Escuadrón Anti-Chicos© (En ed...

By xDamnWritterx

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¿Que sentirías cuando tu vida ya no es como la de antes? Me refiero a que eras feliz y ya no lo sigues siendo... More

[Aclaraciones]
[Personajes]
Capítulo 1: Es como una paloma, viene y te caga encima.
Capítulo 2: Chica problemas.
Capítulo 3: Empecemos de nuevo.
Capítulo 4: Castigos y más castigos.
Capítulo 5: Más competencias que limpieza.
Capítulo 6: ¿Fantasmas en el instituto?
Capítulo 7: Cena con los Langford.
Capítulo 8: Tacones e Instagram
Capítulo 9: Una dulce venganza.
Capítulo 10: ¿Papá nuevo?
Capítulo 11: Sorpresa inesperada.
Capítulo 12: Pijamada épica.
Capítulo 13: Anciana molesta.
Capítulo 14: Mentiras piadosas.
Capítulo 16: El Aniversario (Parte dos).
Capítulo 17: Me involucraste.
Capítulo 18: Fingir.
Capítulo 19: Dieciocho años practicando.
Capítulo 20: Tiempo de hablar.
Capítulo 21: El Plan.
Capítulo 22: Alumna de Intercambio.
Capítulo 23: Derríbame, nena.
Capítulo 24: Brotherzone.
Capítulo 25: ¿B de cristal o de deseo?
Capítulo 26: Lazos de hermanos.
Capítulo 27: Revelaciones.
Capítulo 28: Decisiones.
Capítulo 29: Adiós, Miami.
Capítulo 30: Doble cara.
Capítulo 31: ¿Me estás amenazando?
Capítulo 32: Inglaterra y el chofer personal.
Capítulo 33: Espías.

Capítulo 15: El Aniversario (Parte uno).

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By xDamnWritterx

Lucy.

Apreté mis labios.

Demonios, Lucy, ¿No puedes quedarte callada? ¿Ahora como demonios saldré de esto? Acabo de decir que Jack... Jack Caleman es mi novio, agh, ¡Ni siquiera somos amigos!

— ¿Jack? —Daniela eleva una de sus finas cejas.— ¿Jack Caleman? ¿El guitarrista?

Asentí lentamente. No tenía idea de que Jack tocara la guitarra, si es así, me gustaría que me enseñara. Amo los instrumentos musicales y debo admitir que con el piano me va bastante bien.

— Sí, el mismo.

Debería decirle a Jack lo que estaba pasando, no puedo quedarme callada con esto. Daniela es muy capaz de ir y preguntarle a Jack y este quedaría totalmente confundido. Por eso debo ir antes de que ella lo haga.

— Vaya, nunca creí que ustedes irían estar juntos —mira hacia el suelo elevando sus cejas soltando una risita.— No creí que le gustasen las mojigatas.

— ¿Ah, si? Yo tampoco creí que a Nick le gustasen las zorras —me crucé de brazos sobre mi pecho sonriendole falsamente.

— ¡Willson! —me regaña el Director por mi vocabulario. No me arrepiento de nada, es sin duda la verdad.

— Lo siento —me encogo de hombros.— Pero ella empezó.

— No se preocupe Director, ella vive y muere llamándome así —dice Daniela haciéndose la víctima.

— Porque es lo que eres —elevé mis cejas.— Para con tus estúpidos celos, a mi no me interesa lo que Nick sienta por mi aún y si tanto te molesta. Termina con él.

Ella no dice nada, en si, tengo bastante razón. Le pido algunas disculpas al director y salgo de su oficina para dirigirme a la oficina de la secretaria.

Frente a un escritorio, se encuentra Miriam tecleando algo en su computadora. Su mirada grisosa se posa en mi mirandome a través de esos anteojos. Debía contactarme con Jack

— ¿Necesitas algo, Lucy? —me sonríe.

Asiento con mi cabeza.— Eh.. Necesito el número del casillero de Jack Caleman.

Miriam frunce sus cejas.

— No se si eso es posible, por la confidencialidad del estudiante creo que no se podría —entrelaza sus dedos sobre su escritorio.— Además, ¿Es urgente que lo requieras?

Asentí nuevamente.— Sí, necesito entregarle un libro que me prestó la vez pasada.

