JUGANDO A JUEGOS DE MAYORES

By mariaburiel

1.1M 17.8K 461

Alejandra es una niña bien, estudiante de periodismo guapa que le gusta mucho salir por la noche. Pronto desc... More

JUGANDO A JUEGOS DE MAYORES
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 7
CAPITULO 8 resubiendo
CAPITULO 9
Capitulo 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
SEGUNDA PARTE: CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40: EL FINAL
EPILOGO

CAPITULO 6

40.5K 628 10
By mariaburiel

Esta discoteca debido a su gran tamaño estaba a las afueras de Madrid, en la carretera de La Coruña. Por el camino Silvia nos contó que el chico de la novia se llamaba Ricardo que se había acercado a ella para pedirle perdón por lo de la novia, que según él no era realmente su novia, sino una amiga con la que se enrollaba de vez en cuando. El tal Ricardo prometió ir a Elite para ver a Silvia porque según palabras textuales de le "se había enamorado a primera vista".

            Cuando llegamos a Elite estaba Mario en la puerta. Mario era muy alto, y tenía un cuerpo que quitaba la respiración, moreno con el pelo ligeramente largo, tenía los ojos oscuros y muy expresivos. Estaba como siempre con su traje de chaqueta con el que estaba guapísimo. No tenía unos rasgos tan perfectos como Jaime pero muy atractivo. Mario y yo habíamos estado saliendo durante tres meses y al final lo dejamos por mutuo acuerdo porque decidimos que como pareja no nos aguantábamos y como amigos nos adorábamos. Cuando me acerqué a saludarle me dio un gran abrazo:

            - ¡!!Cuanto tiempo sin verte preciosa!!!- gritó levantándome por los aires

            - ¿A que me habías echado mucho de menos?- contesté riéndome.

            - No lo sabes bien. ¿A quién si no le voy yo a echar charlas morales?.

            - ¡Hoy no te dejo que me eches ninguna!- Mario y yo nos llevábamos de maravilla

            - ¿Que tal los exámenes?. No te he querido llamar porque no quería distraerte y sé que yo te distraigo demasiado.... Vamos dentro a tomar algo.

            Entramos dentro del local. Elite era enorme. Tenía una gran pista de baile que ocupaba toda la planta de arriba y abajo estaban los servicios, mesas para sentarse y dos barras más aparte de las cuatro de arriba. Fuimos a la planta superior, a la barra que estaba al lado de la cabina que era donde siempre nos poníamos y donde siempre estaba la gente conocida. Saludé a un par de amigos y les di las copas que nos había dado Eduardo a mis amigas y yo me quede hablando con Mario. Hacía mucho que no hablábamos y la verdad es que hablar con me reconfortaba:

            - ¿Qué tal te va la vida Mario?.

            - Ya sabes yo como siempre. Trabajando y muy solito sin mujeres- contestó haciendo una mueca de pena.

            - ¡Pero que mentiroso eres! si siempre estas rodeado del sexo femenino…- aquello era verdad, Mario era guapísimo y siempre tenía muchas chicas detrás de él.

            - Si, si seguro. Pero la que yo quiero no me hace ni caso.

            - Ya me extraña, pero si te ligas a la que quieres.

            - ¿Ah sí ?

            - Pues si y lo sabes perfectamente.

            - ósea que estoy ligando contigo- dijo acercándose peligrosamente a mí. Una cosa es que fueramos malos como pareja y otra que no hubiera mucha atracción física.

            - Vete a la mierda Mario no me tomes el pelo- aproveche para separarme un poco de él.

            - Sabes que no te lo tomo, sabes que te adoro- y se acercó un poco más.

            - Si pero tú también sabes que como pareja somos un fracaso. ¡No nos soportamos!.

            - Es que hoy estas especialmente guapa y no puedo evitar recordar viejos tiempos.

            - Bueno vamos a ser serios- dije riendo.

