Cap 13. La caminata
Bella POV
El ambiente entre Cullen y yo se habia suavizado un poco; habia menos tensión. La semana no tuvo muchos acontecimientos dignos de mención, en lo que cabe, para una vampira que se socializa entre humanos. Hoy era Viernes, por fin hiba a poder relajarme y retrasar hasta el domingo mis deberes. Tenia pensado en ir mañana de caminata toda la tarde y quizas, cazar. Aunque el olor de los humanos se me habia vuelto muy repetitivo y soportable.
Me levanté del sofá dejando mi libro tirado en la mesa y me dirigí hacia mi vestidor - un poco rellenado por Alice - . Me miré en el espejo. Vaya pelos! pensé. Para mi, mi pelo, suponia un caso perdido y sin solucion. A la derecha del gran espejo, el calendario. Hoy era 22 de Febrero. Se me cayo el mundo. Segun recordaba de una vieja foto que vi.
Tenia un marco de oro muy elegante y estaba en el salón de la mansión Cullen. Se veia todo muy negro y casi indefinido, pero claramente se divisaba un Edward de 17 años recien cumplido. Un mes antes de que la Fiebre Española se apoderara de su vida. Le daban un paquete rojo un señor muy serio y con aspecto severo, pero eso no le quitaba la sonrisa. Al girar la foto se leia en una caligrafia fina y elegante: 22 de Febrero, decimoseptimo cumpleaños de Edward Anthony.
Ese recuerdo me bajo la comfianza casi un noventa y nueve porciento, pero me recompuse un poco. No se porqué, estaba de buen humor, asi que me arreglé más de lo que a mi me gustaba. Cogí del armario un vestidito por encima de la rodilla bastante suelto de color azul oscuro sin tirantes - regalo de Alice - , una chaquetita vaquera y mis vans slip-on negras. En el pelo un ligero planchado y mi diadema.
Por ultimo cogí del salón mi libro y lo metí en mi mochila. Las llaves del coche y salí. Quedaba una hora y media para entrar en clases, asi que en vez de quedarme allí leyendo, decidí que por lo menos Edward se merecia un regalo. Si, estaba sieno demasiado buena con él. El mismo que no me deja entrar en su casa, ni hablar, ni mirarle en clases. Pero como el me describió el lunes en clase, no hiba a ser una desagradecida.
Entré denuevo en mi casa, subí hasta la que era mi habitación y saqué una cagita rectangular roja. Piensa, Isabella, Piensa... Eureka! Corrí a mi habitación - una copia identica de la de Cullen - y tomé un pequeño album en forma de libro con nuestros discos de musica favoritos, ya me lo habia escuchado como treinta veces. En el estaba incluido mi disco favorito, Claire du Lune de Debussy, que me lo habia prestado él. En un papel escribí una dedicatoria.
Felicidades, Edward.
De Isabella Marie Swan.
Lo metí en la pagina despues de la portada. Me lo puse debajo del brazo y bajé a tomar mi coche. Ahí me sentia mucho mas comoda y segura, escuchando mi canción favorita de musica clasica. Conducí, mejor dicho, volé - por la velocidad a la que iba - por las carreteras del bosque hasta divisar el insituto, entonces, como siempre, moderé la velocidad. Hablando de como siempre, el coche de los Cullen ya habia llegado. Aparqué mi coche lo más lejos posible, nadie queria que por un arrebato le rayara la brillante pintura al volvo, verdad?. Cullen se habia apoyado en el y los demás subian las escaleras para ir a clases. Corrí - a paso humano - para alcanzar a Alice que estaba llegando a la puerta principal.
- Alice! Alice! - esta se giró hacia mi, al igual que todo el mundo, pero al ver que se trataba de los Cullen, se volvieron a girar. Yo ya habia llegado a su posicion, me situé a su lado. - Tengo un poco de prisa, ya habrás visto porqué. Me podrias hacer un favor?
- Claro Bella, que tengo que hacer? - dio un saltito, como no.
