NARRA ZAYN
Estaba solo en la habitación, estaba solo en mi vida. Ya había echado a Perrie de esta, la noche después de lo de Marel y no es que le importase mucho. Lloró un poco pero se notaba que no le afectó demasiado. Los chicos me estaban ayudando bastante, pero esta mañana Harry y Louis se han ido con ella a surfear. ¿Porque todo tenia que doler tanto? ¿Por qué las cosas no podían ser tan sencillas como cuando teníamos 5 años?
Al principio dolía, y mucho, demasiado diría yo, porque cuando sufres por amor te das cuenta de que el mayor dolor no es físico. Yo creía que ella no me quería y eso me dolía mucho, pero cuando Harry me dijo que ella me amaba, que lloraba todas las noches hasta quedarse dormida, que no era capaz de levantarse de la cama, que se derrumbaba por cualquier cosa... No pude impedir que más lágrimas se formasen en mis ojos, que mi corazón ya despedazado se hiciese cenizas. Quise llamarla, decirle que yo la amaba, que no la dejaría nunca, que la amaría todos los días de mi vida. Pero nadie me daba su número por miedo a que hiciese una estupidez, pero ¿acaso era una estupidez querer recuperar al amor de mi vida? Eso me frustró aún más. Me encerré en mi cuarto y no dejé que nadie entrase. Estaba totalmente perdido y solo. Cogí el portátil y me dediqué a ver todas las fotos de Marel, a leer cada cosa que decían de ella. Ver las fotos dolía, dolía porque había unas en las que aparecía llorando, cabizbaja y sin sonreír, cuando yo sabía que sonreír era su mayor hobbie en esta vida. No sé como ocurrió pero me quedé dormido en unos pocos minutos, hasta que una llamada me despertó. La llamada que cambiaría mi vida.
- ¿Diga?- Pude decir con voz ronca y entrecortada. Nadie contestaba.- ¿Quien es?- Debo de admitir que mi voz no sonaba nada bien, pero es lo que tiene haberte pasado días enteros llorando.
- ¿Zayn?- Todo el aire que tenía en los pulmones se escapó. Esa maldita voz... esa maldita y perfecta voz que tanto adoraba y que un día me dijo "no".- Soy yo, soy Marel.- Todo mi mundo se derrumbó, se la escuchaba tan débil, quería llorar, pero no podía. Mi respiración se aceleró, estaba hablando con ella, ¿pero era de verdad?
- ¿Eres tú de verdad Marel?- Era consciente de que sonaba desesperado, pero en esos momentos lo estaba.
- Si Zayn, soy yo.- Dijo esto llorando. No, no podía más, ella estaba llorando ¿por que? Sin saber muy bien la razón, yo también empecé a llorar.- Yo... yo solo quería... necesitaba escuchar tu voz.- Ella que me echó de su vida, ¿necesitaba escuchar mi voz? Pero ¿por qué?
- ¿Para asegurarte de que me jodiste? ¿De que lo hiciste bien?- No sé qué me pasó, yo sabía que no era así, Harry me lo había dicho. Pero, ¿por qué tenía que ser tan imbécil? Pude oír como ella empezaba a llorar, desesperada. ¿La había hecho llorar? Yo, que dije que no me gustaba ver a las chicas llorar, ¿he hecho llorar a una? Y no a una cualquiera, a la que más quiero, a la única que me importa.
- No, no es eso, es porque me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ti Zayn.- Eso trajo esperanza a mi corazón. Mi marchito y despedazado corazón empezó a soñar con poder sanarse algún día.
- Si que puedes.
- Si, pero no quiero.- No pude hablar, lágrimas de felicidad inundaban mi rostro. Ella me quería y me lo acababa de decir.
- Yo tampoco. Estos días sin ti han sido los peores de mi vida. Hasta ahora he vivido sin ti, no se como pero lo he hecho, de repente apareciste llenando de vida la mía, haciendo que todo lo que hasta entonces conocía cambiase de significado, me lo diste todo, y de pronto me lo quitaste. Me quitaste la razón de vivir, me quitaste la vida Marel.- Sentía tan bien poder decirlo al fin. Decir lo que pensaba, lo que sentía.
- Lo siento, lo siento mucho Zayn. Yo... es que estaba asustada, tenía miedo de perderte.- Vale, lo admito, no lo entendía.
- ¿Y me echaste de tu vida?
- Lo intenté, pero no pude soportarlo, no pude soportar respirar sin aire, mirar sin ver, vivir sin vida, porque tú te la llevaste, yo te la dí y te eche de mi vida, y lo siento, lo siento mucho.- No me lo podía creer, mi mente masoquista no me dejaba aceptarlo. Pero era verdad, por fin podía ser feliz, por fin podía estar con ella.
- ¿Puedo verte?
- Por favor. ¿Recuerdas donde vivo?
- Eso es algo que nunca olvidaré, la noche en la que me enamoré de ti y la noche anterior del día en el que creí que te perdía para siempre.- Se hizo un gran silencio.- Llego en 15 minutos.