— Oh, pero yo puedo entregárselo —dice.

— ¡No! —me alarmo, Miriam me mira confundida.— Es decir, no quiero que se moleste, Miriam.

— No es ningún problema, yo se lo puedo entregar —eleva sus cejas.— Él suele venir aquí después de su clase de química, ahora se encuentra en el laboratorio.

Química.

Laboratorio.

Él está ahí. Lo había olvidado por completo, él está en mi misma clase.

— ¿En serio? —miro hacia la puerta.— Gracias, se lo iré a entregar yo personalmente, hasta luego, Miriam.

Me despido y salgo rápidamente de su oficina. Lo del libro fue una estúpida mentira para que Miriam me diera el número del casillero de Jack y así dejarle una nota para pedirle que nos viéramos.

Peino y acomodo los mechones de mi cabello tras mis orejas a la vez que me dirigo hasta la sala del laboratorio. Allí lo esperaría. El timbre sonó indicando el receso, la puerta del laboratorio se abre dejando ver a los estudiantes salir. Estaba apoyada en la pared al costado de la puerta esperando ver a Jack.

Una cabellera negra aparece por la puerta y puedo notar al instante que es Jack. Está distraído por lo cual tomé su mano y lo acerqué hacia mi. Él al sentir el tacto de mi mano y al voltear, sonríe.

— Oh, hola, Lucy —sonríe sorprendido, a lo que le sonrío de vuelta.— ¿Cómo estás?

— Necesito hablar contigo —cambié de tema.

— ¿En serio? —asentí.— Claro, pero...

— Debe ser ahora.

Necesitaba hablar con él antes de que nos vieran juntos. Olvidé que Sarah estaba en esta clase y nos vería. Así que decidí tirar de la mano de Jack para dirigirnos hacia el armario del conserje.

Al divisar la puerta, la abrí y empuje a Jack dentro de ella. Rápidamente entré y cerré la puerta, me apoyé en ella suspirando cansada.

— ¿Era necesario que me trajeras aquí? —escucho la divertida voz de Jack, está mirando todo el lugar.— Hubiese preferido un lugar cálido, elegante y quizá con unas velas. Pero este está genial, aunque le da un toque tétrico.

Miro el suelo. No se que le diría a Jack, ni siquiera había pensando en cómo iba a reaccionar. De todos modos debía decirle.

— ¿Hola? Tierra llamando a Lucy... —Jack pasa una mano en frente de mis ojos.— ¿Estás bien? De pronto te quedaste callada.

Ríe.

— Sí, estoy bien... Sólo es que —lo miro.

— ¿Qué? —arquea una de sus cejas.— Ibas a decirme algo ¿No?, por eso me trajiste aquí.

— Sí.

— Te escucho —sonríe cruzándose de brazos.— Soy todo oídos para ti.

Eso dirás ahora. Estoy segura que apenas escuche lo que quiero que haga me pateará el trasero y se negará rotundamente.

Suspiro nuevamente poniendo mis manos en mi jeans. Buscando así las palabras que usaría.

— Sé que sonará loco pero... —me mira atentamente.— Necesito que me hagas un favor.

— ¿De qué favor estaríamos hablando?

Rasco mi nuca. Estoy nerviosa, Jack me está poniendo así al clavarme sus ojos cafés encima, siento que ni puedo mirarlo por la vergüenza que tengo. Elevo mis cejas y decido hablar.

— Quiero que seas mi pareja y mi novio temporal en el baile del viernes.

Sus cejas se fruncen automáticamente. Si, lo sé. Es una idea loca pero necesitaba que Jack me hiciera ese favor. Le dije a Daniela que tenía novio y sería raro que vaya al baile sin uno. Sería algo sospechoso. Pero es mi única opción para que Daniela deje de burlarse de mi y así callar a todas las voces que dijeron que Nick y nadie me querría por ser una mojigata. Pero yo no lo soy, tampoco soy una zorra. Además para que vean que Nick ya no me interesa, y me dejen en paz.

— ¿Qué? —dice saliendo del trance.

— Te dije que sonaría loco pero —suspiré jugando con mis manos. Nerviosa.— Necesito contar con tu ayuda.

— ¿Por que crees que haría eso?

