NARRA JIN
Andamos todo el día, cruzamos una enorme pradera y nos adentramos en el bosque, al caer el sol decidimos acampar ya que por la noche haría bastante frío.
A la mañana siguiente a la media hora de ponernos en marcha llegamos a la montaña donde se encontraba el templo.
-Tenías razón en una montaña muy escarpada, casi imposible de alcanzar la cima, -dijo Sakura-.
-Si, a menos que sepas el camino claro.
NARRA GAARA
Llegamos a la falda de la montaña, era tal y como ella había dicho, su pared era casi vertical, imposible de escalar para las personas normales, e incluso de difícil acceso para un ninja.
Jin nos introdujo por una serie de arbustos y atravesamos una pequeña cueva que llevaba a una estrecha senda que escalaba la montaña.
-¿Veis?, os lo dije, nos será mucho más fácil subir por aquí, -dijo ella orgullosa-.
Tardamos al menos 1h y media en llegar a la cima de la montaña, siempre con Jin en cabeza que nos guiaba.
Al llegar a la cima, la montaña se habría en una gran explanada nevada y a lo lejos se contemplaban las ruinas del templo.
Avanzamos hacia las ruinas, de pronto Jin nos hizo un gesto con la mano, dándonos el alto
-Tened cuidado, lo más probable es que haya bandidos y nos atacarán nada más vernos, -dijo ella preparando sus kunais-.
Y no se equivocaba nada más subir unos peldaños de la escalera principal que llevaba a la entrada del templo una flecha cruzó el cielo directa a la cabeza de Jin, iba a pararla con mi arena, pero ella se percató y la desvió con su kunai.
-¡¡Matadlos!!, -gritó el que parecía ser el jefe de los bandidos-.
Todos nosotros nos preparamos
-!Jin quédate detrás de Sakura!, -le ordenó Kakashi-.
-¡Pero y-!, -quisó reprochar ella-.
-!Haz lo que te dice!, -le grité yo-.
NARRA JIN
Cuando llegamos a las escaleras del templo, como yo suponía nos atacaron, desvié una flecha con mi kunai que significaba el comienzo del ataque.
Yo por supuesto no iba a quedarme parada iba a luchar, pero Kakashi-sensei me ordenó lo contrario, iba a reprocharle por supuesto, pero Gaara me recalcó que no interviniera y me quedara detrás de Sakura.
Habría unos 30 bandidos y no solo eso, todos ninjas, pero al parecer de muy bajo nivel porque no tardaron mucho en librarse de todos ellos, llegué con Sakura al final de la escalera donde nos esperaban todos.
-Esos idiotas no eran nada contra nosotros, -dijo Naruto con superioridad-.
-Yo podría haber ayudado, -dije mirando a Gaara, con reproche-.
-Es mejor que te mantuvieras al margen podrías salir herida, -dijo Shikamaru-.
-Eres un elemento de vital importancia para la misión, no sería conveniente que te matarán, -dijo frío Gaara-.
-¡¿Elemento?!, -dije yo indignada-, gracias por la parte que me toca, -dije irónica mientras avanzaba hasta las enormes puertas de madera-.
Cuando llegué frente a ellas, seguida por los demás, respiré profundamente, hice acopio de mis fuerzas y empujé la enormes puertas que abrieron lentamente y con un crujido escalofriante.
Traspasamos la entrada y avanzamos por la sala en la que nos encontrábamos.
-Esta todo destrozado, -comentó Ino, todo estaba tirado por el suelo y en ruinas-.
-Sí, este sitio se cae a pedazos, -comentó Chouji-.
-No le vendría mal una reforma y una manita de pintura, pero al menos no hace tanto frío, -dijo divertido Naruto-.
-Pero hay una cosa que no entiendo, -dijo Tenten-, ¿si aquí hace menos frío porque los bandidos no se han establecido aquí en vez de fuera en esas improvisadas tiendas de campaña?