- Bale, te espero.- No sé porque, pero ese "te espero" significó más de lo que parecía. Ella me quería, ella pensaba en mi, ella había contestado a lo que le pedí aquel martes en el coche, me acuerdo exactamente de lo que de dije, "Yo quería pedirte una oportunidad. Quería decirte que estaba pensando en romper el compromiso con Perrie. Quería pedirte tiempo, que me esperaras." Un poco más tarde de lo deseado, pero la respuesta llegó. Me esperará, ella me esperará.
No malgasté más tiempo y me levanté. Me puse los primeros jeans negros rotos que encontré, una camiseta blanca y una chupa negra, y salí corriendo de mi cuarto en dirección al garaje. Me metí en mi coche y conducí hasta su apartamento. Antes de salir me quedé mirando el edificio un rato. Todo estaba a oscuras ya que eran las 3:00 de la madrugada aproximadamente, pero la luz de su piso estaba encendido. Cogí una gran bocanada de aire y salí del coche, dirigiéndome al portal que estaba abierto. Subí las escaleras, una a una, quería verla yá, pero me daba un poco de miedo volver a joderla. Llegué hasta su puerta y toqué el timbre. Esperé un rato hasta que escuche ruidos al otro lado de la puerta. Cuando por fin se abrió del todo pude verla, pude apreciar cada detalle de su cara, de su cuerpo. La miré de arriba a abajo, llevaba una sudadera rosa que le quedaba gigante y la hacía más bonita si cabía. Tenía unos calcetines grandes blancos, y una gorra de lana con orejitas. Era la cosa más mona que había visto en la vida.
- Hola.- Fué lo único que fui capaz de decir, junto a una sonrisa un poco nerviosa. Ella también sonrió y me derretí por dentro.
- Hola.- Dí un paso hacia delante, dejando 5 centímetros entre nosotros, aunque estaba muriéndome para que esos centímetros desapareciesen.- Te he echado de menos.- Al oír eso levanté una mano y deslicé las yemas de mis dedos por su mejilla. Era impresionante, simplemente tocarla me hacía quererla aún más.
- Yo también, desde el día en el que saliste de mi coche no he dejado de echarte de menos.- ¿Como puedo ser tan idiota dos veces en una misma noche? Una lágrima escapó de sus preciosos ojos. Cogí su cara entre mis manos y sequé su lágrima.- No, por favor, no llores, perdóname.
- No Zayn, perdóname tú a mi. No debí salir corriendo, no debí huir de lo que sentía solo por miedo.
- ¿Miedo a que?- Ella bajó la mirada, había algo que la asustaba de verdad, pero yo la protegería, de eso y de cualquier otra cosa, la protegería de todo con mi vida.
- De volver a perderme, de volver a sufrir, de romper una promesa, de pasar página, de olvidar.- No pude soportar verla más tiempo así. La abracé intentando que se sintiese segura, de que supiese que yo estaba ahí para ella, para siempre. Ella respondió al abrazo inmediatamente.
- No sé lo que te pasó y no te pediré que me lo cuentes ahora, pero no olvides que yo siempre estaré contigo, pase lo que pase, no te dejaré.- Empezó a llorar, pero no parecía triste, así que la aparté un poco de mí y dije lo primero que se me ocurrió.- ¿Que tal te a ido el día?
- ¿Enserio Zayn? Menuda manera de romper el momento!- Ella empezó a reír, era el sonido más precioso que había escuchado en mi vida, y no pude evitar reírme yo también.
- Bueno, es que he visto unas fotos tuyas, de Louis y de Harry en la playa surfeando... y bueno, todas las parejas hacen eso ¿no? preguntarse por el día que han tenido.- Intenté explicarme.
- ¿Parejas?- Preguntó entre divertida y confundida.
- Eh bueno... yo... no se...- ¿Por qué cojones dije eso?
-Jajaja! Tranquilo Zayn. Pues mi día no a ido muy mal, ¿y el tuyo?- Hice una mueca recordándolo, había sido como toda la semana anterior, peor que una eternidad en el infierno. Lo entendió al segundo.- Lo siento.
- Tranquila, Harry me a contado que los tuyos tampoco es que hayan sido de los mejores.- Bajó la mirada un poco avergonzada.- Me dijo que todas las noches llorabas hasta quedarte dormida, que no salías de casa, que te derrumbabas por cualquier cosa, ¿por qué no me llamaste antes?
- Pensaba que tú estabas bien, que estabas con Perr... que estabas bien con ella. Que ya no te acordabas de mí, que ya no te importaba.- Eso me dolió mucho, claro que me acordaba de ella, todos lo días, a todas horas.
- En todos estos días no he dejado de pensar en tí, dejé a Perrie al día siguiente de nuestra conversación del coche... Nunca has dejado de importarme, es más, me he pasado todo este tiempo mirando en internet fotos tuyas, de tu vida en Hawai, fotos con Harry...
- No tenemos nada.- La miré un poco confundido.- Digo Harry y yo, que no tenemos nada.
- Ya, ya lo sé. Me dijo que estaba contigo porque es como tú mejor amigo, pero que no hay nada entre vosotros, y que no a dicho nada para que no lo mezclasen con mi ruptura.- Sonrió un poco mas tranquila y bostezó, haciendo que fuese la cosa más tierna que existía. Sonreí de inmediato.
