Escuadrón Anti-Chicos© (En ed...

By xDamnWritterx

93.3K 5.2K 803

¿Que sentirías cuando tu vida ya no es como la de antes? Me refiero a que eras feliz y ya no lo sigues siendo... More

[Aclaraciones]
[Personajes]
Capítulo 1: Es como una paloma, viene y te caga encima.
Capítulo 2: Chica problemas.
Capítulo 3: Empecemos de nuevo.
Capítulo 4: Castigos y más castigos.
Capítulo 5: Más competencias que limpieza.
Capítulo 6: ¿Fantasmas en el instituto?
Capítulo 7: Cena con los Langford.
Capítulo 8: Tacones e Instagram
Capítulo 9: Una dulce venganza.
Capítulo 10: ¿Papá nuevo?
Capítulo 11: Sorpresa inesperada.
Capítulo 12: Pijamada épica.
Capítulo 13: Anciana molesta.
Capítulo 14: Mentiras piadosas.
Capítulo 15: El Aniversario (Parte uno).
Capítulo 16: El Aniversario (Parte dos).
Capítulo 18: Fingir.
Capítulo 19: Dieciocho años practicando.
Capítulo 20: Tiempo de hablar.
Capítulo 21: El Plan.
Capítulo 22: Alumna de Intercambio.
Capítulo 23: Derríbame, nena.
Capítulo 24: Brotherzone.
Capítulo 25: ¿B de cristal o de deseo?
Capítulo 26: Lazos de hermanos.
Capítulo 27: Revelaciones.
Capítulo 28: Decisiones.
Capítulo 29: Adiós, Miami.
Capítulo 30: Doble cara.
Capítulo 31: ¿Me estás amenazando?
Capítulo 32: Inglaterra y el chofer personal.
Capítulo 33: Espías.

Capítulo 17: Me involucraste.

1.7K 137 18
By xDamnWritterx

Sarah.

¿Cómo demonios vamos a estar perdidos? Esto debe ser una broma de mal gusto. Aunque haya nacido aquí en Miami no significa que conozca este bosque. Es más, nunca en mi vida durante dieciocho años he venido.

— ¿Donde demonios estamos? —Niall se acerca a donde estamos.

— Ni idea —responde Steve mirando el lugar.

Está muy oscuro, y la verdad es que el lugar le da un tono tétrico a esto. El viento sopla levemente además de que se acerca una gran lluvia.

— No podemos quedarnos aquí —habla Abby.— Debemos irnos.

— ¿Y tienes idea por donde, genia? —Mike eleva sus cejas en dirección a su hermana.— Te recuerdo que son las dos de la madrugada y no se puede ver absolutamente nada.

Abby suelta un bufido. Su hermano tiene razón, no tenemos por donde irnos de aquí, está todo oscuro y es imposible buscar una salida. Tampoco podemos ocupar nuestros teléfonos para hacer unas llamadas porque no hay cobertura.

Fantástico.

— Dios, me quiero ir —Jess hace su aparición quejándose con una mano en su frente.— Y sus gritos no me dejan dormir.

Entorno los ojos.

— Lo mejor que podemos hacer es ir a descansar —habla Lucy.— Mañana por la mañana buscaremos por donde irnos.

— ¿Y se puede saber dónde dormiremos? —Steve arquea una ceja.

— En el auto, duh —Abby rueda sus ojos azules.— O puedes si quieres traer una carpa y acampar aquí afuera.

Río ante su sarcasmo. Nunca puedo tomarme nada en serio.

Luego de acomodarnos en la limosina, que por suerte es muy grande y espaciosa, pudimos descansar. Los chicos un asiento más lejos que nosotras. No hace falta decir que dormí bastante mal, ya que Abby ponía sus pies encima de mi espalda, Jess ponía su mano en mi cara y Lucy... Bueno, ella sólo roncaba.

— ¡Abby quita tus pies de mi espalda! —me remuevo incómoda.

— ¡No es mi culpa que tenga las piernas largas! —exclama.

— Ugh, ¿Ustedes no se callan nunca verdad? —habla Jess con voz soñolienta.

— ¡No! —exclamamos el unísono.

Los chicos ni Lucy se percataban del griterío que formamos Abby y yo. Al parecer están demasiado cansados como para despertarse y reclamar por ello. De hecho todos lo estamos. Sólo espero que amanezca luego para así irnos de aquí.

