Escuadrón Anti-Chicos© (En ed...

By xDamnWritterx

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¿Que sentirías cuando tu vida ya no es como la de antes? Me refiero a que eras feliz y ya no lo sigues siendo... More

[Aclaraciones]
[Personajes]
Capítulo 1: Es como una paloma, viene y te caga encima.
Capítulo 2: Chica problemas.
Capítulo 3: Empecemos de nuevo.
Capítulo 4: Castigos y más castigos.
Capítulo 5: Más competencias que limpieza.
Capítulo 6: ¿Fantasmas en el instituto?
Capítulo 7: Cena con los Langford.
Capítulo 8: Tacones e Instagram
Capítulo 9: Una dulce venganza.
Capítulo 10: ¿Papá nuevo?
Capítulo 11: Sorpresa inesperada.
Capítulo 12: Pijamada épica.
Capítulo 14: Mentiras piadosas.
Capítulo 15: El Aniversario (Parte uno).
Capítulo 16: El Aniversario (Parte dos).
Capítulo 17: Me involucraste.
Capítulo 18: Fingir.
Capítulo 19: Dieciocho años practicando.
Capítulo 20: Tiempo de hablar.
Capítulo 21: El Plan.
Capítulo 22: Alumna de Intercambio.
Capítulo 23: Derríbame, nena.
Capítulo 24: Brotherzone.
Capítulo 25: ¿B de cristal o de deseo?
Capítulo 26: Lazos de hermanos.
Capítulo 27: Revelaciones.
Capítulo 28: Decisiones.
Capítulo 29: Adiós, Miami.
Capítulo 30: Doble cara.
Capítulo 31: ¿Me estás amenazando?
Capítulo 32: Inglaterra y el chofer personal.
Capítulo 33: Espías.

Capítulo 13: Anciana molesta.

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Mike.

Bostezé por tercera vez. La noche había caído y lo único que sentía ante eso era sueño.

Me encontraba en la casa de Jack, estábamos jugando fornite. Pero nos dio un poco de sueño -especialmente a mí- y decidimos apagar la consola para sentarnos a charlar.

- Oigan... -Niall rompe un poco el silencio que se había provocado repentinamente-. ¿No creen que Steve está tardando demasiado?

Y en efecto, es cierto. Mandamos a Steve a comprar cervezas en la botillería hace media hora y aun no ha vuelto.

-¿Y si le pasó algo? -frunzo el ceño-. ¡No podré vivir sin mi esposo!

Los chicos ríen. Nombré a Steve Langford mi esposo, nos conocemos de pequeños y desde entonces nos bromeaban como que parecíamos esposos. Es mi mejor amigo, sin duda.

- De seguro está comprando más cosas, ya volverá -se encoge de hombros Niall.

Decidimos hablar sobre lo que nos contó Niall ayer. Jess resultó ser hija de la pareja de su padre. Si a mi me pasara algo como eso, estaría más que confundido, no sabría como llevar la situación.

- ¿Cómo reaccionaste cuando te enteraste? -pregunta Jackson.

- Ni siquiera lo había pensado, cuando la vi allí quedé totalmente sin habla, no quería ni entrar a su casa -relata Niall-. Sentí como un poco de vergüenza me atacara.

- Al parecer Jess te trae loco -reí.

Él rueda sus ojos.

- No, la verdad se ve buena chica aunque quiera demostrar que es todo lo contrario -eleva sus cejas-. ¿Y tú Mike....?

- ¿Yo qué?

- ¿Aun estás flechado por Sarah?

Les había contado que hubo un tiempo en que estaba locamente atraído hacia Sarah, como hace cinco años atrás. Realmente estoy confundido no se lo que quiero y es eso lo que me molesta. Al volver a ver a Sarah despertó en mi una serie de sentimientos, como los que nunca sentí con ninguna otra chica en Inglaterra, quizá aun seguía enamorado pero no quería admitirlo.

- Tomaré tu silencio como un sí -Niall juega con su vaso de gaseosa.

