Mientras todos estaban tomando desayuno y yo me arreglaba en mi habitación porque hoy después de clases iría a la casa de Justin para estar con él a pesar de que siempre estoy con él.
Baje las escaleras para encontrarme a mi madre con la canasta de la ropa sucia para saludarme.
—Hola cariño, que linda sonrisa. —me da un beso en mi frente y al instante sonríe.
—Gracias mami —le digo mirándola sonriente.
—Ve a tomar desayuno cariño —me ordena.
Salude a mis primos y vi que estaban lavando los trastes mientras Justin arreglaba algo en su mochila. Desayune rápidamente por el tiempo el corto tiempo, además que tuve que pelear con mis primos por el baño de abajo y al final salimos apresurados, como la mayoría de las veces.
Tuvimos que correr para no llegar tarde al instituto, vimos grandes multitudes de chicos y chicas. Mis primos me habían comentados que con la unión del instituto Beelget se uniría con nosotros sus novias, que estudiaban aquella secundaria.
Me apoye en uno de mis primos para tranquilizar mi pulso acelerado, ya que Derek me había tomado por los brazos con Justin para salir corriendo, debido a que soy una tortuga.
—Ne.. necito aire —comento Martin tocándose el pecho donde estaba el corazón.
De pronto pensé que mi vista estaba mal, incluso pestañe varias veces para ver lo que venía ahí, sentí como mis hormonas se alborotaban inmediatamente.
Ellos venían entrando por el pasillo central de mi secundaria, sus pasos eran bastantes ligeros, seductores y seguros de sí mismo, como si hubieran nacido con aquel don. Algunas chicas quedaron bobas como yo al instante de verlos y otras tuvieron la valentía para pedirles el número descaradamente.
Su vestimenta decía todo, jean negros, converse negras y una camisa blancas, ellos eran seductoramente rebeldes. Mi corazón latió rápidamente cuando me pude fijar que era él, el mismo chico que me había guiñado el ojo.
Al pasar por nuestro lado, su mirada fue directa hacia a mí y no pude evitar sonrojarme, además de sentí la incómoda miradas de mis primos y Justin. ¿Pero iba a hacer? Justin le gustaba otra chica y quizás podía ser observada por otro chico ahora que no tenía frenillos.
Tocaron la campana justo cuando nuestros miradas hacían conexión, inmediatamente me aleje de todos para entrar a la clase química, Justin iba al lado mío y al parecer no estaba de humor y lo entendía, no agrada que tu enemigo personal este en tu mismo Instituto.
Tuve que salir cinco minutos antes que tocaran para el receso. Fui directamente al baño debido a que no me sentía tan bien. Debió ser por haber comido el desayuno rápidamente para después correr. Antes de que entrara al baño sentí una mano tocarme el hombro, me giro y para mis opresa eran las chicas, las novias de mis primos.
—Hola —comente mirándolas y ellas me saludaron —. ¿Qué hacen aquí? No deberían estar con los chicos.
—Ellos no saben que estamos aquí, creen que están transfiriendo a los estudiantes de a poco —dijo Luci mirándome.
—No les digas nada, le daremos una sorpresa —dijo Fernanda.
Lleve mi mano al estómago y me queje.
—¿Te siente bien? — Sanda y negué—. ¿Te duele algo?
—Me duele un poco el estómago —al decir aquello Sanda buco en su mochila y en seguida me paso un medicamento—. Es un omeprazol, con eso no te dolerá.
—Gracias —dije mirándola.
—Recuerda de no decirle a tus primos —dijo Camila.
—No se preocupen.
Hablamos unos minutos más hasta que tocaron la campana del receso y ellas se fueron rápidamente por los pasillos. AL final entre al baño tome aquella pastilla para el estómago. Qué alivio que las chicas estuvieran en la secundaria, me quitaran seis pesos de encima.
Camine tranquila en dirección a la siguiente clase y me fije que Justin estaba sentado, aún había pocos alumnos, Martin y Derek estaban jugando los lápices.
Bese la mejilla de Justin, él en seguida se sorprendió por el gesto y me sonrió, para después abrazarme como un bebé. Paso rápidamente la hora de matemáticas entre risas para después entrar a la última clase del dia.
—¿Qué tiene pensado hacer en la tarde? —pregunte.
—Aun nada en mente –Sonrió Justin.
Al terminar la última clase nos dirigimos a la cafetería. Mis primos ya habían corrido prácticamente por la comida. Mientras hacíamos la fila noté aquel grupo de chicos rebeldes en un puesto más tardes. Mis primos se habían sentado en puesto y nosotros lo seguimos de pronto las novias de mis primos aparecieron. Algunas de ellas dejaron las bandejas en la mesa para besar a sus novios.