Quiero mi cama.

(...)

Abro lentamente mis ojos, la luz de Sol se hizo presente por lo que puedo inferir que ya amaneció. Siento algo pesado arriba de mi trasero y de mi espalda, y puedo notar que es Abby arriba de mí.

— Abby, quítate de encima —le susurro molesta.

Me remuevo incómoda en mi lugar, no recordaba que Abby fuera tan pesada. De hecho pienso que es mucho más delgada que yo, por eso me extraña que pese más ahora.

Levanto un poco mi cabeza del asiento y volteo mi rostro hacía la izquierda donde puedo notar que hay otro brazo encima de mi. No recuerdo que Abby tuviera cuatro brazos. Miro hacia arriba y puedo ver que encima de mi rubia amiga está durmiendo plácidamente Lu mientras la abraza. Eso explica porqué hay tanto peso.

Traté de levantarme pero era imposible. Me tenían enterrada en el asiento, siendo incapaz de mover ni un músculo. Sentí que estaba ahogándome, estar aquí debajo de dos chicas cuyo huesos son más largos y pesados. Son muy altas.

Quedaré hecha tortilla.

— Lu... —le susurro.— ¡Lucy! —le vuelvo a llamar pero no contesta. Sigue roncando.— ¡Lucía!

Y nada.

Ella sólo seguía durmiendo, sin escuchar mis quejas de aquí abajo. Sin nada más que pueda hacer, con mi mano me agarré de la punta del asiento para así arrastrarme fuera de estos costales de papa. Estaba por ser libre pero Abby se movió y quedo acostada de estómago encima de mi trasero y mis piernas.

— Sarah, tu trasero parece una almohada —habla con voz soñolienta, aun con sus ojos cerrados.

— Oh, sólo muevete  —le digo pero no me respondió.

Entorné mis ojos. Estaba mucho más que incómoda, mis extremidades superiores quedaron libres de Abby y Lucy pero aun así no podía ponerme de pie. Rendida, me dejé caer encima del asiento con mi cabeza colgando. La puerta del automóvil se abre y me deja ver a Jess con su maquillaje todo corrido y su vestido remangado hasta un poco más de su rodilla y su cabello envuelto en un rodete.

— ¿Necesitas ayuda? —arquea una ceja y asiento repetidas veces.

Jess toma de mis manos y empieza a jalar de ellas para así liberarme de las chicas que creen que soy una almohada. Al estar ya afuera con Jess a mi lado, las chicas cayeron al suelo que para nuestra sorpresa ni siquiera se despertaron.

Es increíble.

Me giré hacia Jess quien se fue a sentar en una roca donde por lo menos había sombra. El sol esta muy fuerte hoy, haciendo el día caluroso, gracias a la lluvia que hubo ayer. Sin decirle nada, camino hasta los espejos retrovisores del auto para mirar mi aspecto y sí, estaba hecha un desastre, mi perfecto delineado estaba todo corrido y mi labial en cualquier lugar menos en mis labios. Mis mejillas estaban rojas, como si hubiese estado llorando, lo cual no es así.

Tomé mi largo vestido e hice un nudo hasta mis rodillas con el, estoy muy acalorada y el vestido no ayuda mucho con eso.

Me acerco a Jess y me siento frente a ella a la vez que hago una cola de caballo en mi cabello.

— ¿Que hacías afuera? —le pregunto. Está mirando el suelo.

— No podía dormir, el calor está insoportable —se encoge de hombros.— Además que Lucy y los chicos roncaban, y desperté también con náuseas. No debí haber bebido ayer.

— Oh, no te preocupes. Todos beben y les pasa esto —elevo mis cejas.— Es un hábito que si debes dejar también pero tranquila. Lo bueno es que estás bien.

Ella sonríe y mira hacia la limosina donde de ella se está bajando los demás chicos. Al parecer los bellos durmientes ya descansaron lo suficiente.

— Buenos días —Abby se acerca a nosotras rascando la parte baja de su espalda.

Se tira encima de mis pierna para seguir durmiendo.

— Oye, ¿No te fue suficiente aplastarme en la limosina y tienes que hacerlo otra vez? —arqueo una ceja.

Abby sólo eleva su dedo índice y lo mueve a hacia ambos lados.

— No.