No me importaba lo que piensen. Quizá, sí, estoy aun enamorado de Sarah ¿Y qué? Ella no me prestó atención antes y dudo bastante que lo haga ahora. Soy un inmaduro y estúpido, nunca podrá enamorarse de mi.

Aun así, no pierdo las esperanzas.

- Iré a traer los hot dogs -dice Jack poniéndose de pie.

Asentimos y yo decido por llamar a Steve, quien se está tardando demasiado. Su tardanza me está preocupando, ya debía haber llegado.

Lo sentimos, el número al que está llamando se encuentra apagado o temporalmente fuera de servicio.

¿En serio apagó su teléfono? Steve es a veces en muchas ocasiones un idiota pero no creo que haya sido capaz de apagar su propio teléfono. Tal vez de verdad le pasó algo.

Sin pensarlo dos veces, tomo mi chaqueta para ponerme de pie. Hace bastante frío en julio.

- ¿A donde vas? -dice Niall confundido con la boca llena de papas fritas.

- Iré a buscar a Steve, enseguida vuelvo -tomo mis llaves-. Mi esposo debe estar en peligro.

Al decir lo último, salgo de la casa.

Abby.

Oh, demonios.

Creo que lo maté.

- ¡Abby! ¿Golpeaste a Steve? -Lu frunce el ceño y se agacha para socorrerlo.

Noo, claro que no, le hice un cariñito.

- ¡Él me asustó! -trato de defenderme mientras lo señalo con mi mano-. ¿Está muerto..?

Pregunto algo temerosa. Si es así, seré yo la que irá a la cárcel después de todo.

- No, sólo está inconsciente -dice Lu a lo que suspiro totalmente aliviada- Tenemos que llévarnoslo.

Junto mis cejas.

- ¿¡Qué!? -me mantengo así, como si no hubiese querido escuchar eso-. ¿Llevarnos a Steve?

- Claro, Abby, no podemos dejarlo aquí.

- Por mi que se muera aqui mismo-ruedo los ojos y me cruzo de brazos.

- Deja de hablar estupideces y ayudanos a subirlo al auto -dice Sarah acercándose a Steve.

Suspiro y decido ayudar.

Lu lo sostiene por el brazo derecho mientras que Sarah por el izquierdo. Y yo y Jess sostenemos sus pies. Pesa más que un costal de papas.

- ¡Ugh, me va a salir una hernia! -digo tratando de avanzar hasta el auto.

Pusimos a Steve en los asientos traseros, como pudimos lo sentamos, su cabeza castaña está inclinada hacia atrás. Lu y Sarah se van junto a él en el caso que despierte.

Jess enciende el auto y se dirige a mi casa. Al estar ya ahí, donde aun Steve seguía inconsciente lo bajamos del auto y lo adentramos a la casa.

- ¿Que haremos con él? -pregunta Jess mirando a Steve que se encuentra en el suelo. Su cuerpo parece una estrella de mar, sus extremidades están abiertas hacía los lados simulando una estrella.

- Podemos descuartizarlo y quemar sus partes -digo encogiendome de hombros.

Las chicas me miran mal, lo dije en forma de broma aunque de todos modos igual hubiese sido una buena idea. Pero también iría a la cárcel y no quería eso, no sin antes vivir la vida de adolescente.

- ¿Esperamos a que despierte o... -interrumpo a Lu.

- Amárremoslo a una silla.

- ¿Estás loca? -Sarah frunce el ceño-. Sería un secuestro.

- Y es justamente lo que quiero hacer -sonrío maliciosa.

Sólo va a ser una indefensa bromita, para Mike y sus amigos crean que a Steve le pasó algo. Sé que Mike está con ellos porque me lo dijo cuando vino a hacer su para nada agradable visita sorpresa.

Después de convencer a mis amigas en gastar esa broma. Átamos a Steve a una silla con una soga, cubriendo su boca con cinta adhesiva, para que al despertar no gritara y así delatarnos.