            - ¿ De dónde venís?.

            - Hemos estado en el club. Por cierto he visto a tu amigo Jaime, te juro que le odio, es la cosa más insoportable que he conocido. Es un  egocéntrico, un chulo, un imbécil que se cree algo....

            - Basta tía para...- dijo Mario sin poder evitar la risa- cualquiera diría que estás loca por él, vaya.

            - Si loca por matarle. ¡Qué tío mas ....!. Me callo.

            - Es un buen tío, lo que pasa es que creo que no os comprendéis demasiado bien. Es un poco vacilón con las niñas, sobre todo con las guapas, aunque luego no sé como lo hace pero todas acaban cayendo en sus redes.

            - Pues te aseguro que yo ni muerta. Hablemos de otro tema por favor que me empiezo a cansar de actual. También he conocido a otro que se llama Eduardo, según tengo entendido es el jefe o algo así.

            - ¿Uno que iba de traje de chaqueta impecable, que tiene unos 33 años?

            - No se su edad, pero debe ser ese-asentí

            - Buen tío, todo un personaje y todo un señor. Parece un "lord inglés", va siempre impecable, es exagerado.

            - Si y le debo haber caído bien, porque me ha invitado a mogollón de cosas y ha sido súper amable.

            - Pues niña te has ganado el cielo, porque es muy difícil que una chica le caiga bien a ese, o por lo menos que la considere de su nivel. Además si realmente le caes bien ya puedes estar contenta porque ha ganado usted el premio gordo "la noche madrileña con todos los gastos pagados hasta que le dejes de caer bien". Pero te advierto que es un pez gordo y que tengas cuidado con él, como enemigo es poco recomendable.

            - Si solo me lo han presentado- dije quitándole importancia, aunque me generó inquietud aquel comentario.

            - Ya pero te conozco y eres experta en meterte en líos.

            - Sabes que no es verdad, yo soy una santa...

            - Vale, vale, si tu lo dices yo hasta me lo creo- reímos los dos- no te engañes Ale...

            Después de estar un rato hablando con Mario, me fui a dar una vuelta y a ver si veía a Irene, una chica de mi clase con la que había quedado en vernos allí. Di una vuelta por todo el local y de repente vi a un chico, alto moreno. Estaba de espaldas, tenía los hombros anchos. ¿Qué hacia aquí Jaime?. Algo salto dentro de mí. Aquel chico se dio la vuelta y no era Jaime y lo que es peor ni siquiera se le parecía. ¡Dios mío me estaba volviendo loca de remate!. No sabía porque pensaba en él y tampoco quería pensarlo.

            Por fin me encontré con Irene. Esta era bajita, pero no en exceso, castaña con el pelo largo y muy bonito, tenía los ojos igualmente castaños pero la expresión de su cara era muy dulce. Iba acompañada de un chico, no demasiado alto, rubio de ojos miel, que le pegaba mucho. Se acerco corriendo a saludarme:

            - Jo tía ya pensé que no venias. ¿Te das cuenta de la hora que es?

            - Ya lo que pasa es que nos hemos eternizado en el Club. ¡Me han pasado millones de cosas!. ¿Quién es este?- le susurré al oído- Es una monada….

            - ¡¡¡Es Borja, el famoso Borja del que me he pasado siglos hablando. Si ese con el que os he tenido mareadas todo el año pasado. Ha vuelto de Estados Unidos y me ha dicho que me ha echado mucho de menos que quiere volver conmigo, que me adora, que me quiere muchísimo y un son fin de cosas bonitas, ya te contaré estoy emocionada!!!.

            - No, no ya lo veo, respira un poco entre palabra y palabra mujer. Te doy mi visto bueno, es monísimo.

            - ¡Es mío que conste!- dijo riéndose.

            - Cálmate que estas acelerada

            - ¡¡ya lo sé!!

            Las dos reímos con ganas, hacía mucho tiempo que yo no era tan feliz, y tampoco sabía realmente porque lo era.