Entorno los ojos y tiro mi cabeza hacía atrás. Quiero irme a casa, tengo hambre y deseos de estar ahora mismo acostada en mi cama. Los chicos vienen hacia nosotras con Lucy acompañándolos.

— ¿Que sucede? —Jess frunce sus cejas.— Quiero irme.

Los chicos se miran entre sí, excepto Niall que se va a sentar junto a Jess como indio, ¿Que rayos pasó ahora?

— Al parecer los deseos de su majestad no se van a poder cumplir esta vez —Niall mantiene esa sonrisa divertida en su rostro.

— ¿De que estás hablando? —Jess le mira.

— Pasa que ayer como llovió... —Lucy se va a posicionar al lado mío cruzándose de brazos.— Se hizo un charco de lodo y una de las ruedas del auto se ha quedado atrapada.

¿Qué? Esto debe ser otra broma.

No podemos quedarnos otra noche aquí, ni menos sin comida ni agua. No creo ser capaz de soportar los ronquidos de los chicos y el egoísmo moral de Abby al utilizarme como almohada.

— ¿Estás jugando, verdad? —le pregunto a Lu.

— Ojalá pudiera decir que sí.

Suspiro frustrada, ¿Es en serio? Quiero mi cama, y creanme que dormir aquí en una limosina y siete chicos más es incómodo. Necesito privacidad, además este vestido está sofocandome.

— Maldición, ya quería irme —habla Jess igual de frustrada.— Este calor es insoportable.

— Relajate, no está tan mal —oigo la voz de Mike.

— Eso lo dices tú que practicamente estás sin camisa.

Me volteo hacia Mike y sí, se encuentra sin camisa. No había sido consciente de lo que había hecho, mis mejillas se ruborizaron levemente. ¿Por qué hizo eso? ¿A caso quiere provocarme?

— Si quieren les podemos prestar nuestras camisas y así se quitan esos vestidos —Niall se encoge de hombros.

— Ni en tus sueños más salvajes pienses que nos desnudariamos aquí, Johnsons —Jess lo mira mal, típico de ella.

— Sólo podría haber sido una buena posibilidad —eleva sus manos.— Guarda las garras, nena.

Antes de que Jess pudiera decirle otra cosa ofensiva a Niall o que se le tirara encima para golpearlo, Jack la interrumpe hablando desde la maletera del vehículo:

— No creo que haga falta, Niall, gracias —niega con su cabeza en desaprobación.— Encontré mi bolso deportivo, tengo unas remeras de fútbol americano.

— ¿Juegas fútbol americano? —Lucy le cuestiona.

— Lo hacía —se encoge de hombros.— En mi antigua escuela, ¿Quieren que se las preste?

Asiento y las chicas también, excepto Abby que sigue recostada en mis piernas. Sin importarme aquello, me levanto y hago que Abby se golpee el costado de su cabeza con el suelo. Quejándose de lo que hice y con las risas de las chicas nos acercamos a Jack quien tenía dos remeras en sus manos.

— Aquí tienen —le entrega una a Lu y luego a Abby.

— Puaj, ¿Desde cuando las tienes ahí? —Abby se acerca a olerla pero al hacerlo se aleja un poco.— Diré que no huelen tan bien.

Jack ríe y me entrega una de las remeras a mí. Las remeras son rojas, y atrás están escritos los apellidos del equipo de Jack, cuales desconozco porque no asistía en su misma escuela.

— ¿En donde estudiabas? —le cuestiono mirando la camiseta.

— Inglaterra —sonríe.— Toda mi familia es de allí, nos mudamos hace medio año.

Asiento, eso explica la bandera que tiene al costado de la remera. Con la mirada buscaba un lugar donde cambiarnos, estar en este vestido molesta, además no podíamos cambiarnos en el auto ya que es algo estrecho y algo bajo en el techo.

Con las chicas nos acercamos atrás de unos árboles y arbustos para cambiarnos, ni muerta me cambiaría enfrente de los chicos sabiendo como son.

— ¡Cuidado con los osos! —escucho exclamar a Mike.

Ruedo los ojos y procedo a quitarme el vestido rápidamente, al sentir la remera deslizando por mi piel siento la frescura de la prenda. No me importa que huela "mal" aunque de hecho sólo huele a perfume masculino.

Miro a las chicas y se encuentran todas iguales, por el hecho de que las remeras son idénticas todas. Obvio.

