Cielo y Fuego 1 "Ella"

By SkyAndFire

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Las novicias eternas son chicas cuyos padres son licantropos pura sangre, pero ellas no son licantropos compl... More

Booktrailer
Prólogo.
Capitulo 2.
Capitulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Agradecimientos
ANUNCIO.

Capitulo 1.

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By SkyAndFire


Había pasado bastante tiempo. Kyle creyó que ya era hora de cumplir con su promesa, de tomar lo que era suyo. Luna le pertenecía y, aun en contra de todo un clan, estaba dispuesto a llevársela justo como le había dicho tiempo atrás. No podía esperar mas, no quería.

Llegó de mañana al pequeño pueblo en la montaña. Ya era primavera y había un insoportable olor a flores por todos lados. Los pinos estaban verdosos y la vegetación florecía. Pero en el  corazón del licántropo todavía no brillaba el sol. No hasta verla de nuevo.

Los campos de los alrededores del pueblo se encontraban llenos de flores de distintos tipos y colores, el aire estaba contaminado de polen, el lugar perfecto donde los hermanos de Luna y sus delicados sentidos de olfato no se acercarían por nada en el mundo. En medio de las flores la ella se encontraba sentada, a su lado había una canasta llena de flores que había cortado para su madre. Miró una de ellas, como si ésta tuviese un secreto que contarle. Sus ojos eran nostálgicos y tristes.

—"Espérame"—susurró mientras  hacía girar la flor con la yema de sus dedos. Una suave risa irónica salió de su boca mientras la dejaba a un lado—. Sí, como no.

Se paró de su lugar colocándose la capucha de nuevo. Tomó la canasta y comenzó a caminar dejando a su paso la flor en el piso.No tardó mucho en llegar al pueblo y caminar por las calles. A distancia ella era reconocible;un punto negro en el arco-iris. Sabía lo que la gente decía a sus espadas, podía escucharlos con claridad y notaba la discreción innecesaria de las personas:

"Ella es la hija de los dueños de la casona que esta a las afueras del pueblo."

"Pobre chiquilla, siempre viste de luto por su libertad."

"Nunca la he visto sonreír."

"He escuchado que sus padres son muy estrictos con ella."

"Yo oí que sus padres la han comprometido por dinero, ¿quién le haría tal cosa a su única hija?"

En parte los rumores eran algo ciertos ... y en parte no. Pero le daba completamente igual. Iba con la vista baja contando sus pasos.

Kyle se detuvo rudamente al reconocer aquel perfume, el único respiro de dulzura en medio de la apeste primaveral de aquella época. Sonrió mientras la veía acercarse. Parecía como si ella viniese pensando en otra cosa. Él se puso frente a ella, deteniendo su paso.

—¿Me extrañaste?— preguntó burlón. Pero él si la había extrañado.Ella alzó la vista. La voz era lejanamente familiar. Verlo frente a ella hizo que se pusiera un tono mas pálida. Abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ella—¿Has visto un espíritu?—rió ligeramente—He venido a cumplir lo que dije—la tomó de la mano, comenzando a caminar llevándola con él—. Hora de irnos.

Ella lo siguió involuntariamente durante algunos segundos. Estaba anonadada, en verdad nunca esperó verlo de nuevo.

—Espera. ¿A dónde vamos?— renegó.

—Te afectó algo durante el tiempo que no estuve—murmuró el chico mientras la llevaba tras de si. Una vez estuvieron a la puerta del pueblo cargó a la chica como si no pesara nada y comenzó a caminar tranquilamente. Estaba pensando en que haría después de llegar a los territorios del clan. Luna, por su lado, comenzó a patalear.

—¡Te hice una pregunta!¿A dónde me llevas? No puedo ir contigo ¡déjame ir!

Él la miró extrañado, sin embargo,continuó caminando sin prestarle importancia a los movimientos bruscos de ella.

—¿De qué hablas, niña? ¿Por qué no puedes? Explícate.

Luna achicó los ojos y se cruzó de brazos.

—Si no recuerdas, forastero, te dije que en un par de meses mi prometido vendría por mí.  Esos meses ahora son "un par de días".