—Esto es lo más tierno —dije mirando como algunos se besaban.
—Digo lo mismo —dijo en simples palabras Justin tomando jugo.
—Solo faltan que ustedes consuman su amor y seremos todos —dijo Nicolás levantando las cejas.
Justin y yo quedamos congelados mirándolo.
—Harían una bonita pareja —dijo Luci abrazando cachondamente a David.
—Hay que admitir que se aman los dos —dijo Jorge tirando señas.
—Como amigos —dijo Justin desafiándolos y yo lo mire algo confusa.
—Solo amigos —pronuncie sin darme cuenta.
Todos se callaron pero después la risa de las chicas hizo que nos relajáramos.
—Seguro —espero Alonso.
—Solo hay que admitir —guiño Ana hacia nosotros.
Inmediatamente Justin y yo nos miramos, no pudimos evitar sonrojarnos por aquel acto.
—Ven que se aman —dijo Luci y ellos se empezaron reír molestándonos.
Al final de tanto molestarnos, Justin y yo nos fuimos a comer a otro lado, no hablamos mucho pero si lo suficiente para después salir del instituto los dos juntos.
—Traeré nuestras cosas —me dice Justin.
—No te preocupes, yo te espero —le digo y él me sonríe.
Me apoye de lado en unos casilleros, los pasillos ya estaban vacíos. Me mordí el labio pensando en todas las cosas que dicen mis primos y sus novias, ojala fuera que Justin me mirara con otros ojos, no como la simple amiga con derecho a roce.
Sé que no soy un juguete y sé que a Justin no lo debería permitir tener tanta confianza conmigo, pero me acostumbre y al final termine enamorada de él y no creí decir esto pero cada caricia o acto de él, es como si me hundiera más al placer de los sentimientos por alguien.
Sentí sorpresivamente unas manos en mi cintura cuando había cerrado mi casillero y sus labios apoderaron mi cuello, gemí sin dame cuenta, me morid mi labio, ya que estaba sintiendo algo extraño y nuevo. Justin no solía hacer esto, pero me estaba gustando la manera en que lo hacía.
—Justin —gemí por la causa del placer en mi cuello.
Mordió mi lóbulo para lamerme por encima causando que obtuviera piel de gallinas.
—No soy Justin —gruño.
Asustada me despegue de él, me di la vuelta y mis ojos se abrieron rápidamente. Sus brazos aun tomaban mi cintura
—Jason Mantie, un gusto preciosa —forma una sonrisa en sus labios.
—Pero que mierda —me aleje él.
—Tranquila —me mira.
De pronto m toma de la cintura.
—¡Suéltame ahora idiota! —dije tratando de alejar aquel chico.
No hizo caso de lo que había dicho, pero él me había tirado a los casilleros y me había apegado contra su cuerpo. Sus ojos eran extremadamente azules.
—¿Te gustaría ser besada? —pregunta seductoramente.
—Alee...ja..te —dije nerviosa .
Me sentía intimidada, sus labios estaban casi juntos con los míos y sus manos estaban a cada lado.
—¿Te asusto pequeña? —se lamio sus labios mientras miraba mi boca.
Mi cuerpo estaba reaccionado a sus palabras, me sentí flaquear, nunca había algo así con un chico, Justin no contaba porque había confianza y era mi amigo, pero que un chico de la nada te haga eso, hace que tu estomago vomite mariposas de colores.
—No —dije mirándolo—. Aléjate por favor.
Mi voz no sonaba tan convencida y el tal Jason, sonrío y se acercó rápidamente a mí, asustándome y echándome hacia atrás, él rio y poso sus labios en mi mejilla.
—Nerviosa —susurro después en mi oído—. ¿Te gusta?
Mis ojos se cerraron por su cálido aliento y mi cuerpo cedió ante él, no sabía lo que estaba pasándome pero algo en mi andaba vuelta loca. Sentí sus lengua rozar sus labios y como doblaba su cabeza para besarme, de otro segundo el grito de Justin me saco de compostura y saco a Jason del lado mío.
En cosa de segundos Justin había golpeado en la mejilla a Jason, el chico se había hecho hacia atrás formándole una sonrisa. Pude notar que mi amigo tenía los puños apretados.
—¡No la vuelas a tocar! —grito Justin casi a mi lado.
Quedamos en silencio los tres, la respiración de Justin se podía escuchar, Jason seguía mirándolo en suelo, era una batalla de ellos dos. De pronto Jason sonríe y se ríe. Se levanta de donde estaba y queda mirando a Justin
—Eso está por verse Bieber —me mira y miro a Justin—. Adiós nena, espero que te haya gustado.