— Nos vemos ridículas —habla Jess viendo el largo de la remera.

Y sí, por suerte las remeras de Jack son varias tallas más grandes que la nuestra por lo cual hace que nos quede más grande y larga. Simulando un vestido, pero más cómodo.

Me siento mucho mejor.

Con las chicas salimos de los arbustos para posicionarnos juntas frente a los chicos, ya esperaría que se burlaran.

— Se ven como un equipo de fútbol americano —ríe Steve.

— ¿Será por que son remeras de fútbol americano? —habla Abby con obviedad.

— Se ven unas verdaderas ternuritas —habla Niall tiernamente.

— Lo que te haré no será una ternurita —Jess habla en tono amenazante.

— Con esa actitud, podrías ser de verdad una integrante de ese equipo.

— Juego Lacrosse.

— ¿Te pregunté?

— Yo puedo hablar cuando y de lo que se me de la gana, idiota.

Trato de separar a Jess de Niall, ya que está a solo dos centímetros de tirarselo encima para hacer lo que Jess mejor hace, golpear. Sí y de hecho gracias a eso ha tenido bastantes problemas, pero no viene al caso ahora. Lo que realmente importa es salir de aquí y lo último que necesitamos es que dos chicos empiezen a discutir por tonterías.

— Dejemos la rivalidad de lado por ahora ¿Sí? —elevo mis cejas.— Y por favor, tratemos de mover la rueda del charco de lodo ese, no podemos quedarnos otra vez aquí.

Los demás concuerdo conmigo nos acercamos a tratar de hacer un esfuerzo y sacar la rueda, pero fue imposible. Estuvimos al rededor de dos horas tratando de moverla y nada, casi ya eran las seis de la tarde y aun no podíamos hacer nada. Estábamos muy cansados y ahogatados, por lo que sólo optamos por descansar en la fogata que hicimos —con un encendedor— y esperar que por arte del destino y la casualidad venga alguien a rescatarnos.

— Ya pronto oscurecerá —habla Lu.— Y no tenemos comida ni siquiera agua.

Con todas las horas tratando de sacar la rueda del charco de lodo, nos bajó el apetito y nos comimos todos los snacks que tenía Jack en su limosina y ahora no teníamos nada con que alimentarnos.

— Tendremos que proceder a sacrificar a alguien —Jess mira a Niall entrecerrando sus ojos.

— Yo ofrezco a Steve —Abby alza su mano.

— ¡Oye! —se queja el ojiceleste.— No van a comerme... ¿O sí?

Me encogo de hombros.— No somos caníbales, Steve, pero si debemos hacerlo lo haremos.

Steve abre sus ojos como platos y empieza a rezar. En mis interiores trato de aguantar la risa por el rostro que Steve puso, fue muy cómico.

— ¿Saben qué? —le miramos.— Llamaré a mi mami y le diré lo que pretenden hacer conmigo.

Sonrío levemente, va a quedarse con las ganas. Aquí no hay cobertura ni menos WiFi para que siquiera le mandara un mensaje. Y si hubiese, no estaríamos aquí obviamente.

— Steve, pierdes tu tiempo —ríe Mike negando con la cabeza.— No hay cober...

— ¡Shhh! Silencio —Steve eleva su mano en dirección a Mike.— ¿Hola? ¿Mamá? ¿Donde estás?

Los demás y yo nos miramos entre sí confundidos, ¿Como es posible que haya podido llamar si aquí en el bosque no hay cobertura? Sólo espero que no sea una broma. Pero no lo es, escucho la voz de una mujer proviniendo de la otra linea en el teléfono de Steve.

¿Steve? ¿Donde rayos estás?

Todos abrimos los ojos como platos, de verdad Steve logró llamar a su madre.

— Mamá, no sabes lo que mis amigos quieren ha...

Y antes de que Steve pudiera terminar la frase, los chicos y nosotras nos abalanzamos sobre Steve dispuestos a quitarle el teléfono y así pedir ayuda para que nos sacaran de este lugar.

— ¡Ahhhh! ¡Mamá auxilio! —exclama Steve con voz aguda.

Abby se le lanza primero, y luego los demás, pero Steve se ponía difícil y escondía su teléfono en sus manos entre sus piernas.

— ¡Señora Langford! —exclama Mike.

— ¡Mamá no los escuches!