- Esto podría tomarlo como una venganza por ser parte de la broma de Mike contra mí -asiente Sarah-. Nunca me lo esperé de ti Steve.

Sarah al igual que mis hermanos y yo, conocían a los Langford de hace muchos años, había que admitir que éramos muy buenos amigos ambos.

Steve aun seguía inconsciente, según Lucy, tarde o temprano iría a despertar.

Pasaron las horas y nada, nosotras éramos las que el sueño estaba por vencernos, pero Steve podría escapar y no queríamos eso.

- Mis ojos me pesan -dice Jess posando su cabeza en el hombro de Lu.

- ¿Por qué no dormimos? Si Steve no creo que despierte -habla Sarah frotando uno de sus ojos grandes ojos verdes-. Además no podrá escapar, está bien amarrado.

Sarah tiene razón, no hay forma de que Langford escape. Yo igual tengo sueño, mis ojos me pesan y mis amigas están igual o peor que yo.

- Bien -digo acomodandome en el suelo de la sala de estar, dormiremos aquí para hacerle vigilancia a Steve-. Sueñen con los angelitos.

- Quiso decir que sueñen conmigo -dice Lu antes de que cerraramos los ojos.

(...)

Siento el sol pegándome fuertemente en el rostro, no recuerdo haber abierto las cortinas de mi casa. Además siento una cálida brisa por mi cuello hasta por mi espina dorsal.

Trato de levantarme -aun con mis ojos cerrados- para ir a cerrar las cortinas incluyendo las ventanas, pero siento que no puedo mover mis pies ni tampoco mis brazos.

Abro mis ojos de golpe para darme cuenta que estoy en el patio de mi casa amarrada a una silla y con cinta adhesiva gris cubriendo mis labios. Miro hacía la derecha y hacía ambos lados para encontrarme a mis amigas tal cual como estoy yo, sólo que ellas aun siguen durmiendo. Estábamos hubicadas en una fila horizontal con todo el ardiente Sol quemándonos el pellejo.

Me alarmo y me empiezo a mover para tratar de liberarme de esta silla ¿Quien demonios hizo esto?

En un mal movimiento, siento que la silla se está inclinando hacia atrás. Por poco caigo si no fuera porque alguien me sostuvo el asiento. Al volver a mi posición, me topo con dos ojos azules viéndome sonriente junto a otro castaño.

Mike y Steve.

- Buenos días, hermanita -dice mi hermano-. ¿Cómo dormiste? Llevas exactamente doce horas durmiendo.

Dice viendo su reloj de muñeca.

Lo fulmino con mi mirada. ¿Es en serio? Mi propio hermano me amarró a esta silla. Es una traición, me siento como si me apuñalaron por la espalda. Ya ni en la familia se puede confiar.

Empiezo a moverme para tratar de zafarme, pero sólo lograría caerme de cara al pasto.

- Basta, James, te caerás -Steve me mira fijamente advirtiéndome.

Lo miro mal a él también. Lo odio.

- Sácame de aquí -trato de decir pero lo unico que salió de mi boca fueron palabras totalmente incompresibles.

- No te entiendo, Abby -Steve niega con su cabeza-. ¿Quieres repetirlo de nuevo?

Juro que apenas logre desatarme de aquí iré y lo golpearé bien fuerte. A él y a mi hermano.

Con mi mirada señalo la cinta adhesiva dando a entender que quiero que me la quite de la boca.

- Oh eso no será posible -dice Steve elevando sus cejas, entendiendo el mensaje-. Ustedes tampoco tuvieron piedad de mi.

Miro a Mike quien tienen la vista clavada en Sarah, carraspeo para que me mire. Este lo hace.

- Eh, creo que debemos despertarlas -Mike sacude un poco su cabeza.

Ugh, es un idiota. Aun me pregunto si mamá y papá adoptaron a Mike.

Vuelvo a señalar la cinta adhesiva ahora hacía Mike, quien por suerte -y por suerte de él - la sacó de mi boca.

