Corazón Vertiginoso (Saga #1)

By montesdeoca26

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Dorek Smythe creció en un mundo donde la velocidad y la adrenalina eran algo común en su día a día, pero qué... More

Corazón Vertiginoso
Capítulo 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
Epílogo
Tierna ligereza
AVISO
VIVEZA ADORACIÓN

Capítulo 1

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By montesdeoca26

Regla # 5: Siempre dale a la vida tu más grande sonrisa.

VIELKA

Las vacaciones de verano estaban a punto de terminar, lo que significaba que pronto tendría que regresar a Monterrey, y precisamente por ese motivo mi prima Valentina había insistido en que fuéramos al circo ya que nos habían dicho que los motociclistas que actuaban en el circo estaban para chuparse los dedos, esas fueran las palabras de una de las amigas de mi prima.
Así que gracias a las referencias que nos habían dado, mi prima insistía en que ir a deleitar la pupila sería una buena forma de culminar mis días en San Luis. Había pasado todo el verano con mi prima y mis tíos ya que mi padre había decidido tomar unas vacaciones junto a Berenice, quien era su novia desde hace dos años, así que después de que un día casi incendiara la casa, mi padre tomo la decisión de que pasará las vacaciones con su hermana, ya que pasar el verano con mi madre no era una buena opción, para empezar tendríamos que descubrir dónde está, mi madre había decidido abandonarnos hace seis años. En un inicio fue muy doloroso y difícil para mi padre y para mí, pero nos adaptamos rápidamente a la idea de que ahora solo éramos nosotros dos.

Volviendo al tema del circo, mi prima era un verdadero dolor de cabeza cuando algo se le metía en la cabeza así que nadie le quitaría las intenciones de ir a este.

-—Valentina ya estás muy grandecita para ir al circo.

Coloca sus manos en jarra y me frunce el ceño —perdóname señorita madure —cambia su expresión y hace un puchero— es que dicen que son guapísimos.

—De acuerdo me meteré a bañar —llevabamos rato con la misma discusión por lo que ya cansada de está conversación sin sentido decidí dar mi brazo a torcer.

Camino hacia el baño que está en el pasillo con toda la velocidad de una tortuga, hoy realmente quería quedarme en casa a descansar ya que desde que estoy aquí, no hay noche en la que no salgamos de fiesta y este cuerpecito perezoso ya necesita descansar. Al entrar en la regadera veo un pequeño trozo de jabón en el suelo y lo recojo antes de que unas de mis tan estelares caídas hagan su aparición, mientras me estoy bañando mi prima entra al baño a lavarse los dientes y justo cuando termina me vuelve decir que me dé prisa, salgo de la regadera envolviendome la toalla y camino hacia la puerta pero mi pie resbala con lo que parece ser pasta de dientes y sin que lo pueda evitar mi trasero se impacta con el suelo duro. Desde la planta baja escucho a mi tío Rubén gritar.

—¡Vielka ya se cayó!

Al principio corrían a ver que me pasaba pero ahora ya se han acostumbrado a mis típicos accidentes, mi papá siempre se burla de mi diciendo que nací estrellada, pues literalmente siempre me la vivo estrellándome en cualquier lugar.
Después de mi caída del día me alisto y cuando finalmente estoy lista mi prima y yo nos vamos camino al circo,  es lo más super divertido que haré desde que estoy aquí (nótese el sarcasmo).

De verdad tienen que ser todos unos Adonis los motociclistas para que el circo este lleno de adolescentes calenturientas y lo peor es que yo fui arrastrada por una, caminamos hacia la taquilla donde compramos nuestros boletos para la próxima función y decidimos no perder tiempo en formarnos, ya que como ya mencioné el circo está atascado de chicas con las hormonas alborotadas. Mientras esperamos vemos a los que parecen formar parte del espectáculo de motocicletas, y me imagino que es así por dos razones:

Número uno, traen overoles de motociclistas.

Y razón número dos, todas las jovencitas parecen perros afuera de la carnicería cuando pasan frente a la fila de la taquilla.

