Escuadrón Anti-Chicos© (En ed...

By xDamnWritterx

93.3K 5.2K 803

¿Que sentirías cuando tu vida ya no es como la de antes? Me refiero a que eras feliz y ya no lo sigues siendo... More

[Aclaraciones]
[Personajes]
Capítulo 1: Es como una paloma, viene y te caga encima.
Capítulo 2: Chica problemas.
Capítulo 3: Empecemos de nuevo.
Capítulo 4: Castigos y más castigos.
Capítulo 5: Más competencias que limpieza.
Capítulo 6: ¿Fantasmas en el instituto?
Capítulo 7: Cena con los Langford.
Capítulo 8: Tacones e Instagram
Capítulo 9: Una dulce venganza.
Capítulo 10: ¿Papá nuevo?
Capítulo 11: Sorpresa inesperada.
Capítulo 12: Pijamada épica.
Capítulo 13: Anciana molesta.
Capítulo 14: Mentiras piadosas.
Capítulo 15: El Aniversario (Parte uno).
Capítulo 16: El Aniversario (Parte dos).
Capítulo 17: Me involucraste.
Capítulo 18: Fingir.
Capítulo 20: Tiempo de hablar.
Capítulo 21: El Plan.
Capítulo 22: Alumna de Intercambio.
Capítulo 23: Derríbame, nena.
Capítulo 24: Brotherzone.
Capítulo 25: ¿B de cristal o de deseo?
Capítulo 26: Lazos de hermanos.
Capítulo 27: Revelaciones.
Capítulo 28: Decisiones.
Capítulo 29: Adiós, Miami.
Capítulo 30: Doble cara.
Capítulo 31: ¿Me estás amenazando?
Capítulo 32: Inglaterra y el chofer personal.
Capítulo 33: Espías.

Capítulo 19: Dieciocho años practicando.

1.7K 136 16
By xDamnWritterx

Cara Delevingne como Annahís James (Multimedia).

Abby.

Las chicas no dejan que pueda decir algo ya que se acercan a mi y me toman por los hombros. Literalmente me toman y me arrastran por todo el pasillo del instituto para luego introducirme dentro del armario del conserje, ¿En serio? Van a matarme. Se supone que me aman y me quieren más como para matarme por algo tan estúpido, pero si salgo viva de aquí iré y mataré yo misma a Steve por no saber cerrar la boca.

— Chicas, ¿Van a..

— ¿Se puede saber por qué Steve dijo que ustedes dos eran novios? —pregunta Jess cruzándose de brazos, interrumpiéndome. Ignorando rotundamente lo que iba a decir.

— Juramos no matarte —habla Sarah. Al menos ella si escuchó y entendió que iba a decirles.— Pero será mejor que hables.

— Y eso haré, tranquilas... —me encogí de hombros elevando ambas manos. Las chicas se remueven en su lugar esperando atentas para oír lo que tengo para decir.— Steve hoy fue a verme en mi casillero y me pidió que fingiera ser su novia —continúo yendo directo al punto.— No somos novios de verdad, el muy idiota mintió al respecto.

Las chicas elevan las cejas, a excepción de Lu. Ella hace una mueca.

— ¿Oíste eso, Lu? ¿No te suena familiar? —pregunta Jess mirándola.

Oh, verdad, había olvidado que Lucy le pidió a Jack ser su novio de mentiras en la fiesta del aniversario. Es casi lo mismo que me pidió Steve.

— Cierto —asiento mirandola.— Tú eres la menos indicada como para decirme algo.

— Yo tuve motivos —frunce sus cejas.— ¿Y tú... Cuáles tenías cómo para aceptar ser partícipe de eso? Que yo sepa tú y Steve no son para nada amigos.

Las chicas vuelven a clavar su mirada en mi. Si, no somos amigos pero dije que necesitaba el dinero para comprarme unas zapatillas. Y sólo lo hice por eso, por nada más.

— Por dinero.

Respondo.

— ¿Steve te va a pagar por ser su novia?

— Su novia falsa habrás querido decir —habla Sarah.

Asiento. Hago una mueca por las miradas asesinas que me están regalando mis amigas en este momento.

— ¿Chicas van a matarme? —arqueo una ceja. Sé que Sarah dijo que no pero quiero asegurarme que así sea.

Nunca en mi vida me había sentido tan intimidada por mis amigas, en serio. Empiezo a creer que esta no soy yo.

— Abby, si no te matamos hoy, te mataremos mañana —habla Jess.

— Prefiero que sea pasado mañana —sonrío de una manera ¿Inocente?, elevando un dedo.

Sarah se cruza de brazos y camina hacía mi para posicionarse a mi lado. Pasa uno de sus brazos por mis hombros, abrazandome.

— No ocuparemos la fuerza bruta contigo —niega con su cabeza.— Pero espero que no se te olvide otra vez que estamos en un Escuadrón Anti-Chicos.