- ¡AUCH! ¡Despacio animal! -le grito, siento un pequeño ardor en las zonas de mis labios. Esa cinta adhesiva era una porquería.

Mi grito hizo que mis amigas se despertaran asustadas. Al ver en la situación en la que estaban totalmente desorientadas, se alarmaron y reaccionaron igual o mucho peor que yo.

- Anda, quítenle las cintas -digo molesta viendo a los dos idiotas descerebrados.

Estos se acercaron a mis amigas, quienes ganaron también un ardor en sus labios. Lo pude notar por el grito que pegaron. Jess, al sacarle la cinta de su boca, le lanzó un escupe a Steve quien le cayó en su ojo izquierdo.

Se lo merece.

- ¡Iugh! ¡No seas sucia! -dice Steve limpiándose su ojo.

- ¿Qué esperan para liberarnos de aquí? -pregunta Sarah de manera dura.

- Nuestra venganza aun no está hecha querida -dice Steve.

Frunzimos el ceño.

- ¿De que venganza hablas? No les hicimos nada -habla Lucy.

- ¿Ah, no? -Steve finge impresión -. Me hicieron exactamente lo mismo a mi hace tan solo quince horas. Se lo merecen.

Ruedo los ojos, ¿Es en serio? Son unos inmaduros.

- ¿Y tú que tienes que decir, Mike? -arqueo una ceja.

Este mira el suelo seguido de hablar.

- Steve es mi amigo, debía ayudarlo -dice-. Yo fui quien lo rescató de ustedes.

Y yo soy su hermana.

Ahora si que lo mato.

- Eres un traidor, Michael -lo miro mal-. Te odio.

Mike suspira frustrado.

- Abby por favor, son bromas inofensivas -entorna sus ojos celestes.

- La misma que le hicimos a Steve y aun así nos tienen aquí -habla Jess-. Sólo demuestran ser unos inmaduros vengativos.

Le doy la razón a Jess. Por más que sea mi hermano, es muy estúpido e inmaduro hacer una venganza por una estúpida broma. Todos están mal, esta maldita sociedad está mal.

Okay, exagero.

El sol cada vez se hace más fuerte, siento que un minuto más aquí y me derretiría por completo. Las gotas de sudor empiezan a rodar por mi frente. Mis amigas igual se encuentran acaloradas.

- Sácanos de aquí -dice Lu con tono pesado-. Nos estamos derritiendo.

- Oh, ¿Tienen calor? -Steve se cruza de brazos-. Esto se puede arreglar súper fácil.

Steve mira a Mike y este chasquea sus dedos mencionando el nombre de Jack y Niall.

Me lo sospechaba.

Estos aparecen saliendo de mi casa con dos grandes fuentes, una cada uno, quien sabe que cosa tienen dentro. Al llegar a donde nos encontrábamos, Steve saca un globo de agua de la fuente que tiene Jack.

Un globo de miles.

- Préparense, porque aqui es donde nuestra venganza empieza -dice sonriente.

Niall y Jack dejan las fuentes en el césped. Y también toman globos de agua, junto también mi hermano traidor.

- ¿Están listas?

Mis amigas abren sus ojos como platos. Y antes de que pudiéramos decir algo, los idiotas nos estaban bañando con globos, los cuales se reventaban rápidamente en nosotras.

- ¡Auch! -exclamo-. ¡Basta!

No basto para que pararan. Ya que los globos iban y venían atacándonos y mojandonos de pies a cabezas.

Para evitar que el agua hiciera contacto con mis ojos miré hacia la derecha donde veía como la soga de Sarah iba deslizándose cayendo hacia el suelo.

Al parecer el agua hizo que las cuerdas se aflojaran.

Lo mismo estaba pasando con las otras dos castañas y conmigo. Me moví y rápidamente la soga cayó, donde pude liberarme.

Me levanté rápidamente para correr hacia los chicos, quienes quedaron atónitos sin siquiera reaccionar.

