Hazel POV
Después de varias horas combatiendo, apenas teníamos fuerzas para sujetar las armas. El ejército enemigo nos había acorralado contra las murallas de Nueva Roma, y no podíamos avanzar ni retroceder. Estaba luchando contra un telekin cuando uno de los centuriones de la primera cohorte se colocó a mi lado.
- Hazel, una avanzadilla se dirige hacia nuestro flanco izquierdo.
- ¿ Y a qué esperaís ? Atacadles.
- Es que son humanos.
- ¿Cómo humanos ? ¿Mortales ?- pregunté sorprendida a la vez que desintegraba un perro del infierno.
- La mayoría de ellos sí, pero hay algunos semidioses.- dijo. De pronto se oyeron gritos de alegría. Veinte soldados se habrieron paso hasta mí escoltando a...
- ¿¡ Reyna !? ¿ Dónde has estado todo este tiempo?
- Te lo contaría, pero creo que tenemos cosas más importantes que hacer.- seguía siendo la misma Reyna de siempre. Vestía unos vaqueros, la camiseta morada del campamento, su coraza dorada y su capa de pretora.- ¡ Romanos, agrupaos y formar filas!
Los legionarios romanos empujaron a los enemigos con sus escudos unos cuantos metros. Reyna se llevó la mano al oído.
- Erick, necesitamos ayuda aquí. Creo que hace demasiado frío.- no tenía ni idea de quién era ese tal Erick, pero debió de responder algo gracioso ya que Reyna se rió. Miré al cielo y ví un enorme punto azul oscuro que caía en picado hacia nosotros. Se colocó en paralelo con el suelo y escupió una enorme llamarada de fuego azul sobre los monstruos que formaban parte de las primeras filas. Lo malo es que corríamos el peligro de quemarnos, una gigantesca ola nos salpicó y apagó el suelo.
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Percy POV
Despues de apagar el fuego, Neón aterrizó al lado de Reyna haciendo que los semidioses romanos de al rededor se apartasen para no ser aplastados. Sin bajarme, hice señas a Reyna para que me prestara atención ante las miradas asombradas de los romanos.
- ¿ Dónde está Frank ?
- Percy,- gritó dijo sorprendida Hazel.- Estás vivo.
- Me ofende que dudarás de ello.- dije sonriendo.- ¿ Dónde está tú novio ?- Hazel se sonrojó y señalo un punto en el cielo. Neón hizo que viera lo que él veía, un dragón que supuse que era Frank estaba sendo acosado por una docena de grifos. El resto de soldados vardenos entró en acción atacando al enemigo por uno de los laterales.
- ¿ Quienes son ?- preguntó Hazel.
- Tranquila, son amigos. Yo me encargo de Frank.- dije mientras me sujetaba a la silla.- Vamos campeón.- grité. Neón rugió y ascendió en vertical y se lanzó hacia donde estaba mi amigo. Chocó contra el hijo de Marte haciendo que los monstruos se soltasen del cuerpo del romano. Neón prendió fuego a todos ellos menos ha uno que arañó el costado de Frank haciendo que perdiera la concentración y volviera a su forma humana.
- Mierda, joder. Neón cógele.- el dragón se tiró en picado y atrapó facilmente a Frank. Aterrizamos al lado de Reyna.
- Percy, necesito tu ayuda. Ven rápido estoy en la vía principalis.- gritó Erick por el auricular.
- Reyna Erick necesita mi ayuda, Neón y yo vamos para allá.- neón corrió aplastando y mordiendo todo lo que encontraba por el camino. Un irritante ruido penetró en mis oidos, un rugido que ya había oido antes, el rugido de un drakon lidio.
- Oh no.- dije en un hilo de voz. Neón giró la cabeza y me empujó con el morro.- Neón, ¿qué haces? Para de empujarme.- pero Neón seguía insistiendo. Me bajé de la grupa del dragón y este me empujó con el morro.- Está bien, ten cuidado campeón.- corrí hacia la vía Principalis. Cuando llegué la mayoría de los edificios estaban parcialmente destruidos. Recorrí la calle, pero no ví ni rastro de Erick.