Asiento. Si, estamos en un escuadrón. Recuerdo esa vez que queríamos matar a Lu por fingir ser novia de Jack, o Jack novio de Lu. Como haya sido la historia estábamos muy molestas por el hecho de que nos mintió y no nos dijo nada al respecto, pero ella tuvo sus razones y fue para que la estúpida de Daniela la dejase de fastidiar con sus burlas y celos. Y ahora que está pasando casi lo mismo con Steve no hubiese querido que las chicas estuviesen molestas conmigo por algo tan tonto. Así que agradezco que sean comprensivas como cuando lo fuimos con Lu.

— Lo prometo.

Después de ese momento tan emotivo, nos íbamos a casa, ya era nuestra última clase del día y podíamos ir a descansar a nuestros dulces hogares. Cosa que añoraba hacer hoy. En el transcurso del instituto a mi casa iba escuchando las canciones de Billie Eilish, la amo, amo su estilo. Estaba muy sumergida en las canciones —sobre todo en Copycat, que es mi favorita— viendo el viento soplar los árboles, sí, me iba caminando. Nadie podía llevarme a casa hoy, mis amigas se quedaron en el instituto. Jess entrenando, Sarah se quedó para hablar con un profesor y Lu tuvo que partir a una reunión de buenos estudiantes. Mike se quedó a charlar con sus amigos. Y yo, estaba sola.

No es que me importe, mis amigas son muy apegadas a mi y sé que también tienen sus vidas para que estén solas. Es por eso que amo nuestra amistad; no importa si no estamos juntas, nuestra amistad va a perdurar siempre en nuestros corazones.

En el camino se me cruzó una niña pequeña de pelo rubio, debe tener unos trece años. Iba corriendo en mi dirección contraria y un globo rojo en su mano, se veía muy feliz.

Que linda chica, se parecía a ti cuando te encerraron.

Ignorando a mi conciencia apresuro el paso, no quería seguir escuchando a mi conciencia atormentándome por algo pasado hace años y que ni siquiera recuerdo. Sin duda no recuerdo nada de mi niñez.

Pero, ¿Por qué? ¿Por qué mi conciencia me recuerda cosas que yo ni siquiera recuerdo haber vivido? Son como sueños tan reales que parecen reproducirse en mi cabeza una y otra vez. Y no sólo eso, una voz me habla y se me es imposible imaginar de donde viene. Aunque sé que es de mi cabeza, no sé si es que me estoy volviendo loca o mi conciencia me juega en contra por no dormir lo suficiente y empiezo alusinar. Siento ansiedad por todas estas preguntas sin respuestas, a nadie quien pueda recurrir sin que me traten de loca.

Apreté mi mandíbula cerrando mis ojos, y saqué las llaves de mi mochila y me adentré a mi casa, al estar dentro me apoye de espaldas en la puerta. No se porqué siento como si mi respiración estuviese agitada cada vez que mi cabeza... Me habla, es como si hubiese estado corriendo miles de kilómetros sin parar o cómo si me estuviera ahogando en un mar tan profundo difícil de escapar. Necesito tomar una pastilla.

Subo con pesadez las escaleras de mi casa hacía mi cuarto, al estar allí viendo que nadie me viera, abrí el cajón de mi mesa de noche y de allí saqué una mini cajita con pastillas para tranquilizar mi ansiedad, seguramente de esto se trata. Recuro siempre a las pastillas cuando siento que me estoy ahogando en una clase de desesperación, no sé lo que me pasa.

¿Estoy loca?

¿Cómo puedo estar loca si no he hecho nada cómo para estarlo? No recuerdo nada y es eso lo que me desespera. Mi mente me ha jugado en contra desde que tengo memoria, es decir, de hace unos cinco años atrás y me dice cosas que no logro entender. Y que ni siquiera recuerdo que pasaron. Desde que tuve la fantástica idea de contarles a mis padres trataron de evadir el tema.

¿Por qué? No lo sé.

Bajé hacia la cocina por un vaso de agua. No había nadie aquí, Mike en el instituto, Ann en la universidad y mis padres trabajando. Llené un vaso de agua y me apoyé en la encimera lista para tomar la pastilla, pero antes de eso, una mano me arrebata mis pastillas.

— ¿No te han dicho que no debes tomar esto? —me señala la caja de pastillas que tiene en su mano. Molesta.

Creí que no había nadie. Me volteo frunciendo el ceño por lo imprudente que fue al quitarme algo que no es suyo. Sus ojos verde agua me miran muy mal.

— Me sentía mal ¿Okay? —suspiro.— Devuelvemelas, Ann.

Mi hermana niega, ella sabe  perfectamente tanto como mis padres y yo que no debo tomar estos medicamentos. Ellos algo saben que yo no sé y por eso me prohíben ingerirlas, sé que algo me ocultan.

— ¡No porque siempre te sientas mal vas a tomarte una de estas pastillas, Abby! —exclama enojada.

— ¿Puedes explicarme por qué no debo tomarlas? —la miro mal.— Sé honesta conmigo y dime la razón, ¿Por qué? ¿Por qué no?

