Ángel - (Tercera parte de Bes...

By ariadnasl

177K 11.8K 747

Ya ha pasado el peligro. ahora Asaiah y Christina pueden estar juntos. O al menos eso piensan. No pasa mucho... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
NOTA IMPORTANTE
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36 - ANUNCIO IMPORTANTE
Anuncio importante
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 17

4.7K 304 15
By ariadnasl

HOLAAA PERDÓN POR DESAPARECER JEJE

No sé que me pasó... Bueno, The Vampire Diaries y eso como que me deprimió un poco jeje y si hay algun fan por aquí, creo que entiende mis sentimientos.

En fin, he vuelto a escribir jeje porque no puedo dejar de lado esto. Traté de hacerlo un poco largo este capítulo y lleva algo que tengo fé que les va a gustar. Pero antes que lo lean quería recordarles que esta novela probablemente sea más corta que las anteriores, pero estoy luchando por darle el final que se merece... Aunque no quiero dejar ir a Chris y a Asaiah tan fácil.

Eso es todo (? Les dejo con el capítulo.

P.D Lean transfusión si no la han leído.

P.D 2 Si ya leyeron transfusión, estén pendientes de Caza Roja porque la cosa se va a poner mas buena.

Ahora sí, adiós. Gracias por su atención <3

____________

Con mis audífonos puestos, escuchaba música con la esperanza de alejar cualquier pensamiento de mi cabeza. Asaiah seguía dormido en el asiento de al lado, e incluso podía escuchar sus leves ronquidos sobre mi música. Me giro y me acomodo para mirarlo. Tiene los brazos cruzados y su cara apunta al techo del autobús. Todas sus facciones están contraídas y aunque esta pesadamente dormido, se ve cansado, alterado y muy intranquilo.

Miro hacia la ventana y puedo notar que estábamos por llegar a la estación de autobuses, así que guardo mi celular en la mochila que estaba en mis piernas, pero antes me aseguro de que le hayan llegado los mensajes a Clarisa y a mi madre, de que ya habíamos llegado a San Francisco. Muevo un brazo de Asaiah para despertarlo y casi en cuanto lo toco, él se despierta ya alerta.

- Estamos a punto de llegar. — Le digo. Él asiente y se acomoda en el asiento.

En cuanto el autobús se detiene, él se pone de pie y toma ambas maletas, pero espera a que yo baje con él. Está conmigo, viene conmigo y hace lo que tiene que hacer, pero siento como si no estuviera realmente conmigo. No habla más que para lo que es necesario y tiene una extraña actitud. Está ausente.

- Estaremos en un hotel que está cerca de una torre de departamentos para universitarios. — Me cuelgo la mochila y ambos comenzamos a caminar hacia el paradero de taxis. — Tenemos que ir a ver los departamentos mañana mismo. — Él asiente, pero no me dice nada.

- Esta tarde son las entrevistas. — Dice mecánicamente. — ¿Estás lista? — Yo lo miro un momento y me encojo de hombros.

- ¿Tú? —Él repite la misma acción y se encoje de hombros. Un taxi se estaciona frente a nosotros y lo abordamos enseguida. Le paso la dirección del hotel y rápidamente se echa a andar.

Durante el trayecto desde la estación hasta el pequeño hotel, ninguno dijo nada. Asaiah se encargó de recoger las llaves y subimos un par de pisos hacia nuestra habitación. El lugar es bastante pequeño, hay solo una cama y las paredes están pintadas de un color verde menta. Hay una mesa de comedor pequeña al lado de la puerta y un armario con una puerta desvencijada. Al lado izquierdo de la cama está el baño. Aunque el lugar era algo pequeño y se veía estancado en los años setentas, al menos estaba limpio.

Dejamos las maletas en el suelo y yo me acuesto en la cama para recuperar algo de sueño. No me preocupo en mirar a Asaiah por mucho tiempo más, pero antes de quedarme dormida, la última imagen que tengo de él, es mirando hacia la ventana.

