Capítulo 85

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 Escuchen Caruso al leer, les dará una atmósfera diferente del capítulo mas triste que me ha tocado escribir :( 

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-Oh mierda! – escucho claramente murmurar a Ernesto que llega al último tirando de Ignazio.

-Papá... – es lo único que pronuncio, no puedo decir nada más, hay algo en sus ojos que creí que no vería nunca más, que me prometí no volverle a provocar: decepción.

-Bruno, yo, deje que le explique – interviene Gianluca, pero esas simples palabras transforman la decepción de mi padre en furia.

Antes de que pueda reaccionar para detenerlo mi padre se le ha ido encima a Gianluca. Le lanza un golpe con su puño directo en su mandíbula. Escucho su quejido y es cuando yo grito.

-¡No! ¡Papá! – intento detenerlo pero ni siquiera puedo acercarme a él.

Él da otro golpe a Gianluca, este no se defiende. Sé que podría si quisiera, es considerablemente mucho más fuerte que mi papá, pero se está dejando golpear.

Ignazio y Piero saltan hacia mi papá y lo detienen sujetándolo de los hombros y brazos. Veo su cara arder en furia.

Me acerco a Gianluca y lo ayudo a enderezarse, su labio está sangrando.

-Gian – escucho mi voz quebradiza, acaricio su mejilla y con ambas manos acuno su rostro.

-Tranquila, bonita – me murmura.

-¡Aléjate de él! – mi papá logra zafarse del agarre de los amigos de Gianluca y vuelve a ir contra Gianluca. Pero esta vez yo me interpongo entre ambos. Solo siento un ardor punzante en la mejilla derecha que duele como la muerte.

-¡Alessa! – escucho la voz de mi padre y de Gianluca gritar al mismo tiempo.

-¡Vamos! Tenemos que salir de aquí – dice Ercole a los chicos y tiene una mirada furtiva hacia Gianluca.

Mi papá intenta ayudarme a incorporarme del barandal del balcón que es de donde me he sujetado al recibir su golpe, ahora lo noto preocupado y culpable, no dejo que se acerque a mí.

Kathy es la que se acerca y me ayuda colocando sus delgados brazos a mí alrededor. No tengo el valor para ver a nadie a la cara, específicamente a Leonora, porque aunque no la miro siento sus ojos clavándose en mí.

Hay un bullicio completo en el lugar que se cuela por todos los pasillos, hay abrazos, cantos, gente deseando un buen comienzo de año a todo mundo.

-Vayamos al piso de abajo – indica Ercole que tiene una lúgubre seriedad – las oficinas están vacías-.

Camino rápidamente tras de Ercole, siento como alguien va siguiendo mis pasos. Estoy segura que es mi papá. La mejilla me palpita.

Antes de bajar por las escaleras vuelvo la mirada y veo a Celeste que me saluda con la mano y entonces se petrifica al observar el panorama completo. Gianluca con la boca sangrándole, a mí con lo que probablemente es un moretón en la mejilla, las miradas fúnebres y angustiadas del resto. Nada bueno se intuye de eso.

Es sorprendente el silencio con el que nos movemos hasta llegar al piso de abajo y entrar en lo que parece el lugar donde tienen reuniones de trabajo.

Gianluca y yo somos colocados frente a ellos, esto es una especie de inquisición moderna.

-Alessa... – murmura preocupado él colocando una mano en mi mejilla con delicadeza, yo cierro los ojos y dejo que su tacto tranquilice mi miedo, porque siento que ese miedo me está devorando.

Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora