POV CRISTIAN
-Cristian si no te apuras te dejo en esta casa- me amenaza mi madre.
-ya voy. Además, ¿Por qué nos tenemos que ir a vivir con Javier? ¿No crees que es mucho?- le digo. Mi madre suspira.
-hijo hay cosas que no debes saber y que están cambiando el futuro de todos nosotros. Es por eso, que lo mejor que podemos hacer es estar juntos. ¿Acaso no quieres estar más cerca de Ana?- me mira con la ceja levantada.
-claro que quiero estar con ella pero no sé cómo acercarme. Estamos como amigos pero quiero que sea más- digo frustrado.
-entonces díselo. No creo que Ana sea bruja para saberlo todo- pongo los ojos en blanco.
-supongo. ¿Necesitas ayuda con alguna maleta o bolso?- le pregunto.
-no. Desde que Mia se fue a estudiar a Italia con el dinero que le dejo Carric, los gastos han disminuido lo mismo que la cantidad de ropa que se juntaba para lavar al fin de semana- dice con pena.
-estos tres años sin ella serán muy largos- digo a mi pesar.
-lo sé. Además que Elliot está de viaje, otra vez. ¿Te das cuenta que los únicos que estamos en la casa somos tu y yo?- me dice.
-sí y durante el día nadie está en esta casa. No sé cómo no nos han entrado a robar. ¿Qué pasara con la casa?- le pregunto.
-arriendo. Ya me llego una solicitud y mañana vendrán las personas para verla- dice un poco desanimada.
-¿estas segura de esto? Es un paso muy grande-
-si lo dice porque puede que olvide a tu padre, eso jamás ocurrirá. Pero... asumí que nunca más lo volvería a ver y me siento sola. Sacando una familia adelante deje de ser una mujer y solo ser madre. No estoy diciendo que no me guste pero quiero volver a sentirme amada, ¿lo comprendes?- me mira. Sonrió.
-lo entiendo. Sé que papá jamás volverá y hablando con franqueza me gusta Javier para ti. El protector y amable contigo. Además no se mide al momento de ayudar, lo hace de la misma manera que lo hace Ana- digo.
-gracias por tus palabras. Anda vamos que el camión está listo y el taxi nos está esperando- me dice.
-¿Elliot tiene alguna habitación en la casa?- le pregunto.
-no. Así que tu pieza tiene un camarote. Elige la que más te guste y cuando Elliot venga ocupara la que está disponible- frunzo el ceño.
-¿Elliot sabe de esta mudanza?- le digo.
-si. Aunque no estuvo muy contento que digamos. Pero tu hermano es un hombre bastante hediondo para que se meta en mis decisiones. Por el momento eres el único hijo que aún estas bajo mi cuidado y eso es lo que cuenta. Elliot puede hacer lo que quiera con su vida, siempre y cuando respete la casa donde yo estoy- dice seria.
-me diste miedo- le digo. Ella sonríe.
-no deberías. Solo te digo las cosas como son. Anda, vamos. Que se nos hace tarde- yo niego con la cabeza y salimos. El taxi nos espera. Le doy la última mirada a la casa y me despido. Sé que no volveremos, eso lo tengo más que seguro.
POV ANASTASIA
-¡tío acaba de llegar un camión de mudanza y un taxi!- le grito desde la sala. K está a mi lado. No ha sido capaz de hablar claramente conmigo, ha estado diciendo cosas sin sentido todo el día pero nada claro y lo peor es que parece de estos perritos callejeros. Donde yo estoy, ella esta.
-ya los vi. Dime la verdad, ¿no estas enojada porque Grace y sus hijos se vengan a vivir con nosotros?- frunzo el ceño.
-¿Por qué debería estar enojada? Me cae muy bien Grace. Y los demás igual. No tengo drama en que ellos se vengan a vivir aquí, y al fin de cuentas esta es tu casa, no la mía. Puedes hacer lo que quieras con ella- digo de mala gana.
-¿estás bien? No es muy común que estés de mal genio- suspiro.
-solo estoy cansada. No es nada. Me iré a mi habitación. Me duele el abdomen y creo que tengo fiebre. Bajare en unas cuantas horas- Subo a mi habitación y me acuesto en la cama. Aunque desperté de buen humor, al pasar las horas ha ido disminuyendo y se bien el por qué.