Me quedo dormida por un par de horas, o tal vez un poco más. En cuanto despierto, escucho el ruido del agua corriendo en la ducha y veo vapor saliendo del baño. Asaiah ha dejado la puerta abierta. Me deslizo en la cama y me acuesto de nuevo, pero esta vez mirando hacia el baño. La cortina tampoco está cerrada, así que tengo una perfecta vista de mi Asaiah en todo su esplendor. Por ese momento todo lo que tenía en la cabeza, se aleja y mi mente se queda en blanco, solo puedo concentrarme en admirarlo.

Su cuerpo está enmarcado por músculos bien definidos y el agua toma varios caminos al caer sobre su piel. El jabón se desliza por su piel apiñonada, hasta caer al suelo de baldosas blancas. Y su cabello negro cae en mechones desordenados, cubriéndole el rostro. Su cuerpo es perfecto, totalmente perfecto, a pesar de sus muchas cicatrices y sus tatuajes. Y yo no puedo dejar de mirarlo con tanta admiración. La belleza que lleva ese hombre es única. Pareciera que fuera una escultura de un dios griego tallada por las mismísimas manos de Miguel Ángel. No, él mismo era un ángel.

Asaiah se da vuelta y no se sorprende cuando nota que yo lo estaba mirando. Cierra la llave del agua y toma una toalla antes de salir, pero en su hermoso rostro se dibuja una sonrisa. Se pasa la toalla por su cabeza y luego por el pecho mientras continúa mirándome y sonriéndome.

- Disfrutando del espectáculo, eh. — Dice.

- No tengo la culpa, fuiste tú quien dejaste la puerta abierta. — Se enrolla la toalla en la cintura y se acerca a mí. — No te cubras, por mí. No es nada que no haya visto antes. — Él alza una ceja y se le escapa una risita.

- Eres una acosadora. — Susurra. Da dos pasos más y se sienta al borde de la cama, luego se estira para acercarse a mí y deposita un suave beso sobre mis labios. — ¿No vas a cambiarte? Recuerda que tenemos que salir dentro de poco.

- ¿Qué hora es?

- Las tres.

- Bien. — Me pongo de pie y recojo mi maleta del suelo para buscar la ropa que ya había escogido para la entrevista.

Aunque me hubiera gustado prolongar ese momento por un rato más, ambos teníamos cosas que debíamos hacer. Pero era bueno ver que él estaba un poco más relajado, tal vez era porque estábamos lejos de sus problemas. Los habíamos dejado kilómetros atrás.

Mientras sacaba mis cosas, me doy cuenta que había comida sobre la mesa de comedor. Había unas bolsas con hamburguesas, que probablemente ya debían de estar frías. Me había quedado tan dormida, que ni siquiera noté cuando él salió a comprar algo para comer. Y lo agradecía, ya que mi estómago comenzaba a exclamar por alimento.

Él ya había comido algo antes de meterse a bañar, así que comí sola. Me apresuro a comer y luego me cambio a un atuendo que fuera un poco más formal, o al menos ese era el intento. Me coloqué unos jeans claros y una camisa blanca, sobre eso llevo un suéter verde oscuro y unos botines color beige. Arreglé mi cabello en una media coleta e incluso me coloqué algo de maquillaje, que cada vez dominaba más.

- Te ves bien. — Ahora él me veía desde la cama mientras yo estaba en frente al espejo del baño.

- Gracias. — Sonrío y guardo el labial dentro de mi bolsita de maquillaje. — Tú también te ves bien. — Él estaba vestido totalmente de negro, con un suéter oscuro. — Es bueno verte con algo distinto al cuello en v.

- Yo siempre me veo bien, Christina. Solo que el cuello en v me queda mejor. — Dicho eso, no pude evitar rodar los ojos. Él se ríe y se pone de pie. — Vámonos ya.

Al salir, el clima era un poco frío. A pesar de estar en primavera, aún se sentía bastante el frío, pero no se comparaba a un invierno en nuestra ciudad, al menos en San Francisco no nevaba. Tomamos otro taxi para que nos llevara hasta el campus. Afortunadamente llegamos temprano, pues nos costó encontrar el camino correcto hasta las oficinas de admisiones. Al llegar nos indicaron que esperáramos un poco.

