La ruta de escape, no funcion...

By Ambar001HG

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El frío metal de la pistola que se posa en la frente de Adela, le molesta cada vez más, el tiempo se acaba y... More

Advertencia
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo.

Capítulo 34

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By Ambar001HG

Adela retiene la respiración, Evandro está abriendo los cubículos uno a uno dándoles una fuerte patada.

-¿C...Cariño? -tartamudeando lo llama haciendo que se detenga.

Tan solo queda el cubículo donde Adela está con ese extraño.

El detective Aibar, la levanta susurrando:

-Salga primero.

-No puedo caminar.

Sin tiempo para pensar en alguna estrategia usar, la voz de Evandro retumba en el baño.

-Adelita...

La puerta de entrada se abre y cierra anunciando la salida de ese hombre que hace un momento había sido escandaloso.

-Debo irme, pero antes dígame su relación con el hombre que apareció muerto en su casillero, sé que le daba clases, lo que quiero es alguna otra información que pueda ayudar con la investigación-susurra en el oído de ella.

Adela permanece en silencio, en lo único que podía pensar es en Evandro que debe estar buscándola.

-No tenemos tiempo, responda.

-No tengo por qué responder a sus preguntas, menos en esta situación tan embarazosa-habla entre dientes haciéndolo inclinarse más a ella para distinguir las palabras.

-Por favor responda, hay vidas en juego.

Respirando profundo, Adela se da cuenta que están muy cerca, mirando las grandes ojeras del detective, murmura de mala gana.

-Intentó violarme... pero nunca le desee la muerte si me cree o no, es su problema. Ahora váyase, por su culpa me meteré en problemas.

-Otra cosa.

Adela evita poner los ojos en blanco.

-Sea rápido.

-Ese hombre que la acompaña que es de usted ¿sabe que la están buscando cómo desaparecida?

Inquieta por la presencia de ese hombre todavía a su lado, habla enseguida.

-Es mi cuñado, ahora váyase no responderé nada más ¡váyase por favor!

Memorizando las nuevas informaciones el detective asiente, pudo notar que el asesino es alguien cercano a ella... muy cercano.

La descartó a ella, en cuanto se dio cuenta que no puede caminar, pues le sería difícil (imposible) matar a alguien y meterlo en un casillero, además de que no tendría sentido que matara a mujeres que se parezcan a ella físicamente, por lo visto ella es la musa del asesino.

Cosa que hace al detective Aibar sentirse asqueado.

-Gracias por su cooperación-se da la vuelta y abre la puerta para poder salir.

Adela frunce el ceño y dándose cuenta de que el silencio en ese baño es un poco anormal, jala del cabello al detective impulsándose a caer hacia adelante, mientras lo empuja hacia atrás.

Cae frente al cubículo y dándole una ligera patada a la puerta hace que cierre con el hombre adentro.

Sus ojos se posan en la puerta de entrada y se topa con una mirada gélida tan peligrosa como la de un animal salvaje. Allí con una mano encima de su pistola, Evandro mira la puerta de donde sale Adela sin atreverse a pestañear.

-Evan pensé que me dejaste... -sonriente extiende la mano para que esté la fuera a levantar.

Este se acerca sigiloso, apuntando al cubículo con la pistola en mano.

-¿Qué haces? -presa del pánico, Adela retiene la respiración.

En un segundo todo cambió, Evandro poniéndole el silenciador al arma empuja la puerta.

-¡Ay, pero que rico estaba ese ganso! No sabía que aquí en este restaurante la cocina era tan exquisita.

-Teodoro tú solo piensas en comer, vine y te traje dos bellas mujeres y en lo único que te fijas es en la comida.

Dos hombres entran riendo al baño, Evandro guarda el arma, pese a eso no se aflige ni se turba, ignorándolos levanta a Adela del suelo y en silencio sale.

-Ese hombre parece un puto gánster-se ríen al mirarse considerando que eso sería imposible.

El tal Teodoro abre el cubículo en donde está el detective Aibar y se sobresalta al verlo pálido y en guardia.

«Ese hombre está loco» en eso piensa y saca su celular, temiendo salir de inmediato causándole problemas a esa mujer.