Aunque tengo que admitir que si son muy atractivos, los dos hombres parecen ser familia o algo parecido ya que son muy parecidos e incluso en el bronceado dorado, uno de ellos incluso tiene ese toque de chico peligroso con sus tatuajes en ambos brazos, y la joven no se queda atrás, su cabello castaño brilla con los rayos del sol y su rostro parece el de una muñeca, además de tener un cuerpo de infarto, el otro joven tiene un cuerpo demasiado sexy e incluso tiene una sonrisa pícara, la joven se abraza a la cintura de uno de ellos y se escuchan los suspiros de todas las jovencitas a mi alrededor, la muy cínica se gira hacia a nosotras y se encoge de hombros.

—Maldita suertuda.

—Pues son tan para cuál, hay que ser realistas Valentina.

Mi prima me observa confundida —¿De qué hablas?

Señalo en la dirección en la que se marcharon —ni volviendo a nacer esos sujetos se fijarían en unas mortales como nosotras —mi prima suspira dramáticamente dándome la razón.

Veinte minutos después finalmente entramos, y sin lugar a duda me siento como una tonta aquí, los niños son los únicos que disfrutan el espectáculo. Pero el ambiente cambia radicalmente cuando comienza el show de los motociclistas, todas las jovencitas comienzan a gritar, tengo que admitir el show es realmente genial, ver cada una de sus acrobacias fue muy emocionante, cuando terminan su espectáculo, todos se quitan sus cascos y parecería que uno de los requisitos para formar parte del show es ser demasiado atractivos, los tres jóvenes son demasiados bien parecidos para la salud de todas las jovencitas presentes, y las dos jóvenes no se quedan atrás una de ellas ya la habíamos visto antes de entrar pero la pelirroja es igual de guapa y hermosa, e incluso el hombre mayor es bastante guapo, el señor ha de tener la edad de mi padre y aun así se ve muy sexy.

Cuando finalmente salimos del circo, varias jovencitas o más bien adolescentes corren hasta donde están la caravana de los motociclistas, mi prima quiere seguirlas pero yo la detengo del brazo.

—¿Es en serio?

—No seas amargada —hace un pequeño puchero, que para su edad ya es bastante ridículo.

—Tenemos que regresar a tu casa, necesito hacer mis maletas.

Valentina no parece muy feliz con la idea pero aun así finalmente nos vamos a casa. Después de hacer mis maletas me acuesto a dormir ya que no acostumbro a dormir durante los viajes, por lo que necesito dormir muy bien durante la noche.

A la mañana siguiente mis tíos me llevan a la central de autobuses, y durante el camino vemos como una ambulancia entra al terreno en donde está instalado el circo al que fuimos el día de ayer.

—¿Qué habrá pasado? —dice Valentina.

Me encojo de hombros —No tengo idea.

Ella promete investigar y en cuanto sepa lo que ocurrió me lo hará saber, asiento con la cabeza para darle entender que la estoy escuchando, la realidad es que no me interesa mucho saber lo que ocurrió pero mi prima es así, ella suele decir que no es una chismosa simplemente le gusta estar bien informada, si claro a otro perro con ese hueso.

Después de veinte minutos llegamos a la central de autobuses, me despido de mi prima quien promete ir a pasar la navidad conmigo, cuando me despido de mis tíos ellos bromean con regalarme un seguro de vida para mi cumpleaños, la verdad es que todos nos reímos a causa de la broma hasta que finalmente llega la hora de subir a mi autobús.

Después de un viaje cansado donde tuve que sentarme al lado de una señora que todo el viaje se la paso roncando, sus ronquidos se parecían al sonido que hacen los tráiler, no exagero, de verdad era todo un escándalo el que hacía, cuando llegue a Monterrey mi padre ya me estaba esperando en la central de autobuses, en cuanto lo vi corrí hacia él y lo abrace, ya que lo había extrañado demasiado.

—Hola mi estrellita —era el apodo que papá me había dado debido a mis incontables caídas y extraños accidentes.

—Hola papá —me separo de él—  engordaste, voy a tener que hablar muy seriamente con Berenice.

Mi papá se ríe mientras toma mi maleta y con su otro brazo rodea mi hombro y comenzamos a caminar hacia el estacionamiento —la culpable de que haya comido pura comida rápida es otra persona.

Giro mi cabeza hacia él —¿Por qué comiste comida chatarra?

—Porque mi hija incendio nuestra cocina y hasta el día de hoy ha quedado lista.

Agacho la mirada para después levantarla y hacer carita del gato de Shrek —lo siento, lo siento papi.