— ¡Porque no! ¿Okay? No es no —eleva sus cejas.— Soy tu maldita hermana mayor y te guste o no, estoy yo a cargo de cuidarte.

— No necesito a nadie para que me cuide —espeto alejándome de ella un poco.

— No es algo que decides tú o que decido yo —habla—. Cuando nuestros padres no estén, estoy yo a cargo.

Miro la caja de pastillas y trato de arrebatárselas, sé que no debo tomarlas pero no sé la razón y cómo mi hermana no quiere decirmela estoy obligada a yo misma quitarle las pastillas y tomarlas frente a sus narices. Pero cómo mi hermana es mucho más ágil que yo, mi plan fracasó.

— Dámelas, Annahís.

Niega.

— ¿Por que crees que haría eso?

— ¡Porque son mías!

Trato de quitárselas nuevamente pero se me es imposible, ella es muy ágil gracias a las clases de karate que hizo cuando era más pequeña. Vuelvo intentar quitárselas pero caigo al suelo en el intento.

— ¡Annahís! —exclamo furiosa.

Escucho la puerta de la casa abrirse y puedo ver por el rabillo de mi ojo que se trata de mis padres y mi hermano.

— ¿Por qué gritan tanto? —pregunta mamá enojada.— Se escucha a dos cuadras sus gritos escandalosos —espeta.— ¿Y Abby por qué estás tirada en el suelo?

Me pongo rápidamente de pie y me cruzo de brazos. Mis padres y Mike están igual de confundidos cómo yo, pero no acerca del mismo tema.

— Ahora que estamos todos en familia —elevo mis cejas.— Será mejor que me expliquen porqué no puedo ingerir esas pastillas que Ann me acaba de quitar.

Mis padre se miran y Mike baja su mirada, ¿Que es lo que saben? Necesito saberlo, me involucra y creo que es demasiado injusto que no me digan nada.

— Porque no.

¿Es en serio? Es la misma respuesta de siempre, "porque no", "No", "No es no", "Es dañino". Pero nadie nunca habla que tanto me afectaría estas pastillas, no son nada malo.

— Necesito respuestas —frunzo el ceño.— Si ustedes no me las dan me veré obligada a buscarlas en otra parte.

Mi madre aprieta sus labios, su semblante está muy tenso. Mi padre también está igual y Mike... Sólo trata de evitar mi mirada mirando el techo o el piso de la casa. ¿Por qué? ¿Por que no me dicen nada? Somos una familia, no debemos tener secretos entre nosotros.

¿Donde quedó la confianza?

— Hablaremos —habla por primera vez mi padre.— Pero en otra ocasión.

Agh, estupendo.

(...)

Son las seis de la tarde y estoy encerrada en estas cuatro paredes de mi cuarto. Al menos siento que estoy un poco más calmada que hace una hora, creo que la siesta que tomé hizo un buen efecto.

Si se lo preguntan, Ann eliminó mis pastillas. Prácticamente las quemó en el jardín dentro de un basurero mirando fijamente a la nada.

Con mis padres no pude hablar bien con respecto al tema que paso hace una hora, sólo llegamos al acuerdo que cuando ellos se sientan listos hablarán conmigo. Y la verdad es que espero con ansias que ese día llegue.

Haciendo zapping encontré una serie animada llamada Clarence, la verdad me ha gustado y me ha hecho reír bastante. Amaba y me divertía por la forma que el protagonista de aquella serie hablaba.

Mi teléfono suena por algún lugar de mi cuarto indicando una llamada. El ringtone es el mismo que mi alarma, el cual odio con mi vida. Se me ha olvidado muchas veces cambiarlo pero cómo dije... Tengo muy mala memoria.

Desesperada levantando cojines, ropa tirada en el suelo, abriendo cajones buscando así mi teléfono. Pero me acordé de que este estaba en mi mochila.

Tan tonta que eres, Abby.

Saqué mi teléfono y miré la pantalla. Estaba mostraba un numero desconocido. Descolgue llevando el teléfono a mi oreja.

— ¿Diga...? —pregunto.

Hola... Abbyescucho una voz ronca.

— ¿Quién es?

Soy yo Steve.

— ¿Cómo conseguiste mi número? —frunzo el ceño.

Tengo mis contactosríe.

Me quedo unos segundos en silencio, ya se de que se trata.

— ¿Fue Mike cierto? —arqueo una ceja.

....

Estúpido, Mike. Ya iba a renunciar a mi dinero y así no ir a la casa de Steve hoy. Quiero dormir. Otra vez.

— ¿Qué quieres?

Bueno... Te quería recordar que te pasaré a buscar en una hora.

Frunzo el ceño, ¿En una hora? ¿Cómo es posible que no me haya dicho antes? Soy muy lenta para alistarme y elegir un buen atuendo, prácticamente me demoro dos horas en eso. Trabajo en ello.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes, Langford? —le pregunto molesta.

Maldito, Steve. Si me hubiese dicho desde un principio la hora cuando me pasaría a buscar no estaría ahora con ganas de estrangularlo con mis propias manos.