-Señor Müller es urgente, recopile toda la información que pueda sobre Evandro Barker... me he equivocado, ese hombre no es común-informa y mira al suelo.

«¿Qué es eso?» se cuestiona al ver una memoria USB.

***

En silencio regresaron a la mansión en medio del bosque, allí dando vueltas en la sala Brandon se queja una y otra vez.

«¿Qué ha estado haciendo Evandro en estos días? Me está haciendo trabajar mucho últimamente» se dice una y otra vez.

Ve el reloj en su muñeca, los diamantes que tiene nunca los tuvo que trabajar, Evandro uno de sus hermanos menores se encargaba de las cosas tediosas, el papeleo y esas cosas, sin embargo, tras la llegada de Adela Smith en sus vidas este ha estado trabajando menos obligándolo de ese modo a trabajar a él.

-Esto es el colmo-habla para sí mismo notando una vez más que ya es medianoche, por poco y no puede desviar a Derek de donde Evandro estaba junto a Adela.

Su bello rostro ya tiene signos de cansancio, se ha perdido más de diez eventos sociales en estos días y no ha podido salir con sus novias.

-¡Qué horror! -suspira de forma dramática y coloca un pañuelo en la entrada de la casa antes de sentarse.

-¿Qué haces aquí?

-¡Hermanito! -alza la cabeza sonriéndole hasta darse cuenta de que tiene a una mujer en sus brazos.

-Tráeme la silla de ruedas y dime porque estás aquí.

Aturdido Brandon ladea la cabeza sin entender a qué se refiere con la silla de ruedas.

Un bombillo se prendió encima de su cabeza y dándose cuenta de lo que pudo haber ocurrido, en silencio busca la silla apartándose un poco.

-Evandro ven un momento-se aleja a la cocina apoyándose en la nevera.

Adela los ve alejándose.

«Gracias a Dios, no se dio cuenta del hombre que estaba conmigo» con ese pensamiento se relaja. Pero tocando su brasier se da cuenta de algo.

«No está la memoria USB» se pone pálida al darse cuenta de eso.

Un fuerte crujido la asusta y voltea a ver hacia la cocina.

-No es una broma, debes beberte los medicamentos.

«¿Medicamentos?, ¿cuáles medicamentos?».

Comienza a acercarse, el tema le interesa. Si bien eso quería, los dos hombres dejan de hablar y Evandro se dirige escaleras arriba dejándola con Brandon quien en silencio se le acerca.

-La situación es peor de lo que pensaba.

-¿Qué?

-Pensé que no lograrías enloquecerlo, veo que me equivoque conejita. Tan bien noto que tienes muchas agallas ¡mis dos lindos hermanitos locos por ti!

-No metas a Derek en esto-alzando el mentón lo mira fijamente y no desvía la mirada.

Asegurándose de que Evandro no esté cerca, Brandon se peina el cabello y atiende una llamada entrante de un número desconocido.

-Si, con él habla.

En silencio da vueltas por el recibidor y Adela lo sigue con la mirada.

-¿Derek fue apuñalado? -tras colgar eso murmura esperando ver la reacción de Adela.

-¿Qué?, ¿dónde está Derek?, ¡¿qué le pasó?!

Despegándose un poco el celular de la oreja se encuentra con una Adela alterada temblando aferrada a la silla de ruedas.

-¡Brandon, dime!, ¿dónde está Derek?

La voz de ella subió varios tonos, se apresura a cubrirle la boca y mirando hacia las escaleras se le acerca.

-¿Has perdido la cabeza, conejita?

-Dime que no es verdad... ¿qué le pasó a mi Derek?

-Cállate-señalándola con el dedo vuelve a repetir-cállate ¿entiendes lo que estás haciendo? En mi familia ya hay muchos problemas como para que mis dos hermanos ahora se quieran matar por ti, si entiendes la gravedad del asunto es mejor que te calles.

-Dime que no le pasará nada, dímelo por favor-las lágrimas recorren sus mejillas, Brandon se mueve y le agarra el rostro firmemente.

