No sé cuánto tiempo llevo mirándome en el espejo, mi madre y Bella ya han salido de casa dejándonos solos. Mis lágrimas siguen bajando sin importarme que lleguen a tocar la tela del vestido, todo este tiempo he intentado verle el lado positivo a la situación, pero sigo llorando al no encontrar nada.
—Espero sean lágrimas de felicidad —volteo al escuchar esas palabras, Draco se encuentra parado junto a la puerta con los brazos cruzados encima del pecho.
Llevo mis manos hacia mis mejillas y limpio las lágrimas rápidamente, suspiro y asiento.
—Claro que lo son —miento, y como respuesta escucho un bufido.
Cierra la puerta y se acerca a mí.
—Sé que no —dice viéndome directamente a los ojos—. No necesitas fingir conmigo.
—Ni tú conmigo —le respondo—. Sé muy bien que no quieres recibir la marca tenebrosa...
—No tengo opción —se encoge de hombros, a Draco siempre le ha sido fácil ocultar sus sentimientos, yo tengo varios años que ya no me es tan sencillo hacerlo—. No te quieres casar con Terence...
—Son tradiciones familiares, Draco —le digo sentándome en la cama mientras me quito el velo que me han puesto—. No tengo opción... —me encojo de hombros y aviento el velo a mis almohadas.
Siento como el colchón se hunde a mi lado, Draco se ha sentado junto a mí y escucho que introduce su mano al interior de su túnica.
—Claro que la tienes —responde tendiendo el pedazo de pergamino en mi regazo.
Cuando extiendo el pedazo de papel, me doy cuenta de que es una carta demasiado corta, siento como mi corazón comienza a latir rápidamente al momento en que reconozco la caligrafía.
Si Gemma acepta, la espero en la entrada del caldero chorreante a las 03:30.
F.W
—¿Qué es esto? —Le pregunto volteando hacia él.
Draco se encoge de hombros y voltea hacia mi ventana, segundos después regresa su mirada hacia mí.
—Le escribí a Fred, está dispuesto a esconderte para que no te cases... si es realmente lo que quieres —dice tan rápido que tengo que dejar que mi cerebro lo procese unos segundos.
—¿Cómo sabias? —Le pregunto juntando mis cejas mientras sacudo ligeramente el pergamino.
—Eso ahora no importa —dice restándole importancia.
—¡Claro que importa!
—Gemma —dice interrumpiendo el que casi me vuelvo loca—. No te quieres casar con Higgs, y si tú no quieres hacerlo, yo no quiero que lo hagas así que te voy a ayudar a irte de aquí —toma el pedazo de pergamino y lo dobla para meterlo a su túnica de nuevo.
Me le quedo viendo sin saber que decir, por eso todas esas lechuzas en las noches, se mandaba cartas con Fred a esas horas para que ni mamá ni la tía Bella se diesen cuenta. Fue por eso que me pareció ver a la lechuza de la familia Weasley, Errol.
Pero aun no lo descifro, ¿Cómo lo sabía? Fred y yo fuimos cuidadosos, la vez que Emily nos descubrió fue por mera casualidad y Alfie no cuenta porque él sabía todo sobre todos.
—¿Cómo lo sabías? —Le pregunto viéndolo fijamente—. Y no voy a dejar de insistir hasta que me lo digas...
Draco sonríe ligeramente porque sabe que insistiría demasiado en caso de que no me lo diga.
—Los vi juntos aquella vez cuando te estaba buscando en el callejón Diagon... —dice haciendo una mueca—. No me gustó para nada lo que vi, al principio creí que solamente estaban discutiendo como siempre lo hacían, pero luego él te abrazó y...
Hace una pausa mientras vuelve a hacer una mueca haciéndome reír ligeramente.
—No necesitas decirlo —le digo negando con la cabeza—. Sé exactamente lo que viste...
Draco regresa la mirada hacia la venta y yo lo imito.
De pronto no sé cómo sentirme, por un lado comienzo a pensar que todo puede ser un sueño, como los cientos que tuve en los que mi familia estaba de acuerdo de mi relación con Fred. Luego la sensación de realidad me golpea y me doy cuenta de que por primera vez, no estoy soñando.
La felicidad comienza a crecer en mi interior, pero se desvanece cuando veo a mi hermano junto a mí. No puedo irme, no ahora cuando todo esto está pasando, no puedo dejar solo a mi hermano y tampoco a mi madre.
—No puedo —le digo negando con la cabeza, él rápidamente me voltea a ver sorprendido por lo que he dicho—. No puedo dejarte solo, Draco... no puedo...
El picazón en mi nariz que indica que estoy a punto de llorar, se hace presente y es solo cuestión de segundos para que mis lágrimas comiencen a aparecer en mis ojos. Draco niega con la cabeza y toma una de mis manos.
—Y yo no puedo permitir que seas infeliz el resto de tu vida —responde y noto como sus ojos comienzan a cristalizarse también.
