Por y para siempre [AmourShip...

By xAngyLopez

29K 1.3K 799

Al llegar al final de su viaje, Ash se despide de Serena prometiéndole volver a verla algún día, sin embargo... More

Capítulo I: "Otra vez"
Capítulo II: "Expectativa vs Realidad"
Capítulo III: "Grace"
Capítulo V: "Serena, Ash y Grace"
Capítulo VI: "Tacto"
Capítulo VII: "Demasiado complicado"
Capítulo VIII: "Tyler"
Capítulo IX: "Amor"
Capítulo X: "Lo siento"

Capítulo IV: "Decisiones"

2K 112 25
By xAngyLopez

¡Hi~!

Sí, lo sé. Me estoy tardando, en mi tablero puse algunas cosas sobre cómo por qué no he actualizado. En fin, espero tener tiempo (y un mejor lugar donde revisar los capítulos) para poder subirles lo que sigue.

Recalcando un punto, este fanfic no puede seguir el canon (no hubo beso ni declaración, puees). Escribí esto a finales de Febrero de este año, acá lo estoy subiendo ahora porque, me pareció una idea bastante buena (además de poder revisar otra vez los capítulos).

Notas:

1- El fanfic es AmourShipping, cien por ciento. No tenga ninguna duda de ello xD

2- ¡Wow, muchísimas gracias por sus votos, por leer y/o comentar!

3- En este fanfic partiré de la creencia que Ash y los demás tienen 10 años en la serie.

4- Creo que este capítulo es al que más correciones le he hecho.

5- ¡Gracias por seguir leyendo! No se preocupen, espero que se queden para lo que sigue. La historia seguirá dando giros y poco a poco quedará más claro lo que pasó. El siguiente, estoy casi segura, lo amarán :'D

Los personajes de Pokémon no me pertenecen le pertenecen a Satoshi Tajiri y Pokémon Company en general.

"Por y para siempre"
"El cuento de hadas se acabó, dijiste 'adiós', y me rompiste el corazón – Masoquismo Eiza Gonzales"


Capítulo IV: "Decisiones" ​

«Serena no quería estar allí, significaba el fin. Sería la última vez que vería a Ash en mucho tiempo, lo iba a extrañar como a nadie en el mundo. Contuvo sus ganas de echarse a llorar por él. Ella era fuerte y él iba por una mejor aventura. Sus caminos serían diferentes, cada quién buscaría lo que deseaba, aunque quisiera evitarlo, no había excusas.

Lo vio sonriente y radiante, como de costumbre tan solo le sonrió. No existía un momento tan triste como ese, viviría un duelo por la separación, sus amigos y él, habían sido lo más especial en los momentos más decisivos de su corta vida. Sintió el recorrer de unas lágrimas en sus mejillas, se las limpió y trató de evitar verse mal. Quería hablar, decirle mil y un cosas que nunca había dicho antes, pero sus palabras se quedaron atascadas en su garganta. Ninguna mísera oración salía de su boca.


Tragó duro, respiró hondo y lo miró. Su ritmo cardiaco iba más rápido de lo normal, le sostuvo la mirada a él, e intentó hablar.


—¿N-Nos volveremos a ver? —preguntó con dificultad, parecía una niña pequeña asustada. Se sentía fatal, la imagen que tenía de sí misma se estaba derrumbando. Era la apariencia de su débil personalidad, eso creía ella.

Ash parecía algo extrañado por su tono, sin embargo la entendió. Esa extraña conexión entre ambos, que sólo ellos dos conocían deslumbró como nunca.

—Sí —respondió, con firmeza.

—¿S-Seguro? —tartamudeó de nuevo. Necesitaba saber si era una promesa real.

El muchacho reaccionó a su pregunta, con un movimiento rápido la tomó de la mano. Serena se sonrojó hasta las orejas, exhaló con fuerza y notó como él deslizaba sus dedos, hasta que sus dos meñiques quedaran unidos. No supo muy bien qué se supone que estaba haciendo, hasta que lo volvió a mirar. Tenía esa mirada llena de convicción, fuerza y amabilidad.