Me quedo callada. Definitivamente él y yo no erámos para nada amigos, las frías y duras palabras con las que me dijo eso me entraban dudas. Él no me consideraba una amiga, por lo visto y creo que no me ayudará.

— No te estoy obligando a nada, Jack —elevo mis manos.— Es tu decisión si quieres ayudarme, si dices que no, te entenderé.

— ¿Ayudarte en que sentido?

Remojo mis labios.— Quisiera callar a Daniela de sus humillaciones y de sus malditas escenas de celos. Es la maldita novia de mi ex novio y esta creé que aun siento algo por él...

— Lo cuál es cierto —me mira fijamente.

— No... —digo negando.— Ellos creen que aún estoy enamorada de Nick y obvio que es mentira. No siento nada por él después de que me engañó.

Jack se acerca a mi, lo suficiente para mi gusto. Dándome algunos escalofríos. Su cercanía hacía que los bellos de mi nuca se erizarán, el calor subía a mis mejillas. Estoy algo nerviosa.

— No me mientas, Lu —habla elevando sus cejas.— Si quieres mi ayuda, debes ser honesta. Dímelo, ¿Aun amas a tu ex?

Miré el suelo. Debo hacer esto, con o sin la ayuda de Jack, pero tampoco quiero mentirle. Aun le tengo cariño a Nick y es inevitable, él formó parte de mi vida durante cuatro años. Sin duda fue un gran amigo, era el mejor. Lástima que su infidelidad me dejara claro que no todo era así de color de rosa.

— No —digo luego de pensarlo.— Ya no amo a Nick, quizá le tenga cariño pero no pasa más de eso. Después de lo que me hizo, estoy dolida con él.

Jack se aleja de mi y se acerca un poco hacia el estante donde están las cubetas de limpieza. Donde puedo observar su larga y ancha espalda, formando así, un triángulo invertido. Jack es muy guapo.

— ¿Sabes? Creí que me pedirías algo más terrible —dice aun de espaldas.— Como por ejemplo: ocultar un cadáver.

Si quieres puedo matar a Daniela y así la enterramos a las afueras de Miami. Sólo si quieres, porque yo lo deseo.

Escucho una risa por parte de él.

— ¿Eso quiere decir que me ayudarás? —arquee mi ceja esperando a que me dijera que sí.

Se voltea dejándome ver su mirada sobre mi.— Voy a pensarlo ¿Okay?

— Claro, tómate tu tiempo —me encogo de hombros. Creí que me daría la respuesta justo ahora.

— No creas que todo es fácil, Willson —se acerca a mi nuevamente.

Los pelos de mi nuca de erizan otra vez. ¿Por qué su cercanía me pone tan nerviosa?

Siento como toma el pomo de la puerta para marcharse y dejarme allí. Sola.

(...)

Sí, hacía frío. La lluvia pareciera que aumenta cada vez más y eso me gusta. Nunca llueve por aquí.

Estaba distraída viendo las gotas pegándose en la ventana mientras estas rodaban por ella. No estaba poniendo atención en clases de historia, la cual es la última del día. Me aburre saber los temas de la historia de Estados Unidos, no se me apetece saber nada en estos momentos.

Quisiera mi cama.

El timbre sonó indicando que ya podíamos irnos a casa, no más clases por hoy.

Mi mirada viaja el pelinegro que está sentado como autista en el fondo de la clase, se encuentra concentrado guardando sus cosas en su mochila negra. Negra como toda su vestimenta. Sí, es como un chico malo. O eso aparenta. Su mirada se encuentra con la mía durante unos segundos, me está mirando fijamente, lo cual me pone nerviosa.

— Lucy —giro mi rostro para encontrarme a mi amiga castaña de ojos verdes avellana.— ¿Vienes con nosotras?

Veo como Jack se levanta de su asiento con su mochila colgando de su hombro, dirigiéndose rápidamente a la salida del salón ¿A caso intenta huír de mi, o qué?

—... ¿Irás? —escucho como Sarah dice esa última frase.

— Perdona, ¿Qué dijiste? —acomodo mi mechón de cabello tras mi oreja. Estaba distraída viendo a donde se iba Jack que no escuche nada de lo que Sarah dijo.

Ella rueda sus ojos.—Dije que iríamos a Billy's and Jack's después del instituto con las chicas ¿Vienes con nosotras?

