Samantha Whornwood y los mero...

By xCrazyPotterheadx

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-Sam, ¡perderás el expreso!, y este es tu primer año, recuerda querida... ¡Hogwarts! -gritó desde la cocina l... More

Nota de autora
El Expreso Hogwarts
El sombrero seleccionador
Caras nuevas
Una noche para cuatro
Una broma pesada
Pociones
Nervios en la noche
Niño extraño de nombre extraño
Prueba de vuelo

El primer día

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By xCrazyPotterheadx

Samantha tuvo un sueño extraño. Pero no era una pesadilla, solo era extraño. Se encontraba en lo que parecía ser un bosque, era de noche y se encontraba sentada sobre una piedra lisa y suave. Miraba a su alrededor y no había ninguna luz, la única luz que había provenía de la luna que se asomaba a lo lejos de entre las nubes.

De la nada, un ruido tras ella la puso en alerta.

Lumos —susurró,  y una luz comenzó a surgir desde su varita. Mientras, lentamente iba colocando sus pies sobre la tierra, oscura y algo embarrada por la humedad, comenzó a caminar lentamente adentrándose al bosque. Elbcual ya no estaba solo iluminado por las estrellas, ni por la luz de su varita.

Personas encapuchadas y con largas túnicas reunidas en circulo, parecían concentrados en realizar algún tipo de hechizo. Samantha se acercó más para ver que estaban haciendo, pero en un abrir y cerrar de ojos el grupo ya no estaba.

Como si en su propio sueño le hubieran dado una bofetada, se despertó algo exaltada.

Habían pasado las siete cuando con los ojos apenas abiertos, Samantha   pudo divisar el reloj de cuatro agujetas en la esquina de la habitación, las cuales apuntaban todas a un mismo lugar : "Hora de levantarse".

No parecía haber nadie en el cuarto ya, excepto Gregory, que se encontraba recogiendo su túnica del suelo mientras se frotaba sus cansados ojos con ambas manos. Parecía no haber pegado un ojo en toda la noche, aunque el no opinaba igual.

—¿De que hablas?

Sam pudo notar que mientras Gregory le hablaba e intentaba recoger su túnica, que estaba del otro lado de su cama, se tambaleaba como si la cabeza le diera vueltas.

No quería que Gregory se diera cuenta de que ella encontraba esa escena bastante divertida, así que le ofreció ayuda. A lo que Gregory se negó como era de esperarse.

—Gracias, pero no necesito ayuda para levantarme.—Decía mientras le dirigía a Samantha una mirada de superioridad. —¿Por que no vas a desayunar al Gran Comedor como todos?

Samantha  recogió sus cosas, puso los libros de las asignaturas que le tocaban el lunes en su mochila bastante molesta por el comentario de Gregory y dando un leve bufido, se dirigió al Gran comedor.

Se podía ver a través de las grandes ventanas del Gran Comedor como los rayos de luz traspasaban los vidrios dejando extrañas figuras de colores. Samantha paseó con la vista la mesa de Slytherin y consiguió ver a Hayden, desayunando con sus compañeros de cuarto mientras ojeaban un pergamino en el que parecían estar escritas sus asignaturas.

Samantha se acercó a la mesa y Marcus le hizo un lugar. Se encontraban sentados justo en medio de la larga mesa llena de comida y jugo de calabaza.  Hayden le dirigió una mirada rápida y le pasó el pergamino, Sam leyó en vos baja y posó la vista en "Historia de la magia" prolijamente escrita.

—Veo que les toca con el divertido profesor Binns. —Finnegan se había parado detrás de Samantha y ojeaba el pergamino de Hayden con una sonrisa burlona.

— ¿A que te refieres con divertido?

Gregory finalmente había bajado, con su mal humor todavía impregnado.

—Bueno, solo puedo decir...que es un fantasma. —Y soltando aquello, Gregory se dirigió a su grupo.

—Vaya, es un fantasma.  —Hayden parecía molesta. Sam le devolvió su pergamino y tomó una de las tartas de la mesa mientras se preguntaba como sería su primer día.

El fantasma de la casa de Slytherin, el Barón Sanguinario, estaba sentado en la cabecera de la mesa y a Sam se le escapó una risita al ver la cara de susto del chico que estaba sentado al lado de este. La mesa de los Slytherin estaba bastante tranquila aunque por otro lado, de la mesa de los de Gryffindor el barullo y las risas eran bastante molestas. Sobre todo a las siete y media pasadas de la mañana.

