Algo así como un milenio después por fin subo capitulo, YEIH! y es el más largo que he escrito YEIH! y me encanto como quedo y se que a ustedestambien les encantara YEIH!
Porfavor voten y comenten para que la historia se vuelva más famosa y más la lean y tengan con quien platicar acerca de ella.
LLegue a los 1700 leídos por ustedes y los amos graciaaaas! PAZ!
ATTE. ANDRE. (que esta muy feliz) wuhooo!
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Encontré algo distinto. Cuando la luz se fue en casa ayer y mis suegros pasaron por los niños, no vi nada más entretenido o interesante que hacer más que revisar la vieja caja pero esta vez vi algo distinto, bajo esta esquinado y con una gran cantidad de polvo había una blackberry negra, de las que tenían la pantalla táctil y teclado aparte, no podía recordar el nombre y no gastaría mi tiempo en buscar como se llamaba. Cuando lo encontré trate de quitarle un poco del polvo y suciedad soplándolo cosa que no funciono para nada, al resignarme baje a la cocina por un trapo o algo para limpiarlo cosa que fue difícil con la pequeña linterna en mi boca y un celular en la mano, solo vestía unos bóxers porque los niños no estaban en casa y mi madre había salido con sus amigas de viaje, la casa era para mí solo por lo tanto andar en bóxers era una buena opción, lo que ya no consideraba así porque no podía meter el celular en mis bolsillos y buscar tranquilamente el trapo ya que (obviamente) no tenía bolsillos en mis bóxers y si dejaba el celular asentado en la mesilla, con la oscuridad y sin mis lentes de contacto no lo encontraría luego. Finalmente me rendí, y decidí que esperaría a mañana, había algo en ese celular que me pedía a gritos encenderlo y ver que tanto había en el, pero estaba casi cien por ciento seguro que un celular como ese no sobreviviría tanto tiempo botado y envuelto en polvo en un lugar tan propenso a la humedad como Boston. El problema estuvo cuando intente dormir, y digo intente, porque estuve por horas dando vueltas y vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño, cosa que no logre y el sol se comenzaba asomar por la ventana o bueno según lo poco que podía ver atreves de la cortina parecía que ya estaba por amanecer, me paré de la cama, estaba seguro ya no había forma de que conciliara el sueño así que tome un baño rápido, me vestí con algo abrigado y fui escaleras abajo para ver cómo estaba el dichoso celular. Bien, siendo sincero no recordaba que se viese tan mal anoche, pero dios, pobre celular ¿Qué le había pasado? Parecía que hubiese estado bajo tierra por diez años… Oh, sí, eso paso, JA, bueno en ese caso no sé ve tan mal como debería, tome el trapo que estaba justo debajo del celular, empezaba a sentirme muy torpe, como rayos no había notado el trapo anoche, estaba a plena vista. No importa. Limpie el celular con mucho cuidado, y ya un poco limpio, no se veía tan mal ahora parecía solo un celular muy usado y maltratado, pero se veía casi servible.
Salí de casa, no tenía hambre desayunaría después, tomé las llaves de casa, mi cartera y mi celular; al salir a la calle note que no había tanto frio afuera como el que había dentro de mi casa y también que la luz ya había regresado a juzgar por las luces de la entrada que ya estaban brillantes aunque opacadas por la luz del sol. Arranque en dirección a la plaza, allí había una tienda donde Charlie era dueño, le preguntaría si se podía hacer algo con el celular o si era un caso perdido, aunque a mi parecer la segunda era más probable. Estacione frente al negocio y baje con el viejo celular en la mano, Charlie casi escupe el café que estaba tomando cuando me vio, luego lo vi tirarse al piso, ese chico tenía serios problemas, negué con la cabeza y luego di unos repiquetes en el recibidor de cristal, su cabellera castaña empezó aparecer por encima de este hasta que lo vi parado frente a mí, tenía una expresión de susto en la cara que trataba de ocultar con una sonrisa.
— ¿Por qué tan tenso hermano? —Pregunto ocultando la sonrisa sarcástica que trata de salir.