— ¡Calláte, Steve! —le grita Abby.

¿Esa fue Abbigail? —escucho la voz de la madre de Steve.— ¿Abbigail James?

¡Sí, señora Langford, soy yo... Abby!

Abby se aferra a la cabeza de Steve tratando de quitarle el teléfono, mientras Steve lo aleja con su mano. Nosotros le sostenemos las piernas y el cuerpo, cosa que no pueda escapar.

— ¡Alejense de mí, malditos caníbales! —exclama Steve.

— ¿¡En serio creíste que te íbamos a comer!? —habla Mike esta vez.— ¡Dios, Steve, estás demasiado flaco!

Steve... —la madre de Steve habla llamándolo— ¡Steve Langford! ¿Qué es lo que está ocurriendo allá?

Antes de Steve pudiera responder, Abby se impulsa y logra quitarle el teléfono de las manos de Steve. Con los chicos le sujetamos las extremidades para que no fuera y le arrebatara el teléfono a Abby, quien se encuentra dos metros lejos de nosotros.

— ¿Hola? ¿Señora Langford? —habla Abby frunciendo sus cejas, deshaciéndose al segundo del gesto.— ¡Hola! Soy Abby James, necesito que venga por nosotros al bosque, nos perdimos.

— ¡Es una trampa mamá! ¡No les creas! —exclama Steve.— ¡Sólo me quieren comer!

Lu le tapa la boca pero Steve le muerde la mano haciendo que se alejara.

— ¡Auch! ¿Quien es el caníbal ahora? —Lu soba su mano mordida y babeada.

Miro a Abby para que se apresurara, Steve se está poniendo demasiado difícil e increíblemente insoportable, ¿Cómo es posible que que haya creído esa estúpida broma? Ya no cabe duda que Steve tiene alma de niño pequeño.

—... Sí, el auto se quedó atrapado —asiente Abby aun con el teléfono en manos.— Necesitamos que traiga una grúa —aprieta sus labios, para luego fruncir sus cejas.— ¿Annahís? ¿Qué...? Oh, de acuerdo —asiente repetidas veces.— Aquí los esperaremos, adiós.

Cuelga la llamada y guarda el teléfono en su brasier. Se para enfrente de Steve con sus brazos cruzados sobre su pecho mirándolo fijamente, soltamos a Steve y nos alejamos.

— ¿Qué? ¿A caso ya no me quieren comer? —Steve arquea una ceja.

— Mira, niño, ya hablé con tu madre y mi hermana Ann viene por nosotros —Abby le extiende el teléfono a Steve.— Y no, nunca iríamos a comerte, Steve. Deja las drogas.

Reímos a excepción de Steve, quien sólo está serio sentado arriba de un gran tronco. Mike va y lo abraza por los hombros con una sonrisa plasmada en su rostro contagiando así a Steve.

Ahora que recuerdo debíamos hablar con Lu y podríamos hacerlo mientras esperábamos a que llegara la hermana de los James.

Me acerque a mi mejor amiga castaña y la tomé de la mano.

— ¿Todo bien, Sarah? —Lu me sonríe levemente. Sabe que la interrogaremos.

— Vamos a hablar —la miro seriamente.— Ahora.

Lu asiente y le hago una señal a Abby y a Jess para acercarnos detrás de los árboles donde nos cambiamos para hablar del tema. Le decimos a los chicos que ya vendríamos.

Lu se sienta y nosotras enfrente de ella para escuchar lo que tiene que decir. Sí, la verdad es todo esto tan extraño, ¿Por que nos mintió? ¿Por que le pidió a Jack salir con ella? ¿Por que Jack?

Son varias preguntas.

Lu sólo remoja sus labios mirando el suelo, está nerviosa.

— ¿Por donde empiezo? —muerde su labio inferior.

— Por el principio quizá —Jess sonó algo ruda. La miro mal.

Lu asiente y comienza a relatarnos el principio de la historia.

Lo minutos transcurren mientras Lu estaba explicando cual fue el motivo para hacer lo que hizo y no decirnos nada al respecto:

— Y por eso fue, quería callar a Daniela. Ya me tiene harta de sus humillaciones y sus estúpidas escenas de celos —puedo ver que se le cristalizan los ojos.— No quiero nada que ver con Nick nunca más y por esa razón creí que con la ayuda de Jack fingiendo ser mi novio me dejarían de fastidiar —suspira secando una lágrima.— No les dije nada porque sabiendo que estamos dentro de un escuadrón anti-chicos ustedes me irían a patear el trasero.

