Escuadrón Anti-Chicos© (En ed...

Por xDamnWritterx

93.3K 5.2K 803

¿Que sentirías cuando tu vida ya no es como la de antes? Me refiero a que eras feliz y ya no lo sigues siendo... Más

[Aclaraciones]
[Personajes]
Capítulo 1: Es como una paloma, viene y te caga encima.
Capítulo 2: Chica problemas.
Capítulo 3: Empecemos de nuevo.
Capítulo 4: Castigos y más castigos.
Capítulo 5: Más competencias que limpieza.
Capítulo 6: ¿Fantasmas en el instituto?
Capítulo 7: Cena con los Langford.
Capítulo 8: Tacones e Instagram
Capítulo 9: Una dulce venganza.
Capítulo 10: ¿Papá nuevo?
Capítulo 11: Sorpresa inesperada.
Capítulo 12: Pijamada épica.
Capítulo 13: Anciana molesta.
Capítulo 14: Mentiras piadosas.
Capítulo 15: El Aniversario (Parte uno).
Capítulo 16: El Aniversario (Parte dos).
Capítulo 17: Me involucraste.
Capítulo 18: Fingir.
Capítulo 19: Dieciocho años practicando.
Capítulo 20: Tiempo de hablar.
Capítulo 21: El Plan.
Capítulo 22: Alumna de Intercambio.
Capítulo 23: Derríbame, nena.
Capítulo 24: Brotherzone.
Capítulo 25: ¿B de cristal o de deseo?
Capítulo 26: Lazos de hermanos.
Capítulo 27: Revelaciones.
Capítulo 29: Adiós, Miami.
Capítulo 30: Doble cara.
Capítulo 31: ¿Me estás amenazando?
Capítulo 32: Inglaterra y el chofer personal.
Capítulo 33: Espías.

Capítulo 28: Decisiones.

1K 83 37
Por xDamnWritterx

Abby.

—¿Expulsada? —mi madre abre sus ojos más de lo normal. Lleva una de sus manos a su cadera como si no lo pudiera creer.— ¿Qué es lo que has hecho?

Nada, sólo golpee a Sophie y a su amiga por haberme hecho una broma, ¡Ah! Y a Sophie le sangró la nariz, nada importante.

—Sólo me defendía, ¿de acuerdo? —me crucé de brazos tratando de no mirar a mi madre.— Esa tipa provocó esto y es la culpable de mi expulsión.

Veo de reojo que lleva sus manos a su cabello como si estuviera desesperada.

—¿Esto fue obra de Samantha, verdad? —mamá vuelve a mirarme curiosa.

—Quizás sí, quizás no... No lo sé —suspiro encogiéndome de hombros. No estoy de humor como para responder este tipo de preguntas.

—Necesito hablar con ella, Abby —frunzo el ceño.— Necesito hablar con Samantha, por favor.

—No... —me pongo de pie negando con mi cabeza.— Sam hablará contigo cuando quiera, no quiere hacerlo..

Digo mirando el suelo escuchando la voz interna de mi cerebro. Estoy completamente segura que fue ella lo que causó esto, sí, porque ella sabe cuando estoy siendo atacada y es ella la que controla mi cuerpo. Ya lo dije, ella es como un escudo protector. Siento que cada vez que alguien me molesta o dice una cosa hiriente, me lleva a los miles de recuerdos y momentos que pasé cuando fui víctima de bullying. Y ahí es cuando Samantha sale a la luz, ella sabe cuando estoy molesta, estoy sufriendo o simplemente cuando me siento atacada y se apodera de mi cuerpo haciendo acciones realmente agresivas.

—Abby, Mike me contó lo que le hiciste a Sophie —continúa mi madre.— Está molesto contigo y hoy se quedará en casa de su novia para acompañarla.

Vaya, ahora resulta que Sophie se está haciendo la víctima.

—¿Enojado? —elevo mis cejas, sorprendida.— Seguramente esa tipa le inventó otra cosa, le cree más a ella que a su propia hermana.

—Yo hablaré eso con él, pero necesito saber porqué hiciste lo que hiciste —clava sus ojos azules en mi.

—Fui yo, ¿está bien? No culpes a Samantha, lo que hice fui yo... —miento. No sé porqué lo hice, pero no quiero que culpen a Samantha de algo que prácticamente yo hice y así nuevamente me encierren en un psiquiatra hasta no sé cuando.

—¿Y por qué?

—Ya te lo dije, me estaban molestando... —elevé mis cejas.— ¿Qué querías que hiciera? ¿Que me quedara ahí sin hacer nada? ¿Querías que nuevamente me humillaran y golpearan como cuando tenía diez años? —siento como mis ojos empiezan a picar. Mi mamá está dándome la espalda.— Mamá yo ya no tengo diez años, no soy una niña.

—¡Por esa misma razón es que debes controlarte! —voltea a verme alzando su voz. Puedo notar que tiene algunas lagrimas en sus ojos.— Ya eres mayor de edad, tienes dieciocho, cualquier cosa que hagas te culparan a ti y no a tu otra personalidad... Las personas así son, juzgan sin conocerte.

Baja la mirada tratando de no mirarme, algo me dice que tiene miedo de mi, de su propia hija.

—Mamá, mírame... —le pido.