— ¿Tenso? ¿Yo? Ja, ja… No, Yo nunca ¿Tenso? Jamás, No tenso, no, nunca… —Se calló un momento, notando su nerviosismo. —Y… ¿Qué te trae por aquí? —Se ve un poco más relajado así que trato de olvidar su anterior casi colapso nervioso.
—Encontré esto ayer, —Deje el celular sobre el recibidor. — quería ver si se pude arreglar o algo, no sé… Es algo urgente. —El lo tomo y quito la tapa y empezó a desarmarlo poco a poco sin prestarme el mínimo de atención.
—La memoria está en buen estado tanto la del chip como la memoria integrada, podemos hacer esto tengo un modelo en buen estado aquí de este black, lo único sería que tendrías que pasar por el unas cuatro horas y te cobraría unos ciento cincuenta dólares, por el equipo y la integración de las partes.
—Supongo… que está bien. —No había entendido ni un cuarto de todo lo que había dicho así que haría como en la secundaría cuando me ayudaba en electricidad, asentiría y le daría el dinero. —Vuelvo en cuatro horas hermano. Y ¿Podrías cargar la batería?
—Sí, vete con cuidado tienes cara de que no dormiste toda la noche, ¿Regresaste a las andadas?
—Eres un idiota, Charles…
—Lo dice el rey de los idiotas.
Salí del lugar con una sonrisa en el rostro, no sabía porque ere tan importante para mí saber que tanto tenía ese celular dentro pero lo era y me emocionaba saber que en unas horas estaría listo. Algo en mi me decía que era porque ese celular era exactamente igual al que tenia a los diecisiete y había una gran probabilidad de que hubiera algo acerca de Anna en él, la otra me decía que era porque era un idiota al que le encantaba gastar su dinero. Cuando ya estaba afuera junto a mi camioneta me di cuenta de que no sabía a dónde ir, ni que hacer por cuatro horas en lo que esperaba a que el celular estuviera listo, mi madre no estaba, los niños tampoco y buscar a Ed iba a ser un gran problema. Volví a la casa y desayune un sándwich de jamón y queso mientras veía las noticias, una guerra en un lugar, no sé quien se casa con otro no sé quien, un famoso entra en la crisis de los cuarenta, otra chica se cree Lindsay Lohan, nada interesante, estuve cambiando canales durante un buen rato hasta que sonó la alarma de mi celular indicándome que debía de levantar mi trasero e ir a la tienda de Charles por la black. Y eso hice, esta vez cuando entre Charles se vio más tranquilo y simplemente desconecto un cargador de la pared y dejo una black de apariencia nueva en el recibidor, yo por otro lado saque los billetes de la cartera y se los di.
—Listo y cargado hermano.
—Gracias, te debo una. —Nos dimos un apretón de manos y salí de ahí. Encendí el celular al tiempo que arrancaba y maneje rápido hacia mi casa, apenas baje del auto desbloquee el celular sintiéndome aliviado por no haberle puesto contraseña en ningún momento y un poco sorprendido al notar la foto de portada que tenía el celular, era Anna, una muy sonriente Anna. Me tire en el sofá y conecte el black al Wi-Fi de la casa y casi pego un brinco cuando empezó a sonar, por fin pararon los pitidos y habían varios iconos debajo de la hora con números a su lado. Según indicaba tenía treinta mensajes, quince correos, doce nuevas actualizaciones y diez PIN´s sin leer. Los quince correos eran de mi e-mail actual así que los pase por alto al igual que las actualizaciones, primero fui a los mensajes, todos eran de la misma persona… Anna. Todos decían cosas como:
“Donde estas?”
“Volverás?”
“Scott contesta”
“Porque me hiciste esto”
“Solo esperaba que hubieras dicho adiós”
“Te odio.”
Este último fue el que me dolió un poco más que los demás, ella me odiaba y siendo sincero no la culpaba yo también odiaría que alguien a quien quiero me dejara por otro sin siquiera decir adiós. Subí hasta los primeros mensajes o bueno los primeros que me mostraba que tuve con el contacto.
25/04/09
Yo: Hola, Anna es Scott
Anna: Como conseguiste mi número?
Yo: Contactos…
Anna: Te lo dio Mía?