-Escúchame, Evandro está obsesionado contigo y Derek te ama, en cualquier momento se enterarán de que los dos están involucrados contigo y nada bueno pasará. Desde ahora olvidarás a Derek y no lo meterás en problemas ¿entiendes?

-Derek... ¿dónde está Derek?

-No morirá por una estocada, pero si por una balacera que se podrá producir si ellos dos se enfrentan. Se que no quieres más problemas y te recuerdo que tu padre y esa hermana tuya están bajo el control de Evandro.

-Ustedes son unos malditos... van a pagar por esto ¿no te basto con decirle una vez que me vi con Derek? Si le vuelves a decir, lo negare todo.

-¿Así que no vas a olvidarlo?

Ella no contesta y Brandon resopla.

-Tú padre y hermana sufrirían las consecuencias... no me gusta amenazar a bellas damas, pero sufrirá tu familia ¿sabes por qué? Porque se lo qué pasó en la celebración del Año Nuevo, conejita.

Ensanchando los ojos, Adela recuerda todo con exactitud.

***

Eran a penas las dos de la tarde, entrando las compras para la cena especial que entre los dos decidieron hacer Adela sonríe corriendo hasta Derek que de espaldas acomoda la comida en la alacena.

-¡Boo! -de repente este exclama espantando a Adela quien era la que pensaba asustarlo.

-Eso es trampa-hace un puchero y se cruza de brazos.

-Ven aquí, mi pequeña.

-¿Pequeña yo? Mido uno sesenta y cinco es altura normal.

-¿Normal? Normalmente enana querrás decir-se ríe haciéndola sonrojar.

-No es mi culpa que seas un gigante de uno noventa y cinco centímetros.

Dejándose abrazar suelta una leve risita, antes de ponerse seria colocándose frente a él.

-Derek quiero pedirte un favor, sé que hasta el momento te he pedido muchas cosas y es un descaro de mi parte pedirte más.

Alzándole el mentón con el pulgar le acaricia la mejilla.

-No dudes en decirme que te inquieta, buscaré una solución al problema.

-Cásate conmigo.

Se detiene y no deja de mirarla.

-Adela el matrimonio no es una broma. Si lo dices porque me declaré hace unos días me molestare.

A punto de alejar las manos de ella, está lo detiene mirándolo a los ojos y hablando con suavidad.

-Eres tan amable, cariñoso y atento Derek que no puedo resistir yo...

-Adela no te echare a la calle porque no quieras corresponderme...

Lo interrumpe cubriéndole la boca con su temblorosa pequeña mano.

-Déjame terminar, Derek.

Él decide no interrumpirla.

-En estos días quise morir, tengo demasiados problemas... no puedo contactar a mi familia, no tengo amigos, las decisiones que he tomado son de lo peor. Me sentía asfixiada, pero llegaste tú Derek, sacándome sonrisas cuando solo quería dormir y no despertar más...

Hace una breve pausa evitando llorar.

-No tienes ninguna obligación conmigo, me estás refugiando en tu casa, dándome de comer, privacidad, ánimo... Derek ¡hasta me estás ayudando a superar mi acuafobia!

Le acaricia la mandíbula.

-Tomándome de la mano, mientras me sumerjo en la bañera y sin nunca propasarte conmigo ¿cómo quieres que no me enamore? Contigo solo tengo alegrías, aunque no han pasado muchos meses desde que estoy contigo.

-Adela-acunando su delicado rostro menciona-¿A quién le temes?

-Por favor cásate conmigo.

-Adela...

-¿No quieres?

Derek se muerde el labio.

-Lo quiero Adela, aun así, no estas siendo honesta.

-Hagamos una promesa, ahora no hagas preguntas por favor sé que te pido algo absurdo, pero te prometo que aquellos que me molestan dejarán de hacerlo cuando estemos casados, no pretendo dejarte... no estoy jugando contigo, esas personas me dejarán en paz después de eso.

«O por lo menos eso espero».

-Adela, Adela... ¿qué me estás haciendo? -le acaricia el cabello sin resistirse a sus encantadores ojos humedecidos.

-¡Sabía que podía contar contigo! -saltándole encima se le engancha al cuello.

Riendo y hablando de cómo se casarían, Adela sigue convenciéndolo entre abrazos de la buena idea que eso era.