Lo había olvidado ¿Si?

— ¿Y por qué mejor no se te olvida ponerte los calzoncillos cada mañana, eh?

Eso es algo habitualhabla con tono obvio.— Como sea pasaré por ti en una hora. Ni un minuto tarde y ni un minuto menos.

— Si sí, como digas —ruedo los ojos.— Adiós.

Cuelgo y al hacerlo rápidamente me lanzo a mi armario para buscar algo que ponerme. No tengo muchas ganas de ir a la casa de Steve después del mal rato que pasé hace una hora, cada palabra que me decían mis padres o Ann se reproducía en mi cabeza dejando así en ella muchas más preguntas de las que ya tenía. Pero al menos tomaré esta salida como una manera de despejarme.

Busco algo que ponerme y lo primero que veo es una falda negra que me llega a la mitad de los muslos. La acompañaría con un top azul de mangas tres cuartos. Busco mis vans que anteriormente tenia puestas y arreglo mi cabello haciendo unas ondas. Me maquilló ligeramente aplicando más rubor en mis mejillas, la verdad estaba muy pálida.

Nunca me había arreglado para un chico ni siquiera nunca he ido a la casa de mis "suegros" antes. No tengo la menor idea de lo que pueda decir.

Todo sea por mi dinero. El cual no me lo dio después de clases, el muy estúpido me mintió.

Al estar lista busque mi teléfono que antes de meterme a mi vestidor dejé cargando. Ya había pasado cuarenta minutos y Steve ya vendría así que decidí esperarlo en la sala de estar. Tenía algo de hambre así que aprovecharía comer algo mientras espero.

Cuando salgo de de mi cuarto escucho las voces de mis padres y la de Ann dentro del cuarto de los primeros mencionados, hablaban rapidamente y tratando de sonar silenciosos... ¿De que hablarán? Me acerque a la puerta para así escuchar con claridad lo que hablan.

Ann, ya sabes las reglasescucho a mamá hablarle a mi hermana.— No debes alterar a Abby, sabes como se pone.

¿Alterarme? ¿Yo? Pff.

Lo , mamá, lo había olvidadohabla Ann.— ¡Pero no se donde mierda sacó esas pastillas!

Annahís, tu vocabulariola regaña mi padre.

Perdóndice frustrada.— Pero siento que ya no puedo con esto, no puedo seguir evitando algo con lo que temo que vuelva a pasar. Estoy segura de que algún día pasará y esto será grave.

No digas tonterías, Annhabla mamá.— Abby es muy inteligente, sabe controlarse.

— ¡No es algo que tenga que ver con la inteligencia, mamá! —Ann alza un poco su voz.— Abby está...

Mi teléfono empieza a sonar en mis senos así distrayendome de la conversación que tienen mis padres y mi hermana. Sus voces dejan de sonar en la habitación y lo único que se oye es mi teléfono sonar. Ay, Dios.

Bajé rápidamente las escaleras con el temor de ser descubierta y que sepan que estaba escuchando su conversación "privada".

Contesté el teléfono sin mirar de quien se trataba.

— ¡Hable! —respondí de mala manera, por el simple hecho de que gracias a su llamada no terminé de oír la conversación.

O-oye, no me grites, soy muy sensibledice molesto. Puedo reconocer ahora al instante que es la voz de Steve.

¿Que quiere ahora?

— ¿Qué sucede, hijito de papá? —ruedo los ojos.— ¿Vienes a apresurarme otra vez?

De hecho ya estoy afueraelevo mis cejas.— Y será mejor que te apresures, creo que aplaste algo... O a alguien.

Cuelgo rápidamente y tomo las llaves que están colgadas cerca de la puerta, pero antes de salir, mi hermano Mike me detiene:

— ¿A dónde vas?

— Que te importa.

Rueda sus ojos.— Oh, vamos, Abby, ¿Puedes decirme a donde irás a estás horas? Di la verdad, se honesta.

Aprieto mis labios viéndolo mal, ¿En serio me pide que le diga la verdad cuando él ni es capaz de hacerlo?

— ¿De que verdad me estás hablando? Aquí los únicos mentirosos son ustedes —frunzo las cejas.— Nunca van con la verdad por delante, me pides honestidad cuando tú ni siquiera lo eres conmigo ¿Es irónico, verdad? —abro la puerta de casa pero me volteo a mirar nuevamente a Mike.— Ah y... No me esperen despiertos. Ya vuelvo.

Cierro la puerta por fuera y apresuro el paso para subirme al auto de Steve, el cual es uno negro descapotable. Al estar dentro doy un suspiro que dura máximo cinco segundos.

— Y... ¿Nos vamos? —pregunta sonriendome.

Volteo la cabeza hacia mi derecha viendo mi casa donde hace sólo unos minutos tuve una mini discusión con Mike.

— Vamos.