Los cuatro chicos que ella había visto la tarde anterior, se habían juntado en una especie de reunión privada en la esquina de su mesa y parecían estar hablando de algo muy divertido, ya que no paraban de reírse.

—Me pregunto cual será la siguiente víctima de Potter. —Marcus también estaba observando la mesa de Gryffindor. Mantenía la mirada firme en un chico de anteojos, flacucho y con el pelo crespo y negro que hacía morisquetas y movimientos raros con la varita que sostenía en la mano.
Este no tardó en notar que lo estaban observando, así que le devolvió a Marcus y Sam una sonrisa burlona.

Los otros tres chicos que estaban junto a el soltaron una estridente carcajada al ver la expresión de Marcus.

—¿Víctima?

Hayden y Samantha preguntaron a la vez mirando a Marcus.
¿A que se refería con víctima?, parecía un chico travieso y algo molesto, pero ¿Al punto de tener una víctima?

—Se hace tarde —interrumpió Gregory. —Ese tal profesor Binners nos debe estar esperando.

Hayden puso los ojos en blanco.

—Tal vez quisiste decir... ¿Binns? —Soltó Samantha.

—¿Y yo que dije?. —Respondió Gregory, sin darle importancia y desviando rápidamente la mirada mientras tomaba sus cosas.

—Hoy está especialmente odioso —Susurró Marcus divertido mientras miraba a Gregory que caminaba de mala gana.

El Gran Comedor se fue vaciando y Samantha, Hayden y Marcus siguieron a Gregory por las escaleras hasta la torre donde se encontraría Binns.

Rubeus Hagrid tenía razón sobre las escaleras y los recuadros.
Mientras subían por ellas, estas comenzaban a moverse o a rotar cambiando de caminos. Lo que le produjo a Hayden un ataque de histeria  ya que no quería llegar tarde a su primera clase.

A Marcus tampoco se le hacía muy divertido. Se le mezclaban las contraseñas y estuvo a punto de insultar al pequeño caballero del recuadro que daba hacia la tercera torre.

—¡Callaos vasallos!, oh me veré obligado a atravesaros con mi poderosa lanza ...

—pasteles de rana... a-alargalenguas, traga...tragababosas... ¿¡¡ranas saltarínas!!?

—No os humilléis humilde bellaco, veo que no tenéis el poder sobre ciertas palabras. ¡Andaos corsel!

El caballerito se había subido a su caballo y apuntaba con su lanza al marco del cuadro. A Samantha se le cruzó por la mente que no podría ir a ningún lado, pero de un segundo para otro el hombrecito desapareció dejando en su lugar a una mujer regordeta.

—¿Dulces de limón?—probó Sam, y la señora asintió dándoles paso hacia la siguiente torre.

Marcus, boquiabierto miró a Samanta con el pergamino lleno de contraseñas en la mano.

—Andando—dijo Gregory.

Los cuatro subieron por la torre, doblaron a la derecha  y siguieron caminando hasta encontrarse con el aula del señor Binns.!
Reconocieron al profesor de inmediato.

Los cuatro buscaron una mesa y se sentaron para luego sacar sus pergaminos, dispuestos a anotar lo que el profesor dijese, ya que  después de todo, era historia.

La clase del profesor Binns no tardó en volverse densa y aburrida.
Relataba todo muy despacio y confundía los nombres de los personajes importantes además de las fechas de los sucesos.

—¿Que nos toca ahora? Hayden le preguntó a Samantha que salía como una flecha del salón y se dirigía hacia Defensa Contra las Artes Oscuras.

—Defensa contra las Artes Oscuras —Dijo entregándole el pergamino.

La clase de Defensa contra las Artes Oscuras fue como Samantha se lo esperaba.

El profesor les enseñó distintos tipos de hechizos que se podían realizar para prevenir ataques provenientes de bestias extrañas parecidas a algún tipo de animal marino, pero con la capacidad de caminar por tierra.

A Samantha se le había pasado por la cabeza preguntarle al profesor sobre su sueño, si es que tenía algo que ver con artes oscuras. Pero pensó que debía sonar muy tonto preguntarle a un profesor sobre un sueño, así que se cayó la boca y  esperó a que terminara la clase para bajar nuevamente al Gran Comedor. Esta vez, intentando no perderse.

—Tu hermano tenía razón —bufó Hayden .—El profesor Binns es algo...denso. Al menos  Ahora nos toca Herbología con Sp...

Antes de que terminara la frase, todo el Gran Comedor fijó la vista a cuatro chicos que reían mientras realizando un movimiento con su varita. El chico de lentes sostenía a otro chico en... ¿El aire?

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