El poco buen humor que tenía Asaiah se esfumó una vez que nos sentamos a esperar. Vuelve a tener el ceño fruncido y parece estar nervioso. Yo tampoco podía evitarlo, yo también estaba nerviosa. Antes, al recorrer parte del campus estaba bastante entusiasmada, pues esa era la universidad a la que iba a ir, el siguiente paso importante en mi futuro, pero todo dependía de ahora, de la entrevista para la beca.

De pronto se abrió una puerta y de ella salió una mujer de no más de cuarenta años, llevaba unas hojas en las manos, se acercó a nosotros y miró a Asaiah.

- ¿Civatti? ¿Asaiah Civatti?

- Así es. — Me dedica una mirada y me aprieta la mano antes de ponerse de pie.

- Tu entrevista va a comenzar ahora mismo. — La mujer conduce a Asaiah a la oficina de la cual ella había salido y entran ambos.

Tomo aire y me vuelvo a acomodar en mi asiento. Trago saliva y reviso por última vez los mensajes de mi teléfono, el ultimo que tenía era el de mi madre deseándome éxito en mi entrevista. No pasó mucho tiempo cuando la misma mujer salió de la oficina y se dirigió a mí.

- Debes de ser Christina Sousa, ¿no?

- Sí, soy yo. — Me pongo de pie y seco mis manos en mi pantalón.

- Vamos, ya llegó quien va a entrevistarte.

Me lleva a otro pasillo y me indica que entre a una pequeña oficina, pero antes de abrir la puerta, me desea suerte. Dentro de la oficina hay una mujer joven, casi de la misma edad que la que me había llevado hasta ahí. Ella me sonríe y me indica que tome asiento frente de su escritorio.

- Buenas tardes, Christina, mi nombre es Janet. — Me extiende su mano y habla de una manera muy cordial, rápidamente me hace sentir un poco más cómoda, pero los nervios no son capaces de irse. — Es un placer conocerte, ¿cómo estás?

- Un poco nerviosa.

- Tranquila, es normal. — Hay una carpeta sobre su escritorio y ella la abre y comienza a pasar las hojas. — He estado leyendo acerca de ti y puedo notar que eres una estudiante sobresaliente, tienes un muy buen promedio y estas a punto de graduarte con honores del bachillerato. — Paró de pasar las hojas y se quedó en silencio mientras leía lo que estaba en el documento. — Pero hay algo que está aquí, en tu ciudad hubo un problema con un líder de una pandilla, ¿no? — Ella desvía la mirada del papel y la dirige a mí. — Parece que estuviste involucrada para detenerlo, ¿no es así? Cuéntame de eso.

- Es mucho más complicado. — Ella asiente y me da a entender que espera a que siga. — Mi novio... Él tenía problemas con esta persona. — Ladea la cabeza y toma una pluma que estaba sobre el escritorio y comienza a escribir sobre otra hoja de papel. — Él tuvo una vida muy difícil, desde niño. Y quedó solo desde muy pequeño. — Le explico, tratando de hacer que me entendiera, pero sin revelar mucho. — Y esta persona... Quería que trabajara para él, pues su hermano mayor estuvo involucrado. — La mujer quería que continuara hablando, pero eso era una historia que no me sentía con el derecho de compartir. ­— Su hermano mayor trató de ayudar a su madre después de que su padre los abandonó y creyó que acudiendo con esa pandilla, obtendría ayuda. Pero lamentablemente el niño murió. Y Jackson, el líder quería que el otro hermano trabajara para él, con la excusa que el niño le debía dinero.

- Ya veo. — Hace otros garabateos y me vuelve a mirar. — Supongo que ha sido difícil para ti, estar con alguien con tantos problemas.

- Estoy con él porque lo quiero. — Respondo rápidamente. — Sé que tiene problemas, pero le he ayudado en todo lo que he podido. Al menos ese criminal se encuentra dónde debe de estar.