Suspira y me mira, tomo sus suaves y pequeñas manos y miro el esmalte de uñas que trae puesto; es un color como el vino. Recuerdo muchas veces que de pequeña le pedía que dejara pintarme las uñas también pero en el colegio lo prohibían asi que muy pocas veces traía las uñas pintadas como mamá. Sonreí recordando eso.

Subí mi mirada a sus ojos celestes que se veían un poco cristalizados, a punto de llorar.

—Mamá, no tengas miedo —le digo para tratar de relajarla, se ve algo tensa.— Soy Abbigail, tu pequeña Abby —eso hace que ella sonría un poquito, así me decía de pequeña.— Sabes que jamás le haría daño a ti a papá, o mis hermanos, a nadie...

—Abby, golpeaste a Sophie, ¿te parece poco? —frunce su ceño.

—Escúchame primero, porfavor. No sabes cómo fueron las cosas realmente... Sophie y su amiga me atacaron, —mamá suspira cómo si ya estuviera harta.— me llamaron enferma, mamá, se burlaron de mi en mi propia cara me gastaron una mala broma y fue así el porqué reaccioné tan agresivamente.

Mamá se suelta de mis manos y se va a sentar en el sillón más cercano, levanta ambas piernas encima de el, y pone su codo en el respaldar del sillón apoyando su mano en su mentón, como si estuviera pensando.

—Di algo, mamá.

Suspira nuevamente y me mira.

—La verdad es que ya no sé que pensar —aprieta sus labios, golpeando suevamente sus muslos.

—No debes pensar nada, mamá, debes creerme. Todo lo que te dije es cierto — digo.

Ella sólo me mira al rostro cómo si estuviera buscando algun rastro de mentira de mi parte.

—Lo único que creo es que esto es ni más ni menos que obra de Samantha —eleva sus cejas.— Y que es ella la que te hace hacer y decir todas estas barbaridades.

Frunzo el ceño.— ¿Qué?

—Eso, Abbigail, la verdad es que no creo que Sophie haya sido capaz de hacerte una broma asi, ni mucho menos llamarte enferma... Siempre dice lo mucho que te quiere cómo si fueras su hermana, Abby —balbucea.

—Es cómo si le creyeras más a Sophie que a tu propia hija —frunzo aún más el ceño.— Hay pruebas de lo que hizo, hay una foto mía rondando por internet con el cabello todo pintado de rosa, ¡ella misma me confesó lo que hizo! ¿y aún asi no me crees?

—Te creo, aunque me cuesta, Abby. Puede que la amiga de Sophie haya hecho eso pero, ¿Sophie? Ya es casi una integrante de la familia, sé que la odias por ser novia de Mike pero no es necesario andar inventando cosas de ella —apreto mis dientes por cada palabra que dice mi madre.

No puedo creer esto.

—¿Te estás escuchando? ¿Cómo puedes ser tan tonta, mamá? ¿Cómo es posible que no seas capaz de creerme? —le cuestiono enojada.— ¿Es porque tiene esa cara angelical, como si no matara una mosca? —entrecierro mis ojos.— ¡Les está viendo la cara de estupidos a todos ustedes! Es un maldito lobo en cuerpo de oveja, me llamó enferma... ¡Hizo que me expulsaran! ¿Y aun así no me crees?

—Si te expulsaron fue porque la golpeaste, ¿eres consciente de eso? —frunce sus cejas.

—¿Insinúas que es culpa mía? —digo como si estuviera ofendida.

—Es lo que veo, Abby, no creo que Sophie haya sido capaz de hacerte eso, dudo que ella haya querido hacer que te expulsaran —suspira hondo.— Lo lamento pero aun pienso que eso que dices lo inventa Samantha. No creo que Sophie haya querido hacer esto..

—¿Y yo si, verdad? —espeto enojada.— Claro, yo soy la maldita loca de la familia, ¿no? ¡Fantástico! Créanle a una recién llegada que a mí, adelante. Yo soy la agresiva aqui, la enferma y ella la inocente paloma.

Siento las infinitas ganas de llorar, no puedo creer que mi propia madre no sea capaz de creerme, soy su hija. Sophie es una maldita recien llegada a la familia, no sé cómo es capaz mi madre de defender la mirada que tiene de Sophie, que claro, sabemos que no es santa de mi devoción.

—Necesito pensar, Abby, también necesito hablar con tu padre de lo que sucedió —habla sin mirarme.

—Está bien, de acuerdo tomen las decisiones que quieran, pero que quede en sus consciencias que no estoy mintiendo; lo que digo no son cosas inventadas por Samantha —respiro hondo para tratar de aliviarme de este sentimiento de impotencia que estoi sintiendo ahora mismo.— Estaré en mi cuarto.

Fue lo último que dije para subir las escaleras hacía mi habitación y encerrarme allí hasta no sé cuando. No puedo permitir que Sophie se salga con la suya y a mi me dejen como loca mentirosa, necesito abrirles los ojos a mis padres sobre todo a Mike. También necesito descansar y dejar de pensar tanto, una siesta servirá.

Sip, y es eso lo que haré.

Mike.

Miro la cabeza castaña de Soph, está recostada sobre mi pecho, su respiración es pausada, está dormida. Su mano esta encima de mi abdomen, se ve como si estuviera cansada. A mi cabeza se me viene el incidente que acaba de pasar hace tan sólo unas horas, Abby golpeando a Sophie me dejó algo shockeado.

Osea no me esperaba que Abby la atacara, no tenía motivos para hacerlo. Por más que supiera que Soph no era del agrado de mi hermana, aún así no pensaba que ella fuera capaz de golpearla.

Sé que tiene un trastorno, un transtorno disociativo, una personalidad que se creo a base de las reiteradas ocasiones donde Abby sufría Bullying cuando tenía 10 años. Ella no lo recuerda perfectamente porque cada vez que sufría un ataque hacia su persona por parte de otras, era Samantha quien siempre presenciaba los abusos y agresiones.

Abby nunca nos lo dijo porque según psicólogos su otra personalidad hizo que lo olvidara para que no sufriera tanto e intentara dañarse, aunque Samantha también intento acabar con su vida hace años. La verdad es que es un peligro para todos y sobre todo para Abby.

Nunca imaginé que golpearía a mi novia, estoy seguro que fue obra de Samantha aunque sólo aparece cuando Abby es atacada, según Soph ella no le hizo nada.

Y yo le creo. Osea no tengo la necesidad de dudar de Soph, ella no me mentiría.

Siento como mi brazo que está rodeando los hombros de Sophie se adormece, necesito estirarme. Con cuidado de no despertar a Sophie; me levanto y ella queda recostada en la misma posición.

Tomo la frazada que está en sus pies y cubro sus hombros desnudos. Suspiro viendo lo linda que es, no merecía lo que le hice, sé que estuvo mal besar a Sarah pero no me arrepiento. Amo a Sarah y tambien quiero a Sophie pero no así como más allá de una amistad, no quiero hacerle daño, pero sé que debo decirle lo que pasó. No puedo quedarme callado fingiendo como si nada hubiera pasado.

Cuando despierte le diré.

Nunca había visto detenidamente la habitacion de Sophie, es muy bonita. Tiene paredes color lila, está muy bien decorada. En una repisa tiene algunos cuadros con fotografias de ella y otras personas. Veo que tiene una foto de ella con sus tíos adoptivos, ella en la foto deberá tener alrededor de 10 años pero su linda sonrisa sigue intacta a pesar de los años.

Al lado de ese cuadro habia otro, uno más reciente, es Soph con un chico de ojos verdes, pelo castaño, moreno y tiene una sonrisa traviesa. Ambos están abrazados riendo, como si fueran muy buenos amigos.

Frunzo el ceño tratando de recordar si Soph alguna vez me lo presentó, osea, conozco a algunos de sus amigos pero no recuerdo haberlo visto a él.

—Se llama Derek.

Volteo mi cabeza y veo a Sophie recien despertando, suelta un bostezo mientras friega su ojo derecho. No me había dado cuenta que se despertó, creí que no hice mucho ruido.

—¿Derek? Nunca me hablaste de él —pongo el cuadro en su lugar.— ¿Quién es?

—Es un amigo, lo conozco hace más de 10 años, nos conocimos en el orfanato —me dice sonriendo levemente.— Se ha vuelto como un hermano para mi. Habíamos perdido el contacto cuando me adoptaron, meses después una familia lo adoptó a él. Hace muy poco supe de su paradero, vive en un departamento aquí en Miami.

—Que mal, pero ahora se volvieron a reencontrar, eso es muy bueno —le sonrío.

—La verdad es que sí, lo quiero mucho soy como su hermana pequeña —me sonríe de vuelta.

Ni siquiera conocía a ese tal Derek pero me alegraba saber que Soph tenía a alguien más que cuidara por ella. Aparte de mí.

Voy hacia donde ella y le acaricio su cabello que está algo despeinado.

—¿No tienes sueño? Perdón si te desperté —digo pero ella niega con su cabeza.

—No quiero dormir si tú no estás a mi lado— dice elevando sus cejas, me quedo mudo ante lo que dice. Se mueve un poco y golpea su cama con la palma de su mano haciéndome un espacio.— Ven, siéntate aquí.

Hago lo que me pide y me siento junto a ella en su cama.

Ella recuesta su castaña cabeza encima de mi hombro mirando un punto fijo. Este es el momento donde debo contarle lo que hice, siento que no puedo quedarme callado. Sé que la lastimaría pero lo haría aun más si le sigo mintiendo.

—Soph... —la llamo.

—¿Mmh..? —responde sin mirarme.

Suspiro hondo.

—Hay algo que debo contarte.

Levanta su cabeza de mi hombro mirándome extrañada, su ceño está fruncido.

—¿Que cosa? —pregunta.

Miro sus ojos verdes, son muy bonitos me recuerdan mucho a los de Sarah, pero es sólo por el color.

Trago saliva disimuladamente por los nervios, no sé cómo puede reaccionar Sophie con esto y me pone mal, pero es algo que debo hacer.

—Sophie, yo...

Una llamada entrante a su teléfono me interrumpe. Por un lado me sentí un poco aliviado, es como si hubiera sido salvado por la campana.

El teléfono de Sophie seguía sonando y ella al parecer no tenía intenciones de contestar al llamado.

—¿Vas a contestar....?

—Eso puede esperar.

Pero el sonido del teléfono no cesaba, y la mirada verdosa de Sophie en mi sólo incomodaba la situación. Rendida, decide contestar a la llamada dónde tengo la oportunidad de soltar un respiro.

—Sasha, ¿que sucede ahora?