- Lo siento, es que me he pasado muchas horas surfeando...- Dijo enrojecida.
- Eres irresistible cuando te sonrojas.- Le sonreí, cerrando la puerta que tenía detrás y cogiéndola en brazos para llevarla a la cama, de verdad me podía acostumbrar a esto. La tumbé en la cama y me senté a su lado, por muchas ganas que tenía de meterme con ella, no quería estropear las cosas.
- No te vayas por favor, no quiero que te vayas.
- Antes te he prometido que no te dejaría, que nunca lo haría, y no pienso hacerlo Marel, no te dejaré.- Dije mientras me quitaba los zapatos, los pantalones y me metía en la cama con ella. Me abrazó y apoyó su cabeza en mi pecho, haciendo que mi corazón acelerase y más cuando empezó a acariciarme.- ¿Ves lo que provocas en mí? Nunca antes me había pasado algo así, ni siquiera creía en esto, en el amor.
Nos quedamos un rato largo así, no me atrevía a moverme por si todo esto era un sueño y me despertaba. No quería despertar, no quería despertar jamás de este sueño.
- Me quedaría así el resto de mi vida, juntó a tí, sin que nada más importase.- Dijo en voz baja.
- Podemos hacerlo, podemos simplemente olvidar el mundo, irnos a algún lugar en el que no me reconozcan y vivir ahí.
- Sabes que no podemos, yo tengo que estudiar, tu tienes que trabajar, tienes que seguir cumpliendo tu sueño y el sueño de muchas fans. Pronto tendrás que irte de gira.
- No quiero, no quiero irme, te acabo de prometer que nunca te dejaría, no quiero hacerlo.- Noté como mis ojos se llenaban de lágrimas, no iba a dejarla, bajo ningún concepto.
- No tienes que dejarme, te iras de aquí, si, pero solo prométeme que volverás. Yo me enamoré de tí sabiendo lo que eres, sabiendo que nuestro amor no iba a ser fácil, que te iba a echar se menos, que iba a ser muy difícil verte partir y esperar a que regresases, pero por amor todo se puede y te seguiré esperando cada vez que séa necesario, porque la vida, igual que el amor, nadie dijo que fuese fácil.
- Volveré, que no te quede duda de que siempre volveré.- Dije mientras besaba su cabeza. Después de eso, noté como se quedaba dormida. Jamás, jamás dejaría de amarla, y siempre, siempre volvería junto a ella.
(...)
Mi móvil sonó, despertándome por segunda vez en una noche. Era un mensaje de Liam, lo abrí. "Espero que no hayas hecho ninguna tontería. En 10 minutos en los estudios, no tardes. Te quiero." Sonreí sin querer, miré a mi lado y ahí la encontré, la cosa más bonita de este mundo. Dormía profundamente y como no quería despertarla salí de la cama despacito, me vestí y me dirigí a la cocina. Cogí un papel y comencé a escribir.
¿Sabes? Un día soñé con la mujer perfecta e ideal con la que vivía toda una eternidad, pero... al despertar busqué y busqué en mi cama y no la pude encontrar. Rendido me pareció haber encontrado alguien parecido a aquella mujer, pero el tiempo pasó y sin siquiera sospechar, un día te pude encontrar. Aquella mujer, perfecta e ideal, con la que un día pude soñar y hoy doy gracias al cielo por darme tan hermoso regalo y te doy gracias a ti por ser tú mi mujer ideal.
Sonreí al ver el resultado. En la sala había un pequeño balcón al lado de unas escaleras de incendio. Salí fuera y encontré lo que buscaba, la vecina de arriba tenía unas rosas rojas en el balcón. Subí por las escaleras, cogí la más bonita de todas y volví a bajar para entrar en su apartamento. Por algo me llamaban el badboy de Bradford ¿no? Lo dejé todo en la mesa de la cocina junto a la nota y me dirigí a su cuarto. Ella seguía durmiendo plácidamente. Me agaché a la altura de su cabeza, la observé durante un tiempo y la besé. Sus labios estaban un poco abiertos lo que hizo que el beso fuese mejor. Ese había sido el primer beso que le robaba, pero estaba seguro de que mi vida estaría llena de esos besos robados, de cuando se enfadase conmigo, cuando estuviese concentrada estudiando, cuando estuviese cuidando de nuestros hijos... Me tuve que parar porque estaba empezando a divagar. Sonreí y salí de su apartamento sabiendo que era el hombre más feliz del planeta, y más importante aún, sabiendo que siempre volvería.
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Hola amores!!! ;))
Este capítulo no dice nada nuevo, lo sé, pero como estoy trabajando en los capítulos para el maratón, he pensado en subir esta primero.
Os habréis dado cuenta de que muchas cosas de las que piensan son iguales, pero no os confundáis, no son por pereza ;), quería hacerlo así para que se viese lo mucho que se parecen.
Espero que todos estéis genial!! ;)) Que no se os olvide pasaros por You make my heart race, mi otra novela que es de Louis!!
Os quiero
M