Yo: Es posible, salimos?
Anna: No.
Yo: Vamos, sabes que quieres salir conmigo
Anna: No, y si no me dejas en paz te bloqueare.
Yo: Uh… Que miedo
*Este número te ha bloqueado*
02/05/09
*Este número te ha desbloqueado*
Anna: Donde rayos esta Scott? El proyecto no lo hare yo sola.
Yo: Estoy ocupado.
Anna: Entonces espero que te gusten los cincos porque no te incluiré en el trabajo si no llegas en cinco minutos.
Yo: Mandona.
19/06/09
Anna: Te mataré Scott Darling.
Yo: Tranquila fiera.
Anna: Mis padres te aman y no sé porque razón ahora eres mi novio.
Yo: Tal vez porque soy irresistible y estás enamorada de mí.
Anna: Púdrete Scott.
Decidí que me saltaría unos meses, era algo idiota la verdad en ese tiempo y había algunos mensajes que no merecían ser releidos.
30/11/09
Anna: Scott… ¿Vas a venir? Llevo horas esperándote.
01/12/09
Scott: Estaba ocupado.
Anna: Siempre lo estas Scott.
«Mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo y tanto vibrado me iba volver loco, era una llamada de Anna, acaso esa chica no entendía, si no te contestan es porque no quieren hacerlo. Apagué el celular y regrese a mi exploración de labios con la hermosa morena a mi lado. Sentí a la mirada de Nicholas encima de mí, pero por mí que se fuera muy al carajo él sabía que lo mío con Anna solo era una apuesta así que no sabía porque se ponía así, si él hubiera querido hubiera detenido todo este jueguito de apuestas desde hace mucho tiempo.»
Al parecer no era solamente un estúpido bastardo, sino que también un sínico, mujeriego, mentiroso e infiel. Bien Scott así es como se hace, rómpele el corazón a las chicas tal vez así tu padre se sienta orgulloso. Quite la idea de mi padre de mi cabeza, si mi padre se hubiera enterado de algo de toda la mierda que he hecho me hubiera desheredado o tal vez, me hubiera matado con sus propias manos. No quería ni pensar en eso. Así que seguí con mi lectura.
01/01/10
Anna: Feliz año, Scott.
Yo: Feliz año.
Anna: ¿Puedes venir a mi casa?
Anna: Mi mamá te quiere ver.
Yo: Segura que es tu mamá la que me quiere ver?
Anna: Te tiene un regalo.
Anna: Creo que te quiere más que a mí.
«Iba camino a casa de Anna caminando, estuve a punto de decirle que no iría pero me llamo y su voz se oía demasiado dulce como para decirle que no, no entendía porque nunca lograba que decirle que no. Soy demasiado bueno con ella. Los dedos de las manos se me empiezan a congelar y no siento mi nariz, sin embargo sigo caminando porque por alguna razón quiero verla. Sonrió internamente al ver las luces navideñas del tejado de la casa de Anna, su casa es como una mansión así que limpio mis botas antes de tocar el timbre. Escucho las sillas moverse dentro de la casa y unos tacones correr hacía la puerta. Llevo el traje que Lisa, la esposa de mi padre me compró para hoy debajo de una gabardina negra y una bufanda gris que me regalo Anna. La puerta se abre y Anna está detrás de ella, esta vestida perfectamente como siempre, llevaba unas medias negras bajo un vestido rojo vino arriba de las rodillas junto con el collar dorado que le regale en navidad, aunque mi accesorio favorito en ella esta noche era su sonrisa, aunque eso es algo que nunca podría decirle.
—Scott, viniste. —Me abrazó y sonreí en mi interior estaba que me moría de frio. —Dios, estas congelándote, pasa, mi madre está en la sala iré por un chocolate caliente para ti.
Ella salió por el pasillo camino a la cocina y yo cerré la puerta detrás de mí. Quite la gabardina y la bufanda de encima de mí y las colgué en el perchero, luego me dirigí a la sala donde estaba no solo la madre de Anna sino también su padre y otras cuatro personas a las cuales no tenía ni idea de quienes eran.