Me pare del suelo y fui a abrazarla.

Todo esto tiene sentido y es entendible, Lu ya no aguantaba más. Daniela hacia su vida imposible con sus temas amorosos con el ex de Lu, me pongo en su lugar.

— No te voy a juzgar Lu —le sonrío.— Te comprendo, sé que estuvo mal también mentirnos pero somos tus amigas. Puedes contar con nosotras para lo que sea. Nunca te iríamos a juzgar. Eres nuestra amiga.

Ella sonríe y me abraza. A nuestro abrazo se unen Jess y Abby calmando a Lucy de sus lágrimas.

— Te amamos, Lu —reímos.— No llores,  recuerda lo que dice tu madre... Llorar hace que salgan arrugas.

(...)

Lucy.

En un principio sí creí que las chicas iban a patearme el trasero, pero no fue así. Al contrario, me entendieron y actuaron de una manera tan emotiva y comprensiva, y de verdad se los agradezco.

Habían pasado exactamente cuarenta minutos de que hablamos con la madre de Steve y esta aun no llegaba. Ya se iba a oscurecer y además hay una corriente muy helada aquí en el bosque.

Me apoyo en el árbol viendo divertida como los demás tratan de prender una fogata —que anteriormente se había apagado—, pero es imposible, el viento que hay hace que esta se apague una y otra vez. Niego con mi cabeza divertida y me cruzo de brazos para abrigarme, no tengo un suéter ni nada.

Jack viene a posicionarse al lado de mí imitando mi acción, en su rostro se encuentra plasmada una sonrisa torcida.

— ¿Se te perdió algo?

Este me mira con una mano en su pecho fingiendo estar ofendido, eleva sus cejas.

— ¿Así es como tratas a tu novio?

Ruedo los ojos divertida.

— Eso ya pasó, Jack, no somos novios —río.— Además siempre fue una farsa.

— Yo ya me lo estaba empezando a creer —lame sus labios.

Bajo la mirada. Ese gesto que hizo me dio a entender como referencia al beso que nos dimos en la pista de baile ayer en el instituto, solo recordarlo las mariposas mutantes atacan mi estomago.

— ¿Sabes? Te di mi remera que usaba en mi antigua escuela —rompe el silencio que se creó.— Yo era el capitán.

Eso explica porqué sale el número uno en el sector del pecho.

— Genial.

Respondo secamente, Jack parece notarlo y rasca su nuca.

— Oye, Lu —le miro.— ¿Si vamos a salir, verdad?

Lo había olvidado con todo esto, no recordé que Jack me habia puesto esa condición. Era parte del trato.

Asiento.— Sí, ¿Por qué?

— Por nada —se encoge de hombros.— Otra cosa.. ¿Cómo nos vengaremos de Nick?

Frunzo el ceño.

— ¿De qué estás hablando?

— Pregunté si te ibas a vengar.

— ¿Por qué haría eso? —arqueo una ceja.

— ¿A caso eres tonta o tienes memoria a corto plazo? —lo miro mal.— Te engañó, Lu, yo que tú... Me vengaría.

Niego, no está en mis planes dañar a Nick, aunque haya sido una mierda de persona no quiero dañarlo. Es más, nunca por mi mente se me pasó la palabra venganza.

— Si quieres te ayudo a vengarte —habla nuevamente Jack.

— No, Jack —niego.— No quiero hacerle daño.

— ¿Qué?

— Eso, lo que escuchaste —miro hacia el frente.— No voy a hacerle daño a Nick por una estúpida e inmadura venganza. Si te pedí ser mi novio, no lo tomes personal pero ya te lo dije, tampoco te lo pedi para hacerle una venganza.

Jack frunce sus cejas algo molesto.

— ¿Estúpida e inmadura venganza? Te engañó, Lu —eleva sus cejas.— ¿Puedes ser consiente de eso? Sé que no me utilizaste, pero yo ahora me ofrezco para vengarnos.

— No, Jack, basta —ahora soy yo la molesta.— No me voy a vengar, así que por favor olvidate de esa estúpida idea ¿Quieres?

Resopla.

— ¿Olvidas el hecho de que trató de golpearte?

Lo miro sorprendida.

