Lo siento pero tengo una noticia importante que dar! No me deja subir unas fotos de como iría vestida Marel, y su casa y todo eso, por lo que abajo en los comentarios dejaré los links. Lo pongo al principio porque sé que algunos no leen las partes de abajo, en las que el autor escribe unas pocas cosas (y lo digo por experiencia, ya que yo soy una de las que se salta esas partes) y así todos llegáis a enteraros de esto. Así que ya sabéis, de aquí en adelante, toda la ropa que Marel lleve y cosas por el estilo estarán en unos links en los comentarios.
Os quiere:
M
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Ya llevában como unas 4 horas tocando la puerta. No paraban y seguramente era porque no fuí a clase en dós días y no abría la puerta. No podía salir de la cama, no me veía capaz. Ya eran las 23:00 aproximadamente y desde las 18:30 pasadas estaban tocando la puerta. Quienquiera que fuera no iba a parar y ya me estaba cabreando. Haciendo el mayor esfuerzo del mundo levanté la cabezá de mi empapada almohada, ya que no paré de llorar en todo el día, y me quite el edredón de encima. Fui al baño, era una urgencia, llevaba horas tumbada y sin salir de mi cama. Despues de asearme un poco, fuí a la puerta. La abrí y ahí estaba él, mi amigo, el que de verdad me entendía. Los verdes ojos que siempre solían estar rebosando felicidad, solo transmitían tristeza y al verme a mí, fue como si se le hubiese caído el mundo encima.
Hizo desaparecer el metro que nos separaba y me abrazó.
- ¿Que tal estás princesa?- Harry, solo él podía ser tan bueno. Lo había tenido más de 4 horas tocando mi puerta y ahora solo me abrazaba y me preguntaba como estaba. No, no me merecía un amigo tan perfecto. Me sentí mal al instante y comencé a llorar, otra vez.
- Gracias por venir.- Fue lo único que pude decir entre sollozos. Porque, ¿que le iba a decir si no? ¿que había echado de mi vida a la persona que más amaba? ¿que estaba completamente enamorada de un chico que estaba prometido? ¿que a cada paso, cada vez que respiraba, sentía que no lo merecía? ¿que no merecía seguir viviendo? ¿que no quería seguir viviendo? No, no se lo iba a decir.
- Tus amigas me llamaron preocupadas ya que no ibas a clases en dós días, no contestabas a las llamadas... y Zayn también está igual.- Al escuchar esas últimas palabras sentí que me derrumbaba. Literalmente. Mis piernas dejaron de funcionar y si no fuera por Harry ya estaría en el suelo. Me cogió en brazos como recién casados y me llevó hasta mi cama. Cuando me tumbó en la camá agarre su camisa para que se metiera conmigo y eso hizo.
Nos quedamos así por unos minutos, tal vez horas. Mi respiración iba tranquilizándose gracias a los tranquilos latidos de Harry, ya que estaba apoyada en su pecho. Miré al reloj, las 2:38 de la madrugada. Harry aún seguía despierto, parecía cansado pero se negabá a cerrar los ojos por si me pasaba algo.
- ¿Necesitas irte?- Pregunté mientras inclinaba la cabeza para poder verle bien.
- No, no! Para nada!
- Enserio Harry estaré bien, puedes irte a casa a descansar.
- ¿Y puedo quedarme aquí a dormir?- Preguntó haciendo un pequeño puchero. Se me escapó una media sonrisa. La primera en mucho tiempo.- Te he hecho sonreír! He hecho sonreír a Marel Turek!- El gritaba mientras que yo me reía por lo bajo.
- Esta bien quédate. ¿Te apetece una peli? ¿tal vez una de miedo?- Asintió con emoción mientras yo me levantaba para poder poner la película. La verdad es que estando con Harry me sentía mucho mejor.
- Me encanta tu pijama!- Harry me sacó de mis pensamientos. Se refería a la camiseta, en la que ponía "Good girls love bad boy's".