—Lo prometo —aseguró, para después sonreír.

Ella no se quedó atrás, apretó con fuerza su agarre y sonrió.

—Yo también —respondió, conmovida por todo.

Tenía ganas de abrazarlo, pero no pudo. Ash la soltó después de su respuesta, la miró otra vez, soltándole una risa inocente. Se despidió de ella y se fue.

Ahí estaba la persona que había cambiado su forma de ver las cosas, la que había logrado que se esforzara por algo mejor, a quién usó como impulso para salir de su casa. Nunca se arrepentiría de irlo a buscar. La ayuda mutua que se dieron alrededor de todo su viaje era más que memorable.

Serena sabía que él regresaría.»


La castaña tenía quince años recién cumplidos. Conforme pasaron los años, regularmente iba a visitar a Clemont y a Bonnie. Casi siempre estaba ocupada diseñando, había descubierto hace poco lo que quería. Se había propuesto una nueva meta y la aprovecharía.

Ese día, había quedado de reunirse con sus dos amigos en una cafetería.

•••

Fue la primera en llegar, se dio tiempo para admirar el lugar y de paso, acomodar mejor sus ideas centrales. Un rato más tarde llegaron los rubios.

—¡Hola! —saludaron los hermanos, luego de se sentaron en sus respectivos lugares.

—¿Cómo han estado? —preguntó la castaña.

—Me ha ido bien —respondió Bonnie—. He aprendido muchas cosas, mi hermano sigue sin conseguir novia.

—¡Bonnie! —regañó Clemont, muy sonrojado.

Serena rio un poco por la actitud de ambos.

—¿Y a ti como te ha ido? —cuestionó la más pequeña.

—Pues, he estado pensando en algo que quiero —respondió, ilusionada.

La rubia sonrió con picardía.

—¿Se trata de Ash? —preguntó Bonnie—. ¿Lo has vuelto a ver?

Serena, quién trataba de no recordarse del asunto, bajó la vista al suelo. Había sufrido un duelo por su separación, al principio había sido muy difícil, con el tiempo se dio cuenta que en verdad pasaría mucho para volver a verse. Así que prefería dejar un poco de lado el asunto.

—No —respondió, con voz seca. Tomó un poco de agua y les miró—, quiero tener mi propia boutique, acá en Ciudad Luminalia.

Ambos hermanos se quedaron callados. La rubia sabía que había sido fatal preguntar lo anterior, pero lo que su compañera le estaba diciendo le sorprendió. Clemont, por su parte, miró con desaprobación a su hermana, hace mucho tiempo sabía del asunto de la castaña y sus sentimientos. No obstante, cuando escuchó lo que dijo su amiga, se alegró.

—Eso es genial, Serena —comentó el inventor.

—¡Sí! Serás un éxito —halagó la más pequeña.

—Muchas gracias —habló la muchacha, con felicidad—, todavía tengo que ganar experiencia, así que me mantendré por aquí un tiempo.

Ambos sonrieron gustosos por la noticia. Aun estando solo los tres, eran muy unidos. Aunque les hacía falta cierta persona para completar su grupo, pero dejando ese detalle de lado; se podría decir que eran capaces de apoyarse de forma mutua.

El resto del día, se la pasaron contándose sus nuevas experiencias.

•••

Lo había logrado, sonrió orgullosa al recordar que día era. Su boutique iba a cumplir un año de ser abierta, no había sido un éxito enorme, pero poco a poco iba creciendo y más personas iban a buscar sus diseños. Estaba tan entusiasmada, cada día pensaba en qué mejorar y en cómo avanzar.

