- ¿A dónde con tanta prisa? - dijo Anna mirándome divertida
- Saldré con Henry, no me esperes para cenar - dije sonriendo
- Diviértanse, yo no se nada - dijo volviendo a mirar su revista
Salí del departamento y bajé las escaleras con un poco de prisa. Antes de llegar a los últimos escalones me miré en el reflejo de la pantalla de mi celular, acomodé mi cabello y mi ropa, y seguí bajando. Cuando llegué al estacionamiento Henry estaba recargado en su auto, cuando me vio ladeó la cabeza y me sonrió de manera muy coqueta y tierna, cada vez que me sonreía así se me aceleraba el corazón. Cuando llegué al auto el ya había abierto mi puerta.
- Muy buenas tardes princesa - dijo cuando entró al auto
- Hola Henry - le dije sonriendo
- Te aseguro que te gustará lo que haremos hoy -
- Siempre que sea contigo, me gusta -
Llegamos al parque de la ciudad. Bajamos del auto y caminamos hasta nuestro lugar favorito de todo el parque. Henry se sentó a mi lado y puso su brazo sobre mis hombros, lo cual me relajaba y me hacía sentir muy tranquila y segura.
- Sé que no es domingo, pero, me gusta estar aquí contigo, me calma, y no he tenido una semana fácil, por eso es que quería verte, traerte aquí y solo estar contigo - dijo abrazándome
- No hay otro lugar donde quisiera estar en este momento - dije abrazándolo
Vimos la puesta de sol juntos y en silencio. Hacía una semana que estaba comprometida con David, y no había tenido tiempo de pensar en la decisión que había tomado o en las consecuencias que tendría todo lo que hacía, como afectaría mi decisión a mi extraña relación con Henry o como dicha relación afectaría la decisión que había tomado al aceptar la propuesta de matrimonio de David. Aun ni si quiera le había comentado a Henry.
- Estas muy pensativa - dijo Henry tocando mi mejilla
- No, solo veo la puesta de sol - mentí
- No, conozco cuando estas pensando en algo y cuando no, cuando lo haces muerdes tu labio o juegas con tus dedos, ¿pasa algo? - dijo en tono más preocupado
- No pasa nada, estoy bien - dije sonriendo fingiendo timidez
- Caroline - me dijo en tono más serio
- ¿Siempre tienes que ser tan insistente? -
- No puedo cuidarte si no se lo que te pasa - dijo exasperado
- ¿Quién te pidió que lo hicieras? - dije alejándome de él
- Nadie, quiero hacerlo - dijo mirándome
- No puedo decirte, no todavía, aún estoy pensando en ello, ¿podemos hablar mas tarde? -
- Bien, lo siento, ven - dijo acercándome a él. Yo no me resistí
Caminamos por un rato mas y después nos fuimos al auto. Estaba un poco nerviosa porque Henry nunca se había molestado conmigo, ni yo con él, pero me sentía muy presionada por toda la situación, nunca le había ocultado algo y ahora no sabía como decirle lo que había pasado en la reunión familiar.
- ¿Quieres ir a cenar? -
- Si, vamos, ¿a dónde quieres ir? esta vez elige tu - dije con sarcasmo
- Pero siempre - me miró - ah, ya entendí, te aprovechas de mi situación de controlador - pellizcó un poco mi mejilla
- Un poco - reí y lo miré. Estaba sonriendo. La culpa me invadió de pronto
- Princesa, vamos a tener que hacer una parada primero, ¿está bien? -
- Está bien -
- Pero tengo el lugar ideal para ir a cenar, y te encantará -
Siguió conduciendo. Íbamos a una parte de la ciudad a la que nunca habíamos ido. La parada que haríamos, tal vez visitaríamos a alguien. Sonó mi celular.
'Caroline, David vino a buscarte, le dije que habías salido a correr' - 'Gracias Anna'
- ¿Puedes guardar mi celular? - le dije entregándoselo
- Si, claro, secuestro por voluntad propia, ¿cómo le llaman a eso en leyes abogada mía? -
- No se, creo que fraude - dije riendo.
Llegamos a una cochera.
- Te abro la puerta - dijo bajándose del auto
- ¿Dónde estamos? - me bajé del auto
- Aquí vivo yo - dijo sonriendo
Era una casa de dos plantas, beige, con ventanas grandes y una gran puerta de madera. Di saltitos por el camino de piedras grandes hacia la puerta. Henry abrió las puertas, entró detrás de mi y cerró. Me dijo que me sentara en la sala y que volvería rápido, subió a la planta superior y yo decidí que era mejor explorar por ahí. Caminé por la sala donde vi colgados cuadros de fotografías de diferentes paisajes, probablemente tomadas por él, vi la cocina muy ordenada, supuse que si vivía solo sabría cocinar, lo cual lo hacía aún mas atractivo, vi una puerta que daba a un tipo de jardín trasero. Regresé a la sala y me senté, Henry estaba tardando mucho. Después de un rato mas lo escuché bajar por las escaleras.
