NARRA JIN
Me desperté sobre una manta caliente y estaba envuelta en una capa.
"¿Cuando yo...?", intenté recordar lo que había pasado el día anterior, pero pronto recordé la pesadilla en que se había convertido mi vida, me dolían los ojos de tanto llorar. De pronto como un destello se pasó por mi mente la conversación que había tenido con Gaara.
"Dios mío, ¡¿pero que he hecho?!, ¡¡había besado a Gaara sin previo aviso y le había dicho que le quería!!, pero era la verdad, sin ser consciente de ello, me había enamorado de Gaara.
Pero el caso no era ese, por más que lo intentaba, no recordaba su reacción, su respuesta, ¿y si él no sentía lo mismo?, y no podía simplemente preguntárselo, era algo muy delicado."
-Buenos días dormilona, -dijo una voz apareciendo en el claro-.
Era Naruto, que me miraba con una cálida sonrisa.
-Buenos días, -dije yo sonriendo amargamente y levantándome del suelo-.
-He traído el desayuno, -dijo Naruto enseñándome una bolsa que desprendía un dulce olor-.
NAARA NARUTO
Jin y yo nos sentamos a desayunar.
Yo saqué de la bolsa toda la comida y la coloqué sobre la manta en la que estábamos sentados.
-Toma, -le dije mientras le ofrecía un té caliente-, te ayudará a entrar en calor.
-Gracias, -dijo ella, nuestras manos se rozaron suavemente en el intercambio del vaso, su piel era fina y suave como la seda, pero estaba fría, gélida como el hielo, desprendía tristeza-.
-¿Te-te sientes mejor?, -pregunté yo con mucha precaución, no quería hurgar en la herida-.
-Sí, gracias,-dijo ella con una falsa sonrisa-.
Ella guardó silencio, mientras observaba su reflejo en el té, su sonrisa se esfumó y una lágrima se resbaló por su mejilla, era desesperante verla sufrir y no saber que hacer para ayudarla-.
-A propósito, ¿donde están Kakashi y Gaara?, -preguntó ella, secándose la lágrima e intentando mantener la compostura-.
-Era su turno de hacer guardia, -le expliqué yo-.
-Entiendo.
Cuando ya estábamos acabando de desayunar volvieron Kakashi y Gaara.
NARRA JIN
Cuando ya habíamos acabado de desayunar aparecieron el claro Kakashi y Gaara.
Ellos se acercaron a nuestra altura. En cierto instante mi mirada se encontró con la de Gaara, pero inmediatamente desvié la mirada, no sabía con que cara mirarle después de lo del beso, necesitaba pensar como hablar con él sobre ello.
-¿Bien estás lista para partir?, -preguntó Kakashi.
-¿Partir a donde?, -pregunté confusa.
-A Konoha, -respondió él-, ¿es que Naruto no te ha explicado nada?
Yo miré a Naruto
-Em-em, bueno la verdad es que no he tenido tiempo de explicarle nada, -dijo él un poco agobiado-.
-¿Explicarme que?, -dije yo con un tono más amenazador, ya que no me gustaba nada el rumbo que estaba tomando esta conversación-.
-Jin, lo mejor que puedes hacer ahora es venir con nosotros a Konoha, allí estarás a salvo y puedes quedarte allí el tiempo que desees, -explicó Kakashi-.
-No, ni hablar, -dije yo frunciendo el ceño-, no pienso huir de esto, buscaré al dragón que exterminó a toda mi aldea y vengaré todas las muertes.
-¡¿Como sabes que fue un dragón?!, -preguntó Naruto-.
-Bueno lo suponía porque la aldea estaba calcinada, pero mi teoría se confirmó cuando os escuché hablar ayer.
-Menudo oído tiene, -comentó Kakashi-.
-No voy a ir con vosotros a ningún lado, mataré al dragón yo sola si hace falta, no os necesito, -dije yo dándoles la espalda, iba a seguir mi propio camino, pero una mano me cogió del brazo con fuerza y determinación-.
Yo me giré con furia en la mirada, pero ésta se apagó en el instante en que vi los ojos turquesas de Gaara que me miraban inexpresivos pero con fuerza y sentí como mi furia y odio se hacía cada vez más pequeños ante aquella mirada.
-No seas estúpida, no puedes vencer a un dragón tu sola y menos en tu estado actual de fuerza, si vas solo conseguirás morir e irás junto con todos los de tu aldea, sin poder vengarlos, -dijo él con un tono de reproche y frunciendo el ceño-.
