Il Mio Professore / Gianluca...

By AlesssssEvans18

208K 10.6K 1.1K

"Cuando lo vi entrar por la puerta supe que seria mi perdición, era muy joven como para ser profesor de Histo... More

~Introducción~
Capitulo 1.
Capitulo 2.
Capitulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5.
Capitulo 6.
Capitulo 7.
Capitulo 8.
Capitulo 9.
PORTADA NUEVA!!!
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 14.
Capitulo 15.
Capitulo 16.
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
Capitulo 20.
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
Capitulo 27.
Capitulo 28.
Capitulo 29.
Capitulo 30.
Capitulo 31.
Capitulo 32.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 35.
Capitulo 36.
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Capitulo 39.
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capitulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55.
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capitulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capitulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Capítulo 92
Capítulo 93
Capítulo 94
Capítulo 95 (ULTIMO CAPITULO)
Epílogo
Il Volo❗😍

Capítulo 85

1.4K 94 24
By AlesssssEvans18

 Escuchen Caruso al leer, les dará una atmósfera diferente del capítulo mas triste que me ha tocado escribir :( 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Oh mierda! – escucho claramente murmurar a Ernesto que llega al último tirando de Ignazio.

-Papá... – es lo único que pronuncio, no puedo decir nada más, hay algo en sus ojos que creí que no vería nunca más, que me prometí no volverle a provocar: decepción.

-Bruno, yo, deje que le explique – interviene Gianluca, pero esas simples palabras transforman la decepción de mi padre en furia.

Antes de que pueda reaccionar para detenerlo mi padre se le ha ido encima a Gianluca. Le lanza un golpe con su puño directo en su mandíbula. Escucho su quejido y es cuando yo grito.

-¡No! ¡Papá! – intento detenerlo pero ni siquiera puedo acercarme a él.

Él da otro golpe a Gianluca, este no se defiende. Sé que podría si quisiera, es considerablemente mucho más fuerte que mi papá, pero se está dejando golpear.

Ignazio y Piero saltan hacia mi papá y lo detienen sujetándolo de los hombros y brazos. Veo su cara arder en furia.

Me acerco a Gianluca y lo ayudo a enderezarse, su labio está sangrando.

-Gian – escucho mi voz quebradiza, acaricio su mejilla y con ambas manos acuno su rostro.

-Tranquila, bonita – me murmura.

-¡Aléjate de él! – mi papá logra zafarse del agarre de los amigos de Gianluca y vuelve a ir contra Gianluca. Pero esta vez yo me interpongo entre ambos. Solo siento un ardor punzante en la mejilla derecha que duele como la muerte.

-¡Alessa! – escucho la voz de mi padre y de Gianluca gritar al mismo tiempo.

-¡Vamos! Tenemos que salir de aquí – dice Ercole a los chicos y tiene una mirada furtiva hacia Gianluca.

Mi papá intenta ayudarme a incorporarme del barandal del balcón que es de donde me he sujetado al recibir su golpe, ahora lo noto preocupado y culpable, no dejo que se acerque a mí.

Kathy es la que se acerca y me ayuda colocando sus delgados brazos a mí alrededor. No tengo el valor para ver a nadie a la cara, específicamente a Leonora, porque aunque no la miro siento sus ojos clavándose en mí.

Hay un bullicio completo en el lugar que se cuela por todos los pasillos, hay abrazos, cantos, gente deseando un buen comienzo de año a todo mundo.

-Vayamos al piso de abajo – indica Ercole que tiene una lúgubre seriedad – las oficinas están vacías-.

Camino rápidamente tras de Ercole, siento como alguien va siguiendo mis pasos. Estoy segura que es mi papá. La mejilla me palpita.

Antes de bajar por las escaleras vuelvo la mirada y veo a Celeste que me saluda con la mano y entonces se petrifica al observar el panorama completo. Gianluca con la boca sangrándole, a mí con lo que probablemente es un moretón en la mejilla, las miradas fúnebres y angustiadas del resto. Nada bueno se intuye de eso.

Es sorprendente el silencio con el que nos movemos hasta llegar al piso de abajo y entrar en lo que parece el lugar donde tienen reuniones de trabajo.

Gianluca y yo somos colocados frente a ellos, esto es una especie de inquisición moderna.

-Alessa... – murmura preocupado él colocando una mano en mi mejilla con delicadeza, yo cierro los ojos y dejo que su tacto tranquilice mi miedo, porque siento que ese miedo me está devorando.

Sabíamos que era inevitable enfrentarnos a esto, pero nos gustó creer que tardaría en llegar y estaríamos preparados.

Mi papá de un paso adelante pero Piero coloca una mano en su hombro y se detiene.

-No toques a mi hija – gruñe entre dientes apenas perceptiblemente.

-Gianluca, me quieres decir ¿qué es todo esto? – Escucho a Leonora preguntar con ese tono que solo indica histeria - ¿qué ocurre con esta niña?-.

Yo la volteo a ver por primera vez, siento como si quisiera estrangularme con su mirada aunque todo su cuerpo mantenga la calma.

-La amo – responde Gianluca mirándome a los ojos y a todos se les viene el alma al suelo.

-¿Qué es eso de qué la amas? – gruñe Leonora.

-¡¿Alessandra?! – espeta mi papá exigiendo su explicación.

En un acto de valor tonto y extraordinario Gianluca y yo nos tomamos de la mano, hay un hueco en mi estómago muy grande que poco a poco se vuelve un nudo.

-Yo también lo amo – digo encarando a mi papá, me muero de miedo, pero no dejo que mi voz se quiebre en ningún momento.

Ellos niegan con la cabeza, nos miran con decepción y sin aprobarnos, yo me aferro a Gian sujetando su mano y sientiendolo a mi lado. No sé que vaya a ser de nosotros, no esperabamos que fuera así, pero ya no hay marcha atrás.

-Por favor, si esto es una broma, ¿no creen que ya fue suficiente? – nos dice Ercole apretando sus sienes.

Piero mira nuestras manos tomadas y nos indica con la vista que nos soltemos, al menos yo lo pillo. Hubiese sido prudente soltarlo, pero no soy lo suficientemente fuerte, su pequeño agarre me hace sentir segura y protegida aunque el miedo me devora como mi peor pesadilla.

Mi papá permanece tan quieto que comenzaba a preguntarme si realmente era consciente de lo real de la situación.

-Es tu profesor, Alessandra– la profunda voz de mi padre me dijo que ya comenzaba a entender todo – ¿ambos son consientes de lo que eso significa?-.

Vi a Leonora palidecer por completo, creo que todo está ocurriendo muy rápido como para procesarlo con calma.

-Tienes idea de las consecuencias que podrías sufrir, Gianluca.... - mi papá suena amenazante, no solo eso... lo está amenazando.

-¡Papá!-.

-Dime una cosa – nos dice Leonora - ¿realmente fuiste novia de Ernesto?-.

-No teníamos salida...-.

-Tú lo sabias, Ernesto – acusa su mamá – cómo pudiste consentir algo como esto, siempre te creí el más sensato...-.

Erny no interviene, solo agacha la vista.

A cómo están las cosas está haciendo lo más prudente. Después de todo puede que si sea el más sensato de todos.

-Creo que sera mejor que nos dejen a solas- dice Leonora con ese tono de histeria que últimamente la identifica

-Los esperamos afuera- responde Piero y toma de la mano a su esposa.

-Voy con ellos – dice Ignazio quien es el único que se ha mantenido al margen de cualquier comentario o gesto – entiendo cómo se sienten – le dice a nuestros padres – pero intenten mantener la calma. Vamos Erny-.

Ambos salen también y nos dejan a los cinco solos. El labio de Gianluca parece dejar de sangrar, pero la sangre que quedó allí no le da una apariencia muy sana.

-Jamás tuve un buen presentimiento contigo, niña – me dice severamente Leonora – y lamento haber tenido razón-.

-¡Mamá!-.

-¡Mamá, nada! – le gruñe a Gianluca.

-Leonora, te voy a pedir de la manera más atenta que no te metas con mi hija – le dice mi papá.

-¡Tú amenazaste a mi hijo! Y no creo que la culpa sea de él-.