- Dale esto a Edward cuando lo veas. - me saqué de debajo del brazo el paquete rojo y se lo entrgué, ella me miró confundida. Si esperas un poco, se lo das tu misma... Frunci el ceño ante su pensamiento.
- Bella, - dijo con su voz sedosa. - no estaras intentando ponerle una bomba a Edward por lo que te hizo verdad? - me encogí por el dolor, al darme cuenta que esa podia ser una posibilidad mas que realista.
- No Alice. - dije con voz estrangulada, ella asintió. - Gracias, tengo que irme. Te veo luego
Nos despedimos con la mano y corrí en dirección de la Oficina.
Edward POV
El nuevisimo y precioso Audi de Bella ya habia aparcado muy lejos de mi coche, que novedad. Ella intentaba permanecer indiferente y distante en cuanto a mi se trataba, hasta llegar al limite de llamarme por mi apellido. Pero se le notaba algo diferente, sus ojos no brillaban tanto ni eran tan risueños. Alice me habia perdonado despues de la bronca que tuvimos por echar de casa a su nueva hermana/mejor amiga, comprendiendo que yo solo lo hacia por el bien de todos, tanto de Bella como del clan Cullen.
Como siempre, yo me habia quedado apoyado en mi coche, con la falsa y estupida esperanza de que ella se acercara y nos dirigieramos a clases juntos. Sabia de sobra que eso no hiba a ser posible, por lo menos, despues de todo lo que le hize. Pero en vez de ir tranquilamente hacia el gimnasio, corrió hacia mi hermana y le entregó algo. Aunque mi vista sea excepcional desde este lugar no conseguí ver que le daba, pues estaba de espaldas. Despues se despidieron y tomó dirección a la oficina
Que hacia en la oficina? Daba igual, se lo preguntaria a Alice más tarde. Ahora tenia que ir a clases de Literatura, total, un aburrimiento. Siempre leemos lo mismo...
Quedaba aun un rato para que el profesor, que siempre se retrasaba, llegara. Ande por los pasillos, ya tan conocidos, hasta entrar al aula. Ahi estaban todos mis compañeros, por llamarles de alguna manera. Ya que nunca nos relacionabamos, mas bien, yo no lo hacia.
Bella POV
Entré en la Oficina, del mismo ambiente caliente y acogedor que recordaba de mi primer dia en Forks. La señora regordeta de siempre se encontraba situada detras del mostrador leyendo una de esas malas novelas para pasar el rato.
- Señora Cope? - puse esa voz que utilizaba para comvencer a los humanos.
Huy, la señorita Swan... no estaba con Cullen? Pensó, la verdad esque no era nada discreta.
- Ho-Hola Swan, en que te puedo ayudar? - dijo nerviosa pero con un tono maternal.
- Mire, -le enseñé mi horario. - me gustaria cambiar mi hora de Educacion fisica por la de literatura, si es posible.
- Espera, - tecleó varias letras en su ordenador prehistorico. Que suerte has tenido... Pensó - Por casualidad, tengo dos plazas libre. Una a primera hora de literatura y a ultima hora de educación física. Te puedo preguntar porque no quieres a esa hora gimnasia?
- E-e... Mmm... - Como le digo que no quiero matar a mis compañeras? - No me llevo bien con mis compañeros... Aparte, es muy temprano y me cuesta moverme. - puse una sonrisa amable y ella accedió sin rechistar.
- Muy bien, listo entonces. Comunicaselo al profesor y al entrenador. Corre, quedan cinco minutos para que empiece la clase.
Le di un gracias saliendo por la puerta y corrí para llegar a clases. Al entrar por la puerta me alegré de que el profesor, fuese quien fuese, no hubiera llegado aun. Miré por todas partes para buscar un asiento libre, en cuanto vi a mi amiga Angela. Ella se puso super feliz al verme y me saludó.
- Hola Bella! Que bien que estes en mi clase.
- Hay algun sito libre? - sin pensarselo dos veces señalo al fondo de la clase, exactamente, a Edward Cullen.
- No hay otro? - le pregunte esperanzada, ella negó. - Bueno, vale. Luego nos vemos.