"Odiaba admitirlo pero en el fondo yo sabía que él tenia razón, no tuve más opción que rendirme."
Suspiré y dije
-Esta bien vosotros ganáis, iré a Konoha.
-Entonces todo aclarado, vamos debemos partir ya, -dijo Kakashi-.
Ya nos marchábamos cuando oí un ruido metálico y algo me atrapó por la cintura dejándome los brazos inmóviles y tiró con fuerza de mi hacía atrás.
Sentí el golpe en mi espalda contra el suelo, estaba inmovilizada por cadenas.
-Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí? -un extraño sujeto me miraba con superioridad y divertido-.
NARRA NARUTO
Konoha nos esperaba pero de pronto Jin fue apresada con unas cadenas que tiraron de ella varios metros hacia atrás separándola de nosotros.
-¡Jin!, -corrimos a ayudarla pero ante nosotros se levantó una barrera de un extraño cristal que encerró a Jin en un gran cubo cerrado.
Intentamos romperla o rasgarla con mi Rasengan, la arena de Gaara y diversos ataques de Kakashi-sensei, todo fue inútil.
-Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí?, -un extraño sujeto apareció de la nada, vestía cubierto por una capucha roja y llevaba una máscara que tapaba todo su rostro-.
Yo ya habia sentido ese chakra antes.
-¡Tú eres el de antes!, -le grité yo furioso-.
-Muy hábil mocoso, lástima que no te sirva de nada ahora, no podréis atravesar mi barrera, es indestructible, ese cristal no es uno cualquiera es el cristal de una antigua gema de no se rompe ante nada, -nos dijo con superioridad ese extraño sujeto-.
Se agachó junto a Jin
-Bueno bueno preciosa, ya que veo que estas algo liada, me quedaré con esto, tu ya no lo vas a necesitar, -dijo el sujeto arrancándole a Jin su collar-.
-¡Déjala en paz!, ¡¿quien te crees que eres?!, -le grité yo furioso-.
-Oh cierto, perdonar mis modales mi nombre es Goro, -dijo haciendo una leve reverencia-.
-¡No te burles de nosotros suelta a Jin!, -le exigí-.
-Como tu desees, -entonces él chasqueó los dedos y las cadenas se retiraron dejando a Jin libre-.
Ella se levantó y alejó de Goro.
-¡Ahora deshaz la barrera!, -le dije yo-.
-No puedo hacer eso, -respondió él ladeando la cabeza-, entonces se echaría a perder todo mi plan.
-¿Plan?, ¿que plan?, deja en paz a Jin y lucha conmigo si te atreves.
-Estas tan comprometido a proteger a esta chica, -dijo señalando a Jin-, cuando no sabes de que es capaz..., -dijo él con un tono que me heló la sangre-.
-¿A que te refieres?, -pregunté algo confuso-.
De las manos del sujeto empezaron a brotar rayos, el cielo se oscureció y el tiempo empeoró, pronto noté más chakras hacia nosotros.
-¿Nos a llamado, mi señor?
Al lado del sujeto, arrodillados bajo su mando aparecieron 4 ninjas más.
-Ya sabéis lo que hacer.
-¡Sí señor!
-Ahora chico te mostraré de lo que es capaz a la que tu consideras "tu amiga" y a la que proteges con tanta devoción, te enseñaré al monstruo al que realidad proteges.
Goro se movió con la velocidad de un relámpago y se colocó de detrás de Jin, le rompió la camiseta por la espada dejando ver su marca, hizo unos sellos y acumuló chakra en sus dedos.
-¡Liberar!, -dijo puso sus dedos sobre la marca de Jin-.
-¡Ahhggg!, -Jin comenzó a gritar y a retorcerse de dolor-.
Goro volvió junto a sus subordinados.
-¡Jin, aguanta!, -le gritaba yo desesperado-.
Su marca empezó a cambiar, el dragón blanco de su marca desapareció quedando solo el dragón negro, el cual salió del círculo abriéndose completamente en la espalda de Jin.
El pelo de Jin empezó a cambiar de color, a tomar un color rojizo y la sangre de sus venas se volvió negra, sus uñas y dientes crecieron y se afilaron y sus ojos se volvieron completamente negros.
Jin dejó de retorcerse de dolor y levantó la cabeza, observó a los enemigos que estaban a varios metros de ella.
-Matadla, -dijo Goro insensible-.