Oír el nombre de Sasha hace que apriete mi puño, es amiga de Sophie pero es la causante de la expulsión de mi hermana. En el transcurso del día el director Frederick llevó a cabo una investigación dónde Abby acusaba a Soph y a Sasha de ser las causantes de esa broma.

No había pruebas algunas dónde acusaran a Soph de ser la protagonista de la broma, incluso Sasha –su amiga– declaró y aceptó toda la culpa al ser la única causante de la broma a mi hermana Abby, dejando a Soph de libre sospecha. Aunque Sophie me aseguró que ella no tenía nada que ver con lo que pasó y la desconcertó que Abby la golpeara sin motivo, incluso dijo que trató de calmarla pero se puso muy agresiva.

Esto Abby aun no lo sabe, no sabe que Sasha fue la única responsable de la broma. Llegando a casa le contaré y le pediré que se disculpe con Sophie por lo que hizo.

—No, Sasha, no puedes venir; estoy con Mike.... —habla Soph aun al teléfono.— ¿Qué? Ese ya no es asunto mío, eso ya lo hablamos... No, escúchame tú a mi, eso lo hablaremos después, algo haremos pero ahora no, adiós.

Escucho su voz algo enojada y cuelga tirando su teléfono encima de su cama.

—¿Todo bien? Pareciera que estuvieran discutiendo —pregunto para asi olvidara el tema del que le iba a hablar.

—Ugh, Sasha quería mi ayuda para que Frederick le levantara el castigo pero me negué —explica.— Es mi amiga y todo pero está muy mal lo que hizo. Por poco me castigaban a mi también y tú sabes qué soy inocente, ¿verdad, bebé?

Asiento, yo le creo sé que ella no sería capaz de hacerle algo asi a mi hermana.

—Te creo, y la verdad es que me siento apenado por lo que mi hermana hizo, te dejó la nariz sangrando —hago una mueca.

—Mike, no te preocupes, Abby tuvo un arrebato de furia que la hizo reaccionar así... —sonríe para calmarme.

—Es que no entiendes, Abby está... —frunce el ceño.— Olvídalo.

Despega su mirada de mi y mira sus pies descalzos, estira sus manos encima de sus muslos.

—Bueno, dejando el tema de Abby de lado... Ibas a decirme algo, ¿que era? —vuelve a mirarme pero con intensidad.

Siento como las palabras no salen de mi boca, es como si me hubiera comido la lengua el gato. Como si estuviera mudo. Lo sé lo sé, siempre haciendo  comparaciones tontas.

Vamos, Mike. Dile, tienes que ser lo suficientemente valiente.

—Eeh...

Cuando estaba apunto de soltarlo me vuelve a interrumpir.

—Mejor no me digas nada, puede esperar —pestañeo un par de veces por lo que dijo. Me llega a sorprender lo bipolar que llega a ser.— Mejor ayudame con otra cosa.

Se levanta de la cama hacia su escritorio y saca un cuaderno de allí, vuelve a donde estaba y pone el cuaderno encima de mis piernas.

—¿Me puedes ayudar a estudiar? Tengo un exámen de Matemáticas mañana y cómo tu eres un excelente profesor quiero que me expliques —me sonríe pestañeando repetidas veces.

¿Exámen de Matemáticas? Verdad que Sarah también debe dar el mismo exámen para ayudarla con su promedio, por eso estudiaba esa vez con Abby....

Agh ¿Podrías dejar de pensar en Sarah un momento, cerebro estúpido? Sophie te necesita.

Sophie sigue mirandome esperando una respuesta, supongo que lo que debo decirle deberá esperar...

—Claro que sí.

Sarah.

Nada, nada de nada. Ni el visto dejaba Abby a mis mensajes. Desde que la expulsaron y se fue del instituto las chicas y yo no hemos sabido nada de ella.

Le hemos dejado mil mensajes en el grupo que tenemos las cuatro pero nisiquiera los ve.

Yo: Abby, respondenossss 14:30.

Yo: Sólo queremos saber si estás bien:( 14:30.

Lucy: Abby porfavor responde! 14:31

Jess: no es gracioso que nos ignores, Abbigail>:( 14:31.

Lucy: tranquila chicas, ya responderá 14:32.

Lucy: denle su tiempo 14:32.

Jess: creo que ya no va a responder 19:20.

Suspiro viendo como han pasado las horas y niuna señal de Abby.

Yo: vamos Abbigail, llevas ignorandonos 5 horas 19:22.

Yo: Responde:( 19:22.

Lucy: ya responderá, hay que darle su espacio, sabe que nos tiene a nosotras 19:23.

Jess: Lu tiene razón, ya responderá 🤠 19:23.

Jess: además Sarah, tú vives al lado. Ve y pregunta por ella 19:24.

Yo: ya lo hice genio 19:24.

Lo hice hace unas dos horas y me atendió la señora James, su madre y me dijo que Abby se había encerrado en su cuarto hace horas y que no había salido. Le pedí que si salía de su habitación porfavor me avisara ya que yo con las chicas estamos muy preocupadas.

Y es cierto.

Miro el cuaderno con algunos ejercicios de Matemáticas que Matt hizo para mi. Mañana tengo exámen de ello y él se ofreció a ayudarme a estudiar.