Su fuente de inspiración eran sus pokémon y amigos, actualmente veía seguido a Korrina (quién parecía visitar a Clemont). También cuando Bonnie venía de algún viaje pasaba a verla, Shauna se aparecía varas veces para hablarle de un montón de cosas. Quienes casi no venían eran Trevor y Tierno.

Por supuesto, existía una persona que nunca se había asomado por ahí. Seguro ni si quiera sabía de lo que hacía ahora, pero eso no opacaría su felicidad. Para nada, más motivada que nunca atendió y arregló mejor el lugar. Por supuesto que no atendía sola su negocio, recibía ayuda y tenía empleadas.

Recordaba que a veces recibía invitaciones para tomar algo, cenar en algún restaurante, ir al parque, entre otros. Citas, sería era palabra apropiada para englobar las salidas que le pedían, pero de forma amable se negaba a la mayoría, más aun si tenía mucho trabajo.

Si tenía tiempo libre, aceptaba con gusto aunque de lejos sabía la intención de la cita. Siempre había sido halagada por muchos chicos y llamaba la atención, pero ella no los miraba de esa forma y no podía. Su mente recordaba la promesa que hizo con él.

Un día, entre lo que ordenaba sus bocetos, escuchó como alguien entró. Subió su vista y encontró a una de sus amigas.

—Hola, Serena —saludó la chica de cabello azul, con cortesía.

—¡Oh, Miette! ¿Cómo estás? —preguntó la castaña, emocionada.

—He estado bien —respondió mientras observaba el lugar—. Te ha ido bien, ¿eh?

—Sí, estoy muy contenta.

Ambas conversaron un rato sobre lo último de sus vidas. Hasta que llegó la pregunta incómoda.

—¿Y, ya tienes pareja?

Serena se sonrojó un montón.

—No —respondió rápido, sabía lo que venía.

Su amiga resopló, parecía molesta.

—¿Sigues esperándolo?

—Este...

—Serena —llamó su atención, con su tono serio—, no deberías esperarlo, ya pasaron muchos años.

—Pero, prometimos volver a vernos —susurró un poco triste.

—Eso fue cuando tenían diez años, ya tienes dieciocho —recalcó intentado hacerla entrar en razón—, no puedes esperarlo toda la vida.

—¿Por qué no? —cuestionó ya un poco fastidiada.

—Porque él prometió volver a verte, no prometió casarse contigo —soltó de golpe, después vio la expresión herida de su amiga. Se había equivocado y le dijo algo que no debía—. No es lo que...

—Sí, ya sé —respondió, sin chistar—. No importa de todas formas —mintió para evitar una escena.

—¿Al menos ya les aceptas las citas a los chicos?

—Una que otra —volvió a habar más tranquila—, si tengo tiempo.

—Bien, seguro que alguien te querrá mucho —intentó consolarla. Sabía que había sido muy imprudente, pero Serena nunca se lo reprocharía, al menos no de la forma en que ella lo haría. Ambas eran muy diferentes.

—No pienso en eso —comentó, ignorando la molestia en su cabeza—, de todas formas hay mucho qué hacer.

Miette la vio con desaprobación. Por una parte la entendía, el enamoramiento era algo muy difícil de superar, pero ya habían pasado cerca de ocho años. Debía de intentarlo al menos.

—En serio, ¿no existe alguien que sea muy lindo contigo?

La castaña suspiró, apretando una de sus manos en un puño. La respuesta a esa pregunta la tenía, pero no le agradaba la respuesta. Miró a su compañera a los ojos, intentado ser paciente.

—Bueno, sí —respondió, medio intranquila—, pero no es lo mismo.

—¿Por qué no lo intentas?

Hubo un silencio entre las dos, la muchacha enamorada decidió no contestar nada.

•••

El mismo chico había llegado como diez veces en el último mes, siempre hacia lo mismo. Observaba el lugar, miraba algo y le preguntaba las características. Luego de un rato, le preguntaba si no quería ir a comer algo.