—¿Qué tontería estas diciendo?— Kyle se detuvo en seco— Tú me perteneces, a ningún otro mas que a mi—afianzó más su agarre con un ligero apretón— ¿Quién es el idiota que cree que puede tomarte como si nada?

Una sonrisa irónica se dibujo en el rostro de Luna y bufó.

—Estoy comprometida desde el día que nací, en cambio tú vienes de la nada y quieres tomarme así como así . En este momento el idiota eres —negó rotundamente —. Será mejor que me bajes y te marches lo más antes posible.

Kyle miró a la chica fijamente durante algunos segundos. Ella era suya. Le pertenecía. Le pesara a quien le pesara. La dejó suavemente en el suelo mientras hablaba.

—Dices que me marche, pero—acercó su rostro al de ella, para mirar de cerca sus ojos, le parecían hermosos— ...no creo que eso sea lo que realmente quieres, Luna.

—Te pondré al de tanto de lo que pasa aquí— ella sonrió de la manera mas fingida posible —; en este pueblo a nadie le importa lo que realmente yo quiero. Desvió su vista para comenzar a caminar y dirigirse a su hogar. 

Él chico soltó una risita mientras la detenía del la muñeca. Ella era interesante. Luna le despertaba mucho interés.

—Oh, vamos—bufó— Resulta que a mi me importa. Y no solo lo quieras, sino tú. Soy un tipo terco, pero te propongo algo—la liberó del agarre de muñeca—. Supongo que toda esta tontería de casarte fue obra del clan de tu padre, así que iré a hablar con él. Le diré que me perteneces y listo—sonrió de una manera inocente pero perversa. Ocultaba muchas intenciones bajo esa sonrisa.

Luna simplemente soltó una carcajada. ¿Él en verdad había dicho eso?

—Ah, si claro. Ve a hablar con mi padre, dile lo que me acabas de decir y él inmediatamente y gustoso cancelará el trato. No importa que el clan de mi prometido se moleste y se desate una guerra entre clanes, no.  No le importará y dejará que su única hija se marche con un forastero que apenas conoce y que se comporta como un neandertal — contestó con sarcasmo. Se acercó al forastero para tomarle de la mejilla y asentir un par de veces —. Suerte con ello, Forastero.

El chico tomó la mano de ella que aún estaba contra su mejilla.

—No necesito suerte—le sonrió. Después de todo, por su mente no pasaba el pedir permiso—. "Forastero". Sigues llamándome así desde que nos conocimos. Ni siquiera me has llamado por mi nombre.

Se sentía extraño al toque de su mano. Era como un sentimiento posesivo. Él no solo estaba interesado en ella. Estaba enamorado. Se río mentalmente de él mismo ¡Kyle enamorado! El  Kyle al que le gustaban los problemas, la adrenalina y el peligro bajaba las defensas ante una chica que era una novicia. La miró a los ojos, por los de él pasó un brillo indescriptible, iluminando su pupila azul. Deseaba... No. Necesitaba que ella permaneciera a su lado.

Forastero te queda mejor —Luna sostuvo un momento la mirada con la de él, hasta que una esencia familiar le interrumpió. Estaría en problemas. Retiró su mano repentinamente para continuar con su camino pasado de largo al chico—. No necesito saber tu nombre, se lo que piensan los de tu clase.

Él  rió inocente.

—¿Ah, si? Dime ¿En que estoy pensando ahora mismo?—comenzó a caminar junto a ella. Sus brazos chocaban de vez en cuando. Uno de sus sentidos de alerta le estaba gritando. Los licántropos de la zona estaban cerca. 

El rostro de Luna permaneció serio, miró a sus costado y pudo observar una sombra platina pasar no muy lejos de ella.

— Es mejor que te vayas, sino estarás en serios problemas— incluyéndola a ella.

—¿Marcharme?—Kyle rió levemente mientras enmarcaba una ceja— No iré a ningún lado si no te llevo conmigo. Me gustan los problemas. Me gustas tú—rió de nuevo, esta vez de forma suave, Casi como un susurro en el viento—. Ademas, seria muy grosero que me marchara ahora que tus amigos están aquí— miró al frente, donde se aproximaba una silueta desconocida. 