- ¿Ya nos vamos? -
- ¿Te aburriste? ¿te quedaste ahí sentada? - dijo sonriendo y entrecerrando los ojos
- No, solo vi por ahí -
- ¿Saliste? - dijo señalando la puerta que estaba tras el comedor
- No - dije extrañada
- Ven conmigo -
Yo lo seguí escaleras arriba. Había dos habitaciones cerradas, me explicó que una de ellas era su habitación y la otra su estudio. Seguimos caminando y llegamos a una puerta como la que estaba abajo. Salimos por ahí y llegamos a una terraza pequeña. Era un lugar impresionante, pero me impresionó mas lo que vi. En la terraza había una cocineta y frente a ella, una pequeña mesa con dos sillas, muy bien decorada.
- Este lugar es muy bonito - dije un poco celosa de pensar a quien habría sentado ya en una de esas dos sillas
- Gracias, en realidad acabo de comprar una de las sillas - dijo señalándola, noté que eran diferentes
Me llevó hacia la mesa y nos sirvió de cenar. Este había sido su plan desde el principio, traerme aquí y que cenáramos los dos solos, era algo tan inigualable. Cenamos la comida italiana mas deliciosa del mundo, no hubiera creído que él la había preparado de no haberlo visto terminar de cocinar todo. Cuando terminamos de cenar, recogió todo declinando muchas veces mis intentos por ayudarle, y bajamos a la sala.
- Quiero que veas el patio - dijo emocionado
- Está bien, vamos -
Salimos por la pequeña puerta de cristal y caminamos por el jardín. Di unos pasos hasta una hamaca que llamó mi atención, seguí mirando al rededor cuando en una mesita de madera noté una caja envuelta con mi nombre escrito en ella. Lo miré y el me hizo una seña para que abriera el envoltorio. Lo hice. Era una fotografía enmarcada de nuestra escapada a Firestone, una de muchas fotografías. Me encantó. Le di las gracias muy feliz y lo abracé. Nos acostamos en la hamaca juntos, yo me acurruqué en su pecho y me relajé.
- Caroline, despierta, tenemos que ir adentro, Caroline -
- ¿Henry? - dije mirando a todas partes y de pronto me moví de forma brusca
- Nos vas a tirar a los dos, tranquila - dijo sonriendo - ven, vamos adentro, nos vamos a enfermar-
Lo seguí al interior de la casa, vi la hora en un reloj de pared, 2:00 de la mañana. Subimos a la habitación de Henry, nos acostamos cubriéndonos con las cobijas y me acurruqué de nuevo con él para seguir durmiendo. No me importó absolutamente nada.
Cuando desperté, salí de la cama y fui al baño a lavarme la cara. Bajé las escaleras y Henry estaba preparando el desayuno. Lo ayudé y terminamos de cocinar juntos. Desayunamos platicando sobre el día anterior y sobre lo que nos hubiera pasado si él no se hubiera despertado en la madrugada para que entráramos en la casa. Cuando terminamos de desayunar, le dije que me llevara a casa, tenía unas tareas que hacer. Cuando iba saliendo por poco olvido mi bolso, Henry regresó por él y lo tomó de forma incorrecta, todo se vació al suelo y yo corrí para levantar todo muy rápido. Henry condujo en silencio hasta el departamento, se estacionó, bajé del auto y me acompañó a la puerta del departamento.
- ¿Quieres pasar? -
- No, gracias - dijo muy serio.
- ¿Te veo luego? -
- No lo creo Caroline - Sentí un pinchazo en el corazón
- ¿Porqué dices eso? - pregunté extrañada. Creo que lo sabía
- ¿Cuándo planeabas decírmelo? - dijo cerrando la puerta dejándonos afuera
- Henry, yo ... eso es de lo que quería hablarte -
- Caroline, se que si no sintieras nada por mi, ni si quiera seguirías viéndome por la relación que tienes con Demian, o como se llame, sé que sientes algo por mi, o al menos eso creo yo, me abrazas, me besas, duermes a mi lado, sé que hay algo, pero también hay una muy buena razón por la cual ese anillo de compromiso que vi está en tu bolso y no en las manos de quien te lo dio en una propuesta ¿Cuándo fue? - dijo con la mandíbula tensa
- En la reunión familiar, Henry, lo tengo porque toda mi familia estaba ahí y pensé que después podría pensarlo bien -
- Ese es el problema Caroline, no estamos hablando de cualquier cosa, es una boda, y el hecho de que lo estés pensando pone las cosas en perspectiva para mi -
- Henry -
- Tienes que aclararte - Dijo en un tono que nunca había escuchado en él. Estaba en una furia contenida
Henry se dio la vuelta y dio unos pasos hacia las escaleras, de pronto se detuvo y se quedó ahí, el corazón se me hacía trisas. Dio media vuelta, caminó hacia mi, me dio un largo beso, me miró a los ojos, me soltó y se fue sin mirar atrás. Algo dentro de mi se rompió. Entré al departamento abatida, entré a mi habitación y lloré como nunca. Henry tenía razón, había aceptado la oferta de David y no había pensado si quiera las cosas. No sabía que era lo que iba a hacer ni como lo haría, pero una cosa si sabía, no quería perder a Henry.