—Feliz año, Sr. Y Sra. Carter. —Sonreí desde el umbral de la puerta estaba algo preocupado por las identidades de las otras cuatro personas y de sus papeles en la vida de Anna.
—Scott, cariño, ven siéntate te presentare a la familia. —Rayos… Familia. Me acerque a la Sra. Carter y sonreí a todos los que estaban en la sala, una pareja de señores de la tercera edad y otra pareja de jóvenes tal vez unos cuatro años más que yo, al sentarme la Sra. Carter dio un beso en mi mejilla y yo estreche la mano del Sr. Carter con una sonrisa. —Scott, ellos son mis padres, los abuelos de Anna, Paul y Marianne Hills. —Me levante del sillón y estreche las manos de ambos. —Y ella es mi otra hija Katy y su prometido Hutch. —Puse una expresión de sorpresa pero aun así estreche las manos de ambos, no tenía ni idea de que Anna tuviera una hermana.Menos una tan linda. Aunque a diferencia de Anna ella tenía el cabello de un castaño casi negro y ojos mieles, aunque su nariz era idéntica a la de Anna.
—Mucho gusto es un placer conocerlos, siento mi sorpresa pero Anna nunca me dijo que tuviera una hermana. —Les sonreí ampliamente, Katy la hermana de Anna me miraba de forma extraña, parecía estar examinándome.
—Es un gusto Scott, por fin te conocemos. —Dijo Marianne la abuela de Anna.
—Anna está encantada contigo si me permites decirte, tienes mucha suerte muchacho. —Hablo lentamente el Sr. Hills soltando una carcajada, me recordaba mucho a mi padre con una gran diferencia de edad.
—Sinceramente me siento afortunado, —$800 dólares hacen a cualquiera sentirse afortunado. —Estuve un largo tiempo tratando que me notara.
—Que dulce, Scott... Mi hermana es tan afortunada de tener un novio tan lindo como tú. —Eso fue lo primero y lo último que me dijo Katy en toda la noche. Bueno por lo menos dijo algo, a diferencia de su novio, (se veía como el típico chico de dinero que se creía el culo del mundo.) unos minutos después llego Anna con una taza humeante en sus manos, al sentarse junto a mí y entregármelo di un pequeño beso en su mejilla y pude oír un pequeño ‘Ow’ por parte de la abuela, se veía que esa señora encantadora.
—Hacen una pareja tan linda. Me recuerdan a tu madre y a John cuando eran jóvenes solo que este chico es mucho más bien parecido que tu padre. —Nos dijo mirándonos pero volteo rápidamente hacia mi sue… al Sr. Carter. —Lo siento John pero es cierto. —La Sra. Carter soltó una risotada y le dio un beso en la mejilla a su esposo.
Por un largo rato estuvimos platicando y resulto que en realidad la Sra. Carter si tenía un obsequio para mí, era un algo ostentoso reloj BURBERRY que moría por tener pero que no pude aceptar, pero como en todas mis peleas con alguien de apellido Carter, cedí. Cuando ya eran cerca de las cinco de la mañana Anna se ofreció para acompañarme a mi casa, no quería que se regresara sola, las calles estaban desoladas y podría pasarle algo, sin embargo, los padres de Anna insistieron en que si yo accedía, para que no regresara sola, ella podía quedarse en mi casa; y como buen novio accedí. Ahora Anna y yo caminamos por la acera con las manos entrelazadas ella no dice nada y yo tampoco.
—Sabes… Esta es la primera vez que le gano a mi hermana en algo.
— ¿Cómo? —La miro algo extrañado… ¿A qué se refiere?
—Mi hermana siempre ha sido la favorita, mejores calificaciones, mejores ojos, mejor cabello, mejor ropa, mejores modales, mejor todo, por más que intente durante mi vida nunca hice nada mejor que como lo hacía ella pero hoy, ella estaba que escupía fuego por la boca porque yo tengo un mejor novio que ella.
—Entonces… Soy mejor novio que Hutch… Bien es cierto, ese tipo parece Hulk.
—Sí, y tú eres un príncipe. —Iba a dar un beso en mi mejilla que termino en mis labios. Ella se sonrojo y yo di un beso en su mejilla que la hizo enrojecer un poco más.