Jason lo había dicho para hacer enojar a Justin, el chico de ojos azules había desaparecido. Yo estuve perpleja al vivir toda esta escena, se notaba que se conocían de alguna parte. Aquel chico desapareció por los pasillos.
—¿Lo conoces? —pregunte y Justin se queda en silencio—. Justin.
De pronto Justin se da vuelta para mirarme, en seguida me tira de la muñeca.
—¿Permites que otro te pueda tocar así fácilmente? A caso no te acuerdas te todo lo que te protejo y de todo lo que te cuido su voz sonaba más calmada—. No quiero verte con nadie, ni con él ni con otro idiota.
—Justin —espete mirándolo algo sorprendido por reacción.
—No estoy calmado, aun así quiero gritarte, de hecho que quiero hacer cosas contigo y sabes perfectamente cómo puedes sacarme de mis casillas —me apoye en los casilleros—. ¿Por qué mierda estabas jugando con él? Sabiendo lo que hay entre nosotros dos.
Mi respiración se entre corto al escuchar eso.
—Pensé que eras tú, me había tomado por detrás y me había besado en el cuello, como lo sueles hacer tu —mi voz era irreconocible
Justin golpeo fuertemente casillero, haciendo saltar del susto, nunca lo había visto de esa manera, gruño molesto y miro.
—No quiero ni verte al lado de él o de otro, estas advertida ____, sabes que no me gusta estas situaciones y estoy a punto de perder los estribos por ti —me mira.
—No hay nada entre nosotros —su mirada había sido sorprendida y sus brazos se había tirado hacia atras—. Somos amigos con algo más, pero al final de todo no hay de nada entre nosotros.
Mi voz estaba aguda y quería llorar, no entendía la situación y en la forma bipolar que se comportaba.
—No te entiendo —le digo en susurro.
Antes de decir algo más, tome mi mochila que estaba tirada en suelo porque la había traído Justin, pero al momento de querer tomarla, él me había tomado la cintura y me había empujado nuestros cuerpos a la esquina. Sus piernas ágilmente habían abierto las mías para posicionarte entre ellas y de pronto había hecho unos movimientos pélvicos hacia mí, en seguida mis labios escaparon unos gemidos.
Oh dios, estábamos casi teniendo algo ahí. Apoye mis manos en sus hombros mientras él tenía su cabeza escondida en mi cuello.
—Acuérdate que eres mía —me susurra en mi oído mientras su movimientos pélvicos seguían hacia mi—. ¿Te gusta cierto?
Gemí y me morid el labio, cerré mis ojos y me deje llevar.
—Eres mía —me susurra de nuevo—. Acuérdate que eres mía.
—¡Si! —chille de la emoción al sentirlo tan cerca mío.
Había gemido tan fuerte y al abrir mis ojos me encontré con los suyos, en cosas de segundos mis mejillas estaban rojas, Justin se había tirado hacia atrás sorprendido por mi casi orgasmo.
—Yo.. —antes decir algo, él me había abrazado.
—Sabes que hay algo más entre nosotros —sus brazos me apretaron contra él.
Tomamos nuestras cosas que se encontraba en suelo y empezamos a caminar en silencio por los pasillos en dirección a la salida. Justin no me había dicho nada en el camino y tampoco diría algo respecto a lo que sucedió allí en el casillero. Todo había pasado por la culpa de aquel chico que se llamaba Jason.
Era confuso que ese chico hubiera hecho aquello conmigo y lo más extraño era que conocía a Justin de alguna parte, pero mi querido amigo con roce no me había dicho nada en el camino. Obviamente Justin le gustaba una chica pero también sabía que teníamos algo nosotros dos, la verdad es que no sabía cómo sentirme.
Llegamos a la casa de Justin y nos abrió su madre.
—Hola chicos ¿comieron? —nosotros asentimos.
—Yo iré a darme una ducha —dijo Justin rápidamente para subir—. Espérame.
Pattie me miro al cerrar la puerta y no me dijo nada. Ella se fue adentro de la casa mientras yo lo espera en el salón. Espere por algunos minutos pero decidí subir a su habitación sin hacer ruido.
Teníamos que hablar de lo que había pasado.
Su puerta estaba entre abierta, primero asome mi cabeza y me di cuenta que no estaba. Abrí la puerta y entre para ver si estaba en alguna esquina, pero nada. Al dar un vistazo por su habitación quede quieta al ver una foto mía
—¿Por qué tendrá esta foto? —susurre casi en silencio.
—Me la ha dado tu madre —me contesta Justin del otro lado.
En seguida me di vuelta asustada, gemí impresionada, aun con la foto no pude captar lo que había dicho; recorrí con mis ojos su torax hasta la parte que le tapaba la toalla.