Oh, irían donde los mejores hotcakes de la Tierra, lástima que debo estudiar para el examen de matemáticas de mañana.

— No puedo, me gustaría pero mañana tenemos examen —digo guardando mi cartuchera en mi mochila.— Prueba de matemáticas ¿A caso lo olvidaste?

Muevo en mi mano el cuaderno de matemáticas para luego guardarlo dentro de mi mochila negra de tachas. Sarah entorna sus ojos.

— Lo había olvidado —eleva sus cejas.

— Será mejor que no vayas y estudies —río poniendo mi mochila en mi hombro.— La salida puede esperar.

Sonó algo aburrido pero sin duda obtener una buena calificación haría que tengamos más posibilidades de entrar a una buena universidad.

— Oh, vamos, de todos modos igual tendrás una buena calificación —sonríe Sarah.— Deberías despejarte después del mal rato que la estúpida de Daniela te hizo pasar.

Tiene razón, Daniela hace que siempre esté de mal humor y con ganas de hacer nada. Su presencia me molesta y la mía la molesta a ella. Nos odiamos mutuamente.

— No, gracias —me encamino hacía la puerta.— Vayan ustedes y disfruten, tengo ganas de darme una ducha de agua caliente, estoy estresada.

— ¿Segura? —se acerca a donde estoy yo.

— Sí, las llamo luego ¿Okay? —sonrío.— Adiós.

Me voy para el lado contrario por donde se fue Sarah, iba a buscar mi libro de Álgebra. Odio matemáticas pero sin duda era importante y debía aprobar esa clase. Al llegar a mi casillero, pongo la clave de este y se abre al instante, dejando caer una pequeña nota amarilla al suelo.

Confundida, me agacho y la tomo para ver que decía aquella nota:

Veámonos en la sala de música en cinco minutos.

Jack.

¿Ahora que querrá decirme? ¿Habrá pensado en mi propuesta?

Tomé el libro el cual estaba buscando y lo puse en mi mochila, este era muy pesado. Cerré de golpe mi casillero y lo puse bajo llave. Iría a ver lo que Jack tenía para decirme.

En el trayecto de mi casillero hasta la sala de música iba viendo el techo pensando en que quizás Jack no quiere ayudarme y que no se prestaría para algo así. Lo entiendo, apenas me está conociendo y yo voy y le pido eso. A cualquiera lo desconcertaría, no sé porqué creí que iba a ayudarme.

Veo las puertas café claro de la sala de música con una pequeña ventana en cada una. Estaba preparandome para el rechazo de Jack.

Al entrar, oí que alguien estaba tarareando una canción con una guitarra. La voz era masculina, así que creo que era de Jack. A paso lento me lo encontré sentado en una silla concentrado en su guitarra, tenía sus ojos cerrados:

Love of my life, you've hurt me. You've broken my heart and now you leave me.. —escuché como cantaba dulcemente.— Love of my life, can't you see? —alarga manteniendo aun sus ojos cerrados, no sabe que estoy ahí admirando su forma de cantar.— Bring it back, bring it back. Don't take it away from me, because you don't know... What it means to me.

Con una sonrisa, empecé a aplaudir. Era muy bella la canción, además de cómo Jack cantaba, su voz es muy dulce. Jack parece sorprenderse ya que me mira extrañado, pero sonríe levemente.

— Vaya, no sabía que tocaras —sonrío posicionandome al lado de él.

— Hay muchas cosas que no sabes de mi, Willson —coloca la guitarra entre sus piernas.— De la misma manera que yo no se de ti. Me gustaría conocerte más.

Confiesa mirándome a los ojos. Bajo la mirada para evitar este ambiente incómodo, además para evitar ponerme nerviosa. Odio a veces esa sensación.

— Dime, Jack, ¿Para que solicitabas mi presencia? —digo acercándome al piano que se encontraba detrás de Jack. Empecé a jugar con las teclas, me gustaría tocar pero me da mucha vergüenza hacerlo con Jack aquí presente.— ¿Pensaste en mi propuesta?

Él se levanta y deja la guitarra en un pedestal. — De hecho sí.

Lo miro esperando a que hable.

— Te ayudaré y fingiré ser tu novio, Willson —sonrío.— Pero antes quiero ponerte una condición.

Junto un poco mis cejas.

— Cla.. Claro, la que quieras —me apoyo encima del piano.

