Todos los nuevos llevaban el uniforme de cazadores, un chaleco de color verde de cierre en el frente con el símbolo de BRIDRA en el pecho en el lado derecho, un pantalón de color negro, unas botas de piel negras que llegaban solo a los tobillos, un cinturón para herramientas y una boina de algodón de color negra con el símbolo de BRIDRA, se encontraban entrenando con sus armas en el gimnasio con el caballero Jirai, a pesar de que era en la mañana, muchos se arrepentían de su arma que habían escogido, otros demostraban ser un prodigio, el caballero les gritaba a todos por igual, ordenes, consejos, parecía que había pasado mala noche.
—Chicos, deben de perder el miedo a su arma, todos no se equivocan al principio, deben de manejar y conocer a su arma— grito el caballero
El caballero cada vez que miraba un error, los ponía a correr, hacer flexiones, algún ejercicio, así que como era de esperarse más de la mitad se encontraba cumpliendo algún castigo, Josué corría alrededor del gimnasio, ya muy cansado, parecía un perro sediento, sacando la lengua mientras jadeaba, Max entrenaba con su lanza, la arrojaba a unos muñecos, casi siempre acertando, Will por su parte se encontraba con una pesada espada hecha de piedra apenas lanzaba tres golpes la dejaba caer.
—Cazadores, esto será como un calentamiento espero sean agiles— rio de una forma que daba miedo el caballero Jirai— ahora su objetivo será atacarme a mí, bueno será más difícil de lo que esperan
Todos sorprendidos por lo que dijo se acercaban con miedo, en pocos minutos el caballero se encontraba rodeado por 50 cazadores, algunos se querían vengar por los castigos, pocos empezaron el ataque con flechas de goma, lanzagranadas de pintura, espadas de piedra, y lanzas de hule, el caballero de un salto esquivo todos los ataques, cada vez mas cazadores tomaban valor para atacarlo, muchos se acercaban demasiado, pero ninguno lograba atacarlo, ni siquiera tocarlo.
—Que les pasa, si no consiguen tocarme, no se les dará cena y en la noche darán vueltas en el gimnasio y no creo que les queden mucha energía ya que mañana habrá una misión— dijo el caballero Jirai
—Es demasiado rápido, no es justo— dijo Will
—Si no pueden con un viejo, no podrán ni siquiera ver a un dragón— dijo el caballero Jirai— bien les daré un pequeño descanso de cinco minutos
—Es demasiado pesada esta espada— dijo Will mientras se sentaba a lado de Josué y Max
—Ya me acostumbre correr con esta lanza, me sirvió mucho – dijo Max
—Este lanza misiles es demasiado pesado, ya no puedo mas— dijo Josué mientras se recostaba en el suelo y estiraba sus brazos y piernas
Después del corto descanso todos tomaron sus armas y continuaron con el ataque, docenas de flechas de goma, detonaciones de pintura, pero nada conseguía darle, los cuchillos se abalanzaron con sus lanzas pero solo chocaban entre sí, los espadachines lanzaban tajos pero ninguno lograba acercarse lo suficiente.
—No podemos ni siquiera tocarlo— dijo Will desesperado
— ¡Veo que son unos inútiles, no consiguen acertar nadie, creo que esas pruebas no fueron suficientes, no sirven de nada!— grito el caballero
—¡Vengan todos, tengo un plan!— grito Will mirando molesto al caballero
—Todos los tanques dispararan pintura en todo el suelo y en el centro dispararan lo último que les quede, en sus cartuchos, será difícil igual para nosotros caminar, para el mas que solo salta, los arqueros dispararan antes de que salte, su objetivo será no dejarlo saltar, los cuchillos lo acercaran a donde habrá más pintura, ahí los espadachines lo atacaremos, no podrá escapar— dijo Will mientras que todos los cazadores lo rodeaban y lo dejaban en el centro
Empezó el ataque final, contra el caballero, los tanques disparan toda la pintura en el suelo, dejando al caballero en el suelo resbaladizo, apenas podía equilibrarse, el caballero quería escapar pero las flechas que volaban sobre su cabeza no lo dejaban saltar, los cuchillos lo obligaban a que retrocediera, los espadachines se acercaban apuntando sus armas contra el caballero, que en cada paso casi resbalaba, Will salto sobre los espadachines lanzándose sobre el caballero acertando un golpe en el cuello, el caballero cayó hacia atrás, y este encima del.
—Vaya que gran plan, aprendieron a trabajar en equipo, me dejaron sin salidas me enorgullecen, pueden ir al comedor coman algo tienen su día— dijo el caballero mientras se levantaba
Todos salían saltando de alegría, se sentían orgullosos de sí mismos, como si hubieran matado 100 dragones.
—Gran plan William, como se te ocurrió algo así— pregunto Josué
—Fue cuando caí, porque había resbalado con un poco de pintura, mire que Jirai luchaba mejor en el aire, así que dejándolo sin equilibrio, sin oportunidad de saltar o esquivar, solo acorralarlo y derivarlo por sorpresa.