Mi papá vuelve a reír y sube la maleta a la cajuela mientras que yo subo al carro de lado de copiloto, mi padre sube momentos después de mí —sabes que mis tíos me dijeron que me regalarían un seguro de vida —giro en mi asiento para poder verlo.

Mi padre sonríe —¿No me pueden regalar un seguro contra accidentes?

—¡Papá!

Mi papá vuelve a reír y sacude mi cabello con su mano libre mientras que con la otra conduce —No creo que ningún seguro quiera cubrir todos tus accidentes.

—Muy gracioso —me rio sarcásticamente pero aun así le sonrío.

Comenzamos a platicar de cómo le fue a él en sus vacaciones pero lo noto algo nervioso pero no dice nada más, pero yo sé que algo me oculta y tarde o temprano voy a descubrirlo.

Llegamos a casa y en cuanto entramos a la casa puedo percibir un exquisito aroma, así que me asomo a la cocina donde Berenice está preparando una rica lasaña.

—Hola Vielka —se limpia las manos y me da un beso en la mejilla.

—Hola Berenice, huele estupendo.

—Gracias dentro de quince minutos estará lista, ¿Por qué no vas a tomar un baño?

Acepto gustosa, ya que odio oler a camión así que subo a mi habitación y busco un short y una blusa de tirantes, entro a mi baño lista para un delicioso y refrescante baño. Una vez que ya estoy limpia bajo corriendo las escaleras y al llegar al comedor tanto Berenice como mi papá ya se encuentran esperándome, me siento y comenzamos a comer en un silencio demasiado incómodo, cuando termino de comer noto como se miran, es como si quisieran decir algo.

—Lo que quieran decirme díganlo.

Mi padre suspira —¿Qué opinas que Berenice viva con nosotros?

—Pensé que me dirían que me rechazaron en la universidad —suspiro aliviada— pues prácticamente vive aquí, por lo que no me afecta y así dejarían de fingir que ella no se queda algunas noches.

Berenice se sonroja mientras que mi padre parece estarse ahogando con su bebida —¿De verdad no hay problema? —me cuestiona realmente nerviosa.

Niego con la cabeza —tú haces muy feliz a mi papá, así que no veo el inconveniente.

—Tengo a la mejor hija y por cierto mañana tienes que ir a la universidad para que te inscribas.

—¿No me inscribiste tú? —cuestiono realmente angustiada.

Niega con la cabeza —a partir de ahora tú tienes que hacerte cargo de tus cosas, además aún no me has dicho que carrera elegiste.

—Pensé que te lo había dicho, me gusta la carrera de comunicación.

Mi padre asiente con la cabeza —creo que esa carrera encaja a la perfección contigo.

—Verdad que me veré linda en la televisión.

—Yo lo decía por lo habladora.

Berenice golpea la mano de mi padre —yo creo que te verás hermosa.

Después de un día agobiante finalmente me voy a dormir. Al día siguiente voy a la universidad a inscribirme y después de ir por mi horario regreso a casa complacida con la elección de mi carrera.

Durante el día recibo un mensaje de mis mellizos favoritos, el mensaje dice que no llegaran de sus vacaciones hasta el fin de semana, así que los tres acordamos en vernos el lunes en la universidad.
Los mellizos y yo hemos sido inseparables desde que llegaron a la misma secundaria a la cual yo asistía, recuerdo haberlos visto llegar al salón y como todos comenzaron a preguntar si venían de China o ese tipo de preguntas tontas, la verdad es que ellos nacieron aquí en México pero sus padres si eran originarios de Corea del Sur, Nadia era y sigue siendo una coqueta, ella siempre me ha parecido muy hermosa, sus ojos ligeramente rasgados y de color café la hacían resaltar siempre, Nicolás había cambiado mucho desde la secundaria, ya no era ese chico flacucho ahora su espalda se había ensanchado un poco y había dejado crecer su cabello negro y siempre había sido guapo solo que ahora el ejercicio había hecho su trabajo muy bien y aunque no era corpulento se podría apreciar perfectamente bien sus brazos marcados debajo de las camisas ajustadas que solía usar.

Al llegar la noche estoy realmente agotada así que decido apagar mi celular y me acomodo en mi cama para simplemente dejarme llevar por los grandiosos y bellos brazos de Morfeo.

Espero y les haya gustado el primer capítulo, si fue así dejen una estrellita y sus comentarios.
Besos sexys bombones.

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