Resulta que todos saben Matemáticas menos yo, no sé si soy muy estúpida o tengo algun tipo de déficit atencional que me impide concentrame y prestar atención bien a las clases. Quizá simplemente mi mente anda en todos lados menos en las clases.

—Llevas más de veinte minutos haciendo ese ejercicio, Sarah —dice mi mejor amigo frente de mi. Estamos sentados en la cocina, mientras estudio Isabelle nos está preparando panqueques.— Dime que sucede.

Me quita de mis manos mi teléfono dejándolo cerca suyo, lo miro mal por lo imprudente que fue pero es mi mejor amigo se lo dejo pasar.

Me insiste con su mirada verdosa para que hable, resoplo y decido contarle.

—Pasa que estoy muy preocupada por Abby —hago una mueca con mis labios.

Matt frunce sus cejas.

—¿Por Abby? ¿Que le sucedió?

—Fue expulsada del Instituto —respondo.

Matt no parecía sorprendido, su expresión era neutra teniendo en cuenta que siempre esta sonriendo.

—¿Por qué? —se limita a preguntar.

—Por agredir a dos chicas, una de ellas su cuñada —rasco mi nuca.

Matt eleva sus cejas esta vez sorprendido y me mira extrañado.

—¿A Sophie? —asiento con la cabeza como respuesta.

Sí, Matt sabía todo de Sophie y de la relación que tiene con Mike, sabe también que nos besamos esa vez en la fiesta de ella, Matt es como mi hermano nos contamos absolutamente todo, ya lo había dicho.

—¿Que le hizo la loca a Abby? —pregunta.

—La verdad es que no sé, Abby fue la que reaccionó así de agresiva según el testimonio de Sophie —digo jugando con el lápiz.

—No me digas que le crees más a esa tipa que a tu mejor amiga —me dice frunciendo sus cejas.

—¿Te golpeaste la cabeza, o qué? Estás loco sí piensas que le creo a Sophie. De todos modos quiero hablar con Abby y ella no da señales de vida —suspiro.

Matt se acomoda en su lugar y aprieta sus labios como si estuviera pensando.

—¿Intentaste llamarle?

—Sí y no responde.

Bajo la mirada a mi cuaderno, siento que no entiendo nada de lo que Abby y Matt me enseñaron, mañana me irá completamente horrible en el exámen.

—Entonces no tienes más opcion que seguir estudiando, niñita —me arrebata mi cuaderno y mi lápiz para escribir sobre el.— Abby necesita espacio, cualquiera se sentiría mal y quisiera aislarse luego de una expulsión.

Creo que Matt tiene razón, Abby debe estar mal por lo sucedido ella no hubiese querido que la expulsaran ni mucho menos golpear a Sophie, seguramente cuando mi amiga esté bien se va a dignar a hablarnos, no hay que presionarla a hablar.

Matt me extiende el cuaderno y veo que agregó diez ejercicios más de los que había.

Mi cerebro explotará. Lo miro en plan de ¿en serio? No quiero más.

—No me mires así, ya ha pasado 10 minutos más sin hacer nada —eleva sus cejas y lo miro incrédula.— Amo chismosear contigo pero quiero que mañana apruebes ese exámen.

Resoplo dejando caer mi cabeza en el cuaderno.

Matt golpea el mesón con ambos puños haciendo que me levante de golpe.

—¡Levántate estúpida! —lo miro mal.— ¡Tú eres una guerrera! Mañana irás y aprobarás ese maldito exámen, sacarás diez y quedarás como una triunfadora porque eso eres.

—¿Soy una triunfadora? —arqueo una ceja.

—Lo eres.

—Soy una triunfadora.

—¡Eres una triunfadora! ¡ahora grítalo!

—¡Soy una triunfadora! —miro a Matt sonriendo.

—¡Eres una maldita triunfadora!

Chocamos nuestras palmas riéndonos. Amo como Matt me alenta a ser mejor.

Tomo mi lapiz y me pongo a hacer los ejercicios que hizo él para mi.

—Apresurate que el tiempo es oro, creo que empezaré a cobrar como tutor —escucho lo que Matt dice.

Abby.

Veo los mensajes que dejaron mis amigas en el grupo que tenemos por la barra de notificaciones, decido no contestarles aun hasta que me sienta con los ánimos suficientes para hacerlo.

Pongo mi teléfono encima de mi abdomen mirando el techo de mi cuarto. Estoy encerrada en el desde hace ocho horas, aproximadamente.

Si se lo preguntan, ¿cómo hago para sobrevivir tantas horas sin salir a buscar algo para comer? Facil y sencillo, tengo un pequeño escondite en mi habitación donde guardo mis provisiones, como snacks, frituras, chocolates, galletas y todo lo que puedan imaginar.

Tampoco es la gran cosa, sólo es una caja de zapatos que guardo debajo de mi cama, para simular que son zapatos. Pero sirve para no tener que salir a cada momento a buscar abajo a la cocina algo que comer, y también sirve para que los hambrientos de mis hermanos no se coman mis cosas.

No es que sea egoísta ni nada de eso pero Ann y Mike siempre me roban mi comida que dejo en el refrigerador o escondida en la despensa, por eso es que ahora tengo este pequeño escondite en mi cuarto.

Es comida chatarra que he comprado con el dinero que ahorré cuidando, bañando y paseando mascotas en el verano. Así es, soy una Abby empresaria.