Las gotas de agua resbalan por su cuerpo y no pude evitar pensar, que lo que estaba detrás de esa toalla estaba lo que me había hecho gemir hoy.
—¿No te enseñaron a tocar? —pregunta Justin con un tono serio.
—Yo uhm —titube nerviosa.
—¿Tu eué? —me mira cruzándose de brazos.
—La foto —dije sin pensar, trague seco.
La verdad es que si pensaba, pero no era en la foto.
—Ya te lo he dicho, tu madre me la ha dado —responde mirándome.
—No.. uh mm, no es de la que tiene mi madre —digo incomoda y nerviosa.
—Me la dado ella —dijo Justin.
—Bueno, yo uh —titubee mirándolo.
—¿Tú que? —dijo de nuevo Justin.
Justin deshizo su cruce de brazos para colocar cada mano en su cadera pero al hacerlo, vi como la toalla se soltaba.
—Yo...oh —dije al ver su toalla caida.
Quede perpleja y con cara de tonta al ver su aparato masculino. Justin ni siquiera se inmuto de modo alguno; mi corazón estaba mil por horas, ver sus bellos y su cosa colgando hizo que me mordiera el labio. Justin me miro y en seguida recogió la toalla para taparse tranquilamente.
—Solo te falto sacar una foto —me dice incrédulo.
—Disculpa —dije girándome avergonzada para mirar a otro lado de la habitación.
Me mordí el labio mientras mi respiración se había vuelto agitada, de espalda pude sentir los pasos de Justin; beso mi hombro mientras podía sentir su torax aun mojado, cerré mis ojos para apreciar el momento.
—No te disculpes. Yo te he permitido que me miraras —me susurra.
—¿Por qué? —pregunte con mi voz debilitada.
Sentí su mano subiendo por encima de mi falda, acariciándola.
—Para que puedas ver todo lo que puede ser tuyo —me deposita un beso en cuello.
Mi cuerpo reacciono a sus palabras, abrí los ojos.
—Justin —susurre.
—¿Interrumpo algo? —pregunto de pronto Pattie mirándonos desde la puerta de la habitación de Justin—. Hijo será mejor que te vistas y que ___ te espera abajo.
En seguida me separe de Justin, pude sentir mis mejilla arder por la vergüenza. Rápidamente tome la ordena de la madre Justin para esperarlo en la sala. Pattie había segundos después y me había quedado mirando. Me senté en sofá a pensar lo que había pasado hoy con aquel chico y Justin.
Dios que vergüenza.
Vi de pronto a Justin bajar de las escaleras.
—Te ha dicho tu madre que en dos semanas nos veremos con los vecinos nuevos —me pregunta pero parecía más anuncio.
—¿Qué? ¿Con él?—expreso confundida.
—Una cena, Iremos los dos y nuestras madres —dice Justin mirándome fijamente.
—¿Cena? —pregunto confusa—. Yo no sabía de eso.
—Pues lo tienes que saber. Acuérdate que eres mía —me espeta.
—¿Tu lo conoces? —pregunto mirándolo.
Justin bajo hasta el primer piso de acerco hasta mí.
—No responderé aquello.
En seguida se subió encima mío, sin aplastarme, caímos a la alfombra de su sala. Me miro a los ojos, después a mis labios y de nuevo volvió a mi mirada.
—¿A ti te gusta ese chico? —pregunta Justin de pronto.
—No, ni siquiera lo conozco —lo miro a los ojos.
—¿Te gusto yo? —pregunta mirándome.
Me quedo en silencio.
—¿Tú que crees? —digo mirándolo.
—Creo que debería besarte ahora mismo —su mirada fue hacia mi labios.
Justin bajo sus labios entre mi mejilla y cuello para besarme. Mi respiración se entrecorto rápidamente, quería besarlo y tenía unas ganas enormes. Sentí que subía manos hasta mis muñecas para lamerse los labios
—¿Quieres? —su voz estaba excitada.
—Sí, sí quiero —respondo algo nerviosa.
Justin aprieta mis muñecas, formó una sonrisa pícara en sus labios y en ese momento cerré mis ojos. Iba haciendo una hilera de besos hasta llegar a mis labios, beso la punta de ellos y abrió mi boca con los suyos y empezó a jugar con mis labios, pude sentir su lengua en mi labio inferior pero una voz nos hizo separarnos.
—¿Interrumpo algo? —pregunto con un tono brusco mirándonos.
—No ha pasado madre —confirma Justin para salir de mi regazo.
—Beso, Beso —dijo Jazzy a su madre mirándola.
—Cariño, ellos son solos amigos —nos mira a los dos de una forma extraña—. Espero que sus cosas personales la resuelvan en una habitación cerrada no en una donde puedan exhibir sus gestos de cariño.
Me mordí el labio, nerviosa.