Anastasia, una adolescente amada por sus padres. A pesar de todo lo que tiene siendo millonaria, el dinero no le importa. Solo quiere estar con sus padres y su familia en Londres.
Un dia, un accidente de tránsito le quito lo más preciado, sus padres...
He estado tan cerca. Maldición. El plan no salió como esperábamos. Sacamos a los padres del camino pero aun así, ella se fue. El maldito de Raymond supo mover sus cartas. No imagine que el imbécil hubiera dejado un testamento. Jamás hablo de eso.
-señor, por fin la hemos encontrado- dice mi guardián.
-al fin. ¿Dónde está?- digo entusiasmado.
-está el Seattle con el hermano de Raymond. Esta junto a su hermano- hago una mueca.
Me había olvidado por completo del invasor. Nunca tuve nada en contra del hijo pero si tengo que sacarlo del camino para quedarme con Anastasia lo hare. Ella es mía, siempre lo ha sido y por más que Ray intento esconderla, no pudo. Siempre la encontrare.
-síguela observando- sigo.
-señor, hay algo más que debería saber- dice mi perro fiel.
-¿Qué ocurre?- le digo.
-mis hombres investigaron en la escuela y según sus informantes ella tiene una relación amorosa con un compañero- aprieto las manos, formando un puño.
-¿relación?- gruño. ¿Quién es el idiota?
- aunque no lo crea es el hijo de Carric Grey- una sonrisa se instala en mi boca.
-¿El hijo del abogado que intento destruirnos hace años atrás? Interesante. Así que me estás diciendo ¿que el destino unió a dos personas a las cuales hemos quitado algo? La vida es una comedia pero el destino me pertenece- le digo. Mi perro fiel me tiende un vaso de whisky.
-¿quiere que hagamos algo con él?- dice.
-por ahora nada. Quiero ver hasta dónde están involucrados- le digo -Sigue observándola pero que no te vean. Ellos no pueden pensar que están en peligro. No aun- le digo.
-señor, ¿Qué va a hacer cuando llegue el momento adecuado?-
-lo que debió pasar hace mucho tiempo. Ella me pertenece. Desde que mis ojos se fijaron en ella, desde ese día es mía y no dejare que nada ni nadie me vuelvan a alejar de ella- le digo secamente.
POV ANASTASIA
-mi pequeña, ¿Cómo te fue en la escuela?- me dice mi padre.
-muy bien. He sacado un calificación perfecta en álgebra. Dios, como odio esa materia- le digo.
-no deberías enojarte por eso. Más bien deberías estar feliz de que aprobaras- me dice mientras vamos rumbo a la sala.
-¿Dónde está mamá?- le pregunto.
-debería estar en la cocina. En la noche vienen invitados y quiere hacer algo rico. Tu sabes cómo es tu madre, quiere dar lo mejor de ella- dice entusiasmado.
-lo sé. Además ella cocina como los dioses- digo.
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