—Buen plan, también soy bueno en los planes, pero sabía que a mí no me pondrían atención— dijo Max
Al entrar a un pasillo que conducía a las escaleras se encontraron con Kary y con Uriel que también se dirigían a las escaleras.
—Aun no creo que tú me venciste limpiamente— dijo Kary poniéndose enfrente de Will
—No digas nada Kary, debemos ir a la estación— dijo Uriel
—Discúlpame por eso, en verdad yo quiero que seamos buenos amigos— dijo Will estirando su mano
—Te crees mejor que yo, acaso, ahora quieres que seamos amigos— dijo Kary mirando fijamente a los ojos de Will
—Espero un día desaparezca ese odio que me tienes y seamos buenos amigos, eres una chica linda, aun molesta— dijo Will mientras caminaba dejando atrás a Kary
—Como puede ser el así, no es una persona normal, Uriel—dijo Kary
Uriel empujo a Kary para que siguieran su camino, se sentía frustrada, enojada, pero algo aun peor pensaba ella, no se podía sacar de la mente a ese chico.
En la oficina del director, el paladín Astor y el caballero Fernand, miraban la pelea más detenidamente en una vieja televisión, el paladín se encontraba recostado en un sillón, tenía un tazón lleno de palomitas, mientras reía cuando miraba la cara del caballero Jirai.
El caballero Fernand era un hombre de cabello negro muy lacio y brillante, de piel morena clara, de ojos cafés claros se diría con un tono dorado, delgado pero con musculo, era demasiado bajo, el más bajo de los caballeros, llevaba una armadura plateada siempre brillante.
—El hijo de zekron es un gran líder, igual que su padre, siempre organizado y calculador— dijo el paladín Astor
—Por lo miramos si, mañana los probaran luchando con dragones cola de plata— dijo el caballero Fernand con un tono de caballero de los viejos tiempos
—Envíales diez guerreros, no quiero que corran peligro, aun les falta mucho para enfrentarse contra un dragón adulto— dijo el paladín mientras saboreaba las palomitas
—No necesitaran demasiados, solo llevaran cinco, los demás se enviaran a buscar el dragón de los glaciares de la región uno en el norte, la información indica que están atacando donde antes estaba ubicada Alaska— dijo el caballero
—Bien, pide entonces que un ángel los acompañe— dijo el paladín
—Muy bien mandare a Luca, ese ángel es un gran guardián— dijo Fernand mientras abría la puerta
—Sube con los ángeles, búscalo quiero que cuide a esos chicos no quiero perdidas— dijo el paladín mientras regresaba en el video a la parte donde caía el caballero Jirai
El caballero subió apresurado las escaleras, hasta llegar a lo que era la azotea un lugar que parecía un jardín lleno de flores en el centro se encontraba un trono hecho de mármol, se encontraba vacío, además de las flores había pilares por todas partes, donde varios ángeles conversaban, apenas llego el todos dejaron de hablar un silencio muy incomodo fluía en el aire, pregunto a algunos ángeles por el ángel Luca, algunos no contestaban otros le decían que en el balcón, se dirigió al balcón donde un ángel miraba el horizonte.
El ángel Luca se diría que era igual que los otros ángeles, pero los ángeles los distinguen pequeñas diferencias, como el color de pelo, los ojos, sus armaduras, etc. El ángel Luca tenía el pelo rubio rizado, sus ojos eran de un color verde, de piel blanca, como todos los ángeles musculosos y de gran estatura.
—Fernand, ¿que haces aquí?— pregunto el ángel Luca con un tono nervioso
—No puedo platicar con mi amigo acaso— dijo Fernand mientras se colocaba enfrente de el
A pesar de que el ángel era mucho más alto que el caballero, el ángel se veía de su misma estatura, por flexionar las rodillas y encorvarse, Fernand inspiraba miedo en ese ángel
— Dime que sucede yo se que necesitas algo— dijo el ángel
—Bien hablare, tengo una misión para ti, quiero que cuides a unos mocosos, unos cazadores que entraron hace poco— dijo el caballero mientras se asomaba por el balcón y escupía
—Que los cuide, eso sería muy fácil, a que se enfrentaran, un luciérnaga de bosque, un armadura de bronce, un guiverno, un asiático de pantano— dijo el ángel mientras reía falsamente
—Son unos cola de plata, algo simple— dijo el caballero mientras se recargaba en el balcon
—Bien bajare, para ayudarles en la misión— dijo el ángel
—Creí que me conocías mejor— dijo el caballero mientras movía la cabeza de un lado a otro
—A que te refieres—dijo el ángel con un tono nervioso
—Crees que vendría para decirte solo eso de una misión, obviamente no— dijo el caballero mientras lo tomaba del cuello y lo apretaba— es un favor por el que vengo, mucho más importante
—Lo siento, dime que hacer—dijo el ángel mientras le costaba más respirar
—Quiero que me ayudes con lo que podría ser un problema para mí— dijo el caballero soltándolo