-¿Qué insinúas?-.

-Yo eduqué a mi hijo para que fuera un adulto con valores, que casualidad que justo con tu hija haya ocurrido todo esto-.

-Pues mi hija no es el adulto en tal caso, ¿no lo crees?-.

-No es necesario que sea un adulto para que sea una...-.

-..Leonora – le reprende Ercole. Esto no está yendo por buen rumbo.

-No me hables así Ercole-.

-Es que no es necesario que insultes a nadie – le dice su esposo – todos estamos alterados, pero no para llegar a ese extremo-.

-Pues lo siento – ella mira a mi papá – mira Bruno, me agradas, pero eso no justifica las acciones de tu hija, entiéndeme, ¿qué me asegura que no ha hecho algo como esto con otro profesor?-.

-¡Leonora!-.

-No pienso seguir escuchando esto... - le dice mi papá

-Venga,Bruno, todos estamos muy acelerados, vamos a calmarnos un poco-.

-No es cosa de calmarnos, puede que a ti no te importe, pero yo soy un padre que si va actuar como uno – le responde mi papá.

-¿Eso piensas? ¿Qué soy un mal padre? ¿Crees que no estoy molesto con todo esto? – por primera vez veo perder a Ercole la calma - ¡También es mi hijo del que estamos hablando! ¡Este problema también es mío!-.

¿Problema? ¿Así que eso somos Gianluca y yo? Esas palabras duelen.

-¿Podrían si quiera dejarnos hablar? – le pide Gianluca.

-¿Para qué, Gianluca, qué otras mentiras quieres que escuchemos? – le responde su papá.

-No estás siendo justo –Gianluca tiene el entrecejo fruncido.

-La justicia es para las personas correctas y tú, hijo, no lo has sido. No te imaginas cuánto me has decepcionado-.

Veo como golpean esas últimas palabras a Gianluca

-¡¿Por qué papá?! - le responde - ¿realmente éste es el motivo o al fin tienes los pantalones para decirme que eso ocurrió desde que no seguí tus pasos para convertirme en el tipo poderoso y exitoso que esperabas? Todo porque preferí ser un "maestrito mediocre" antes que el gran hombre de negocios que siempre quisiste que fuera-.

-No cambies de tema – le responde su papá. Y Gianluca sonríe a medias lleno de frustración – estamos hablando de lo que hiciste. De esta locura que han creado ustedes dos.

-Claro, claro... lo de mi mediocridad ya es un caso perdido que no merece tu valiosísimo tiempo-.

-¡Gianluca! No le hables así a tu padre – le reprende Leonora –. Y todo por esa niñita – murmura y eso termina de hacer estallar a Gianluca.

-¡Ya basta mamá!, deja de culpar a Alessa de todo porque no es así-.

-¿Entonces cómo son las cosas? Porque por lo que puedo ver solo es una aventurilla riesgosa, ¿acaso esta es su forma de castigarnos por algo?-.

-Mamá, no lo entiendes. Esta es la verdad y que te niegues a aceptarla no cambia las cosas-.

-Estamos enamorados – digo yo – desde que nos conocimos ha sido así, si tan solo...-'

-¿Desde que se conocieron? – me interrumpe Leonora.

-Sí...-.

-Casi desde que entré a trabajar al colegio – añade Gianluca.

-Entonces, ¿nos han estado viendo la cara todo durante meses? Santo Cielo – exclama ella – ¿Siquiera se detuvieron a pensar en lo que hacían? No, obvio, no. Si lo hubiesen hecho no estaríamos aquí presenciando toda esta locura ¿Cómo pudieron ser tan egoístas?-.

-Claro que somos conscientes de lo que hacemos – le dice Gianluca – sabíamos que nos sería sencillo, pero esperábamos poder convencerlos de... pues...-.

-¿De qué diéramos nuestro consentimiento? – le pregunta Ercole–. Por Dios, no puedo creer que realmente pensaran en pedirnos que apoyemos esto-.

-¿Pero por qué?-.