En el trayecto de mi casa a la gran mansión Langford fue todo en silencio sólo se oía la música de la radio y el sonido de la calefacción. En mi mente se reproducía a cada momento lo que Ann dijo en el cuarto de mis padres... "Abby está..." ¿Yo qué? ¿Yo estoy qué? ¿Por que todo siempre es con suspenso? De verdad necesito despejarme, olvidarme de los dramas de mi familia por un momento.

— ¿Te sucede algo, James? —pregunta Steve con su vista al frente y una leve sonrisa.— Estuviste callada desde que te subiste al auto.

Suspiro nuevamente mirando como los árboles desaparecían a la vez que Steve aceleraba.

— No, no pasa nada —me encogo de hombros.— Sólo creo que no dormí bien.

Asiente y sigue conduciendo. Puedo ver que nos estábamos acercando a su gran casa, había olvidado lo hermosa que era. Steve frena junto al portón para hablarle al guardia, este al sólo verlo inmediatamente abre las grandes rejas dejándonos pasar. Su maldito jardin es como un parque, esta muy bien podado, y tiene una piscina que antes no había visto. Nos demoramos aproximadamente cinco minutos en cruzar este jardín.

Veo que en la puerta de su hogar está un... Mayordomo, recibiendo a una pareja y una pequeña niña de unos trece o catorce años con cabello rubio y un lindo vestido color violeta.

Steve se estaciona fuera de su casa y noto que hay muchos más autos estacionados también, cinco para ser exactos.

— ¿Que esto? —frunzo el ceño.— ¿Una reunión familiar?

— Justamente eso es —dice seguido de bajarse del auto.

¿Qué? Nunca mencionó que esto era una cena familiar, en eso caso nunca hubiera aceptado venir, no conozco a nadie sólo mis padres los conocen gracias a sus reuniones de trabajos. Maldito Steve.

Bajo rápidamente del auto y puedo ver que Steve está esperandome con una sonrisa y su brazo en forma de gancho.

Nerviosa por toda la gente que debe estar allí, lo acepto. Cuando vi a esa pareja pude observar que traían trajes y tacones, y yo vine con vans. Disimuladamente miro a Steve quien sólo trae un pantalón de vestir, una camisa blanca con dos de sus botones sin abrochar y vans. Bueno, creo que coindimos en vestir casi igual.

— No te preocupes, Abby —ríe Steve.— Te ves hermosa.

Eso no ayuda mucho, pero sin duda se lo agradezco. Temo no agradarles, osea se ven gente mucho más de alta sociedad, la ultima vez que vine aquí sólo eran muy pocos y fueron muy amigables conmigo. Ahora parece que resulta que son muchos y me mirarán en menos, aunque por más que sea hija de Corey y Ellie James.

A medida que nos íbamos acercando a la puerta donde estaba el mayordomo, me aferraba más al brazo de Steve con ganas de volver al auto. Este solo reía.

— Bienvenidos, señor Langford —el mayordomo posa ahora su mirada en mi.— Y señorita James.

Sonreí en respuesta.

— Por favor, adelante, pasen.

Con Steve nos adentramos a la casa y mi boca casi se abre en una perfecta O al ver a tanta multitud aquí. Bueno, no era como si fuera unas treinta personas pero seguramente había unas veinte o quince.

Una señora de unos sesenta o setenta años se acerca a nosotros con una gran sonrisa.

— ¡Steve, cariño! —viene para abrazar a... ¿Su nieto? Seguramente así es.

— Abuela Marilyn —Steve le responde el abrazo, el cual dura mínimo unos cinco minutos.

— No sabes cuanto te extrañamos con tu abuelo —se separa de él.— Estás muy guapo.

Le aprieta una de sus mejillas. Se me es inevitable reír por lo divertida y cariñosa que está siendo la abuela de Steve, me recuerda mucho a mis abuelos. Ellos eran muy divertidos y cariñosos conmigo y mis hermanos, cuando iba a visitarlos básicamente eran una de las mejores vacaciones. Si estoy hablando en pasado no significa que estén muertos, solamente pasa que nos los veo hace mucho tiempo.

— Y veo que conseguiste novia —la señora posa su mirada azulosa sobre mi con una sonrisa juguetona.— ¿Cómo te llamas linda?

— Abby —respondo.— Abby James.

Abre sus ojos en sorpresa.

— ¿Abby James? ¿Una de las hijas de Corey James? —pregunta a lo que asiento.— Eres muy hermosa, idéntica a tu madre —ríe torpemente.— Tu padre y mi hijo John eran y son muy buenos amigos. Aun recuerdo cuando venían a corretear por mi casa.

Sonrío, sí, mi padre siempre me contaba las aventuras o sus anécdotas de pequeño. Y que siempre iba a la casa del padre de Steve a jugar a las carreras.

— Adelante, ponganse cómodos —me sonríe por ultima vez y se acerca a su esposo que es un hombre de su misma edad.

Antes de que pudiera dar un paso, una chica de cabello castaño corre hacía mi para envolverme en sus brazos encima de mi cintura. La hermana de Steve.

Zoey.

— ¡Abby! —me abraza.— Estás hermosa, más de lo habitual.