Luna debía saber quien era, porque el aire traía una esencia a licántropo.

—En verdad... vete — murmuró mientras caminaba. Podía escuchar las risas de sus hermanos en su cabeza, tenia que llegar a casa lo mas antes posible. Se sentía nerviosa —. Aléjate de mi, no te quiero cerca.

—Dices que me vaya pero puedo oír los latidos frenéticos de tu corazón cuando estoy cerca— rió con cierta maldad—. Mañana, a la orilla del pueblo cerca del bosque, antes del crepúsculo. Te estaré esperando—se acercó un poco, hasta rozar su oído con los labios—... Mi amor —soltó una risa antes de cambiar de rumbo. Había estado cerca de toparse con los licántropos de la zona, y mucho mas cerca de verse entrometido en una pelea. Antes se hubiera lanzado a la adrenalina, pero en ese momento tenia otra cosa en mente. A Luna.

La chica apresuró su paso, no pasó mucho tiempo de que el forastero se había marchado cuando terminó siendo rodeada por licántropos de pelaje 


"—¿Quién era él?"

"Alguien esta en problemas."

"A nuestro padre no le agradará saber esto."

"—Estas a punto de casarte, ¿Qué clase de prometida eres?"

"—¿Es un acto de rebeldía?"

"—Apestas a forastero, no importa cuanto perfume te pongas."

"—No te librarás de esta, Lunita."

—¿Qué no tienen cosas mejores que hacer? Está por oscurecer, ¡mejor lárguense a hacer sus rondas!— gritó furiosa.

Los lobos salieron a toda prisa del lugar, ella solo suspiró.

Kyle se mantenía al margen de lo que sucedía. Aún estando a lo más alto de la copa de uno de los pinos más altos y alejados, podía verla. Había dicho que se marcharía por el momento, pero eso era algo que no haría. La vigilaría. Cuidaría de ella. Ademas, estaba ansioso por saber quien era el maldito que se había atrevido a comprometerse con su chica. Sonrió mientras pensaba en las bastas opciones que podría tener al vengarse de aquel tipo, mira que meterse en su camino. Ja. Se cruzó de brazos mientras recargaba la espalda en el tronco del pino, la rama en la que estaba se mecía con la ligera brisa, mientras que el cielo comenzaba a oscurecerse. Luna caminaba apresurada, él podía verla. Ojalá se apresurara a llegar a casa, a él no le agradaba que ella anduviera sola aun estando en su propio territorio.

Luna pasó entre las rejas del enorme portón. La casa se encontraba a las afueras del pueblo , era un gran terreno, una casa de tres pisos con un extenso patio lleno de flores, soltaba un aire de época victoriana; tejados, balcones, grandes ventanas , y un porche de madera . Ella era le tercera generación que vivía ahí. Caminó lentamente por el camino de piedra que  guiaba a la entrada. Paró a mitad en seco para vaciarse un frasco de esencia de vainilla en la cabeza. Subió los escalones lentamente y abrió las puertas en par en par con cuidado de no hacer tanto escándalo y entrar a casa discretamente hasta llegar a su habitación. Tenía que pasar por la sala de estar. Al girarse pudo ver a su padre, y solo tragó saliva. 

 —Parece que habrá problemas—susurró para si misma. 

El hombre estaba sentado, rodeado por otros chicos de diversas edades, todos mayores que Luna. Él la miro con severidad, indicándole con un gesto que tomara lugar frente a él. Luna accedió sin rechistar.

—¿Puedes decirme quien era ese forastero? No te esfuerces en ocultarlo. Hueles insoportable-mente a algo extraviado.

Se escucharon los murmullos de las risas de los demás. Ella ligeramente soltó un suspiro.

—¿Forastero? — entrecerró sus ojos confundida —¿De qué me hablas, papá?

—No te esfuerces en mentirme, Luna. Tus hermanos han oído parte de tu conversación con él. Así que, ¿Por qué no nos cuentas la otra?

Más risas se escucharon de atrás. Ella tensó su mandíbula queriendo fulminarlos con la mirada.

—Papá— habló un chico, el mayor de los hermanos—, ese forastero aún sigue por el pueblo. No podemos permitirle que siga rondando cómodamente nuestro territorio.