—Todo va a estar bien —le digo intentando convencerlo de eso y de paso convencerme a mí también.
—No —dice negando con la cabeza—. Como ya dije... si no quieres casarte, yo tampoco quiero que lo hagas...
—Si me voy no podré verte...
—Prefiero eso —dice sin ocultar el temblor de su voz—. Prefiero mil veces eso a que no seas feliz... yo te voy a ayudar, he estudiado las horas en que la tía Bella se va a su habitación, las horas en que mamá se despierta...
—Por eso no has dormido bien —digo limpiando las lágrimas que han salido.
—Tú lo quieres Gemma, quieres a ese Weasley y si lo quieres, lucha por él...
—¿Quieres que me vaya? —Pregunto subiendo la mirada de nuevo a sus ojos grises.
Me observa unos segundos y pareciese que piensa bien su respuesta, cuando está seguro, asiente con la cabeza y dice:
—Solo quiero que seas verdaderamente feliz —dice sonriendo ligeramente.
Lo observo unos segundos y no puedo evitar abrazarlo así que lo hago. Lo abrazo como nunca antes lo había hecho, él me abraza de inmediato y en segundos los dos comenzamos a llorar. No puedo dejar de sentirme egoísta de solo pensar en lo que voy a hacer, no puedo de dejar de pensar en el hecho de que tal vez nunca lo vuelva a ver, de que nunca lo pueda volver a abrazar como ahora.
Él se arriesgó tantas noches a que alguien lo descubriera, solo para verme feliz y no puedo hacer nada por él, sé que si lo llevo conmigo, Voldemort nos encontraría y no lo pensaría dos veces antes de matarnos. Draco ha aceptado ayudarlo y el que desaparezca de un día para otro, será considerado como traición.
—¿Qué es lo que debo hacer? —Le pregunto cuando nos estamos separando.
Mientras limpiamos nuestras lágrimas, ambos reímos ligeramente.
—Gracias por no decir nada —le digo dándole un apretón en su mano.
—No quería que te metieras en problemas, además... debo ser sincero, creí que solo sería por un tiempo...
—Créeme —digo riendo—. Yo pensé lo mismo... a todo esto... ¿Cómo supiste que era Fred?
—Bueno... no era un secreto el que George y la francesa salían —dice encogiéndose de hombros—. Yo no sé cómo saben quién es quién... —comenta con una sonrisa de lado—. Y me costó tres días que me creyera...
Río asintiendo con la cabeza.
—No me creyó hasta que mandé a Hydra con la sexta carta, si solo la hubiese mandado con la primera —dice negando con la cabeza—. Pero dejemos de hablar de eso... ahora que tía Bella y mamá no están, debemos planear todo.
—De acuerdo —asiento con la cabeza—. Iré a quitarme esto...
—Le dije a esa hora porque la tía Bella deja de hacer ruido pasadas las doce —dice mientras estamos en mi cama comiendo golosinas que mi madre había comprado hace algunos días—. Pero pienso que sería mejor que salgas de aquí a la una, así nos aseguramos de que ellas ya estén dormidas... también, ya que no puedes aparecer y desaparecer dentro de casa, debemos colocar silenciadores en tu puerta, la del recibidor y la de la entrada —comenta quitándole la envoltura a una rana de chocolate.
—Tenemos que cubrir las pinturas —digo apuntando con mi dedo índice para que no se nos olvide, rápidamente lo veo asentir con la cabeza.
—Otra vez Salazar... tengo como treinta —dice negando con la cabeza y dejando la tarjeta de la rana de chocolate en la cama—. Pienso que deberías de llevar cosas en una mochila...
Asiento con la cabeza mientras me levanto de la cama para tomar una de las mochilas del colegio, a esta le hago un hechizo de extensión indetectable y para que todo resulte más sencillo, meto toda mi ropa y zapatos con ayuda de mi varita.
Voy a la mesa de noche y saco de ahí las cosas que me han mandado de Francia, y junto a ellas, meto regalos que mis padres y mi hermano me han dado por mis cumpleaños, así como también las fotografías que hay en una pequeña caja de plata.
Le hago un encantamiento a la mochila para que no pese demasiado y la dejo debajo de la cama por si mi madre entra a mi habitación en algún momento de la tarde.
—Pasadas la una, voy a dejar caer algo en mi habitación... si nadie se despierta después de cinco minutos, es porque puedes salir...
Asiento con la cabeza y suspiro esperando que todo salga bien.
😱😱😱
JELOU!
Sean sinceros, ¿Ustedes esperaban esto? 👀 porque en el escrito original, Narcissa era la que ayudaba a Gemma a irse. En otro borrador, Draco era quien la ayudaba pero su madre estaba enterada de todo.
Escribí tres versiones y al final elegí esta xd
Leeré sus opiniones si gustan dejarlas en los comentarios. 🙏