Le sonreí, ella también está muy linda. Lleva un vestido blanco ajustado a su cintura y suelto hasta sus muslos. Sus ojos celestes le dan un toque.

— Gracias y tú también Zoey —le doy un beso en su cien.

Se voltea para ver a su hermano quien nos está viendo divertido. Zoey entrecierra sus ojos volviendo a posar su vista en mi.

— ¿Cómo es que te fijaste en mi hermano? —pregunta.— Si tú eres tan guapa y él tan feo.

— ¡Oye! —se queja Steve.— No soy sordo.

— Pero si feo —le responde de vuelta su hermana.

Me encogo de hombros soltando una carcajada.

— Bueno... Hay veces que no es necesario fijarse en el exterior de una persona para saber que es la ideal —le sonrío. Steve vuelve a posar su mirada en mi y sonríe.

Zoey ríe y me dice que irá a jugar con su prima que es la rubia que vi afuera antes de entrar, Clair dijo que se llamaba.

Los padres de Steve van a saludarme alegremente invitándome una copa de vino, pero no acepte diciendo que yo no bebía. Lo cual es falso, sé que si logro excederme con más de una copa podría hacer algo que me arrepentiré luego.

Así que sólo fui a sentarme en el sofá con la vista pegada en el vaso de agua que Steve trajo para mi. Me sentía de alguna forma incomoda estar ahí rodeaba de gente desconocida y aquí yo sola, aunque amo mi soledad pero sin duda estaba incómoda.

Steve me avisa que irá a buscar una copa de champagne, asiento y le digo que estaré aquí. Bueno, aunque la verdad aquí sería donde me iría a quedar todo el resto de la noche a excepción si quería ir al baño.

Mientras miraba disimuladamente a cada uno de los adultos aquí presente en la sala de estar, siento que alguien posa unos dedos sobre mis hombros, asustandome. Confundida y exaltada volteo mi rostro hacia mi izquierda para ver de quien se trataba. Mi mirada se encuentra con un chico de ojos azules.

¿Cameron? ¿Que hace aquí?

Mi rostro estaba totalmente desconcertado, él sólo sonreía. Antes de que pudiera preguntarle algo, viene y se sienta a mi lado manteniendo aun esa sonrisa divertida en su rostro.

— Abby —dice en tono de saludo.

— ¿Que haces aquí? —pregunto.

Se encoge de hombros.

— Pues... Vine a ver a mis tíos, ¿Algun problema? —ríe.

¿Cameron es un Langford? ¿Steve es su primo? ¿Cómo es que no lo vi la otra vez en la cena de negocios con sus padres?

— ¿Eres primo de Steve? —pregunto a lo que asiente.— ¿Cómo es que no te he visto en las reuniones antes?

— Bueno, pasa que —aprieta sus labios,— No soy muy apegado a esta familia, sólo vine porque mis padres me lo pidieron, además de mi hermana Clair, ¿Alguna otra pregunta señorita Abby?

Ya que insistes.

— ¿Quienes son tus padres? —pregunto otra vez.

Chismosa.

— ¿Ves a esa señora de vestido rojo? —asiento— Bueno, ella es Vanessa Langford, mi madre.

— ¿Y tu padre?

Baja la mirada mirando fijamente el suelo. Mierda, creo que he metido la pata.

— Él y mi madre se divorciaron hace más de un año —vuelve a mirarme.— ¿La razón? Ni idea, pero estoy seguro que esta familia tuvo algo que ver en algo, por eso trato de evitar las convivencias entre familias porque cada vez que los veo... Siento odio por haber destruido el matrimonio de mis padres.

Me quedo muda ante lo que Cameron me acaba de decir, ¿Eso... Será cierto? No tengo la menor idea, pero cada palabra con la que Cameron las pronunciaban se notaba el odio, aunque de todos modos explica muchas cosas. Cómo por ejemplo la razón por la cual no lo veo aquí siempre.

— Agradezco enserio la confianza que has tenido conmigo para contarme todo esto, de verdad —le digo sonriendo.— Es algo que valoro mucho.

Se encoge de hombros.

— No es nada, aunque la verdad a nadie le puedo contar como me siento sin que me juzgue —aprieta sus labios, es cómo me siento yo... Cameron se siente igual que yo.— Ni siquiera a mis primos —mira a Luke que se encuentra riendo con sus abuelos.— Por eso te lo conté a ti, porque sé que tú no vas a juzgarme —me sonríe levemente.

— Gracias —le sonrío de vuelta.— Me alegra ver un rostro conocido en tanta gente.

Suelta una carcajada.

— Yo igual.

Y así nos quedamos hablando, riendo y compartiendo pequeñas historias que nos habían pasado, aunque el que más hablaba era Cameron. Porque básicamente yo no recuerdo nada de mi pasado.

Y una de esas conversaciones, Cameron decidió preguntarme desde cuando empecé a salir con Steve:

— ¿Desde cuando empezaste a salir con mi primo? —pregunta riendo.