-¿Cómo qué por qué, Gianluca? – le grita su papá – acaso no es obvio, eres cuatro años mayor que ella y no solo eso, además eres su profesor, ¡maldita sea!, su profesor. Crece de una vez hijo, esto no está bien. Podrías perder tu empleo, o peor aún, terminar en prisión-.

-Y de eso me voy a encargar yo – le espeta mi papá.

-¡Papá, no!-.

-¡Silencio Alessandra! - me grita y eso me toma por sorpresa. Él no es así conmigo.

-Bruno, sé que a todos nos ha afectado esto, pero es mi hijo, así como tú te preocupas por Alessa es inevitable que yo lo haga por él, por favor, te lo suplico, no lleguemos a ese extremo – le suplica Ercole.

-Lo lamento Ercole, pero ya escuché suficiente – dice mi papá – voy a poner punto final a toda esta locura-.

-¿A qué te refieres, papá? – noto el pánico en mi voz.

Me mira con fría severidad. Después a Gianluca.

-No te volverás a acercar a mi hija mientras yo viva y me voy a encargar de qué pagues lo que has hecho-.

-No, papá, es que si tan solo...

-Nos vamos – ordena furioso, creo que jamás lo había visto tan colérico – ¡ahora! – me grita cuando ve que no me muevo.

Se acerca a mí y tira de mi brazo con tanta firmeza que no me da paso a poner resistencia. Un nudo en la garganta me ahoga al sentir como mi mano se separa de la de Gianluca.

-Bruno... – le dice Ercole.

-Es una pena que todo nuestro trabajo haya sido en vano, Ercole, pero no creo sano que continuemos trabajando juntos-.

-No nos precipitemos - intenta decirle pero mi papá no se queda ni un segundo más y me lleva con él.

Básicamente me arrastra hasta donde está el auto aparcado. Hace un frío crudo y la llovizna comienza a intensificarlo.

Pero no son gotas de lluvia lo que siento rodar por mi mejillas, de ser así no serían tan cálidas y amargas.
Mi papá quita la alarma y abre la puerta del copiloto ordenando que entre. Yo niego con la cabeza.

-Alessandra, no estoy de humor como para esto... sube al auto-.

-Prométeme que no le harás daño a Gianluca – mis sollozos me hacen sentir como una cobarde.

-No pienso negociar eso contigo, mucho menos ahora, sube al auto-.

-Papá, por favor, te lo suplico, no le hagas nada-.

Él bufa – creí que educarte con libertad era lo correcto, que con darte tu lugar como mi igual lograría hacerte una persona sensata, capaz de tomar sus propias decisiones de manera inteligente, que eso haría de ti algún día una mujer fuerte, independiente, responsable de la que estaría muy orgulloso. Es triste ver cómo me equivoque-.

De las peores cosas que puedes sentir en la vida no hay una que duela tanto como decepcionar a tus padres. Ver esa mirada de frustración te quiebra por completo. Sin embargo es curioso como uno puede reaccionar de distintas maneras a ese quiebre: tristeza, indiferencia, furia. Desafortunadamente mi reacción fue con furia.

-¡Eres un hipócrita papá! – él parece sorprendido por mis palabras – no ha habido un solo día de mi vida en que yo dudara en que eres el mejor papá del mundo y que por eso yo era muy afortunada, porque no solo eras mi papá, también mi mejor amigo. Pero ahora no puedo creer que me trates así, como a una chiquilla estúpida que no es capaz de pensar en su bien.-

-Tus acciones, Alessa, me dan mucho para actuar como estoy actuando-.

-No papá, no me estás escuchando, yo no te pido que consientas lo que siento por Gianluca, tampoco que lo apoyes, sé que eso no ocurrirá, me duele, pero lo entiendo porque yo en tu lugar quizá tampoco lo haría, pero una cosa es que no lo apruebes y otra muy distinta es que te empeñes en hacerle daño-.

-Yo ya tome una decisión, Alessandra-.

-¡Maldita sea, papá! ¡Qué no ves que si tú le haces daño a él también me lo haces a mí! Yo lo amo y eso es algo que no puedo cambiar, que tú tampoco podrás hacerlo-.

-No, no lo amas, crees que lo haces, pero eres demasiado joven cómo para entenderlo-.

