-¡Hola amiga!-oí a Tiana, una amiga que desde hace años no la veo, a mis espaldas.
-¿Tiana?-dije confusa, tanto tiempo que no la veía.
- Claro, te dije que volvería alguna vez- dijo ella sonriente.
-¡Volviste!- grité y me lanzé sobre ella, siempre la saludaba así, desde que somos amigas.
-Claro pequeña, obvio que volví- dijo Tiana. Ese ''pequeña'' me recordó a Louis, todo me recuerda a él.
-¿Que ocurre?-dijo al ver que me desanimaba.
-Nada...
-¿Cómo que nada? Mira tu cambio de ánimo.
-Okay, luego te cuento, no me arruines tu llegada-dije.
-Está bien, pero lo harás, ¿no?
-Que sí.
-Eso espero... y ¿cómo te ha ido?
-Bien... supongo-dije mirando a la ventana.
-¿Sabes? Cuéntame ahora ya que te ocurre-dijo haciendo con sus manos que mi cabeza girase.
-Luego dije... -no le contaría ahora, estoy sintiendo su olor y un viento ardiente a mi lado.
-Okay, pero no te enojes, solo quería saber que te ocurre... ¡Oh! Ya sé-dijo.
-¿Ya sabes? ¿Tan obvia soy?-dije confusa y giré para mirarme al espejo.
-Siento decirte que sí, muy obvia... ¡Estás enamorada!- dijo sonriente y sentimos romperse un espejo en el baño. Di un leve salto, era evidente. Él estaba aquí.
-¿Qué fue eso? ¿No estabas sola?-dijo con miedo atravesando sus ojos.
-No lo sé, no tengo idea que fue-dije.
-¡Pues vamos a ver!... no tienes gato o alguna mascota que lo haya roto-dijo cuando ya estábamos en el baño. No tenía gato ni perro pero sí al diablo en mi casa.
-¡Pues no!
-Debe ser tu angelito que se puso celoso de que estés enamorada , - dijo en broma. Claro, mi "angelito". Louis angelito y celoso, es lo más absurdo que he oído.
-No lo creo... no creo en eso de mi angel guardián-dije.
-Tendrías que creer... ¿a caso no sabes lo que dicen?-dijo miestras me agarraba de la mano hacia el salón para sentarnos.
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Sí, soy malísima, lo siento. Ayer se me olvidó.
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-Lydia