Varias horas pasaron entre preparativos Adela nerviosa se movía por el departamento, mientras Derek preparaba la cena.

«Espero que el plan salga bien» no ha dormido por días considerando con que asquear a Evandro, no quería pasar la vida entera huyendo de él. Con algo lo molestaría y ya sabe con qué.

-¿Quieres vino, Derek?

-Un poco no me caerá mal-ágil mueve los sartenes, sirviendo la cena.

Temblorosa, Adela vierte un polvo incoloro en la copa de Derek rápido para que esté no se dé cuenta.

-¿Puedes ayudarme a poner los platos en la mesa?

-Si, tomate el vino me dijeron que ese es delicioso.

Aceptando sin chistar bebe un largo trago y se sientan a comer, Adela se mueve inquieta tanto que Derek frunce el ceño al sentir calor.

-Creo que deberíamos apagar la chimenea... hace calor.

Terminando de comer, Adela se queda en silencio por lo que Derek se levanta apagar la chimenea.

-Lo siento.

Antes de que él pudiera reaccionar, Adela le pega con un sartén en la cabeza, tres veces ya que con dos no se derrumbó.

Pasaron varios minutos hasta que por fin Derek incómodo abrió los ojos, el calor en su cuerpo se intensificó, ahora se dio cuenta no era calor, era deseo sexual.

-¿Qué es esto? -cuestiona al abrir los ojos dándose cuenta de que tiene los brazos amarrados.

-Lo siento por el golpe-esa suave voz le hace alzar la cabeza, pese a eso duda de lo que ve por un segundo.

-¿Adela qué haces?

La bata trasparente revela las suaves curvas de esa mujer, él se queda sin aliento al darse cuenta de que nada lleva debajo de esa corta prenda.

-Me daba vergüenza pedírtelo.

-¿Y no te dio vergüenza amarrarme? No sabía que te gustaban este tipo de cosas.

Adela baja la cabeza por un corto lapso en el que tomó valor y camino hasta ponerse frente a él.

-Eres tan caballeroso que no me ibas a tocar, aunque te lo pidiera. Perdóname, pero solo será por esta vez... necesito que...

-¿Qué es lo que necesitas? Habla para que pueda entenderte.

El rostro de Adela se torna colorado, ante la voz tranquila y autoritaria.

-Necesito que me hagas mujer, quiero que me tomes esta noche.

Sin poder creer lo que escucha, Derek permanece en silencio.

-Desátame.

-No lo harás si te desato.

-Desátame.

Temblorosa le empieza a quitar la camisa, los anchos hombros de Derek ella tocó curiosa, descendiendo la mirada hasta el pecho fornido y los abdominales bien marcados.

Adela sin prisa le acaricia el pecho, pensando que lo que hace es una locura.

«¿Y si no le gusta?» con ese pensamiento lo mira a los ojos, él tiene las pupilas dilatadas y la respiración pesada.

Ella aparta la mirada, pero entre las piernas de Derek un bulto llama su atención, tragando saliva Adela se alienta a llevar sus manos hasta allí.

A pesar de esto, no logra tocarlo, en un abrir y cerrar de ojos se encuentra encima de la cama.

-¿Cómo has podido soltarte? -abre la boca aturdida por el repentino movimiento brusco.

-Eres muy traviesa, Adela ¿disfrutaste tocarme?, ¿por qué no invertimos los papeles y te toco yo a ti?

Se aproxima a su boca de forma ávida, devorando sus dulces labios para cuanto antes deslizar una de sus amplias manos por debajo de la bata traslúcida.

-Derek... ¿qué haces?

-Abre las piernas... abre tus piernas para mí, Adela.

Abochornada se deja besar, la voz ronca y seductora de Derek la estremece de forma placentera.

Acomoda el rostro entre las voluminosas piernas de Adela haciendo que ella se encuentre en un dilema.

No sabía si abrir o cerrar las piernas, por impulso las cierra, el único inconveniente es que Derek ya se ha colocado en medio de ellas, un grito de sorpresa escapa de los labios de Adela al ver como este, toma una de sus piernas subiéndosela al hombro.