— Quiero que aceptes salir conmigo.

Mi semblante quedó totalmente neutro, estaba muda. No sabía que decir ¿Jack me pidió salir? ¿A mi? Creo que se equivocó de chica, no soy su tipo.

— ¿Salir? —frunzo el ceño.— Te refieres a...

— Una cita —sonríe levemente.— Con tal de... Poder conocerte más ¿Entiendes? Te dije que me gustaría conocerte.

Suspiro y pestañeo varias veces. Jack quiere conocerme, de acuerdo, yo no conozco mucho de él y sí, me gustaría hacerlo y él a mi. Podríamos ser muy buenos amigos, no más que eso.

— Por supuesto —sonrío de la misma forma que él.— Pero creo que no sería necesario, no soy una chica interesante del cual deberías impresionarte.

— Oh, creéme que estás muy equivocada —ríe negando con su cabeza.— Eres una chica especial, lo puedo sentir en tu aura.

¿Especial? ¿Dijo que yo era especial? Vaya, no creí que para alguien lo fuera, ni siquiera me consideraba así. Soy una chica común y corriente.

Sonreí sintiendo como me sonrojaba, Jack parece notarlo y ríe un poco. Gracias, mente estúpida, reaccionas como no quiero reaccionar.

De nada.

Carraspeo saliendo de lo tenso que se puso el lugar, repito, odio a veces estas sensaciones.

— Bueno señorita mejillas de tomate, me debo ir —toma su mochila.— Espero que no hayas botado a la basura la nota que te dejé en tu casillero, ahí estaba mi número de teléfono así podemos estar comunicados.

Sonríe, acercándose a mi, había guardado la nota, aunque no tenía idea eso de su número. Se acerca a mi y besa mi mejilla en forma de despido.

— Adiós, mejillas de tomate.

Dijo antes de irse. Y en eso, mis mejillas ya ardían más de lo normal.

(...)

Tres días después...

— No, Abby, no creo poder ir —fingí una tos falsa.— Esa vez en la lluvia hizo este insoportable resfriado.

Okay, esto es una mentira. No estoy resfriada y tampoco no iba a ir al baile. Había olvidado rotundamente que estaba dentro de un Escuadrón Anti-Chicos y mis amigas no tiene idea de esto, de la falsa relación entre Jack y yo. Estaba prácticamente arriesgándome a que mis amigas me vieran con Jack en la fiesta y si lo hacían me iban a patear el trasero allí mismo. No me importaba la verdad, pero debía hacerlo, iba a ir a ese baile. Además no creo que se den cuenta de que fui, todo el instituto estará allí lo cual son miles de personas.

¿Estás segura de que no irás? —dice Abby desde la otra línea.— Aún estás a tiempo de arrepentirte, sabes.

Aprieto mis labios. Conozco a mis amigas, sé que me harían cambiar de opinión a toda costa. Debo ser más inteligente que ellas.

— Sí, segurísima —entorno mis ojos.

Dice que no irá... —oigo decir a Abby alejando el teléfono haciendo que se oyera lejos.— Se lo dije y no quiere.

— Oh, dejame hablar con ella... —escucho como Jess trata de quitarle el teléfono.

— No hagas un escándalo, Jess ... ¡Está enferma!

No me importa... ¿Hola? ¿Lucy? ¿Estás ahí? —escucho, ahora Jess tiene el control del teléfono de Abby.

— Sí, estoy aquí —digo falsificando una voz congestionada.

— ¿Sabes que puedes tomarte una aspirina, verdad? —puedo imaginar que está arqueando una de sus cejas.— Debes ir, no será lo mismo sin ti, Lu.

Suspiro.— No se preocupen por mi, estaré bien.

Escucho que suspira. Creo que la convencí.

Si tú no vas, nosotras tampoco —dice Jess.— Sería algo injusto ¿No?

Abro mis ojos como platos.

— Oh, no, no, vayan... —elevo mis cejas.— Injusto sería que por mi culpa no fueran al aniversario número 84 del instituto, vayan y diviertanse.

— ¿Segura?

— Sí.

Okay, bueno... Te mandamos unos fuertes abrazos esperando a que te mejores, pronto te iremos a ver —dice.

— Claro, no hay problema, chicas —río.— Adiós...