            - Bueno cuéntame tú, guapa. ¿Que son esas millones de cosas que te han pasado?.

            - Son demasiadas para contar en cinco minutos. No quiero que tu amorcito piense que te acaparo.

            - Vale, pero cuando a ti te pasa algo interesante es porque hay hombre por medio. ¿ o quizás me equivoco?- dijo en tono irónico.

            - No querida Irene, para variar no te equivocas...o quizás si... no es en singular es en plural. ¡Hombres!- contesté riendome

            - ¿De varios?. AHH! Esto se pone interesante vamos a necesitar por lo menos una semana de confesión y de pellas entre lo tuyo y lo mío.

            - Bueno te abandono, me voy a buscar a mis amigas que hace un rato que no las veo.

            - Las he visto antes en la pista- me indicó

            - Vale gracias. Antes de irte despídete de mí y sino llámame mañana sobre las tres.

            - Vale, adiós- dijo despidiéndose

            Eran las seis y media de la mañana y mis pies estaban empezando a fastidiar como siempre. Cuando encontré a estas en la pista me puse a bailar, porque era el mejor remedio para los pies cansados, no porque te dejasen de doler, sino porque te olvidabas de ellos.

Silvia fue a pedir las copas que nos quedaban, que eran todavía dos, ya que Mario les había dado a ellas también, aparte de las de Eduardo. Estábamos en medio de la pista bailando bebiendo y fumando. ¿Qué más se podía pedir?. Vi a Mario que me observaba mientras bailaba. A él le encantaban ese tipo de juegos y yo no iba a privarle del capricho. Empecé a moverme, contoneando mis caderas al ritmo exacto de la música. Empezaba a sudar ligeramente, y me cogía el pelo con las manos encima de la cabeza, con movimientos lentos ya que -la música era suave en aquel momento. Y entonces estallo el ritmo otra vez... Miraba a Mario unas veces directamente a los ojos y otras de reojo, pero de manera que el viese que le miraba. El observaba muy atento, y sonreía de medio lado, estaba apoyado en la cabina, hipnotizado mirando el espectáculo. Le miraba provocativamente, incitándole, tentándole... Me daba la vuelta y dejaba de mirarle y luego regresaba a él. Hacia movimientos con las manos, casi señalándole y provocando el juego conmigo. Cogí un hielo y me lo empecé a pasar por el cuello y la nuca subiendo mi pelo para poder hacerlo bien, despacio e inclinando la cabeza hacia delante. Luego lo chupé un par de veces y lo tire. Me encendí un cigarro y seguí bailando. Entonces Mario se acerco a mi me cogió del cuello con las dos manos. Detuvo sus manos unos instantes en mi cuello, palpando la humedad de mi pelo mezcla del hielo y del sudor. Yo seguía moviendo, a ritmo lento, las caderas y cerré los ojos. Entonces Mario acerco su boca a la mía y me besó, pero me besó bien, como creo que no lo había hecho nunca nadie en mi existencia como mortal. Me cogía con tal fuerza, con tal energía que me asustaba, desprendía tal masculinidad que era prácticamente inaguantable. Una vez me soltó se me quedó mirando:

            - La amistad entre hombre y mujer es imposible, princesa.

            Entonces se fue. 

Continue Reading

You'll Also Like

18.8K 1.6K 32
Mariana Espósito siempre fue la alumna perfecta, estudió Peridismo y el Traductorado de Inglés en simultáneo, se recibió a los 24 años siendo casi un...
913K 47.7K 36
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
3.5K 156 17
Después de que _________ despertara de su antigua realidad, le pasarán una serie de cosas que cambiarían su vida por completo. No soy propietario de...
11.6K 1K 43
Te elegiría a ti una y mil veces aunque me queme. Caprichosa, mimada y consentida ella es toda una diva. No te atrevas a mirarla y mucho menos a mete...