Un suave toque en la puerta me hace mirarla. Tobías entra por ella y sé que por su rostro, está preocupado, pero ¿Quién no lo estaría? Parece que con cada día nuevo, nueva información y más peligro encuentro.
-¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan... distante?- dice mi hermano una vez que llega a la cama.
-no estoy distante... es solo que... no me siento bien y no quiero ser la oveja negra de la cena- digo.
-lo que sucede es que de la forma en que te estas comportando estas demostrando que no querías que los Grey llegaran a esta casa-
-no es eso. Es solo que con la nueva información que me dio Javier y además el recuerdo me hizo anhelar más- digo. No llores Ana, se valiente y fuerte.
-¿anhelar más qué?- dice mirándome.
-el recuerdo me hizo querer tener a mis padres de vuelta. Fue una escena habitual de la casa, claro, sacando la imagen del tipo del tatuaje- digo.
-yo también los echo de menos- dice sonriendo tristemente.
-extrañas que mamá te haga tus postres favoritos cuando volvías de la escuela, sobre todo los que tenían merengue o relleno. Llegabas a la casa y decías <<mamá quiero mis postres simple pero con cara de doble>> y mamá te hacia los postres con doble ración de merengue y de relleno- sonrió.
-si. Eran demasiado ricos y para mi eran un vicio. Creo que tú extrañas las tardes que pasabas con papá en la biblioteca. Leyendo novela tras novela. Aún recuerdo cuando papá te rogó que te aprendieras algunas líneas de romeo y Julieta- sonrió. Si se acuerda y me lo hace decir, llorare.
Tobías: ¡Déjame quedar aquí hasta que lo pienses!
Anastasia:- Con el contento de verte cerca me olvidaré eternamente de lo que pensaba, recordando tu dulce compañía.
Tobías:- Para que siga tu olvido no he de irme.
Anastasia:- Ya es de día. Vete... Pero no quisiera que te alejaras más que el breve trecho que consiente alejarse al pajarillo la niña que le tiene sujeto de una cuerda de seda, y que a veces le suelta de la mano, y luego le coge ansiosa, y le vuelve a soltar...
Tobías:- ¡Ojalá fuera yo ese pajarillo!- sonríe de la nada –otro animal a la lista de los que ya me dices- sonrió.
Anastasia:- ¿Y qué quisiera yo sino que lo fueras? Aunque recelo que mis caricias habían de matarte. ¡Adiós, adiós! Triste es la ausencia y tan dulce la despedida, que no sé cómo arrancarme de los hierros de esta ventana.
Tobías:- ¡Qué el sueño descanse en tus dulces ojos y la paz en tu alma! ¡Ojalá fuera yo el sueño, ojalá fuera yo la paz en que se duerme tu belleza!- con lo último las lágrimas que tanto he evitado que salgan, ahora corren por mis mejillas.
-papá te adoraba por eso le gustaba decir la última frase- dice melancólico.
-los echo tanto de menos, que soñar con ellos me ha dejado triste- digo.
-no lo olvidaremos- dice.
-supongo que no- digo.
-anda, bajemos. Hay que darles la bienvenida a los nuevos inquilinos- dice.
-estas muy animado. ¿Habrá algún postre?- le pregunto.
-puede- sonríe descaradamente
-gordo lechón. No cambias- digo sentándome en la cama.
-anda pequeña. Deja de estar tan triste y bajemos un rato. Luego puedes volver y revolcarte en tu tristeza por otro rato- dice.
-¿revolcarme? ¿Cómo lo hace un lechón en el barro?- le digo. El entrecierra los ojos –No gracias. Para eso está tu- me bajo de la cama y corro, huyendo de mi hermano.
Es cierto lo que dice, ellos no volverán pero su recuerdo en mi corazón jamás morirá.
UN NUEVO CAPITULO...
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO...
UNA CONSULTA, ¿QUE OTRO ANIMAL DEBERÍA SER TOBIAS?...
LAS QUIERO MUCHO, MUCHO Y NOS LEEMOS PRONTO...
BESOS...