-Porque es obvio que son idiotas,-dijo burlón Naruto-.
-Tienen miedo, -dije tajante-.
-¿Miedo de unas ruinas polvorientas?, -preguntó Kiba-.
-Hay rumores de que este sitio esta maldito, -comencé yo-.
-¿Maldito?..., -dijo Naruto tragando saliva y con la voz trabada.
Yo asentí, mientras me propuse avanzar por el pasillo que se internaba en el templo.
-Así es maldito, dicen que los espíritus de los antiguos monjes todavía vagan por aquí, ya que los monjes acumularon grandes tesoros que las aldeas del valle les ofrecieron por proteger antaño al valle del dragón que atacó, -expliqué yo mientras los guiaba por los distintos pasillos y salas del templo que conocía muy bien-.
-¡Fantasmas!, ¡¡tenían que ser fantasmas!!, -se quejaba Naruto-.
-¿Que pasa,el niñito tiene miedo a los fantasmas?, -le picaba Kiba-.
-¡Yo no tengo miedo a nada!, solo que yo no bromeo con esas cosas.
-Ya claro, el pobre bebé esta asustado, -seguía jodiendo Kiba-.
En ese momento un cuenco cayó de repente al suelo y ambos pegaron un salto del susto y se bramaron mutuamente.
-Solo es una rata..., cobardes, -dijo Sai, con su peculiar sonrisa-.
-¡NO SOMOS UNOS COBARDES!, -gritaron ellos al unísono-.
-Mantened los ojos bien abyectos, -dije yo-.
-¿Que es lo que pasa?, -preguntó Neji-.
-El templo esta infestado de trampas, yo sé el paradero de algunas pero no de todas y algunas están muy bien escondidas.
-Muy bien estaremos atentos, -dijo el Capitán Yamato-.
NARRA NARUTO
Seguimos avanzando por el templo guiados por Jin, gracias a ella pudimos evitar algunas trampas. Llegamos a una la entrada de una sala donde una especie de cortina hilo cubría la entrada.
-Esperad aquí -dijo ella seriamente-.
Con un kunai cortó los hilos y se introdujo en la sala.
-¿Porque habrá dich-, -comenzó a decir Ino, pero yo pasé delante de ellos para seguir a Jin-.
-Oye oye Naruto, ella ha dicho que esperemos aquí, ella sabe lo que se hace, -dijo Shikamaru, pero yo no le hice ni caso-.
Sakura suspiró.
-¡Baka!, tan impulsivo como siempre.
Cuando atravesé la cortina vi a Jin parada en medio de la sala, la sala estaba cubierta de ese hilo pegajoso y había bultos de ese hilo por la habitación.
Entonces oí entrar a los demás detrás mío.
-¿Que es este hilo blanco?, -preguntó Hinata-.
-No es hilo, es tela de araña, -apuntó Shino-.
-Exacto, -dijo Jin mientras se sacaba un trozo de carne de la bolsa que llevaba-.
-¿Para que es eso?, -preguntó Tenten-.
-Para ella, -dijo Jin señalando el techo-.
Todos seguimos con la mirada hace la dirección que había señalado, del techo comenzaba a descolgarse una enorme tarántula del tamaño de un elefante.
-¡¡Shino haz algo!!, ¡¡los bichos son lo tuyo!!, -dijo nervioso Kiba-.
-En realidad las arañas son arácnidos, -explicó él-.
La enorme araña tocó finalmente el suelo quedándose frente a Jin.
-¡Jin!, -grité yo-.
-Tranquilo todo esta bien, -dijo ella tranquila-.
Entonces la enorme araña tiró un escupitajo de ácido, que Jin logró esquivar agachándose.
Nosotros también la esquivamos.
-¿Con que todo bajo control eh?, -dijo Kiba-.
-Es que se ha asustado al ver tu cara, -dijo ella divertida-.