—Hay que matarlo— opinó otro —. Solo así los demás licántropos foráneos comprenderán que no se deben meter en nuestro pueblo ni nuestro territorio.

El hombre quedó pensativo, en silencio durante un momento.

—La verdad, nada de eso es mala idea.

—¿¡Qué!?- exclamó Luna — ¡Es mala idea, es una pésima idea! –protestó enseguida —No podemos matarlo, ¡estamos en el siglo XXI, es una locura!

El hombre la miró, en silencio.

—¿Cómo puedes defenderlo?—replicó el hermano mayor— ¡Él es un extraño!

—Parece que le has tomado cariño ¿Cierto?— preguntó su padre, con voz grave— ¿Él esta tan interesado en ti como tú por él?

—No estoy interesada en él!— insistió Luna.

—Papá— habló otro hermano— , cuatro de mis hermanos vienen para acá, parece ser que un licántropo llamado Kyle les ha atacado.

—¡Seguramente es el mismo forastero!—gruñó el hermano mayor.

—-Si, lo es— continuó el chico—. Ademas, parece que lo traen para acá, no deben de tardar en llegar.

Luna permaneció seria. Le había dicho que marchara del territorio, ¿Por qué se empeñaba en llevarle la contraria?

—No puedo más con esto— dijo negando rotundamente para subir las escaleras de dos en dos y dirigirse a su habitación.Al entrar cerró la puerta. Su cuarto era amplio. Era la única niña y su madre decía que una chica necesitaba su espacio. Las paredes estaban tapizadas de damasco rojo y negro,un balcón y ventanales . En medio el odioso vestido que usaría en su dichosa boda.  Topó su cabeza contra la puerta. Pasaron no más de cinco minutos cuando  alguien  tocó.

-Nuestros hermanos y el forastero ya llegaron. Papá dijo que si quieres estar presente cuando él lo vea puedes hacerlo. Se hará de todas formas cuando aclare el cielo, mientras tanto el forastero estará encadenado en la sala de juntas. Tienes prohibido verlo- anunció, desde el otro lado de la puerta, para después marcharse, dejando solo el eco de sus pasos.

Luna  soltó un suspiro, sin decir nada.Era mejor no desobedecer las indicaciones de su padre. Decidió aguardar en su habitación hasta la mañana siguiente. No estaba segura de querer asistir. Prefirió tomar esa decisión por la mañana.



Las horas pasaron volando. Kyle estaba sentado en el piso, con las piernas extendidas y las manos encadenadas a su espalda. Tenía una herida al lado izquierdo de la cara, una línea cerca del ojo, no era profunda, pero ardía. Se la habían hecho aquellos cuatro sujetos al descuidarse un momento. Había peleado con ellos, iba ganando, pero en un momento uno de ellos le puso alguna cosa, porque había sentido un piquete en la espalda y después todo se había puesto negro. Le dolía todo el cuerpo, y también se sentía débil. La sangre le estaba hirviendo. Deseaba levantarse y matarlos a todos, uno por uno, para después largarse con Luna.

Estaba empezando a amanecer cuando al fin abrió los ojos. Estaba frente a una manada completa de licántropos, algunos muy jóvenes, y delante de ellos un hombre. Kyle sonrió.

—Espero que hayan disfrutado darme una paliza. Créanme, será la ultima vez.

—Estamos en tu juicio, forastero. No te conviene hablar de más.— respondió el hombre.

Kyle rió. Solo necesitaba reponerse un poco más, para poder romper las cadenas y liberarse. Pero, al parecer, no le quedaba mucho tiempo.

Las puertas se abrieron de par en par, Luna entraba a la sala de juntas en silencio, si le preguntaba a su padre cual había sido la decisión final sabía que no le respondería. Había decidido que solo observaría en silencio. Se recargó en la pared cruzándose de brazos.

El padre de Luna hizo callar a los murmullos que comenzaban a aumentar.

—Por mucho tiempo, este pueblo a estado bajo vigilancia de nuestro clan. Generación tras generación han cuidado de el, de su gente. Pero ustedes, forasteros, han irrumpido en esa tranquilidad. Matan, destruyen, asesinan a la gente... Y ahora pretenden tomar a mi hija. No lo permitiré.