-Sabes, dices que como hija te he decepcionado, pero deja te digo que no eres el único que se siente así ahora – le espeto con amargura.

-Sube al auto – ordena de repente volviéndose a tensar.

Sigo la mirada de mi papá y descubro que Gianluca está de pie a uno metros de nosotros. No sé si es la furia hacia mi papá o la necesidad de Gianluca la que me hace correr hacia él. Mi papá me grita que vuelva, pero yo no quiero.

-Gianluca... - casi lloro su nombre cuando lo envuelvo con mis brazos y acurruco mi rostro en su pecho – Gian, por favor, vámonos de aquí, no puedo con esto-.

-Alessa...-.

-Llévame contigo, sólo por hoy – insisto pero siento como Gianluca me toma de los hombros soltándose de mi abrazo.

-No Alessa, no puedo, tienes que ir con tu papá-.

-¿Qué?-.

-Vete a casa, es lo mejor-.

-Gianluca....-.

El me mira como si quisiera decirme algo más pero no lo hace. Mi papá grita mi nombre desde el auto.

-Te necesito – le digo pero el cierra los ojos, se inclina y da un beso en mi frente.

-Lo siento tanto... pero esta vez, Alessa, haremos lo correcto – me suelta y camina hacia la izquierda, unos pasos y llega a su camioneta. Sube a ella. Yo siento como si algo dentro de mí se derrumbara poco a poco.

Enciende el motor. Lo último que veo es cuando pasa casi frente a mí y me dedica una última mirada triste, pero no se detiene. Se marcha y no mira atrás, que es justo donde yo me he quedado.

[Gianluca]

-No me importa papá, yo la amo, no pienso perderle, ni rendirme, ¿sabes? Yo por ella soy capaz de todo... - salgo con dirección a las escaleras, espero alcanzar aún a Alessa.

-¿Seguro Gianluca? ¿Eres capaz incluso de hacerle daño a ella?-.

Me detengo en seco – Yo jamás le haría daño-.

-¿No? Entonces qué crees que vas a provocar si sigues con esto, ya viste a Bruno... no hagas esto más grande, te lo ruego, si vas por ella entonces tendrá que escoger entre su padre y tú. Entiendes la magnitud de eso Gianluca, ¡su padre y tú!... ¿en serio la harás escoger? Piénsalo, a veces los actos más grandes de amor ocurren cuando tienes que saber dejar ir a la persona que amas por su propio bien-.

No me vuelvo. Pero él no piensa decir más. No es necesario que lo haga, ya ha dicho lo que tenía que decir y sabe lo que ha provocado en mí. Pero yo no quiero hacer elegir a Alessa entre su padre o yo, jamás podría. Yo sólo quiero que esto se aclaré, buscar una solución que no implique perderla, en el fondo esa es mi mayor preocupación y quizá por lo que estoy dispuesto a todo, no quiero perderla, todo menos eso, no me siento capaz de soportar mi vida si no está ella conmigo.

No me detengo, bajo las escaleras, todo es tan festivo alrededor, es como si fuese un cosmos completamente distinto dentro de este edificio. Cae una ligera llovizna que agudiza el frío estas primeras horas de enero. Me detengo cuando los veo a ambos. Alessa está frente a su papá y tiene esos ojos que uno desearía jamás ver en ella, te dicen más que cualquier cosa horrible que pudiesen pronunciar sus labios, son ojos llenos de frustración, resentimiento y decepción. Lo que me hace sentir como un cabrón es que Alessa está dedicando esa mirada a su padre. Eso no está bien, no puede estarlo. Si Alessa llega a odiar a su padre por mi culpa es algo que jamás podría perdonarme.

Su padre le grita, no sé si Alessa lo percibe, pero el luce triste, no está furioso, está triste. Él amor que yo siento por ella quizá no se compara con el que probablemente le tiene su padre, ella es su hija, la hija que tuvo con el amor de su vida, Alessa es todo lo que le queda desde que ella murió, dicen que el daño más grande que nos pueden causar no vendrá de nuestros enemigos, si no de aquellos que amamos porque son quienes nos pueden causar el dolor más profundo de todos. Hoy hemos hecho daño a nuestros padres, pudimos haber visto venir la situación, pero no cómo se sentiría.