- Me pareció apropiado para la ocasión.- Dije sin darle mucha importancia. A lo que él rió.
- Pues sí, si que has acertado!
Pude encontrar una que tenía buena pinta, la puse y me metí bajo el edredón abrazada a Harry.
- ¿Sabes que no me iré, verdad?- Dijo él abrazándome un poco más fuerte y mirándome a los ojos.- Por mucho que pasen los años, por muchas desgracias que pasen o por muchos kilómetros que nos separen, estaré siempre contigo. Si estás mal cuando yo esté en la otra punta del mundo, da igual, cogeré un avión y vendré en cuestión de horas. Porque Marel, tu eres y seras una de las cosas más importantes y más grandes que tengo en la vida. Mi mejor amiga, mi hermana. Así que solo te pido que tu tampoco me eches de la tuya. No me cierres la puerta, déjame entrar en tu corazón, déjame ayudarte siempre que lo necesites y déjame ser parte de tu vida. Me rompe el corazón pensar en todas las horas que te has pasado aquí sola llorando.- Hizo una pequeña pausa ya que se le quebró la voz a la vez que una pequeña lágrima salía de sus ojos, acompañado por las decenas que ya habían salido y seguirían saliendo de las mías.- No vuelvas a hacer eso, no vuelvas a esconderte sola, porque no lo estás. Yo estoy aquí, contigo y para tí. Para siempre.
- Lo sé, Harry. Y lo siento, no sabes cuanto lo siento.- Esto último dije con la cara metída en su camiseta ya que no podía parar de llorar. Él me abrazó más fuerte.- Te quiero Harry, te quiero mucho.
- Yo también te quiero princesa, yo también te quiero.- No le hicimos ningún caso a la película, ya que Harry le había quitado el volumen antes de empezar a hablar. A los pocos minutos de aquella conversación nos quedamos los dos profundamente dormidos.
(...)
La luz que entraba por la ventana me despertó. Era una luz un poco grisácea por lo que supuse que hoy el día sería encapotado. Abrí un ojo para encontrarme a la estampa más bonita del mundo, Harry. Él aún dormía y parecía un bebé. Estábamos abrazados por lo que se despertó cuando yo me moví un poco.
- Bueno días dormilón.- Le dije acompañado con una pequeña sonrisa.
- Buenos días princesa!- Contestó con su voz ronca que por las mañanas era más exagerada. Esa frase me emocionó. Una de mís películas favoritas era "la vida es bella" y esa frase era mi favorita de toda la peli. Sonreí como una boba.- Parece que hoy estás de mejor humor.
- Es porque me he levantado con la mejor compañia del mundo.
- ¿A si? ¿Y ese quien es?
- Mi mejor amigo.- Me abrazó. Fue un abrazo largo, en el que sin palabras nos lo dijimos todo.
-Hoy irás a clase, ¿verdad?- Se separó un poco para verme la cara. Yo no estaba muy convencida de lo que quería hacer. Bueno sí, lo único que quería era irme con Zayn. A algún lugar solitario del mundo y estar con el. Pasar todos los segundos, minutos, horas, días de mi vida con él. Envejecer con él y al final, morir junto a él. Estaba a punto de volver a echarme a llorar de no ser por Harry, que siguió hablando.- Marel, viniste aquí por dos razones, estudiar y surfear. Y no has hecho ninguna de las dos! Fuiste solo un día a clase, y lo de surfear... ni siquiera te has acercado al mar.
- Lo sé. Pero no sé cuando podré ir.
- Yo hoy no puedo, pero mañana mismo te llevo. Y ahora, princesa, te levantas, te duchas, te vistes y vas directa al instituto que llegarás tarde sino.
- Gracias Harry.- Lo abracé y me levante. Estaba a punto de entrar a la ducha cuando me giré y ví que Harry seguía en la cama y a punto de dormirse. Cogí carrerilla y salte sobre él.
- Pero estás loca! Podrías haberme matado de un ataque!- dijo mientras reía.
- Es que no te levantabas!- Me excusé.