—¿Y crees que con matarme arreglaras todo?— se burló el chico.

—Se que no. Pero será un perro faldero menos.

Dos de los demás chicos lo tomaron de los lados, levantándolo hasta ponerlo en pie. Kyle los empujó, no necesitaba ayuda para permanecer en pie.

—Entiéndelo, viejo. Puede que termines conmigo, pero te seguirán faltando cientos de clanes. ¿Crees que mi clan se quedará de brazos cruzados? —un silencio sepulcral se hizo presente—¿Puede tu grupito de niños-perro contra eso?

—¡Cállate! ¡Estás colmando mi paciencia!

—Ya estoy encadenado y condenado a muerte... ¿Qué mas puedes hacer?— Kyle sonrió con la burla, la malicia y el reto en los ojos.

—Déjame matarlo— gruñó uno de los chicos.

Pero el hombre lo detuvo.

—¿Quieres saber que mas puedo hacer?—  tomó a Luna del brazo bruscamente , poniendo en su mano una daga de plata reluciente. Sus ojos abandonaron al forastero para posarse en su hija— Es tiempo que te unas a tus hermanos como parte de la manada, Luna. Mata al forastero. Es una orden.

Ella abrió los ojos sorprendida, no quería participar, no deseaba hacerlo. Miró la daga un momento para después mirar al forastero y negar rotundamente –No... - susurró para mirar a su padre-. No puedo hacerlo.

—Es una orden—repitió el hombre.

Kyle miraba a Luna en silencio, con una mirada tranquila.

—Tienes que obedecer a nuestro padre— le reprendió su hermano mayor—, o te convertirás en una traidora.

—Luna, piensa en tu prometido- le aconsejó su padre—¿De verdad cambiarás a un alfa de otro clan por este forastero? ¿Serías capaz de darle la espalda a ti familia?

—No los escuches— habló Kyle, casi como un susurró— . Ellos te dieron la espalda primero; la familia no te obliga a nada.

—¡A callar! — gritó ella. Lo pensó unos segundos tomando la daga con fuerza. Miró su reflejo durante unos segundos en ella,  a simple vista parecía tan inofensiva— Usted hizo una promesa...- murmuró Luna para mirar a su padre- Usted hizo una promesa... le prometió a los padres de mi prometido que me entregaría ante él con pureza absoluta, física y mentalmente... Al matar al forastero seré manchada, tantos años serán tirados a la basura...—miró a Kyle por unos segundos— Lo mataré... después de mi boda— volvió su vista hacia su padre para lanzar la daga al suelo.

El hombre la miró fijamente.

—Idiota— masculló entre dientes su hermano mayor.

—Tu punto es valido—habló su padre—. Bien, lo haremos como dices. El forastero permanecerá aquí hasta la boda, pero en el mismo instante en el que digan "¿Aceptas tú a este hombre?" y digas el "Acepto" este forastero tendrá que desaparecer de aquí.

Kyle no hablaba, sus ojos no se apartaban de Luna.

—Padre, es un error— replicó el hermano mayor.

—Yo lo veo como una ventaja— respondió el hombre.

—¿Entonces planean mantenerme aquí para disfrutar de la hermosa ceremonia?—preguntó Kyle con sarcasmo.

—Exactamente—habló una vez mas el hombre— . Y como mi hija ya siente cariño hacia ti, será la encargada de traerte alimento. Quiero que estés en condiciones para ir a su boda.

El hombre se levantó de su asiento, y con los demás chicos tras él, se marcharon, dejando a Kyle y a Luna solos.

—Así que ahora soy la damisela en apuros—dijo el chico, hablando como si no le preocupara estar encadenado.Ella liberó un ligero suspiro de alivio, había dicho que lo asesinaría pero nunca dio su palabra. Grabe error de su padre. Tenía que ver la forma de liberar al forastero, pero eso sería muy difícil para ella. Estaba molesta, todo era su culpa, ella estaba en problemas. Decidió ignorarle para seguir el camino de su padre. Kyle río divertido—¿Te vas tan rápido? Por lo menos deberías hacerme compañía.

Luna apretó sus puños, la ira la invadía.