Aunque me guste estar encerrada –prácticamente estuve encerrada a los trece años durante cinco meses, ocho horas no es nada–, me aburre tambien estarlo, soy muy cambiante pero de todos modos necesito estirar mis piernas.

Me levanto con pesadez en mi espalda, ¿enserio? Tengo sólo 18 años y me duele la espalda como si tuviera 60. Me puse mis pantuflas de conejito y avancé hasta la puerta de mi cuarto para ir a tomar agua abajo.

Antes de salir de mi cuarto, una conversación de mis padres y hermanos en la sala de estar llamó mi atención. No podía oír muy bien desde mi puerta asi que me agaché y fui gateando hacia el barandal de la escalera, que deja ver perfectamente la sala de estar y a mi familia hablando. Obviamente, sin que estos me vean.

Ann está sentada en el sofá cruzada de piernas y también sus brazos. Mis padres están de pie discutiendo no sé de qué y Mike está apoyado en la puerta de la entrada.

Me sorprende verlo aquí, pensé que se quedaría con Sophie, porque claro ella es más importante que yo al parecer.

Algo me hacia suponer que estaban hablando de mí, hasta que lo pude confirmar cuando mamá mencionó mi nombre.

—Abby ya es mayor de edad, Corey, no creo que sea necesario volverla a internar de manera obligada —dice mamá.

¿Qué? ¿Internarme otra vez?

—Lo sé, Ellie pero dudo que Abby ceda por su cuenta a ir un centro psiquiátrico —dice mi padre desabrochando algunos botones de su camisa.— Tenemos que convencerla.

—¿Y si no acepta?

—Entonces no tendremos otra opción que llevarla obligada.

No, no porfavor. No quiero volver a estar encerrada.

—Pero papá, Abby nisiquiera ha terminado sus estudios, estaba a sólo meses de terminar el instituto e ir a una universidad —habla esta vez Ann.

—Entiendo, Annahís pero ¿qué nos queda hacer? Sólo preocuparnos por su bienestar, ella estará a salvo allí —vuelve a hablar papá.

—Abby no le ha hecho daño a nadie, papá —dice Ann.

—¿Bromeas? —escucho hablar esta vez a Mike con un tono sarcástico.— Le hizo daño a Sophie, Ann, ¿te parece poco?

—Demonios, Mike, ¿quieres callarte? —habla Ann enojada.— ¿Por qué le crees a tu novia que a tu propia hermana? Nisiquiera has escuchado el testimonio de Abby.

—Pero me basta con haber escuchado el de Sophie.

Ay, Michael eres un imbécil.

—¿Y cómo demonios sabes que no te está mintiendo? —Ann alza un poco más la voz.— Hasta tú le has mentido, besaste a la mejor amiga de tu hermana  ¿y aun así dices estar enamorado de Soph cómo para defenderla?

—Eso no tiene nada que ver con esto, Annahís —Mike alza también su voz.

—¡Chicos, ya basta! No peleen, no quiero otra discusión en esta casa —mamá frena la pelea entre mis dos hermanos antes que se arme una guerra.— Y Mike, ¿Cómo que besaste a la amiga de Abby?

—Es una larga historia, mamá, pero no viene al caso. Estamos hablando de lo que hizo Abby y que tenemos que internarla por su bien—dice Mike nuevamente.— Nunca me esperé que Abby atacara a Sophie.

—¿Y sigues con lo mismo? Estás igual de cegado cómo lo está mamá con respecto a tu noviecita —Ann hizo énfasis al mencionar lo último.

—No creo en la inocencia absoluta de Sophie, Mike, lo lamento—dice papá.— Pero en lo que sí creo es que debemos internarla unos meses.

—¡Pero papá! —Ann reprocha.

—Annahís no insistas, la decision está tomada. Ya hablé esta tarde con los doctores del centro psiquiátrico —dice mi padre decidido.— Abby mañana mismo parte a ser internada.

Sentí como mi respiración se aceleraba, cómo si fuera a tener una crisis de pánico.

Rápidamente me levanté del suelo y corrí a encerrarme nuevamente en mi habitación. Sentí como el aire se me iba, y una presión fuerte en mi pecho. Hormigueos sentí en mis manos y rostro, ademas de cómo mi pulso se aceleraba aun más.

Abrí el cajon de mi mesita de noche y saqué una cajita de pastillas para calmar la ansiedad que sentía en este momento. Sé que no debería tomarlas porque es un comprimido muy fuerte pero tomaré sólo una.

No tenia agua cerca asi qué intenté tragarla así nomás. Y para mi suerte funcionó.

Me sentía relajada apesar que mañana tendría que partir de nuevo a un centro psiquiátrico el cuál crei nunca volver a ir.

Sentí como de apoco mis ojos se iban cerrando, hasta caer en un profundo sueño.

(...)

Me muevo en mi cama, sintiendo mi cuerpo cansado pero como si hubiera dormido demasiadas horas y sin interrupciones.

Levemente abro mis ojos y veo que estoy completamente a oscuras, porque es de noche.

Me repongo en mi cama y veo la hora en el teléfono.

3:00 am.

¿Por qué demonios me desperté a esta hora?

Veo como mi puerta se está abriendo lentamente causandome temor. No quiero ser paranoica y todas esas cosas pero leí en internet que si te despiertas a las 3 de la mañana sin razón alguna puede ser un espectro que esté en mi habitación.