— ¿Cómo es que...

— Oh, creéme que por estar ahí todo golpeado no me iba a enterar —me interrumpe.— Además, mis amigos son muchos más honestos conmigo, no tenemos secretos... A diferencia tuya.

¿En serio quiere discutir por esta estúpida idea de venganza?

— ¿De verdad me vas a sacar en cara lo que hice, Jack? —lo miro mal.— Sabes perfectamente las razones por cual lo hice, no te obligué a nada. Olvidate de esa venganza, es mi problema no el tuyo —exclamo llamando la atención de todos.

— ¡Es que es injusto!

— Agh, ¿Cual es tu maldito problema? Es mi vida, esto es entre yo y Nick, Jack.

— ¿Mi maldito problema? ¿Quieres saber cual es mi maldito problema? Bien —asiente.— Mi problema es que eres muy estúpida, Lucy —aprieto mis labios.— Perdona que te lo diga pero es así, ¿Cómo es posible que te preocupes por alguien que no lo hace por ti? No quieres hacerle daño a Nick pero permites que él te lo haga ti, ¿Tiene eso coherencia? ¡Abre los ojos! No seas tonta, basta con esto. Sé que es tu problema pero quiero dar mi opinión al respecto y tengo el derecho después que me involucraste en esto, te guste o no.

Apreto mis puños. Esto ya me hartó.

— Te repito, Jack —elevo mis cejas.— Es problema mío y por favor te rogare que no te metas en el. Si no quiero hacerle daño, es mi problema —digo calmadamente.— Y si quisiera hacer una venganza, no te haría parte de ella.

Mira el suelo, juntando sus cejas.

— ¿En serio vas a dejar esto así?

— Sí.

— Bien —asiente.— Sólo me di cuenta que es imposible razonar contigo.

— ¿Lástima verdad? —lo miro irónica. — Déjame tranquila.

Se va chocando el hombro con Niall y se adentra dentro de la limosina golpeando la puerta fuertemente.

Sarah se acerca con su ceño fruncido confundida. Yo también lo estoy, ¿Osea por que Jack tiene que meterse en esto? Ya es mi problema si no quiero lastimar a Nick, cometí un error en involucrar a Jack en esto desde un principio.

— ¿Qué es lo ocurre?

Miro detrás de ella y puedo ver como aparece dos autos y una grúa detrás. Puedo ver que del auto se baja la hermana mayor de Abby y del otro auto negro se baja un chico que desconozco.

— Luego hablamos.

(...)

Sarah.

Entré a mi casa con una cara de pocos amigos, estaba agotada y moría por unas ganas de tirarme a mi cama.

Con mi vestido colgando de mi antebrazo y mis tacones en mis manos me dirigí a las escaleras. Estoy muerta.

— ¿Sarah? —Izzy hace su aparición con una bata cubriendo su cuerpo y un café en sus manos.

Además de ser nuestra "sirvienta" es la ama de llaves e incluso aquí mis padres le ofrecen trabajo de tiempo completo. Lo que incluye alojamiento, me agrada la idea de que esté siempre conmigo.

— ¿De dónde vienes a estás horas? —su rostro estaba preocupado.— No me digas que del baile, yo creía que ya habías llegado.

Niego.— Tuvimos un pequeño problema, luego te cuento. Ahora sólo quiero dormir.

Ella asiente y antes de que preguntara por mis padres me detengo, son las nueve de la noche y lo más probable es que aun se encuentren en la empresa. Haciendo quien sabe qué.

Subo con toda la pesadez del mundo las escaleras mientras Izzy me dice algo que no logro escuchar bien ya que estaba sumergida en mis pensamientos. Cerré la puerta y me tiré al instante sobre mi cama. Escucho algunos pasos apresurados subir por las escaleras y puedo pensar que debe ser mi madre o mi padre listos para regañarme, pienso que son ellos porque le dije a Izzy que dormiría y sé que ella no vendría a molestarme.

— ¡No hay nadie! —exclamo y cubro la cabeza con una almohada.

No deseo ver a mis padre ahora ni menos escuchar sus sermones.

— ¿Crees que soy estúpido? —oigo una voz masculina bastante conocida detrás de la puerta.— Abre la maldita puerta, floja.

Me levanto y abro la puerta para encontrarme a Matt entrecerrando sus verdosos ojos.