- Y tu novio... ¿Planeas casarte con él? — Veo hacia mi mano izquierda, específicamente al anillo en mi dedo. La entrevistadora lo había notado. Sabía que hacían preguntas personales, pero no me imaginaba que era a un grado tan profundo.

- Sí. En un futuro. Ahora mismo el matrimonio no es nuestra prioridad.

- Supongo que tu prioridad es tu estudio, ¿no?

- Así es.

- Cuéntame más de ti, ¿por qué crees que serías una buena estudiante para esta escuela?

Por fin el rumbo de la entrevista cambia, esas eran las clases de preguntas que yo estaba esperando y que había ensayado responderlas frente al espejo. Aunque no pasó mucho tiempo cuando de nuevo volvió a preguntar cosas más íntimas, preguntó la razón por la que dejé la escuela un año y finalmente tuve que contarle acerca de mi padre y de la depresión de mi madre después de que él muriera. Claro que después se disculpó por eso, pero no dejó de hacer preguntas tan personales.

La entrevista duró mucho más de lo que me había imaginado y al salir me siento un poco más relajada, pero exhausta, alguien me había hecho indagar en mi vida demasiado. Nunca antes había hablado por tanto tiempo de mí misma.

Al salir, Asaiah está sentado en el mismo sillón donde habíamos estado antes. En cuanto me nota, se pone de pie y me espera a que vaya con él para salir. Camina con paso firme, con la vista al frente y con la quijada apretada. Está enojado, furioso.

- ¿Qué paso?

- Una mierda. — Dice entre dientes. Salimos del campus y esperamos a tomar un taxi de regreso, pero yo quiero que me hable, que me explique.

- ¿Qué te dijo?

- Estupideces. — Respondió. — ¿Por qué iba a caer que yo tenía la oportunidad de ir a la universidad contigo? ­— Chasquea la lengua y se encoje los hombros y sigue sin mirarme.

- Asaiah... — El taxi se detiene frente a nosotros, eliminando todas las chances de seguir hablando. Entramos y Asaiah sigue sin decir nada, apenas me mira. Tiene los puños cerrados sobre sus piernas. Busco tomar su mano, deslizo la mía sobre su derecha y escurro mis dedos para tratar de deshacer su puño. Acaricio su mano con mi dedo pulgar, no me detiene, mi contacto es algo que necesita. Me mira con cautela y suspira, pero antes de que algo más pueda pasar, tenemos que pagar al conductor por llevarnos de nuevo hasta al hotel.

Vamos en silencio los dos, tomados de las manos. No es hasta que entramos a nuestra habitación, que él se siente lo suficientemente tranquilo para poder hablar conmigo. Nos sentamos sobre la cama y él me suelta para poder colocarse frente a mí y hablar.

- ¿Tú crees que todo esto esté bien? — Susurra.

- ¿Qué?

- ¡Todo! ¿Crees que yo pueda seguir adelante?

- Claro.

- Tal vez todo esto fue una mala idea. — Murmura. — Mi padre está muriendo de cáncer y unos estúpidos delincuentes lo están siguiendo a él también para que pague. ¿No te suena familiar? — Deja escapar todo el aire de sus pulmones y después toma una bocanada para seguir hablando. — No, simplemente no puedo hacer esto Christina. Creí que sí, pero yo no estoy hecho para esto.

- Asaiah. ¿Quieres ir a la universidad? — Él se me queda mirando, pero no responde. — Antes me habías dicho que querías hacerlo, lo vas a hacer. — Baja la mirada y cierra los ojos. — Sé que todo esto está mal, apenas y puedo imaginarme como debes de sentirte al volver a saber de tu padre. Pero no le des ese poder sobre ti, por favor, Asaiah. Si tú quieres salir adelante, eso haremos.

- Chris...