-Las niñas malas hay que castigarlas ¿no es así, Adela?

-No sé de qué hablas ¡ah! -lanza la cabeza hacia atrás incapaz de imaginar que el tranquilo hombre con el que ha estado conviviendo hasta ahora le haga tal cosa.

La lengua larga y caliente se introduce en su interior con unos movimientos serpentinos que evocan emociones desconocidas en el cuerpo inexperto de Adela, retrocede arqueando la espalda, pero pierde las fuerzas rápidamente al Derek masajearle el clítoris con tanta destreza que la impulsa a cubrirse la boca evitando gemir.

-Déjame escuchar tus dulces gemidos.

El cuerpo de Adela estaba temblando, deja escapar su voz complaciendo a Derek. A medida que acariciaba su sensible cuerpo ella se retorcía agobiada por el placer.

Apartándose un poco de ella se deshace de la camisa revelando por fin su piel ligeramente bronceada y fornido cuerpo debajo de las escasas luces de las velas aromáticas.

Besándola con pasión le roba el aliento, acaricia sus muslos, mientras le quita la bata exponiendo su desnudez.

No esperaba ver desnuda ante él a Adela Smith en un día como ese, su tierna figura aprecia sin perderse los detalles de su cuerpo, esos firmes pechos que suben y bajan rápido debido a la agitada respiración, acaricia con tanta confianza que la hace jadear.

Se pone en medio de las piernas de ella, ve cautivado sus húmedos pétalos rosáceos.

-Tan hermosa-murmura al insertar de manera repentina uno de sus dedos en aquella estrecha abertura vaginal.

Adela se aferra a las sábanas, los gemidos de ella se habían vuelto más urgentes y su cuerpo estaba tenso. Derek se deslizaba hacia adentro y hacia afuera a un ritmo frenético, luego agregó un dedo más.

Dos dedos se deslizaban hacia adentro y hacia afuera, en tanto los estiraba desde su interior, también raspando suavemente la pared interior de su pequeño agujero.

El placer nublo la cabeza de Adela, en cuanto se aferró a los brazos de aquel hombre que ya no soportaba más la presión en su miembro viril.

En medio de la oscuridad Adela vio esa larga vara de carne gruesa y erguida que a su entrada conducía, por inercia retrocede y Derek la detiene.

-Es muy grande... Derek no entrará.

-Tranquila, no te haré daño.

Accedió a su interior, la presión era considerable, aunque solo era la punta, el virginal cuerpo lo rechazaba, por eso sintió un sentimiento tortuoso, que lo hizo apretar los dientes al escuchar el quejido de Adela.

La mezcla de emociones provoca que Adela se aferre a los brazos de Derek, los sonidos obscenos que crean sus cuerpos al unirse la avergüenzan, el placer venció la incomodes inicial y ella no pudo resistir arañarle la espalda, en cuanto el ritmo se hizo más profundo.

Los gemidos de ella se volvieron una dulce canción para Derek, los dos se envolvieron tanto que ignoraban su entorno y se ungieron en un abismo lleno de placer que los llevó a unos intensos orgasmos.

Afuera del departamento, Brandon se queja notando como Derek no le coge las llamadas.

-Ya no hay respeto-murmura y sacando una llave de repuesto que Derek no sabe que tiene, abre la puerta.

-Hermanito ven a recibirme-deja de hablar, acercándose despacio a la habitación escucha unos fuertes gemidos.

«Oh, estas teniendo un poco de diversión... eso es raro en ti» pensando en eso curioso se acerca a la alcoba.

Por la puerta entreabierta se asoma, la mujer de espaldas con los brazos hacia atrás es sacudida violentamente por causa de las embestidas, los dos tan concentrados que no se han dado cuenta de su presencia.

-¿Adela? -murmura casi de manera inaudible, se aparta un poco de la puerta y sonríe incrédulo.

«Y Evandro loco buscándola» ese pensamiento le causa risa, pero se contiene y saca su celular, empieza a grabar.

No grabo por mucho tiempo, se detuvo al lograr capturar el rostro de Adela. Sale del departamento y cerrando, no evita reír.

-Las cosas se están volviendo interesantes.

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