— Mmm... —pienso, aunque la verdad estoy buscando una fecha de mentiras.— Creo que hace un mes.

Asiente para luego soltar una carcajada.

— ¿De qué te ríes? —pregunto confundida.

— Nada, sólo es que se me hace raro ver a Steve con novia —niega con su cabeza.— La mayoría de sus novias eran imaginarias.

— Pues ahora tengo una, querido primo —escucho la voz de Steve frente a nosotros.

Volteamos y efectivamente él estaba ahí, viendo molesto a Cameron. Pero Cameron parece ni inmutarse, porque sigue sonriendo divertidamente.

— Hola... —Cameron se pone de pie quedando junto a Steve, ambos son muy altos.— Steve, primito, ¿Como has estado? Ha pasado mucho tiempo... ¿Dos años?

— Sí, la verdad ha pasado mucho tiempo, Cameron —asiente Steve poniendo una de sus manos en sus bolsillos.— ¿Se conocen?

Me pregunta a mi esperando a que hable.

— Sí —asiento.— Va en mi misma clase. Nos conocimos hace poco.

Steve sigue apretando sus labios asintiendo nueva y lentamente.

— Bueno, lamento interrumpir su conversación —eleva sus cejas,— pero ya vamos a cenar y mis tíos quieren conocerte, Abby.

Elevo yo ahora mis cejas, ¿Es mi idea o siento a Steve algo... Celoso? Ja, es realmente estúpido ponerse celoso, si ni siquiera somos pareja.

— Está bien.

Me levanto y me acerco con Steve de la mano hacía el comedor, donde ya todos estaban ahí, los abuelos de Steve en cada esquina, sus tíos juntos y sus primos en el otro costado. Era una mesa muy larga.

Puedo ver como Cameron antes de venir a sentarse juntos a nosotros nos da una mirada y se sienta junto a su hermana y su primo Luke.

La cena en sí estuvo muy divertida, en muchas ocasiones me sacaron una sonrisa contando sus anécdotas y chistes. La madre de Steve y su tía fueron quienes prepararon la cena, la cual estaba muy esquisita.

— Atención, atención —el padre de Steve se levanta de su asiento con una copa de vino en su manos, todos le miramos.— Quiero hacer un brindis por la nueva integrante a nuestra familia —me mira.— Abby, para nosotros es un placer tenerte como participe de esta familia y que seas novia de Steve.

Le sonrío. Si supiera que todo es una farsa.

— Me siento muy agradecida por el hecho de que me consideren parte de su familia, señor Langford —asiento.

— No es nada, de hecho tu padre y tu madre siempre han sido bienvenidos en nuestra familia —sonríe refiriéndose a mis padres.— Y nos alegra que su hija ahora lo sea.

Todos sonríen e inclusive Steve, pero su sonrisa era algo nerviosa. Si, es obvio que debe estar nervioso, después de todo esto es una mentira. Él y yo no somos novios.

Elevamos nuestras copas y las chocamos entre todos, riendo cómo Zoey y su prima Clair no alcanzaba a nuestra altura.

Después de todo esto, creí que podría irme a mi casa pero no... Los familiares de Steve al parecer se pusieron de acuerdo con llenarme de preguntas sobre nuestra —falsa— relación.

— Y cuéntanos, Abby —sonríe Marilyn, la abuela de Steve.— ¿Cómo conociste a Steve?

¿Steve? ¿Quien es?

— Oh, lo conocí cuando era más pequeña —sonreí de vuelta.— Tendría unos... ¿Diez o once años? Bueno, mis padres conocían a los suyos, usted sabe. Negocios, reuniones, cenas, etc.

Ella asiente.

— ¿Cuantos años tienes? —pregunta su tía... Que creo que es la madre de Cameron.

— Tengo dieciocho.

Respondo. Ella eleva sus cejas.

— ¿En serio? —asiento.— Te ves de dieciséis.

No se si sentirme ofendida por el hecho de que me dijo que parecía más bebé o agradecida por el hecho de que alguna forma me hizo sentir más joven restándome más edad de la que tengo.

— Ojalá —río y ella también lo hace.

— ¿Eres rubia natural? —pregunta la pequeña hermana de Cameron.

— Sí, ¿Por?

Se encoge de hombros.— La mayoría suele ser rubias teñidas, y creí que eras una de esas.

— Clair —le regaña su madre mirándola mal.

Bueno, ahora resulta que no me preguntarán sobre mi relación con Steve y me cuestionarán sobre mi. Genial. Por un lado está bien, porque si me preguntaran de nuestra "relación" no sabría que decir exactamente.

— ¿Cómo era su relación antes de empezar a ser novios? —pregunta el Abuelo de Steve. Creo que se llamaba Benjamín.— ¿Eran amigos o sólo simples desconocidos?

Yo lo odiaba. O mejor dicho lo sigo odiando.

— Umm.. Se podría decir que no era muy buena —me encogo de hombros.— Teníamos y tenemos nuestras diferencias.