Bruno me ve de pie, quiero retroceder, pero es demasiado tarde, Alessa también nota mi presencia, tiene los ojos rojos y acuosos, hacía tanto que no la veía llorar con tal amargura.

Ella corre hacia mí y yo me paralizo. No debí haber venido. Su papá grita su nombre y casi siento como se desgarra por dentro.

¿Qué hago?

-Gianluca..... - sus brazos me rodean y siento como el corazón se me sale del pecho - Gian, por favor, vamonos de aquí, no puedo con esto-.

-Alessa... – el solo pronunciar su nombre se lleva todas mis fuerzas, me mata verla así de triste, quisiera tomar su mano y salir corriendo con ella, enviar todo al demonio y amarla, cuidarla, hacerle saber que todo va estar bien.

Pero ahora eso es algo de lo que ya no estoy tan seguro.

- Llévame contigo, sólo por hoy – no puedo, no puedo, no puedo, cómo le hago saber que no puedo, siento cómo el alma se me desgarra lentamente, entonces observo a su papá, él nos mira, pero especialmente me ve a mí, esperaba encontrar una mirada colérica, pero me ha puesto entre la espada y la pared cuando al mirarlo solo veo un par de ojos suplicantes. Casi puede leer como me dicen "por favor".

Y sé lo que tengo que hacer.

No podré si tengo a Alessa entre mis brazos. La tomo de sus hombros y la alejo de mí.

-No Alessa, no puedo, tienes que ir con tu papá-.

-¿Qué? – exclama ella, es clara su sorpresa.

-Vete a casa, es lo mejor – siento como si el nudo en el pecho me dejara sin aire.

-Gianluca.....-.

Sus ojos se llenan de lágrimas, aquí estoy yo como un idiota partiéndole el corazón de nuevo, si tan solo no hubiese sido tan egoísta al permitirme amarla como lo hago ella ahora estaría celebrando como los demás, aceptando abrazos llenos de los clásicos buenos deseos y después volvería a su casa, riendo con su padre hasta que el sueño cerrara sus ojos.

Alessa, tan solo espero que comprendas que esto lo hago porque te amo con toda mi vida, pero no puedo seguir haciéndote daño, realmente jamás tuvimos una oportunidad, pero nos encantó vivir ese pedazo de sueño en que creímos que sería posible.

"Te amo" muero por decirle, pero con esas palabras solo le causaré más daño.

Ella me mira, expectante, veo como se cae a pedacitos y yo no puedo hacer nada para sostenerla.

-Te necesito... - mi tiro de gracia, con esas últimas palabras termina por clavar la estaca en mi pecho. Ya no queda nada de mí.

-Lo siento tanto... pero esta vez, Alessa, haremos lo correcto – es lo único que puedo decirle con el último soplo de cordura que me queda. Doy un beso en su frente y me guardo esa sensación de su piel en mis labios. Un segundo más con ella y no podré hacerlo. Casi corro hasta dónde está mi camioneta y subo lo más rápido que puedo.

Enciendo el motor. Una cosa turbia fragua dentro de mí partiéndome en segundos. Al pasar donde se ha quedado de pie le dedico una última mirada y es la imagen más triste de ella. Me odio por permitir que esto pasara, pero en realidad no soy capaz de sentir nada. Noto que he comenzado a llorar y es el llanto más amargo que he tenido en la vida porque mi vida se quedó atrás, bajo la llovizna, preguntándose porque la he dejado sola.

Continue Reading

You'll Also Like

34.7K 802 16
el era un profesor y ella su alumna, pero lo prohibido es divertido así que porqué no, vamos a jugar este juego mientras se pueda.
627K 68.1K 127
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
272K 32.6K 81
✮ « 🏁✺ °🏆 « . *🏎 ⊹ ⋆🚥 * ⭑ ° 🏎 𝙛1 𝙭 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙥𝙚𝙧𝙨𝙨𝙤𝙣 ✨ 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙚𝙨 𝙩𝙤 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙧𝙨 ¿Y si el mejor piloto de l...
120K 41.7K 35
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!