Y ahora justo se está abriendo mi puerta lentamente.

Asustada, prendo la lampara de mi mesita de noche.

—¿Ann? ¿Eres tú?

Pregunto y no obtengo nada.

De pronto se apaga la luz de mi lámpara y veo una silueta de una chica parada en mi puerta.

Si no estuviera loca diría que es imposible que fuera yo la que está justo parada ahi. Es que tiene mi misma altura y figura, teniendo en cuenta que sólo veo la sombra.

Ya que no podia prender mi lámpara. Encendí la linterna de mi celular apuntando a la silueta.

Casi me muero del susto al verme ahí parada con mi cabeza agachada.

¿Pero cómo demonios puedo estar yo ahi si estoy aqui en mi cama?

De pronto mi otra yo levanta su cabeza y me sonríe:

—Hola, Abby, soy yo —sonríe de una manera tenebrosa teniendo sus ojos muy abiertos.— Samantha.

Sentía que no podía hablar de lo asustada y confundida que estaba.

—Oh, no me mires así, si soy parte de ti, Abby —hace un puchero.—Estoy en tu cabeza.

—¿Qué quieres? Déjame en paz, ¿sí? Por tu culpa me van a encerrar en un internado mañana —dijo aun mirándola, mejor dicho mirándome.

—Esa no es forma de hablarle a tu personalidad que te protegió durante años, Abby —dice Samantha.

Miro como se adentra lentamente a mi cuarto.

—Ahora tendrás que aguantar que esté siempre contigo.

Dice y antes que pudiera pestañar se avalanza sobre mi provocando un fuerte grito de mi parte.

Me levanto de mi cama, sudando frío viendo que estoy sola en mi cuarto con la lámpara todavía encendida.

Mi respiración está agitada, me doy cuenta que sólo fue una pesadilla.

¿Cómo demonios puedo soñar con Samantha?

El grito hizo que despertara a mi familia porque no tardaron ni cinco minutos en aparecer por mi puerta.

—¿Abby estás bien? —pregunta mi padre asomándose por el marco de la puerta, con una expresion de preocupación.

—Sí, osea tuve un sueño de mal gusto —digo tratando de no mirarlo por el hecho que tomó una decisión sin importarle la mía.

Ann se adentra a mi habitación y se sienta a un costado de mi cama poniendo su delgada y fría mano en mi rostro.

—Estás pálida, Abby, ¿segura qué estas bien? —pregunta.

¿Cómo explicar que soñé conmigo misma pero no era yo, sino Samantha?

—Supongo que sí, fue un mal sueño, después te lo contaré —le sonrío levemente, aunque yo creo que ese después no pasará teniendo en cuenta que me iré a un centro psiquiátrico.

Ann puede ayudarme, estudia psicología.

—Bueno, supongo que nos podemos ir a dormir —dice Mike seguido de soltar un bostezo.

Se actitud y verlo aquí hace que apriete mi puño y le arroje una almohada en toda su cara de imbécil.

—¡Vete de aquí, maldito traidor! —le digo enojada, no se me olvida que prefiere creerle a esa estupida que a mi.

—Abby, cálmate —mi hermana trata de calmarme.

—Eres una agresiva, Abbigail, ¿sabes que tendrás que pedirle perdón a Sophie? —dice Mike desde mi puerta.

Está loco si piensa que lo haré.

—¡Por supuesto, dos veces si quieres! —le digo de forma sarcástica.—Vete, no quiero verte aquí. Se supone que a mi debes de creerme no a ella.

Ann se dió cuenta que la presencia de Mike me estaba molestando y le pide a papá que saque a Mike de aquí.

—Vamos, Michael, a la cama ya es tarde —papá se lleva a rastras a mi hermano.

Suspiro frustrada, es mi hermano pero aun así me da rabia que prefiera creerle a ella que a mi, soy su hermanita.

Ann me extiende un vaso con agua que no habia visto antes. Lo tomo rápidamente porque sentia mi garganta bastante seca.

Veo la caja de pastilla encima de mi velador y sin que Ann me viera las empujo dentro del cajón al mismo momento cuando dejé el vaso encima del mueble.

Como una ninja.

—Annahís, ¿puedes dejarnos solas a tu hermana y a mi, porfavor? —mamá le pide desde el umbral de la puerta.

Me da curiosidad saber de que quiere hablarme, osea igual es de suponer que debe ser por lo de hoy. Tampoco es el momento son las 3 de la madrugada y todavia tengo algo de sueño.

Ann un poco dudosa termina por ceder y se va dejándonos solas a mamá y a mi.

Veo como mi madre cierra la puerta silenciosamente y viene a posicionarse junto a mi en mi cama. La miro sin decir una palabra, ella es que le que quiere hablar conmigo; espero que termine pronto porque quiero volver a dormir. Sí, todavía estoy molesta con lo sucedido.

—¿Y bien? —decido romper el hielo yo, no decía nada aparte ya estaba poniéndome incómoda.

—Abby con respecto a lo que sucedió esta tarde...

Pero no la dejé terminar, ya no era necesario escucharlo otra vez.

—No hace falta que me recuerdes nada —la paro en seco.— Sé perfectamente lo que hice y pido disculpas pero no quita el hecho de que ustedes me pasen a llevar tomando decisiones por mi.

Mamá frunce sus cejas como si no entendiera.