- Es que yo no tengo que levantarme. Tengo la mañana libre. Puedes dejarme una copia de la llave encima de la mesa y yo cierro cuando salga.- Nada más decirlo bostezó y se dió media vuelta para seguir durmiendo. Ese chico no tenía solución. Me metí en la ducha, eso me relajaría. Opté por no poner la radio, ya que a esa hora el locutor tenía la extraña manía de poner canciones de los chicos y no quería acordarme de ellos.
Salí y fuí directa al armario. Me decidí por unos jeans negros, camisa vaquera, unas botas negras con la parte de arriba blanca y gorro y bufanda color granate. Me hice un café, ya que no había dormido casi nada en mucho tiempo y me metí en el baño a maquillarme un poco. Por último cogí mi mochila y mi chupa negra, dejé una llave en la mesa y salí de casa, no sin antes pasarme por mi habitación a darle un beso en la mejilla a Harry.
Salí de casa pero no había ni rastro de Emma. Seguramente ya estaría de camino y así era. Empecé a caminar un poco y la divisé a lo lejos. No me quedo otra que echarme una pequeña carrera para poder alcanzarla.
- Emma! Emma!- Esta se giró al final.- Hasta que te dás cuanta!
- Marel!- Me abrazó.- Los siento, no te escuche.- Dijo señalando los auriculares.- ¿Como estas?- Oh no, ya empezaban. Los típicos comentarios de "como estas", "has hablado con él", "si necesitas ayuda solo dímelo"... Hice una pequeña mueca y ella lo entendió al vuelo y cambió de tema.
- ¿Sabes que? El otro día cuando te marchaste,- me miro como pidiéndome permiso para seguir hablando. Sería del día en el que me fuí con Zayn. Todabía dolía, y mucho, pero hablar de ello como si no pasase nada ayudaba un poco, así que asentí.- No sabes la cara que se les quedó a todos! Jajaja! Los tenías que haber visto, en especial a las chicas, todas comentaban lo mismo "es amiga de Harry y también de Zayn", "sí que es guapa, pero ¿que tiene de especial para estar con esos?" "primero con uno luego con otro..." fue muy divertido!
- Me alegro!- Dije sin apenas sonreír. Ya habíamos llegado y tal y como me temía, el mundo entero nos miraba, bueno me miraba.
- Hola chicas! ¿Que tal estás Marel?- Preguntó Hanna. Emma la asesinó con la mirada y esta también lo entendió, a la fuerza, pero lo entendió.
- Todo bien. ¿Aquí la gente sabe algo de lo que paso con... ya sabéis...- Empecé. Pero Alison me cortó. Gracias a Diós.
- No, solo saben lo que dicen las revistas de cotilleos, que estás "liada" con Harry, que te llevas bien con los 5... y solo eso!- Me sonrió a lo que yo también le contesté con lo mismo.
El día pasó sin ningún incidente. La gente se acercaba a mí para pedirme el numero de los chicos, para que los siguiera en twitter, para hacerse mis amigos... yo simplemente los ignoraba a todos, ya que en todas sus conversaciones aparecía Zayn. Por fín acabaron las clases y las chicas y yo decidimos irnos de compras para despejarnos un poco.
Nos fuimos al centro comercial y lo primero que hicimos fue irnos directas al Starbucks, que gracias a las pocas horas de sueño que había tenido los últimos días, me íba quedando dormida por todas las esquinas. Cuando tuvimos nuestros cafés en la mano empezamos a ir de tiendas. Y ahí fue cuando hice el gran descubrimiento del día. Cuando me deprimo, me convierto en compradora compulsiva. En sólamente 3 horas me gasté más de 600€ en ropa, calzado, accesorios... Menos mál que por lo del surf me pagaban muy bien por que sino, mis padres me llevaban de vuelta a Hawai, nadando si hacía falta.