- ¡Están muertos! -digo y me acerco a la fuente de globos donde también les arrojo a ellos.

Mis amigas no tardaron en llegar a donde estaba yo y también empezaron a atacar a los chicos. Y ellos a nosotras.

Y así es como se empezó la guerra de globos de agua.

Narrador omnisciente.

Globos por aquí y globos por acá.

Chicos contra chicas.

¿Quien ganaría esta guerra? Eso estaba por verse.

Las chicas totalmente furiosas empezaron a lanzarles globos de agua a los chicos, quienes también lanzaban a las chicas.

Por suerte, los globos de agua eran muchos.

Empezaron a corretearlos por todo el patio de la mansión James. Quienes los dos menores de la familia estaban por asesinarse uno al otro. Sobre todo la menor de ellos.

La rubia -Abby- corre rápidamente en busca de su hermano para darle su merecido. O cómo dice ella "toma un poco de tu mismo veneno". Para ella fue traición y de la grande al ver que su hermano estaba de lado de sus amigos y no el de ella.

Por eso sólo quiere golpearlo, por darle la espalda a la familia.

Así de exagerada es nuestra Abby James.

Hablando de esta, no encontraba por ninguna parte a su hermano. Así que fue en busca del otro castaño, Steve. Quien también debía pagar.

Mike se encontraba encima de un árbol, totalmente a salvo de los golpes y los globos que le daría su hermana. Para suerte de él, ya no tenía ese miedo con las alturas, sino hubiese sido imposible que se haya subido allí.

Mike entendía la rabia de Abby contra él, se supone que es su hermano y debe estar al lado de ella. Pero según él son bromitas inofensivas, nada grave y del cual preocuparse.

Pero Sarah, también tenía sed de venganza, así que fue en busca de Mike. Para la suerte de ella, lo alcanzó a ver encima del árbol de frutos. Entonces fue hasta allí sin que lo viera, para darle un susto.

Empieza a trepar el árbol con los globos guardados en sus senos para ir y asustar a Mike. Este bien tranquilo viendo como sus amigos eran atacados por las chicas le divertía, le sorprendió no ver a Sarah con ellos.

Antes de que pudiera reaccionar y bajar, ya era muy tarde. Sintió dos manos en su espalda haciendolo caer al suelo.

Sarah desde arriba del árbol se ría malvadamente, toma los globos de agua y se los lanza a Mike, quien aun está en el suelo quejándose del dolor. Producto de la caída.

- Demonios, creo que me rompí el brazo -dice Mike con una mano en su brazo izquierdo.

Sarah muy preocupada y arrepentida, opta por bajar y ayudarlo. Sinceramente, no estaba en sus planes que Mike resultara herido.

Al estar ya abajo junto a él se agacha para socorrerlo.

- ¿Estás bien? -dice preocupada- ¿Quieres que...

No terminó la oración ya que Mike rápidamente se levantó y empujó a Sarah al suelo, dejándola atónita. Se dio cuenta que era una broma.

- ¿Qué? ¡Tú estás bien! -Sarah lo señala luego de salir de su trance.

- Hay algo que se llama actuar, tontita -habla Mike con aires de superioridad.

Sarah se iba a poner de pie, pero antes que lo hiciera. Mike ya le estaba lanzando globos de agua contra ella. La castaña se pone de pie y sale corriendo para alejarse de Mike y de los globos. Grave error.

Los demás chicos también la empezaron a atacar.

- ¡Abby! ¡Jess! ¡Lucy! -exclama Sarah-. ¡Necesito refuerzos!

Sus amigas llegan casi volando a donde Sarah se encuentra, atacando a Mike y sus amigos. Al notar que ya no quedaban más globos. Sarah corrió hasta la manguera del patio y empezó a bañar a los chicos.

Lu y Jess fueron en busca de cubetas con agua para volver a mojarlos. En eso, encontraron más globos de agua escondidos al costado del refrigerador de la casa de los James. Esto está hecho un desastre.