— Bye, Lu, te amámos.

Sonrío y al colgar, deshago mi sonrisa rápidamente. El maldito pijama está sofocandome, no tengo ganas de cambiarme de ropa pero de seguro deberé hacerlo para ir al baile con Jack, mi falso novio temporal.

Decido prender el televisor y ver que están dando en el, caricaturas. No recuerdo que estas caricaturas estuvieran en mi época, de hecho las antiguas eran las mejores. Comparadas con esto, le da miles de patadas en el trasero, las caricaturas antiguas son sin duda eran lo mejor de mi infancia.

No les voy a negar que me reí bastante con estas, además su humor y los efectos que tenían eran muy graciosos, perfecto para pasar el rato.

Un mensaje hace que mi teléfono vibrara encima de mi estómago. Jack.

Jack Caleman: Hola, mejillas de tomate.

Entorné mis ojos. Desde aquella vez que me vio sonrojarme no ha parado de llamarme de esa forma.

Yo: Te dije que no me llamarás así.

Bloqueo mi teléfono, pero al hacerlo nuevamente vibra.

Jack Caleman: Okay, lo siento:)

Jack Caleman: ¿Olvidas que soy tu novio? Mi oficio es molestarte.

Entorné mis ojos nuevamente.

Yo: Novio falso habrás querido decir ;)

Jack Caleman: Auch💔

Jack Caleman: Como sea, hoy es la noche. Gran fiesta, baile y tragos.

Yo: Yo no bebo, sorry.

Jack Caleman: Tú no, pero yo sí.

Jack Caleman: Te pasaré a buscar a las siete y media ¿Okay? Ni un minuto tarde, cachetitos🍅.

Jack Caleman: Ya quiero verte con vestido 😂, de seguro te verás bien hermosa. Adiós ;)

Sonreí torpemente y bloqueé mi teléfono para seguir viendo las caricaturas.

Cachetitos.

(...)

Estaba en frente de mi espejo observándome y viendo como me quedaba el vestido color rojo ajustado en mi figura.

Se me veía bien, amaba la tela de seda con la que el vestido había sido hecho, dándole así un toque más elegante al atuendo. Mis tacones negros eran muy bellos, era un regalo de Leah hace tres años y medio en mi cumpleaños número quince. La extraño.

Rocío un poco de mi perfume en mi cuello y detrás de mis orejas. Haría que oliera bien y me sentiría más fresca así. Alisé mi cabello, me maquillé solamente un poco para así luego estar lista.

Sólo faltaba dos minutos para que Jack llegara. Estaba un poco nerviosa. No se si por entrar con Jack en vez de Nick esta vez al baile del aniversario o quizá porque era la primera vez que un chico me hacía sentir especial.

Lo que me dijo esa vez Jack en la escuela me dejó bastante confundida, quizá estaba imaginando cosas que no eran. No debía ilusionarme, sabría que al hacerlo saldría lástimada y no quería eso. Sólo es como... Un amigo para mi.

Escucho una bocina desde afuera, supongo que es Jack.

Antes de salir de mi habitación, mi madre se adentra con mi padre a el viéndome con una sonrisa de oreja a oreja.

— Hija, te ves preciosa —dice mi madre viéndome de pies a cabeza.

Claro, como ahora que no estoy vestida como toda una mendiga me dice esto. De todos modos le agradezco con una sonrisa forzosa.

— Mi pequeña Lu está creciendo —mi padre se acerca a mi para abrazarme y lloriquear falsamente.

— Papá no voy a morirme, sólo es un baile —ruedo mis ojos. Me separo de él para mirarlos a ambos.— Los quiero, pero Jack debe estar esperándome abajo. No quiero hacerlo esperar.

— Claro, hija, ve —dice mamá.

Con mi bolso en manos bajo las escaleras con sumo cuidado de no tropezar y caerme. Aun tengo una mala experiencia con eso. Abro la puerta principal para encontrarme frente a mi una limosina calor negra y con Jack allí parado frente de mi.

Este se acerca y me extiende una rosa roja.

— Una flor para otra flor —sonríe.

— Ese dicho está ya muy usado —río aceptando la flor.— De todos modos, gracias.

— No hay de que, damisela —sonríe nuevamente extendiéndome su mano. La acepto y nos dirigimos hacia la limosina.

