver; tenía una máscara anti-gas que le cubría el rostro, un saco enorme, así como botas grandes de piel. Básicamente toda su piel estaba cubierta por su vestimenta.
Cosa que le garantizaba el anonimato completo, a excepción de su género masculino.
–Primero, tú no eres hijo de tus supuestos padres. Tú eres el producto de una relación de chantaje entre una adolescente y un científico, así como tu hermana. Pero ahí está la clave de tu destino, para detener toda esta catástrofe– explicó con un tono bastante calmado, sin empatía alguna.
–¿Es broma? ¡Yo no tengo ninguna hermana! ¡Y mis padres realmente tienen un lazo de sangre conmigo!– exclamé incrédulo, parcialmente convencido de que eso era una broma.
Digo parcialmente, porque aquella voz no se estaba riendo.
–Eso es lo que tú crees. Pero para que lo compruebes, leeré la página 175 del diario– enunció aquel hombre, abriendo el diario en la página coorrespondiente y mostrándomela.
–Hoy me encuentro muy mal... Descubrí que Len, el chico que más amo, es mi hermano.
Mi padre me dijo que él era quien escapó del laboratorio; el otro gemelo.
Y además, que yo estaba atraída por él debido a la compatibilidad de especies.
No sé qué hacer... Mi padre dice que lo lleve conmigo al laboratorio para que seamos felices. Pero yo sé que no es lo correcto. Yo debería separarme de él, y arreglar las cosas por mí misma.
Me duele, y aunque mis sentimientos de amor por él nunca cambien, lo dejaré por su propio bien– leyó el hombre de la máscara, con su misma seriedad, pero sin ponerle entonación a lo que leía. Como si una voz robótica lo estuviese leyendo.
–Sin embargo, la encontraste en el hotel, y su opinión cambió; ahora acabarían con la catástrofe ustedes dos, los elegidos, juntos. Esa es la mejor opción, ya que sólo Zeus y Dione pueden arremeter contra su propio padre– dijo después, cuando estaba cerrando el diario, al mismo tiempo que me miraba a través de su máscara, con sus ojos que parecían carmesí.
–¿Zeus? ¿Dione?– fue lo único que pude pronunciar, porque mi mente estaba a punto de quebrarse.
–Así es, son dioses supremos con el poder de proteger o destruir a la humanidad. Por eso su "padre" los nombró de esa manera. Incluso aunque ambos fueran hijos de una simple adolescente–
–P-Pero... ¿Cómo fue que escogió a una adolescente? ¿N-No pudo haber sido otra científica o algo?– pregunté, intentando mantener la compostura.
–Porque una chica tan inocente como lo fue ella era muy vulnerable a los engaños. Sobretodo una con doble personalidad, a la cual, el científico metió al manicomio para quedarse con sus hijos– río ligeramente, de forma algo maliciosa, mientras colocaba sus manos en sus bolsillos.
–Ahora probablemente te estés preguntando porqué lo sé todo; bueno, eso es porque trabajé directamente con tu padre, hasta que nos separamos y cada uno trabajó por su cuenta– suspiró.
–Sin embargo, a mí no me resultó tan bien; porque en primera, nunca hallé a los gemelos perfectos y tuve que utilizar a un reemplazo. En segunda, porque al final de cuentas, tú me derrotaste junto a tu hermana– explicó, con ironía, al mismo tiempo que desviaba la mirada.
Pero yo ya estaba harto. No entendía nada, y lo que explicaba terminaba siendo cada vez más confuso para mí.
Estaba harto de que todo estuviera cubierto.
–¡QUÍTATE ESO Y HABLA BIEN!– grité con furia, cuando de pronto tomé su máscara, para jalarla con fuerza y revelar su rostro, así como para quitarle esa molesta voz modificada.
Sin embargo, nunca imaginé lo que encontraría debajo de la máscara:
–¿Sorprendido Len? Jajajaja– río a carcajadas, con fuerza. –Así es, yo fuí quien mandó a Miku y a Nero para hacer frente contigo, debido a que Neru no era susceptible a mi infección. Yo estuve todo el tiempo vigilándote, para provocar tu derrota–
No podía creerlo... Aquél profesor que tanto admiraba, al que incluso le confié mis secretos, terminó por ser el que casi acababa conmigo.
–Pero ahora que el derrotado soy yo, he venido a ayudarte para acabar con tu "padre", porque prefiero que él esté de rodillas, a que la estúpida humanidad que me dañó tanto sea destruida– susurró sonriente, al mismo tiempo que tomaba mi hombro.
–¡S-Suéltame!– exclamé, quitando inmediatamente la mano de aquel hombre.
–Bien, no importa. Mi trabajo aquí ya está hecho, así que no me interesa lo que opines de mí– sonrió alivianado. Luego, se colocó su máscara otra vez, para luego irse.
Entonces, ahí estaba yo, parado cerca de la playa, con el pobre poste de luz iluminando mi rostro, al mismo tiempo que todo tipo de conjeturas pasaban por mi mente.
Y aunque mi interior estaba tan desordenado, el exterior se encontraba calmo bajo el manto de oscuridad.
Hasta que un estruendoso sonido se produjo; era una explosión.
Rápidamente, volteé mi cabeza para localizar la fuente del sonido, sin darle importancia al resto de pensamientos que se encontraban en mí.
Pero las reflexiones tendrían que esperar, ya que cuando ví a lo lejos, descubrí que la explosión había sido justo en el peor lugar posible...
Mi casa.
//Hi!!!
Ay güero, esto ya parece Siria o el concierto de Arianna Grande, por las bombas :v
*Badabum badabum tssss*
Dejando el humor negro a un lado, pasemos a las preguntas :3
¿Qué hará Fukase ahora? ¿Todo lo que dijo éste habrá sido cierto? ¿Realmente la explosión fue en la casa de Len?
Todo eso y más en el próximo capítulo (· u ·)
Shao!!!