- Mírame. — Suspira, pero no alza la mirada. — Mírame. — Tomo su barbilla y hago que me mire. — Tú eres el hombre más fuerte que he conocido. Y nada, escúchame bien, nada de lo que te ha pasado, es tu culpa. No estás dañado. Eres alguien muy bueno, quien ha pasado por toneladas de cosas que nadie debería de pasar. Y vas a salir de esto, vamos a salir. ¿Sabes por qué? Porque tú quieres cambiar, quieres cambiar tu futuro y eso es suficiente. — Muerde su labio inferior. — Todo estará bien, ¿okay? Vinimos aquí por algo y todo va a estar bien. — Él me rodea con sus brazos y se yergue, quedando a su altura normal y me besa en la frente.

- Pero me fue fatal en la entrevista. Tal vez ni siquiera consiga la beca.

- Si eso pasa, lo resolveremos en su momento.

Logro hacer que sonría un poco y vuelve a besarme en la frente. Después de ese pequeño momento, logra a estar más tranquilo. A pesar que mi entrevista fue algo intensa, pero a pesar de aquello, no creo que me hubiera ido tan mal, aún tenía esperanzas de que me dieran la beca. Aunque claro, pensar que Asaiah pudiera no contar con eso, me ponía nerviosa.

Al caer la noche, hablo un poco con mi madre, ya que estaba interesada en saber cómo había salido todo con la entrevista. Después comimos algo más de aquellas hamburguesas frías y ya entrada la noche ambos fuimos a la cama. Él no tuvo problemas para quedarse dormido mientras él mantiene sus brazos alrededor de mi cuerpo, pero yo no cuento con tanta suerte. Solo logro dormir un poco, tal vez unas cuantas horas y a las primeras luces del sol de la mañana me despierto.

Me deshago de su amarre y salgo de la cama con cuidado de no despertarlo. Busco mis pantalones y comienzo a cambiarme en sumo silencio, hasta que la voz adormilada de Asaiah llama mi atención.

- ¿Piensas huir de mí? — Su voz se escucha ronca y cuando me volteo a verlo, está tallándose los ojos con sus manos.

- Voy a salir a caminar un rato.

- Aún es temprano. — Tira de las sabanas hasta cubrirse los hombros y bosteza. — ¿Quieres que vaya contigo?

- No, duérmete.

- ¿Segura?

- Segura.

- Bueno. — Se vuelve a acomodar en la cama y enseguida cierra los ojos. — Ve con mucho cuidado. — Alcanzo a escuchar sus leves ronquidos de nuevo, no perdió tiempo alguno en volver a dormir.

Lo único que tomo antes de salir de la habitación es mi teléfono y lo guardo en mi bolsillo. Salgo del hotel y decido caminar por unas calles aledañas, mirando los edificios y las tiendas que comienzan a abrir. Después de unos quince minutos, llego hasta un pequeño supermercado y entro para comprar lo suficiente para hacer unos sándwiches, ya que no tendríamos tiempo para comer más tarde.

Justo después de pagar, me quedo mirando el establecimiento que está delante del supermercado. Un estudio de tatuajes que apenas está abriendo. Cruzo la calle y me quedo mirando en interior por un momento. Siempre me han dado curiosidad ese tipo de lugares, pero nunca había entrado a uno, ni siquiera cuando Asaiah llevaba las cuentas de uno. Nunca había tenido razones para entrar. Ladeo mi cabeza y trago saliva mientras sigo observando cómo es que un trabajador limpia el lugar. Eso es bueno, al menos se ve que está limpio.

Decido no pensarlo mucho más y me muevo, camino hasta la entrada y abro la puerta, llamando la atención del muchacho que estaba limpiando el mostrador.

Continue Reading

You'll Also Like

28K 4K 44
[Tercer Libro] Se dice que la venganza te consume el alma, pero... ¿Qué te puede consumir cuando ya no tienes una? ¿Cuando has sufrido lo suficiente...
5.1M 444K 82
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
1.5K 178 41
-Esta historia esta siendo editada- La tierra ha sido controlado por seres nobles y amables. Seres que quieren mejorar la vida con tecnología mejora...
39K 1.5K 24
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...