Jin rugió y se puso en posición de ataque para después hechar a correr a una velocidad que me recordaba a la de Cejotas, a los ninjas les pilló por sorpresa, Jin cogió a uno de ellos por el cuello y lo levantó en peso, después lo presionó contra el suelo mientras lo estrangulaba, el ninja se resistía, luchaba por su vida, mientras sus compañeros estaban paralizados por el miedo.
Jin le rugió a escasos centímetros de su rostro y después le arañó la cara, haciéndole perder uno de sus ojos y dejando el rostro del hombre ensangrentado y a éste gritando desgarrado por el dolor mientras se llevaba las manos a la cara.
Jin se giro con rapidez y fue a por el siguiente con la misma y vertiginosa rapidez de antes, saltó sobre uno de los ninjas, le colocó las manos sobre el cuello y le hizo una llave rompiéndole el cuello.
Uno de los compañeros reaccionó y comenzó a lanzar ataques de estilo tierra contra Jin, la cual los esquivaba con agilidad, pero uno de sus ataques tuvo efecto y Jin fue fuertemente golpeada por una gran roca.
Quedó aturdida, pero se volvió a incorporar y rugió con fuerza, estaba furiosa, su chakra empezó a aumentar y un extraño chakra negro empezó a envolverla.
-Es como el manto del Kyubi,-comentó Kakashi-sensei-.
Jin cargó sobre el ninja que la había atacado, logró esquivar los ataques que él le lanzó y se colocó a espaldas del ninja, le cogió de los brazos y le puso la pierna en la espalda, entonces tiró con fuerza de los brazos del ninja mientras este suplicaba que parase, finalmente le arrancó los brazos.
Solo quedaba uno con vida, éste horrorizado quiso escapar y echó a correr hacia nosotros pero pronto se detuvo y un fino hilo de sangre se deslizó de su boca, bajé mi mirada hacia su estómago y vi una mano, la mano de Jin, le había atravesado el estómago.
-A-yu-da...,-pudo decir el ninja antes de caer al suelo-.
NARRA GAARA
Era mentira, debía ser algún tipo de genjutsu, no podía creer que la criatura que tenía ante fuera Jin y la forma tan brutal en que había asesinado a esos hombre me traía recuerdos del pasado, de mi antiguo yo.
Estaba en shock no podía creer que la Jin que yo conocía fuera, la que tenía ante mis ojos. ¡No!, esa no era Jin, se comportaba como una bestia no tenía conocimiento y solo tenía un objetivo matar. Sentí lástima por Jin y desesperación quería ayudarla pero me sentía impotente detrás de la barrera.
-Bueno, -empezó el tal Goro-, dime chico, -dirigiéndose a Naruto-, ¿sigues queriendo proteger a este monstruo?
-¡Cállate maldito!, -dijo Naruto furioso-, ¡Jin no es un monstruo no vuelvas a llamarla así o te mataré!
-¿Sigues defendiéndola eh?, bien entonces dejaré que te destroce con sus propias manos.
Goro retiró toda la barrera de ese extraño cristal.
Jin se percató de ello y se giró a mirarnos con esos ojos negros, en los que intente buscar algún signo de humanidad, pero no lo encontré. Sin dudarlo se lanzó sobre nosotros, yo me puse delante de Naruto y Kakashi y con mi arena atrapé a Jin y la dejé inmovilizada, cuanto más trataba de liberarse, más la apretaba mi arena.
-¡Buen trabajo Gaara!, -me felicitó Naruto-.
-Si, Gaara..., gracias, me lo has puesto muy fácil, -dijo Goro-.
Goro hizo un par de sellos.
-¡Raiton: Rei no hatsubai! (Estilo Rayo: Lanza de Rayo)
Con rapidez se situó detrás de Jin y lanzó su ataque atravesando mi arena y a Jin con ella.
Jin gritó de dolor, el chakra negro que la rodeaba comenzó a desaparecer, y su cuerpo volvió a la normalidad, yo la liberé de mi arena rápidamente.
-¡Jin!, -Naruto y Kakashi corrieron rapidamente a su lado-.
-Tiene una herida profunda en el pecho, por suerte no le ha acertado en el corazón, pero esta perdiendo mucha sangre, -informó Kakashi-.
-Me marcho por ahora, -comenzó Goro-.
-¡No dejaré que escapes!, -dije yo lanzando un ataque con mi arena lo más rápido que pude.
-Nos volveremos a ver, -dijo él desapareciendo en una nube oscura-.
Mi arena no fue lo suficientemente rápida como para atraparlo.
"Me las pagarás", pensaba yo mirando con el ceño fruncido el lugar donde el extraño sujeto acababa de desaparecer.