- Percy, ¡No! Es una trampa.- me giré hacia la voz a tiempo para ver como una bola de fuego se dirigía hacia mí. Pegué un salto hacia la derecha para esquivarla y la bola se estrelló contra la pared del Principia.
- Vaya Perseo, ha sido tan fácil atraerte hasta mí.-dijo Änduin riendo mientras salía de dentro de uno de los barracones.- Eres tan predecible. Esta vez no puedes ganar.
- Eso me dice todo el que se enfrenta a mí, hasta que hago que se convierta en polvo.- saqué a contracorriente de mi bolsillo y le quité la tapa.
- Pero yo no soy uno de esos simples monstruos, Jackson.- dijo mientras andaba en círculos entorno a mí con la espada desenfundada.- Yo soy humano. Sangre corre por mis venas. Dime, oh poderoso semidios, ¿ has matado alguna vez a un hombre ? Yo sí, al principio los fantasmas de esas personas a las que matas te atormentan en tus sueños pero luego te acostumbras y le acabas cogiendo gusto. Así que te veré en mis sueños.- Änduin dirigió su espada hacia mi echo, pero la esquivé con un paso hacia atrás. Apreté con fuerza la empuñadura de mi espada y le propiné un mandoble que paró con la hoja de su espada. Änduin lanzaba golpes rápidos y con mucha fuerza que apenas podía parar. Además de eso, notaba como intentaba sobrepasar las barreras que había levantado entorno a mi mente para que no pudiera controlarme ni torturarme, pero cada vez estaba más agotad y no sabía cuanto más iba a aguantar.
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Neón POV
Nunca había visto un drakon en persona, o en dragón, da igual como sea. Solo he visto uno cotilleando en los recuerdos de Percy, y al principio me dije: "si solo es una serpiente grande". Pero ahora que estaba cara a cara cn uno daba bastante miedo, aunque eso no lo admitiría abiertamente por nada del mundo, despues de todo son un dragón y los dragones son muy orgullosos. La gorda serpiente de sesenta metros se deslizaba por el suelo y enroscaba sobre sí misma a veinte metros de mí. Los romanos y los vardenos luchaban contra el ejército enemigo a las puertas de Nueva Roma. El drakon rugió mientras echaba la cabeza hacia atrás, pero no me quedé atrás y apoyándome sobre las patas traseras le devolví el rugido todo lo fuerte que pude. La serpiente siseó y se lanzó contra mí intentando morderme, salté hacia atrás y a la izquierda esquivando el mordisco y le propiné un coletazo en el morro con mi cola. El drakon volvió a sisear indignado y aproveche para saltar sobre su cabeza y clavarle las garras. El monstruo agitó la cabeza y me lanzó contrael suelo propinando un fuerte golpe en el costado. Sacudí la cabeza para desaturdirme y vi atiempo la cabeza del drakon dirigirse hacia mí. Rodé por el suelo para evitar el mordisco pero consiguió hacerme un profundo arañazo considerable con los colmillos.. La herida me dolía a horrores, me elevé en el aire con dificultad y aterricé un poco más atrás. Me miré la herida y no tenía buena pinta, pues al clavarme los colmillos me había inyectado un poco de veneno que hacía que me doliera aún más.La serpiente avanzó hacia mí siseando ferozmente y formó un anillo entorno a mi cuerpo de manera que le mirara a los ojos.
Percy me había contado que cuando miras a un drakon a los ojos te quedas paralizado de terror, y era así como atrapaban a sus presas para después devorarlas. Me quedé estático mirando fijamente a los amarillos ojos de la serpiente, como ella esperaba que sucediera.
Esos trucos no funcionan conmigo, bicho gordo.