—¿Qué? —pregunta.

—Lo que oíste, mamá. Sé que ustedes tomaron la decisión de internarme nuevamente en un psiquiátrico —digo.

—¿Nos estabas espiando? Pensé que estabas dormida.

—Oh, por supuesto que no. Y hablando de eso muchas gracias por invitarme a la reunión familiar, dónde se suponía que la protagonista del tema era yo —sonrío falsamente.— Me sorprende y me da mucha impotencia que no me crean lo que dije, y tomen esa decisión pasandome a llevar.

—Abby, justamente de eso queria hablarte —dice mamá con un tono calmado.

—No hace falta, pero me niego rotundamente a ir —digo un poco molesta.— Pasaron ya cinco put*s años desde que no vuelvo a ese lugar y no pienso hacerlo otra vez.

—Abby, escúchame primero.

—Es que no quiero escucharte, no sabes la rabia que me da que nadie de tu familia te crea o quiera escucharte porque eres una loca —sentía mis ojos llenándose de lágrimas a punto de romper en llanto.— Discúlpame, mamá pero no quiero, sé que lo hacen por mi bien pero no quiero.

Una lágrima rueda por mi mejilla izquierda donde mi mamá me sonríe levemente y posiciona su mano:

—Abby no irás a ese psiquiátrico.

Esas seis palabras hicieron que una chispa de emoción se encendiera en mi. ¿No volveré a ser internada?

Sacudo levemente mi cabeza como si no hubiera escuchado bien.

—¿Cómo? —pregunto bastante confundida.

Mamá lame sus labios acomodando mechones de su pelo rubio detrás de sus orejas, para luego tomar mis manos.

—Escúchame bien, Abby —baja el tono de su voz y me acerco un poco para escucharla mejor.— Mañana no iras a ese psiquiátrico, tengo un lugar mejor en mente donde sé que estarás mejor que ahí.

Frunzo las cejas cuestionandome que lugar seria ese.

—Te irás a vivir con mis padres.

¿Con mis abuelos?

—No entiendo, pero mis abuelos viven en otro continente, en Inglaterra —me mantengo confundida.

—Ese es el punto, irás allá por unos cuatro meses o menos a terminar el instituto. Mis padres te recibiran en su casa, la verdad están ansiosos por verte —sonríe.

Estoy emocionada también, hace bastantes años que no veo a mis abuelos, prácticamente desde que me internaron.

Aún confundida me levanto de mi cama con mis pies descalzos.

—Espera un momento, ¿cómo es que convenciste a papá de esto? —pregunto. Osea si recuerdan, mi padre estaba completamente decidido a llevarme a un psiquiatra.

—Tu padre no lo sabe —elevo mis cejas en sorpresa por lo que dijo.— Y tampoco debe saberlo. Debe ser un secreto entre tú y yo.

Estoy bastante confundida por esto. Parece que como acabo de despertar mi cerebro no funciona bien.

—¿Osea que mi padre cree que iré a ese centro psiquiátrico cuando realmente iré a Inglaterra con mis abuelos? —pregunto y mamá responde asintiendo con su cabeza.

Hago lo mismo comprendiendo mucho mejor.

—Tu padre cree que en ese centro estarás mucho mejor pero recordé las veces que te iba a ver cuando pequeña a ese centro y me pedías a llantos que porfavor te sacara de ahi —recuerda con un tono de voz quebrada.— Por eso es que tomé esta decisión, por ti, hija. Que vayas unos meses a Inglaterra a terminar el instituto además asistirás a grupos de apoyo, terapias que te ayudarán, Abby. De eso ya me encargué, no estas y ni estarás sola.

Siento las ganas infinitas de abrazarla y es lo que hago. Sentía ganas de llorar por la emocion de que no volveré a ser encerrada durante meses.

—Gracias, mamá. No sabes cuánto te amo —digo sinceramente al borde de lágrimas.

—Y yo a ti, hija.

Besa mi cabeza rubia correspondiendo mi abrazo.

—¿Cómo haremos para que papá no se entere? —pregunto a la misma vez que deshago el abrazo.

—Simple, convencí a Corey de llevarte yo a ese lugar pero en realidad te llevaré al aeropuerto donde esperaras tu vuelo —dice.

Asiento.

—Partes mañana al medio día, será mejor que descanses. Mañana por la mañana te ayudaré a alistar tus maletas —se levanta de mi cama y deposita un sonoro beso en mi cien.

Ahora entiendo todo, este es un plan de mi madre para que no vuelvan a encerrarme y poder estudiar y terminar el instituto de una manera libre allá en Inglaterra con mis abuelos. Iré a terapias para que papá vea a mi regreso el tratamiento. Sólo serán unos meses. Estaré bien, creo.

Ahora la verdadera preocupación que tengo....

¿Cómo le diré a mis amigas?

DISCULPEN LA TARDANZA:(

Seguir leyendo

También te gustarán

396K 39.2K 21
Thea viaja a la otra punta del país como estudiante de intercambio y la familia que se ofrece a acogerla es una que ella conoce bien. Erik, el único...
47K 1.7K 26
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
64.6K 2.1K 40
Mi vida es una auténtica mierda. O eso pensaba, eso pensaba antes de conocer a ese chico.... En cuanto lo ví... Afirmé que mi vida era una mierda.Per...
4.3M 248K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...