— ¿Y no hay para tu mejor amigo un "Hola, Matt, te extrañé? —arquea una ceja.— Me dueles.

Ruedo los ojos y lo abrazo, lo hago entrar para cerrar mi puerta rápidamente.

Matt es hijo de Isabelle y mi mejor amigo. Lo conozco aproximadamente desde los ocho años, como su madre trabaja para nosotros, más bien para mis padres, le permitieron la entrada a su hijo de tan sólo nueve años. Es hijo único y para mi es como un verdadero hermano, nos contamos todo, me da consejos y lo más importante es que ha estado para mi desde que mis padres se volvieron mucho más trabajolicos. Él e Izzy son como mi familia.

— No te quedes muda, me asustas —ríe desde mi cama, está acostado.— A lo que venía, a diferencia de mi madre, no te salvas de mi ni hoy ni mañana. Mejor dime donde estabas enseguida.

Entorno los ojos, sabía que Matt vendría para eso. Después de todo soy como una hermana menor para él, aunque sólo tengo un año menos que Matt, él tiene diecinueve.

— Tuvimos un problema.

— Eso lo sé, tonta.

— Bueno, íbamos con mis amigas y unos chicos en una limosina...

— ¿¡En una limosina!? —abre sus ojos como platos.— ¿Que sigue? ¿Irás a tu graduación en un helicóptero también?

Reí, ama leer libros y entendí la referencia enseguida.

— No, bobo, ¿De dónde crees que sacaría dinero para eso? —niego con la cabeza, se encoge de hombros. Sé que mis padres son millonarios pero no dejaría que gasten dinero en mí, si yo quiero algo ahora lo consiguiré sola, con mi esfuerzo.

— Te podrías vender en una esquina —se encoge de hombros.— ¡O ir donde Christian Grey y que te dé dinero!

— Lo único que obtendré será que él azote mi trasero.

— No estaría mal —ríe.— Yo en tu caso iría.

— Sucio —me uno a sus risas.

— Sucios tus calzones, niña —le enseño mi lengua.— Por él me volvería gay.

Sé que eso no pasará porque Matt desde pequeño ha estado embobado por mi mejor amiga Lucy pero ésta no le prestaba atención, sólo lo veía como un amigo y eso a Matt le dolió. Sobre todo cuando se enteró que Lu estaba saliendo con su ex Nick. Cada vez que tocamos el tema, según Matt ya la había superado y que no quería saber nada de temas amorosos por ahora. En ese sentido, estoy igual que él.

— ¿No tienes calor?

Pregunta y se levanta para abrir la ventana. En eso se queda quieto mirando fijamente fuera de la ventana.

— ¿Que pasa? —le pregunto confundida. Pareciera como si hubiera visto un fantasma.

— ¿Qué hace tu vecino mirándonos por su ventana?

Me paro rápidamente de la cama y me posiciono al lado de Matt y sí, frente a mi ventana se encontraba la ventana de Mike. Había olvidado que su habitación queda justamente al frente de la mía.

— Hola, Mike —le sonrío.

— Hola —responde secamente.— Veo que estás ocupada.

— Así es —Matt habla por mí.— Y si nos disculpas tenemos algo que hacer.

— No te preocupes, no iba a molestarlos después de todo.

— Claro, adiós, James.

Matt se despidió de Mike con una mano y bajó la cortina. Lo miro confundida, él se estaba riendo.

— ¿Por qué hiciste eso? —pregunté.

— ¿A caso no viste su cara cuando me vio? —ríe.— No es por nada, Sarah, pero claramente tu vecino está celoso.

Frunzo el ceño, ¿Celoso? ¿Mike celoso? Vamos, no creo que eso sea así. Digo, se supone que Mike ya me había "superado", me había enterado de eso la noche de la fiesta por eso estaba tan confundida no por eso si no que me extrañaba su actitud. Pareciera que le gustara pero me contaron que anda coqueteandole a muchas chicas, realmente no se que creer. No es que me importe, puede hacer lo que quiera con su vida.

— Y no me cambies el tema, mocosa —pasa por mi lado.— Y cuentame rápido lo que pasó, tengo una cita con Emma Watson.

Sonreí.

Continue Reading

You'll Also Like

68.5K 5.9K 27
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...
456K 22.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
477K 56.7K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
15.7K 831 43
¿Que pasará cuando se enteré?