Khalia We're wasting our time, boy.
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Narra Nate.
—Hey—habló John entrando a la casa acompañado de los Jacks. Fruncí el ceño al verlos aquí. Me levanté del sofá y les di un pequeño abrazo a cada uno.
—¿Qué están haciendo aquí?—pregunté mientras nos sentábamos.
—Terminamos el tour hace un par de días y bueno, aquí nos tienes—Respondió Johnson con una sonrisa y Gilinsky asintió.
Comenzaron a contarnos acerca del tour que tuvieron por todo Latinoamérica y lo increíble que había sido. Un par de horas más tarde se fueron prometiendo que volverían mañana. Ahora éramos solo John y yo.
—¿Cómo está Khalia?—Preguntó John caminando hacia la cocina.
—Bien, supongo—Respondí con mi vista fija en el televisor. John rápidamente apareció a mi lado con dos cervezas en su mano, de la cual me tendió una. Tomé un gran sorbo.
—¿Supones?—Cuestionó y yo solo asentí. El moreno me dio un golpe en el hombro haciendo que la botella cayera de mi mano. Lo miré mal a lo que el solo rió—No saliste con ella hace...¿dos días atrás?
—Sí, pero no he vuelto a saber de ella—Me encogí de hombros.
—¿Le has hablado?—Negué y mi amigo me miró como si de un fantasma se trátase y no de su mejor amigo. Enarqué una ceja hacia el. Su reacción fue darme otro golpe, esta vez en la cara y con menor fuerza que el anterior.
—¿Eres idiota o qué?—Preguntó mientras se levantaba de su lugar—Casi mueres de culpa hace unas semanas por lo que hiciste, incluso lloraste. Le rogaste que te perdonara, ella lo hizo y tu me dices, ¿Qué no la has llamado?—Iba a hablar pero me interrumpió—¿Puedes hacer las cosas bien alguna puta vez, por favor? Probablemente ella ahora sienta que todo lo que dijiste es una mentira, grandísimo idiota—Se alejó de mi y subió las escaleras mientras se preguntaba a si mismo cómo es que era amigo mío.
Repetí en mi cabeza una y otra vez cada palabra que acababa de decirme. Bufé al darme cuenta de lo estúpido que había sido y me levanté rápidamente de mi lugar, tomé mis llaves y salí en dirección a la casa de la morena.
Conduje lo más rápido que el tráfico me permitió, aparqué el coche sin importarme si quedaba en medio de la calle y toqué el timbre repetidas veces.
Quién estaba frente a mi no era la persona que quería encontrarme en estos momentos.
—¿Qué mierda estás haciendo aquí?—Preguntó Kevin mientras cerraba la puerta tras de él y se acercaba a mi de manera amenazante.
—Tienes que dejarme hablar con Khalia, hermano—Dije casi suplicándole. Soltó una risa falsa y negó con la cabeza.
—Estás jugando ¿Verdad?—Cuestionó molesto y yo negué—¿Qué parte de no te acerques a ella no entendiste? Así te la aclaro ahora mismo con un buen golpe.
—Vas a tener que aceptarlo algún día de estos, no dejaré de intentarlo—Dije mientras caminaba de vuelta a mi auto ya que sería imposible hablar con Khalia en persona. Golpeé el volante para liberar toda la tensión y frustración que llevaba en estos momentos.
Antes de volver a conducir en dirección a casa, le envié un mensaje a la chica disculpándome por lo idiota que había sido, nuevamente, y preguntándole si existía la posibilidad de que hoy nos viéramos. Lancé el móvil al asiento del lado y encendí el motor.