— ¿Por qué nunca me contaste lo de tu hermana?
—Porque ella es mi tormento constante, creí que tal vez si la conocías creerías que ella era más bonita que yo y me dejarías. —Y perder mis ochocientos dólares, ni loco.
—Jamás te dejaría por ella.
—Eres un mentiroso, ¿sabes?
—Tal vez solo un poco… —Ella golpeó mi brazo suavemente. —Era broma fierecilla, tú eres la única, ¿sí?
—Presiento que este año será mejor que los otros.»
Bien este un poco a diferencia de mis otros recuerdos era casi lindo, excepto por mis pensamiento de patán en desarrollo. Tomé el celular en mis manos de nuevo y volví a adelantar unos cuantos meses. Ya me había aburrido de leer y leer así que decidí que vería mis fotos, si Anna estaba en la portada probablemente debía tener más fotos de ella en este. Así que fui al menú y encontré muchísimas fotos de Anna unas en las que estaba seguro yo había tomado y otras que tal vez ella me había mandado o se había tomado con mi celular. Entre ellas vi una, no era del tipo playa tomados de la mano como la de la caja, era más sencilla y dulce, estábamos juntos solo eso, tal vez alguno de los chicos la tomo, no lo sé, éramos ella y yo, en las bancas de la escuela creo que ella intentaba explicarme algo pero yo veía la hoja con cara de que no entendía ni de broma lo que había en ella. Seguí viendo y había una foto de un papel arrugado con letras azules escritas por mí: ‘Una cita?’
«Estaba en mis fechas límites si no convencía a Anna en menos de una semana de que fuera mi novia mi dinero sería de Lewis y yo, enserio necesitaba el dinero. Tenía que hacer algo y si tenía que contarle a Anna mi trágica y estúpida historia de niño leo lo haría sin importarme que ella pudiera decirle a alguien. Así que empecé con el plan, le deje una nota anónima a Anna donde decía que me encontrara en el parque de la parte trasera de la escuela (el cual siempre estaba vacío), la campana sonaría en cinco minutos y Anna vendría estaba seguro, si no lo hacía Ed la traería o eso dijo. Tenía que comenzar con mi llanto falso, siempre fui un gran actor no habría mucho problema con esto. Mi ropa se veía terrible como si hubiera estado aquí tirado durante todo el día mi cabello estaba despeinando como si hubiera pasado mis manos por el millones veces y mi cara se veía roja por el sol que pegaba en mi rostro, la imagen perfecta para un demacrado y pobre chico estúpido y sentimental. Eso era lo que quería Anna, un estúpido y sentimental príncipe azul, eso tendría, eso le iba a dar.
— ¿Scott? ¿Eres tú? —Alce la vista lento, como si en realidad estuviera muy cansado por haber estado llorando todo el día.
—Vete. —Susurre con una voz quebrada que me sorprendió ¡SOY UN ACTOR GENIAL!
—Dios, Scott ¿Estás bien? —Ella se inclino junto a mí tomando mi rostro. Olvide mencionar que estaba tirado en el pasto justo debajo de un árbol, muy dramático, lo sé. ¡SOY GENIAL!
—JÁ. —Solté una risa sarcástica. — ¿Crees que me veo bien?
—Lo sé una pregunta estúpida ¿Qué te paso?
—Soy un inútil, soy una peste, ni siquiera debería existir, arruino la vida de todos. —Sentí una lagrima bajar por mi mejilla y no té algo esa si era de verdad, tal vez, si estaba un poco roto, aunque trataba de ocultarlo.
—Scott, si es por algo que yo dije, enserio lo siento, solo trataba de alejarme. —Y sentí que en realidad se estaba preocupando por mí.
—No es tu culpa Anna, soy yo soy solo un estorbo… —Y volví a sentir como si en realidad estuviera roto, tal vez no era un buen actor, si no que en realidad estaba destrozado.
—Ah… ¿Te gustaría decirme qué es lo que sucede? —Dijo y se sentó a mi lado.