—Tú no eres diferente a ellos y este pueblo. A nadie le importa lo que yo quiero — negó rotundamente—. Te dije que te marcharas, que no te quería en mi vida. Mi padre está furioso.

—Es verdad que tu padre no se tomó muy bien lo nuestro—respondió con tranquilidad.

—¡Tú y yo no tenemos nada! ¡Jamás tendremos algo!— renegó—Y por no comprenderlo ahora estas encadenado y condenado a muerte.

— Pero no hay necesidad de molestarte— él se estaba burlando. Lo tomó con gracia aunque las palabras le atravesaron el pecho. Sonrió, pero la sonrisa se le quebró y se convirtió en una mueca inexpresiva—No te preocupes, cuando llegue tu boda puedes deshacerte de mi, y nunca te volveré a molestar.

La respiración de Luna era agitada, quería llorar de la rabia. Ni siquiera se había volteado para mirarle. Ya no tenia nada que decir. Le había advertido y no la escuchó. Sus manos  se mancharían con  sangre y no sabía como salir de eso.Quería pedir una disculpa, pero la ira no la dejaba. Apretó sus labios y solo dejó el eco de sus tacones al salir del lugar. Necesitaba estar sola. Kyle la observó hasta que desapareció completamente. Estaba furioso. Deseaba romper las malditas cadenas, ir tras aquella chica tan terca y llevársela de ahí aunque ella pusiera resistencia, pero aún estaba algo débil. Cerró los ojos. Estaba cansado. Deseó retroceder el tiempo para poder llevarse a la chica en el instante que la conoció. Así, sin problemas, sin estúpidas bodas, y sin las malditas cadenas.

Le pareció un segundo, pero cuando abrió los ojos nuevamente estaba empapado en sudor. Ya debía ser la tarde. Y también era hora de comer. Debía esperar a que Luna le trajera su comida. Y aunque no le apetencia comer, deseaba que ella se apresurara.

Luna había acompañado a su madre para arreglar algunas cosas que hacían falta para la boda.

El tiempo se le había ido volando, ni siquiera se había dado cuenta que era hora de darle de comer al forastero. Ella corrió a la cocina. Agua y pan blanco, entrecerró un poco sus ojos, se aseguró de que nadie estuviese presente para tomar una manzana del frutero y esconderla en su bolsillo, para tomar la bandeja y correr a la sala de juntas. No vio necesario tocar, sus hermanos que hacían la guardia le abrieron las puertas. Ella acercó en silencio, sus hermanos cerraron la puerta dejándola sola con él. Tragó un poco de saliva.

Kyle mantenía la cabeza gacha. Las mechones de cabello negro le caían a los ojos, ocultando parte de su rostro a la chica.

—Háblame, no te quedes callada— estaba sediento, pero trago saliva—. Tu prometido ¿Cómo es?

—No lo se... — dejó la bandeja a un lado mientas se sentaba en el suelo —Nunca en mi vida lo he visto...— murmuró.

—¿Puedes darme agua?— Kyle evitó el tema. No le parecía que Luna se tuviera que casar con alguien que no conociera. A decir verdad, no le parecía que ella se casara con alguien que no fuera él mismo. Las cadenas le lastimaban los brazos y las muñecas. Tensó la mandíbula, molesto. Le daba rabia pensar que en alguna parte estaría el prometido de Luna, paseando o caminando, mientras que él estaba encadenado como un perro. Cuando supiera quien era, definitivamente lo mataría.

Ella le acercó el vaso con cuidado, para después tenderle la manzana sacándola de su bolsillo.

—Tu menú del día de hoy era pan, pero traje esta manzana de contrabando. Lamento que no haya podido traer algo mejor, pero supongo que con esto recobraras un poco de tus energías.

Kyle asintió. Cualquier cosa estaba bien. Lo importante era recobrar algo de fuerza.