De verdad esto era más que perfecto, una limosina. Nunca he ido en una a un baile de secundaria.

— Creí que... Ir una limosina nos haría ver más cool —dice abriendo la puerta de esta.— Cosa que ya somos, adelante por favor.

Río.— Gracias.

Al estar dentro, sentí el olor refrescante y a nuevo, era muy espaciosa y demasiado linda por dentro. Tenía unos cómodos sillones y una pequeña barra de tragos y snacks.

Jack se adentra por el otro lado de la limosina con una sonrisa plasmada en su rostro. Se veía feliz.

— ¿Y que te parece? —pregunta.— ¿Muy grande?

— No, no —niego.— Está perfecta, me gusta la idea.

Sonríe.— Lo sé, soy el mejor.

Decidimos hablar un poco, comimos los pequeños trozos de queso en cuadritos que había en la pequeña barra y bebimos un poco de champagne. No soy muy buena para beber. De pronto se creó un silencio incómodo en el lugar, no quería ponerme nerviosa de nuevo y que Jack me llamara mejillas de tomate.

— Y dime, Jack —rompo el silencio.— ¿Por que aceptaste?

Él remoja sus labios viendo por la ventana. Tengo una sospecha, pero dudo de ella. Luego de unos segundos... Vuelve a poner sus ojos en mi y dice:

— Porque eres mi amiga, y quiero ayudarte.

Ay, justo en la friendzone.

Callate, conciencia estúpida. Estoy en un escuadrón anti-chicos ¿Lo olvidas? Me da igual lo sea yo para Jack.

Mientes.

— ¿Soy tu amiga? —frunzo mis cejas y río un poco.

Asintió.— Claro que si, no hubiese hecho esto por cualquiera.

Sonríe, al menos esto era un progreso, eramos amigos. Creí que la caía mal.

— No me caes mal, Lu —dice tomándome por sorpresa, es justamente lo que estaba pensando.— Eres muy amistosa como para que me cayeras mal.

Sonreí y decidí no decir nada. Ya nos estábamos acercando al instituto, desde donde estábamos se podía ver perfectamente las luces fluorescentes de la escuela y mucha gente afuera de ella. No mentí cuando dije que habría miles de personas.

La limosina se estacionó justo en la entrada. Jack se bajó rápidamente y como todo un caballero fue a abrirme la puerta.

— Gracias, Jack —reí.

El conductor de la limosina le lanzó las llaves a Jack quien las atrapó exitosamente.

— ¿Que estás...

— Él trabaja para mi padre, la limosina le pertenece a mi familia y puedo usarla a mi antojo cuando se me de la gana —sonríe con arrogancia.

Vaya, que suerte.

— ¿Nos vamos? —me extiende su brazo en forma de jarra.

Lo miro, esta muy bien vestido, un smooking negro junto una camisa blanca. Pongo mi brazo pasándolo por el suyo.

— Vamos.

Nos adentramos a la gran institución Livingstone, la cuál estaba repleta de personas, gente por todos lados. Bailando, tomando, charlando y hasta incluso algunos besuqueandose por ahí.

El gimnasio estaba siendo iluminado por las luces fluorescentes que se veían afuera en la calle. Todo estaba muy bien decorado, sillas, mesas, barra de comida, una gran bola de disco arriba en el techo y sobre todo buena música. Al parecer Daniela si hizo un buen trabajo.

Aun del brazo con Jack nos dirigimos a la barra de comidas. Allí había de todo y se me antojaba todo la verdad, no había comido nada. Estoy hambrienta. Pasamos minutos comiendo y bebiendo allí.

— Wow, ¿Habías comido estos doritos con queso fundido? —digo con la boca llena dirigiendome a Jack.— Es el paraíso.

— Igual como la vista que tengo enfrente —dice sonriendome.

Aw, el amor.

No te lo había dicho pero te ves muy hermosa en ese vestido, Lu —vuelve a decir.

Ay, no, malditas mariposas mutantes ¡Controlence! Mente estúpida no me hagas esto, no hagas que me ponga como un tomate todo colorado. No otra vez.

— Gra-gracias —digo acomodando un mechón de mi pelo tras mi oreja.

Levanto la mirada para ver sobre el hombro de Jack a Nick junto a Daniela acercándose a nosotros.

Oh, no.