De camino a mi nuevo asiento, me tropecé con un libro que habia en el suelo, aunque iba con la mirada gacha. La propietaria soltó una risita, yo le miré penetrandole el alma y ella se calló asustada.
Avancé torpemente por el pasillito central hasta llegar al ultimo pupitre, con la mano fruncida en un puño para retener mis ganas de pegar a la señora Cope. Cullen mi miraba con una cara desde la sorpresa a la diversión. Me puse rigida y le miré a la cara.
- Cullen, esta ocupado este asiento? - le dije lo más amable que pude, la verdad esque ese dia estaba de muy buen humor. Se quedó mirando mi vestido, mis piernas, mi vestido y otra vez mis piernas. Las crucé - Cullen?
- No, claro que no... - me senté dejando tirada mi mochila a mis espaldas. Me apoyé en la mesa y me tapé la cara con las manos negando.
Porque me habia tocado en su clase? Porque siempre se tenia que sentar solo? Porque no podia haber sentado con Angela? Claro, Angela! Pensé en levantarme y pedirle ''amablemente'' a su copañero que se quitara de ahí, pero entró el profesor. Se apagaron las luces.
Mi gozo en un pozo. Otra pelicula, pero era logico. Estabamos a un dia de acabar las clase y los pocos profesores y alumnos que habiamos acudido no queriamos dar clases. Me destapé la cara y antes de empezar las clases corría hacia el profesor.
- Hola señor, soy Bella Swan. Me he cambiado a su clase, se lo comunicará más tarde la señora Cope.
- De acuerdo, de acuerdo... - me dijo con un movimiento de mano que claramente decia que no le importab lo más minimo. Y yo intentando ser amable.... Puaj.
Me senté denuevo y miré a la pelicula, pero me di cuenta de que Cullen me miraba fijamente.
- Que miras, Cullen?
- Nada, nada... - dijo indiferente, pero no m lo creí. Aunque estabamos en la oscuridad más absoluta, nosotros veiamos perfectamente, alcé una ceja.- Te ves de muy buen humor hoy...
- Pues si. - puse una de mis mejores sonrisas.
- Me gusta tu vestido, Swan.
- Gra-Gracias Cu-Cullen...
Dios! Que venguenza! No me podia creer que el se hubiera fijado en mi. Eso dolia, que me tratase como a un objeto y no le diera pena alguna. Esta me la hiba a pagar y nada mejor que aprovecharse un poco del poder de Jasper. El siguió mirandome con cara de idiota.
- Sabe señor Cullen, no aparenta para nada la verdadera edad que tiene. - el bajó la cabeza.
Es verdad.. Que me pasa? Me estoy comportando como un idiota... No me debo meter en sus asuntos... Pensó el gracias al poder de Jasper, aunque es un poco dificil de manejar. Me sentía feliz, pero yo misma sabia que era una mascara. Cuando llegaba a casa despues de clases cada dia y recordaba ese silencio que siente allí, sin grititos de Alice ni el vozarron de Emmet. Cuando sabes que la persona a la que más aprecias nisiquiera sabe que existes eso duele, creeme. Un agujero empezo a abrirse en mi pecho y yo me encogí. Apreté la mandibula ante ese dolor incluso mayor que cuando te destrozan las extremidades.
- Te encuentras bien? - La voz de Edward me pilló desprevenida al igual que la mano que colocó en mi hombro desnudo. En ese momento lo que sentimos fue como si una corriente electrica pasara entre los dos.
- S-si... - bajé la cara y él retiró la mano.
Salvada por la campana, sonó el timbre. Aun en penumbras salí rapidamente de la clase.
Las demás clases pasaron bastante bien e intenté mantenerme con mi buen humor mañanero. En el almuerzo ''comí'' en la mesa de Mike y nuestros compañeros. Biologia paso comodamente, ya que Cullen siguió mi consejo y no volvió la cara en mi dirección en todo el dia. Pero llegó la hora de Educación Física.
Me dirigia hacia el gimnasio cuando vi la figura de Edward en la misma dirección. Venga ya! Esque no hay más clases?!