—Tus hermanos—dijo— ... Son algo enérgicos, nunca conocí a licántropos jóvenes con tanta energía- se refería a la manera de llevarlo a rastras hasta frente al líder, ademas de atarlo con cadenas. Eso le recordaba que las cadenas aún seguían lastimándole las muñecas. Hizo un leve gesto de incomodidad cuando movió un poco el brazo. Estaba cansado de tener los brazos a las espaldas, sin mencionar que esa posición era incomoda— Oye, ¿Puedes atarme las manos hacia enfrente? Es incomodo tener los brazos hacia atrás por tanto tiempo. Prometo que no huiré— no quería irse y dejar a Luna. Además, estaba aún débil como para poder levantarse sin tambalear.

La chica apretó sus labios.

— No puedo hacer eso—murmuró, sentía la presencia de sus hermanos demasiado cerca —. Lo siento, no puedo meterme en problemas de nuevo. Para ellos simplemente soy un error de la naturaleza, soy defectuosa, cualquier movimiento en falso e irán a acusarme con mi padre—sonrió un poco—. Lo único para lo que sirvo para ellos es para ser la ofrenda, para ser la sirvienta del próximo líder — murmuró para si misma entrecerrando sus ojos.Negó rotundamente —, no se por que te digo esto— pasó un mechón de cabello detrás de su oreja—. Mi padre solo buscó a alguien, un pura sangre de confianza para que cuidara de mi.

Kyle la miró con expresión helada.

—¿Cómo alguien tan bonita como tu podría estar defectuosa?

Un pura sangre. El padre de Luna buscaba algún pura sangre de confianza. Bah. Eso sonaba como excusa barata para casarla con algún heredero de clan. Es lo que había hecho la madre de Kyle con sus hermanas menores. Es lo que todos los licántropos hacían cuando querían expandir su territorio de manera pacífica. Kyle volvía a estar molesto. Le volvía loco pensar que aquella chica, su chica, tuviera que contraer matrimonio con un estúpido licántropo.

—Es lo que mis hermanos dicen — suspiró—-. A veces me gustaría irme lejos pero...

—Entonces ¿Por qué desperdiciar tu vida gastandola en algo que no deseas? Deberías pensar en eso.

Le ardía el pecho. Pero era un ardor mas allá de lo físico. Era como si le hubieran arrancado parte del corazón y se sintiera un vació, como cuando algo hace falta. Pero no le faltaba nada, le faltaba alguien. Le faltaba Luna.

—Porque mi destino ya esta decidido —encogió sus hombros— . No me importa casarme con un desconocido siempre y cuando mi familia pueda estar a salvo, soy algo así como... una ofrenda. Mis abuelos me contaron que esperaban que naciera una niña para hacer el trato, y estoy dispuesta a cumplir con ello — pero ni ella estaba segura de sus palabras. La idea de casarse le era cada vez mas pesada, no quería hacerlo—. Nací para ser la esposa del próximo líder, y si con eso ellos están a salvo estoy dispuesta a hacerlo—miró la hora en el reloj para liberar un ligero suspiro— . Tengo que irme, tengo cosas que hacer— se paró del suelo para salir de la sala.

El sonido de la puerta retumbó dejando a Kyle solo de nuevo. Nacer para ser una ofrenda le parecía obsoleto. Ella estaba dispuesta a ser una ofrenda, y él tenia en mente algo. Pero antes de dar un respiro, los hermanos de Luna irrumpieron en la sala.

—Hey, perro callejero. Levántate.— le ordenó el mayor.

Antes de que Kyle respondiera otros dos chicos lo levantaran sin tener cuidado. Apretó la mandíbula al sentir las cadenas hiriéndole mas las muñecas.

—No sabíamos que hacer hoy ¿Sabes? Ya hemos arreglado la boda y todo esta en su lugar, pero queríamos divertirnos contigo antes de que nuestra hermanita tuviera que matarte— dijo otro hermano, mientras le colocaba un collar, como los que usaban los perros de trineo.

—Hagan lo que quieran. No me interesa.

Una sonrisa maliciosa atravesó las caras del grupo de chicos. Entre empujones y maltratos lo sacaron hasta el bosque, donde ataron un trineo al otro extremo del collar. Él era su circo. La tierra y el pasto dificultaban mucho que el trineo se deslizara, por lo que los chicos gritaban para hacer que Kyle respondiera halando con mas fuerza. Estaba cansado, adolorido. Y de nuevo comenzaba a sentirse vacío por dentro.

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