Corrieron hacia los chicos donde se hallaban escondidos tras los arboles.

- ¡Oh, no se escondan cobardes! -exclama Jess.

Mike nota que en su poder tienen otra cubeta de globos. El ojiceleste mira mal a Niall y Jack.

- ¿No les dije que los escondieran bien? -murmura molesto. Ahora están fritos, mejor dicho, mojados.

Las chicas se empiezan a acercar con las cubetas y Sarah con la manguera en la mano.

- Salgan, nadie les irá a morder... -canturrea Abby-. ¡Salgan!

- ¡Ni que te fuéramos a obedecer! -exclama su hermano mayor.

La rubia rueda los ojos y chasquea sus dedos. Dando a entender que debían atacar.

Se acercan a los chicos donde tienen la oportunidad de atarcarlos nuevamente con más globos.

Para la mala suerte de las chicas, Steve logra correr y arrebatarles el recipiente.

- Oh, oh -murmuran las chicas.

Reaccionan rápidamente y suben arriba de los árboles suponiendo que este sería como un escudo protector contra los globos.

Por más que lanzaran globos a las chicas, estos se devolvían y se reventaban en el suelo o sobre la cabeza de los chicos. Gracias al efecto de gravedad.

Las chicas bajan, porque no querían demostrarse cobardes como ellos y corren para evitar ser mojadas. Más de lo que ya estaban.

Steve se para enfrente de Abby con una sonrisa maliciosa.

- No tienes por donde escapar -dice jugando a lanzar y atrapar el globo violeta que tiene su mano. Uno, de cuatro que tiene junto con él.

Abby observa de reojo todo el lugar, para encontrar una escapatoria. Pero Steve esta por casi acorralarla contra la pared de arbustos que divide los patios de las casas.

Su cabello rubio esta pegado en su frente junto con su ropa, solo que esta está pegada a su cuerpo haciendo notar más su delgada figura. Y si, aun están con pijama.

- Ríndete, James -dice Steve.

- ¡Jamás!

Exclama Abby y se lanza sobre Steve, golpeando con su hombro su estomago y envolviendo su cintura con sus brazos. Para hacerle caer al suelo de espaldas. Abby también cae junto a él.

Escuchan como los globos que traía Steve se revientan en algo... Más bien, en alguien.

Se levantan rápidamente y observan como la señora West -la vecina de los James- está empapada en agua. Gracias a los globos de Steve, por el impacto que hizo la caída, el castaño lanzó los globos sin pensarlo.

Todos dejaron de correr al instante y murmuran un "uh" bastante largo.

La señora West bastante furiosa los mira como si los fuera a matar.

- ¡Esta es la última vez que aguanto esto! -los señala con el dedo índice.

- ¿Última? -Abby frunce el ceño-. Pero si no le lanzamos globos antes ¿De que esta hablando?

La anciana, digo, Señora West señala a Mike y Sarah quienes están sonriendo de la manera más inocente que pueden. Los dos castaños sin querer arrojaron globos hacia el patio de la señora. Gracias a su mala puntería.

Abby hace un palm face mental y le pide disculpas. Pero eso no basta, la señora enojada dice:

- Ya es muy tarde -toma a su pequeño perro que es un chihuahua -. Llamé a la policía.

- ¿¡Qué!? -los chicos abren sus ojos como platos.

- ¿Por que hizo eso? -pregunta Lu sorprendida. La azabache odia meterse en problemas, porque tarde o temprano estos llegan a los oídos de su madre. Quien la castiga.

- Porque quiero y porque puedo -dice la señora con aires de arrogancia-, ¡Además ya estoy harta de sus travesuras adolescentes!

Los jóvenes James anteriormente han tenido problemas con la Señora West cuando eran más jóvenes hasta ahora, no hace falta decir que ellos están su lista negra.

- No me pidan disculpas ahora -dice la anciana-. Pidanselas a sus padres cuando estos se enteren que la policía los encerró. Que disfruten su tarde.

Ahora si que están más que fritos.

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