Y un par de segundos antes de que la serpiente me mordiera salté hacia delante y caí en la cabeza del monstruo clavándole las garras esta vez más profundo. La serpiente se revolvía intentando deshacerse de mí , cosa que no permitiría. Le escupí una potente llamarada de fuego sobre los ojos cegándolo. El drakon lidiorugía mientras se retorcía furioso y daba coletazos que se llevaban por delante a los monstruos que pasaban demasiado cerca. Con mis últimas fuerzas abrí mi boca todo lo que pude y clavé los colmillos en la cabeza de la criatura. Al apretar mis dientes pude notar como los huesos del cráneo se resquebrajaban y se partían, al poco tiempo el cuerpo sin vida del drakon lidio cayó al suelo mientras se deshacía en polvo dejando solo el gigantesco esqueleto. Una vez en el suelo me dirigí cojeando a buscar a Percy.
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Percy POV
Estaba cansado, dolorido y sin apenas fuerzas. Con dificultad levanté el brazo y propine un torpe golpe con mi espada hacia Änduin, pero esto lo detuvo con facilidad y me arrancó la espada de la mano lanzándola lejos. Intenté separarme pero me agarró de un brazo y me lanzó contra una pared y cuando caí al suelo me propinó una patada en el pecho que me dejó sin aire y con la que casí oí el ruido de mis costillas quebrarse. Boqueé en busca de aire para mis pulmones. Intenté levantarme pero Änduin me golpeó en la cabeza con la empuñadura de su espada dejandome aturdido y provocando que volviera a caer al suelo. Ví una figura borrosa salir de uno de las ruinas de uno de los barracones y esconderse detrás de una columna.
- Me has decepcionado bastante, hijo de Poseidón. Esperaba más de tí.- me dió la vuelta haciéndome quedar boca arriba y se dispuso a bajar la mano con la espada cuando una flecha le atravesó la mano con la que empuñaba el arma haciendo que esta cayera peligrosamente cerca de mi cabeza. Änduin gritó de dolor.
- Eso por Henry.- gritó Erick mientras dejaba volar otra flecha pero esta vez Änduin la atrapó al vuelo y sonrió macabramente. Me levanté con dificultad y desenfundé a contracorriente que había vuelto a mi bolsillo. Me acerqué lentamente aprovechando que Änduin estaba dado la vuelta.
- Te arrepentirás de haber hecho eso, elfo.- dijo mientras avanzaba hacia Erick, pero antes de que diera un paso más le clavé mi espada por detras de la rodilla. Antes de que callera le sujete por el cuello y desenfundé mi daga y se la clavé en el corazón.
- Yo esperaba más.- dije mientras le empujaba hacia atrás. Änduin cayó a plomo sobre el suelo tiñéndolo de rojo. Me acerqué a su cuerpo y le saqué de un tirón ambas armas. La adrenalina que anteriormente corría por mis venas me abandonó provocando que cayera al suelo agotado y respirando con dificultad. Erick se acercó a mí ayudándome a levantarme y pasándome un brazo por encima de sus hombros. Tenía un feo corte en la frente que le sangraba, pero sus orejas puntiagudas seguían igual. Neón apareció frente a las ruinas del Principia cojeando y con un feo rasguño en su costado. Se acercó a mi lentamente y me acarició con su hocico con cuidado.
Estoy bien, colega.
No te puedo dejar solo, en cuanto lo hago te metes en problemas.
Sonreí mientras subía a la grupa de Neón con la ayuda de Erick que se sentó detrás mía. Neón elevó el vuelo con un movimiento brusco que provocó que me doloriera aún más las costillas rotas. Una vez estavilizado puso rumbo a las ruinas de lo que era la asombrosa ciudad de Nueva Roma. La batalla había terminado y tenía mucho que hablar con mis amigos.
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Bueno, bueno, bueno. He vuelto con un nuevo capítulo de El despertar de una leyenda. La verdad me ha costado un poco escribirlo por falta de inspiración y esto hacía que me diera un poco de pereza pero gracias a vuestros comentarios me he esforzado al máximo para que este cap quedara lo mejor posible. Espero que os haya gustado y nos leemos en el siguiente y último capítulo. ;)
EragonJackson.