—Sabes… No soy un patán porque si, no soy el idiota que crees solo porque un día dije: ‘Wau el sexo es genial, las chicas, alcohol, fiesta, seré así por siempre’ Realmente hay más que eso dentro de cómo soy. Yo… Mis padres eran jóvenes, demasiado si me dejas decirte, cuando me tuvieron y mi madre bueno ella nunca estaba en casa, ella solo bebía y salía con sus amigas a gastarse todo el dinero de mi padre, nunca estaba conmigo. Mi padre solo trabajaba para ella, el dinero para ella, la comida para ella, el amor para ella aunque guardaba un poco para mi, mi madre era su máximo amor, lo mejor de su vida aparte de mi siempre me lo decía, pero mi madre era una gran zorra y lo engañaba con cuanto idiota se le pasaba por delante. Un día yo salí de casa para ir a casa de Nicholas, ese día regrese antes de lo que debía y escuche a mis padres discutir, escuchaba el sonido de los platos al estrellarse con el piso ¡CRASH! ¡CRASH! —Dije fingiendo que lanzaba algo hacía el piso, mi vista estaba perdida y ahora estaba seguro de que estaba roto. —Mi madre gritaba muy fuerte, en definitiva estaba borracha y mi padre también gritaba, eso fue muy raro para mi, mi padre nunca gritaba solo la escuchaba a ella gritar pero esta vez el estaba fúrico por alguna razón. El la había descubierto con un tipo, en su cama, en la cama en la que él dormía con ella. Y mi madre grito: ‘¡¿QUIERES QUE ME VAYA?! ¡¿ESO QUIERES?!’ y mi padre le grito de vuelta también diciéndole que si eso era lo que él quería y ella volvió a gritar más fuerte ‘PUES BIEN YO ME VOY, TE DOY TU MALDITO DIVORCIO Y FIRMO LOS PUTOS PAPELES PERO ESE NIÑO YO NO LO QUIERO, ES SOLO UN ESTORBO EN MI VIDA Y NO QUIERO NADA CON ÉL ASÍ QUE VE COMO LE HACES PERO ESE NIÑO NO ES MI HIJO Y VE COMO LO CUIDAS’ Y se fue pasó junto a mi sin siquiera fijarse en mi presencia y salió. Mi padre cayó en sus rodillas llorando y yo lo abracé el notó que yo había oído todo y ahora era él quien me abrazaba beso mi cabeza y me susurro: ‘No le hagas caso Scott tú eres bueno y lo serás en todo lo que hagas solo ignórala’. Desde ese momento… Yo me volví quien soy, me prometí que yo nunca dejaría que una mujer me hiriese como mi madre me hirió a mí y a mi padre que las mujeres serían las que sufrirían por mí. —Termine de hablar y me di cuenta de que me cara estaba empapada en lagrimas y no eran para nada falsas.
—Yo creo que… nadie podría lastimarte. —Sentí sus brazos envolverme y más lagrimas bajando por mi rostro. —Ya sabes… Eres Scott Darling el chico popular, nadie querría lastimarte, tal vez eres un tipo de mujeriego algo trastornado… —Dijo para hacerme reír y funciono una risa ahogada salió de mis labios. —Pero sigues pareciendo tierno con tus lindos ojos verdes y estoy segura de que ninguna chica querría ser la causa de que esos ojos se vean justo como los estoy viendo ahora, rojos e hinchados.
— ¿Ni siquiera tu?
—Ni yo… —Alce mi vista poniéndome a su altura y por primera vez no vi rechazo en sus ojos vi cariño y preocupación como si en realidad me quisiera. Y la ese, esa fue la primera vez que bese a Anna Carter sin recibir una cachetada a cambio. Fue como sellar el trato.»
Y bien. No sé porque ese pequeño papel me recordó este momento… pero lo hizo y comenzaba a sentirme algo expuesto. Ni siquiera Lisa sabía esa historia y ella es prácticamente mi madre, Anna la sabía probablemente aun la sabe y yo solo tenía una pregunta en mente Si… por la presión de una apuesta le había dicho tanto ¿Que le habré dicho por mi propia cuenta? Y ¿Qué tanto ella sabía de mi? Empezaba a tener miedo. Anna sabía más de lo que yo sabía de mi mismo y eso no era tan bueno como podía llegarse a oír.