Durante la tarde no faltó gente haciéndome fotos "disimuladamente" con sus móviles. Eso de disimuladamente se define en ponerse detrás de un maniquí o una percha con el móvil en alto durante unos minutos, y los más atrevidos incluso salían de sus increíbles "escondites" para poder tener un mejor ángulo. Al final de la tarde teníamos todo un séquito de adolescentes siguiéndonos, entrando a cada tienda que entrábamos haciendo como que ellas también iban de compras.
Después de un largo y cansado día, llegué por fín a mi casa. Dejé las bolsas en el suelo, que si no fuera por la madre de Alison que nos vino a buscar, seguramente tendría que haber alquilado un camión de mudanzas para poder llevarlas hasta allí. Fuí a ponerme el pijama pero cuando entré en mi habitación me encontré con una camiseta encima de mi cama. Era una camiseta grande, negra y en blanco ponía "HIPSTA PLEASE". Lo cogí y lo olí. No podía ser de otra persona, era suyo, de Harry. También había una nota, así que la cogí y la leí, "No se si vendré esta noche, pero lo intentaré. De todos modos te dejo una de mis camisetas favoritas, para que no se te olvide que estoy contigo, siempre. Duerme con ella esta noche, por favor. Te quiero, Harry".
No me lo pensé dos veces. Me desnudé completamente, me puse unas braguitas y la camiseta de Harry. La abracé mientras iba en dirección a las bolsas con intención de guardarlo todo en el armario. Empecé a sacarlo todo y me encontré con unos calcetines blancos con adornos rosas, y como nó, me los puse. Seguí buscando y me topé con el gorro más mono de la historia. Era blanca, de lana y con dos pequeños pompones a los lados, los cuales parecía orejas. Me levante, ya que sabía que si seguía así acabaría probándomelo todo, y si eso ocurría a las 5 de la mañana seguiría probándome ropa. Me dirigí feliz con mis calcetines y mi gorro al baño, me desmaquille y me aseé. Estaba agotada así que cogí el portátil y me metí en la cama. Contesté los correos de mi familia y mis amigos, que más que preguntarme por como estaba me preguntaban sobre Harry y si estaba saliendo con él. Familia para eso!
Entré en twitter y fue una locura. Había cientos de fotos mías de compras, en el instituto, Harry saliendo con la misma ropa que la noche anterior de mi casa... Todo el mundo estaba revolucionado. Seguí a unas personas que me empezaron a seguir, no a todas ya que ya rondaban los 743.538 seguidores, y contesté a comentarios, muchos comentarios. Después de unas dos horas contestando, noté como me iba quedando dormida, por lo qué apagué el portátil y la luz, y me metí entre las sabanas. Después de unos cuantos minutos mi cabeza ya estaba llena de recuerdos, de dolorosos recuerdos. Y mis lágrimas, como no, no tardaron en reaparecer. Lo único que me calmaba un poco el olor de Harry que desprendía la camiseta. Poco a poco iba cayendo en los brazos de Morfeo, pero un ruido proveniente de la sala me puso alerta. Alguien entro en mi habitación. Saqué un poco la cabeza y pude verle. Era Harry. Pude llegar a ver sus rizos votando, ya que estaba intentando sacarse un zapato. Después de quedarse en boxers se metió en la cama junto a mí y me abrazó.
- Veo que te has puesto mi camiseta.- Solo pude asentir, estaba demasiado cansada.- Siento no haber llegado antes, pero estaba con los chicos, Zayn también necesita mi ayuda. Marel habla con él, lo está pasando mal, ni siquiera deja a entrar a Perrie en su habitación! Solo entramos nosotros y su madre.- Se calló ya que notó como mis lágrimas empapaban su bronceada piel del pecho.- Lo siento, princesa, lo siento! Soy un idiota.- No contesté, por que tenía razón. Pasaron unos minutos antes de que volviera a hablar.- ¿Te has comprado todo eso?
- Me convierto en una compradora compulsiva cuando me deprimo.- Dije levantando los hombros. El solo rió y beso mi cabeza.
- Buenas noches princesa! Te quiero.
Esas fueron las últimas palabras que oí antes de quedarme dormida.