Cogió el trozo de carne y se lo enseñó a los enormes ojos de la araña, a continuación lo tiró a la otra punta de la sala y esta siguió la carne como si fuera un perro.
-¡Camino despejado!, -dijo ella orgullosa-.
-¡¡Increíble Jin-san!!, -dijo Lee-, tienes mejor entrenada a la araña que Kiba a Akamaru.
Entonces Akamaru le mordió la mochila a Lee
-¿Que decías de nosotros?, -dijo Kiba-.
-Emm, no iba en serio Kiba-kun.
-Jin-2// Kiba-0 -dijo burlón Naruto-, te lleva la delantera, -dijo picando Naruto-.
-Cierra la boca, -dijo molesto Naruto-.
NARRA JIN
Todo iba bien, ya faltaba poco para llegar a la sala principal, cuando Naruto tan torpe como siempre, piso una losa del suelo que en realidad era una trampa oí un ruido.
-¡¡Cuidado!!, - grité yo y me abalancé sobre Naruto y lo empujé justo a tiempo para apartarlo de la trayectoria de un enorme tronco con un afilado pincho en la punta que se descolgó del techo y se dejó caer en forma de balancín-.
Me moví aturdida y estaba sobre algo blando, cuando me di cuenta estaba sobre Naruto, él también se sacudió y nos quedamos mirando, me quedé un momento embobada en sus profundos ojos azules.
Rápidamente me quité de encima suya, y me quedé a su lado de brazos cruzados y desvié la mirada.
-¡Idiota!, te dije que miraras por donde ibas, -dijo un poco sonrojada-.
-Lo siento Jin, gracias por salvarme a tiempo, si no mi cabeza estaría..., -dijo cogiendo el cuello-.
-Bueno más tonto de lo que eres no puedes ser así que..., -dijo burlón Kiba-.
Por fin llegamos a la parte final del templo, la montaña se abría en una gran garganta separada en dos partes por un enorme abismo sin fondo, al final de nuestro camino solo había una pared.
-Genial y ¿ahora qué?, -protestaba Kiba-.
-Ten un poco de paciencia y mira, -le dije yo, ya que al final de nuestro camino había 3 piedras con 3 caras y cada una con un dibujo distinto en cada cara-.
-Es una especie de puzzle, ¿no?, -preguntó Shikamaru-.
-Sí, algo así, -dije yo, a continuación coloqué todas la piedras con el dibujo de una serpiente mirando hacia nosotros, entonces se oyó un crujido y una pared del lado contrario del abismo se descolgó de su sitio y bajo hasta nosotros formando un puente al otro lado-.
Shikamaru sonrió y dijo:
-Chica lista
Yo sonreí con superioridad
Nada más cruzar llegamos a una sala con unas extrañas baldosas, que en realidad eran mecanismos que activaban trampas.
-Pisad exactamente donde yo piso, -les advertí-.
Y así lo hicieron.
Después de esta sala solo tuvimos que subir unas escaleras.
-¡¡Por fin hemos llegado!!, -exclamé yo-, aquí estamos la sala principal.
Era una gran sala toda de piedra con una gran mesa rectangular y sillas también de piedra en el centro de la sala, también había algunos tapices tirados por el suelo, roídos y llenos de polvo.
-Bien mirad a la derecha esta la biblioteca y a la izquierda lo que eran las habitaciones de los monjes.
-Gracias Jin, nos has sido de gran ayuda, -dijo Kakashi-sensei-.
-Bien nos dividiremos y buscaremos cualquier cosa que haga referencia a los dragones o que nos pueda dar una pista sobre el porque han vuelto, -ordenó Shikamaru-.
-Bien entonces os dejó trabajar, iré al pueblo que queda cerca de aquí a comprar algunas cosas, volveré más tarde.
La verdad no era necesario mi presencia yo ya había revuelto cada rincón de aquellas estancias y no había nada de mucho interés, pero quien sabe quizá ellos pudieran descubrir algo más.