— Cómo por ejemplo cuando ella me molestaba cada día y a cada minuto en el instituto —Steve se encoge de hombres.— Cuando yo le decía que se detuviera, pero Abby siempre de negaba.

¿¡Qué!? Entrecierro mis ojos viéndolo mal, eso esta más que claro que nunca pasó. Estúpido Steve, está mintiendo, eso jamás ha pasado, el que me fastidiaba a cada momento era él.

— Steve, cariño, estás cambiando los papeles —recalco un poco la palabra cariño. Ugh, me siento sucia llamándolo así.— Que quede claro que jamás te he fastidiado, mentiroso.

— ¿Ven? Siempre quiere agrederme —Steve hace un puchero dramaticamente a lo que sus familiares ríen.— ¿Cúal es tu problema?

— ¿Mi problema? Tú eres mi maldito problema —junto mis cejas.— Lo que pasa es que eres un mentiroso.

Steve lleva su mano a su pecho estilo Drama queen nivel Dios ¿En serio tiene que ser tan dramático?

— ¿Yo? ¿Mentiroso? —ruedo los ojos.— ¡Me dueles! Yo jamás te he mentido.

— A mi no —digo para luego sonreír.— A tu familia sí.

Su sonrisa desvanece lentamente. Lo ultimo que dije fue una clase de referencia a que no eramos novios, porque nadie sabe esto. Sólo Steve y yo. Aprieta sus labios y ríe nerviosamente.

— Me refiero a que no dió su primer hasta que empezó a salir conmigo —me encogo de hombros aguantándome una gran risa.

Steve me mira con cara de "¿Es en serio?", pero sólo lo pude entender yo. Oh sí, Steve, es eso o contarles a tus familiares que nos soy para nada tu novia.

— Eh... Sí —ríe nerviosamente otra vez.— No di mi primer beso después de que empecé a salir con Abby.

Su hermana Zoey da una larga carcajada. Hasta incluso se sujetaba el estómago. Me dieron unas infinitas ganas de unirme a sus risas pero no pude, cuando me río es todo un escándalo, mi risa es escandalosa.

— ¿Qué es tan gracioso? —Steve mira a su hermana muy mal. Pero eso no hacia que parara de reír.

— Dieciocho años sin dar un beso —dice Zoey entre risas.— Dieciocho años practicando con la almohada.

Se me fue inevitable soltar una risa para ganarme la mirada más mala de Steve. Zoey para tener catorce años es en verdad una perra, me agrada.

— Me pregunto que otras cosas habrá practicado con la almohada —habla Luke sonriendo pícaramente en doble sentido. El cual sólo entendemos todos menos Zoey y Clair, o eso creemos.

— ¡Luke! —le regaña su madre juntando sus cejas, pero sé que por dentro muere por reírse.

¿Por que les gustará humillar tanto a Steve? No lo sé, pero es divertido hacerlo enojar.

Luke se encoge de hombros riendo, seguramente por la cara que tiene Steve o por lo que dijo, aunque creo que es por Steve. Su cara está totalmente desfigurada, más de lo normal.

— ¿Eso quiere decir que lo hicieron? —pregunta Zoey confundida pero con una mueca de repulsión en su rostro. Yo también tendría esa expresión.

— ¡Zoey! —le regaña su padre. Pero eso no logró tampoco que las risas de Luke y sus abuelos disminuyeran. Mira ahora a Steve un poco más calmado.— Si fue así, ¿Utilizaste protección, verdad hijo?

— ¡John! —le regaña ahora su esposa.

Ay Dios.

— ¡Papá! —Steve enconde su rostro todo ruborizado poniendo una mano en su frente inclinando su cabeza hacia mi dirección.— Abuela, ¿Puedes decirle algo?

Marilyn parece ni inmutarse ya que también se encuentra riendo al igual que su esposo y Luke. Aprieto mis labios para no reír, por más que los demás lo hicieran.

— Y si lo hubieran hecho —habla por primera vez Cameron, posando su vista ahora en mi.— Abby, ¿Cómo lo hace, Steve?

Ahora siento como mis mejillas empiezan a ruborizarse levemente. Y las de Steve igual, aún más.

— ¡Cameron! —exclaman todos regañándolo. Menos yo.

Dios mío. Por más que me haya sentido incómoda justo ahora, no les voy a negar que por dentro me estoy riendo como una verdadera foca retardada.

Amé la familia de Steve.

*editado*

Continue Reading

You'll Also Like

15.9K 866 12
TRADUCCIÓN DE WE ARE. Nuestro primer encuentro puede que no sea tan impresionante. Pero si nos encontramos la próxima vez "¡¡¡Definitivamente te sald...
21.4K 3.1K 36
Mr. Encantador es uno de los autores más populares de Wattpad. Escritor de novela juvenil romántica, tiene casi un millón de seguidores en la platafo...
917K 55.6K 44
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
800K 48.8K 89
Llene de aire mis pulmones, tratando de tomar el valor que aun me faltaba-tienes que hacerlo, es por salud, por tu propio bien- me repetía - tu puede...