Tomo de la mano a Jack y lo tiro hacia mi. Le susurro algo en su oído.

— Vienen hacia acá.

— ¿Quienes? —frunce su ceño.

— Nick y Daniela —elevo mis cejas.— Por favor, no vayas a meter la pata, Jack.

Rueda sus ojos cafés.

— A ver, ¿Por que no me dices tu plan? —se aleja un poco de mi algo molesto.— ¿Por que no me dices de una vez que me estás utilizando para sacarle celos a tu ex novio? No soy estúpido, Lucy, me doy cuenta de lo que está pasando.

Me quedo helada ante eso. No estoy utilizándolo, ni menos para sacarle celos a Nick, no, nunca. Nick quedó en el pasado y esto es para darme a misma la seguridad que necesito para seguir adelante lejos de las burlas de Daniela y de Nick.

— Y-yo...

Antes de que pudiera decir algo y explicarle el asunto. Daniela y Nick hacen su presencia al lado nuestro sonriendo. Bueno, solamente la rubia.

— Lucy... —sonríe Daniela en sorpresa, falsamente.— Que alegría verte por aquí, ¿Cómo estás?

Que te importa, zorra.

— Bien, gracias —respondo de manera fría.

Daniela posa su azulada mirada en Jack y lo mira de pies a cabeza sonriendo. No se que es la sensación que sentí cuando Daniela lo miró así tan descaradamente, pero me llenó de rabia.

Celos.

¿Y este es Jack? —sonríe.

— Así es —responde el mencionado.

— Te ves muy guapo —Daniela muerde su labio descaradamente.

— Gracias.

Apreté mis puños.

¿Que se cree? De verdad Daniela se pasa de la raya, se supone que tiene novio y aun así coquetea con quien se le de la gana.

— ¿Quien es, Lucy? —Nick arquea una ceja mirando a Jack. Se ha mantenido callado fulminando a Jack con la mirada, o así lo sentía yo.

— Oh, él es Jack —dije obvia.— Mi...

— Novio —Jack se acerca y toma mi mano entrelazando nuestros dedos.

Lo miro pero este sólo mira a Nick con aires de superioridad. Amo la manera en la que su ego a veces le gana.

— Vaya, al parecer tan rápido me cambiaste —dice Nick sonriendome falsamente.

Ruedo los ojos.

— ¿Y tú no? —pregunto irónica.— ¿Te debo recordar la razón por la cual terminamos o qué?

Nicholas solo aprieta su mandíbula enojado. Sabe que tengo razón, en unas horas ya estaba de la mano con Daniela y besuqueandose con ella frente mis narices. Yo podría hacer lo mismo ahora, y no darle explicaciones de lo que haga con mi vida.

Tomo de la mano a Jack y decido llevarlo al medio de la pista de baile, donde están reproduciendo una canción lenta. Estar ahí y ver a Daniela y Nick juntos hacía que me sintiera vulnerable y mal, recordando lo estúpida que fui al creerle ese falso amor a Nick.

— ¿Que es lo que pasa? —pregunta confundido.

— Necesito bailar algo —digo con la mirada baja. Después de lo que me dijo, siento vergüenza.

Él pone sus manos alrededor de mi cintura a la vez que yo pongo mis brazos encima de sus hombros. Estaba nerviosa y avergonzada, no quería que Jack pensara que yo lo utilicé para eso.

— Nick está mirando —dice Jack mirando detrás de mi.

Me encogí de hombros.

— Me da igual —baja la mirada a mis ojos, él es más alto que yo.

— ¿Qué?

Suspiro.— Eso, Jack, no quiero que pienses que te estoy utilizando para sacarle celos a Nick. Si te pedí que fueras mi novio falso fue para callar las burlas de los demás, y sentirme segura conmigo misma de que puedo seguir adelante sin Nick. Y que ellos vean que no me interesa volver con él ni en lo más mínimo.

Jack me oía atentamente.

— Sé que es estúpido de creer, y te entenderé si no me crees. Pero es la verdad —bajo la mirada, avergonzada.— Creo que te debo una discul...

Y antes de decir la última palabra, siento la presión de unos labios sobre los míos. Levanto la mirada para encontrarme a un Jack con sus ojos cerrados muy cerca de mi.

Es decir...

Jack me está besando.

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