Prólogo.
Perspectiva de Gabe.
Muchos me llaman raro, y está bien incluso me siento halagado por no ser uno más del montón. Mi ficha indica que sufro de trastornos mentales, según yo, sólo veo el mundo diferente a los demás.
—Disculpe, esto es estúpido —dije sin rodeos al psicólogo de la universidad que nos tenía encerrados en su aula— No puede esperar que hablemos sobre nosotros así sin más.
Me miró y se colocó sus gafas, el cree que así se ve más intelectual pero sigue siendo un patético hombre que se masturba con fotos de la maestra de literatura.
—Entonces, porque no empiezas tú, dinos tu nombre.
—No pienso hacerlo.
—Mientras más coperas, más rápido sales de aquí.
Suspiré y me senté nuevamente en mi silla —Gabriel, ingeniería biomédica, trastornos mentales.
Todos miraron cada uno de mis movimientos y sabía lo que pasaba por sus cabezas 'este chico nos matará si no salimos de aquí pronto' trastornado, no esquizofrénico.
Una chica se levantó de su asiento, la había visto el día de llegada bajar de un coche lujoso junto a un guardaespaldas. Rubia, de ojos verdes y tez muy pálida, como si nunca hubiera visto el sol.
—Alice Withmore, ingeniería comercial, problemas de actitud y personalidad.
Oh, entiendo. Withmore, hija de Johnatan Withmore, presidente de los Estados Unidos de América.
Otro chico se levantó de su asiento. Este lo conocía perfectamente, Mackenzie Fitzpatrick, el capitán del equipo de fútbol y un idiota por profesión.
—Mackenzie Fitzpatrick, leyes, homosexualidad.
Quién lo diría, oh si, yo. Lo he visto tres veces tirando con mi ex compañero de habitación. Situación nada agradable.
La siguiente en levantarse fue una chica delgada, casi en los huesos. No había que ser adivino para saber la razón por la cual estaba ahí.
—Cassandra Withman, nutrición, anorexia.
Irónico, ¿no?
La capitana del equipo de cheerleaders se levantó, jamás supe su nombre sólo que aparecía en cada jodido evento de esta jodida universidad.
—Madeline, medios de comunicación, adicción a las relaciones sexuales —dijo sin pudor alguno.
Eso no era una sorpresa para nadie en este campus.
Por ultimo, el chico delgado y pálido se levantó. Era bastante pequeño en comparación a Mackenzie y a mi.
—Miles Bennett, psicología, incapacidad para la intimidad —dijo avergonzado.
Quién no lo estaría, principalmente luego de escuchar a Madeline.
Miré a todos los adolescentes cuestionándome como sus carreras universitarias podían ser tan incompatibles con sus problemas psicológicos.
—Vendrán aquí tres veces por semana —decretó el psicólogo sacándose las gafas falsas— Sin excepción, el que se ausente deberá limpiar las gradas y el campo de fútbol después de clases.
Y los murmullos de desaprobación se hicieron presentes en el aula.
—Púdrase —murmuré tomando mi mochila y saliendo del aula.
No estaba interesado en pasar tres días de mi semana hablando de mis problemas para que un viejo decrépito gane dinero de mis padres.
—Gabriel... —escuché mi nombre entrecortado.
Miré hacia atrás y noté que una de las chicas se había caído en el pasillo. Me acerqué hasta ella y noté que en su mano traía mi ipod. Era Alice, la chica tímida.
—Qué torpe —dije entre risas— Gracias inadaptada.
La ayudé a levantarse y seguí caminando a mi habitación con mi ipod en la mano.
—Gabriel —me llamó y me detuve— ¿Cómo me llamaste?
Sonreí travieso —Después de todo eso es lo que somos. Un club de inadaptados.
[...]
N/A
Ajá, no mori, sólo estaba de viaje. No mientan, yo sé que me aman demasiado para desearme la muerte *le tiran piñas*
Ojalá vayan entendiendo la historia y si tienen dudas, déjenme comentarios. Si les gustó o no, qué personaje les gustó, qué ideas tienen de la historia.
Cristóbal🍃