Ella había estado ocupada el último mes, así que no pudo aceptar ninguna de las citas. Semanas después, el muchacho le trajo un ramo de rosas.

—¿Dirás que sí? —preguntó inseguro de una respuesta positiva.

Serena estaba bastante sonrojada, se limitó a susurrar un par de cosas. Revisó su agenda para mirar su horario. No había nada que hacer por la tarde, suspiró y asintió como pudo.

Él se alegró bastante, le sonrió y le indicó que iría a buscarla dentro de dos horas.

Eso le daría tiempo para arreglarse. Así que buscó algo que le fuera cómodo, aunque nada despampanante.

Para cuando terminó, él llegó y la llevó a tomar un helado. Dieron un par de vueltas por el parque, luego la invitó a comer algo. Ella notó lo caballeroso que era, pero aún existía aquello que no la dejaba estar en plenitud con alguien más.

Sin embargo decidió intentarlo, no tenía ningún compromiso de todas formas. Pasaron algunas semanas y siguieron saliendo.

Meses después, en una cita como cualquiera, él le pidió algo más serio. Ese chico deseaba formalizar su relación.

Serena lo dudó. Lo pensó más de una semana, había decidido tomar con seriedad al chico o terminar.

En su departamento, dentro de su habitación, se encontraba pensando en ello. Acostada en su cama, volteó a ver al lado izquierdo. Miró una foto de sus viajes por todo Kalos.

Quizá Miette tenía razón, habían pasado muchos años. A lo mejor, sí debía intentarlo de verdad, con el tiempo comenzó a pensar que su enamoramiento por Ash, se había transformado en algo a qué aferrarse de su pasado. Tal vez tenía razón y debía dejarlo ir.

Decidida esperó a que el día terminara. Llegó la noche, fue a su cita ya programada y aceptó.

•••

Estaba cansada, había regresado a su departamento y tenía la cabeza atascada de muchas preocupaciones. Trataba de sentirse mejor, pero ya no podía. Su actual relación se había derrumbado por completo.

Se sentía demasiado enojada. Resopló, mirando a su "pareja" con reproche.

—Lo siento —soltó intentado calmarse—, se acabó.

Había sido el fin de la única relación que había progresado en los últimos años.

•••

Se miró al espejo, notando lo pálida que se había puesto.

Era hora de dormir. Observó a su hija acostada en su cama. Serena estaba acostumbrada a contarle historias de sus viajes, para al final darle las buenas noches. Luego de hacerlo regresó a su habitación pensando en su día.

Ash había regresado, conoció a su hija y, ella recordó un millón de cosas. Su mente se centró en una idea: Tratar de mantener sus visitas con Ash lo más lejanas del contacto. Ya no podían tener nada.

Ambos tenían sus vidas hechas, o eso creía.

•••

Notas de la autora:

No tengo mucho que decir. Como siempre, algo pasó con mi PC y well, no lo he podido arreglar del todo. Pero intentaré mantener un ritmo, pero es que me cuesta demasiado (jaja siempre ha sido así xD).

Ah sí. No había dicho mucho acá, pero amé el final de XY&Z. Aw, el beso, ¡fue hermoso! Lo vi un montón de veces jajajá xD En serio, me encantó el final de la temporada.

En cuanto a S&M, pues el principio ha sido más de lo que esperé. Aunque, la comedia usada no me causa tanta gracia, pero el humor es muy subjetivo. En cuanto a otros detalles, me ha parecido que está bien.

¡Muchísimas gracias, en serio, por leer!

Espero que les haya gustado.

Suerte,

¡nos leemos!

Continue Reading

You'll Also Like

508K 69.6K 43
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
159K 20.9K 109
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...
71.4K 6K 39
Ella llega al Área sin saber nada de si misma. Sin recuerdos. Vacía. Su primer instinto fue buscar el cielo al verse en una caja encerrada. Luego -po...
145K 8.3K 23
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...