Niño extraño de nombre extraño

249 21 5
                                    

A Samantha esas palabras le resonaron el la cabeza una y otra vez. Niño extraño de nombre extraño.

Por un momento, un recuerdo cercano invadió su mente; cuando Samantha no tenía menos que seis años, su padre había regresado del trabajo con la cara roja de cólera. Al parecer, había tenido que atrapar a un mago que pretendía hacerle un maleficio imperdonable al dueño de un bar muggle, el cual se había resistido a no cobrarle la cuenta.

A Samantha le pareció extraño el enfado de su padre, después de todo, el mago recibió su sentencia pero Samantha había notado que no era exactamente el delito lo que había molestado a su padre. Luego de ese día Sam decidió no volver a preguntar del tema, aunque cada vez que lo hacía su padre se limitaba a responder  "no era mas que un extraño".

Samantha decidió volver al presente; agitó levemente su cabeza borrando ese recuerdo como siempre lo hacía cada vez que volvía a su mente. Por un momento se preguntó si existiría alguna forma de borrar ese molesto recuerdo permanentemente.

—¿A qué te refieres con extraño? —Preguntó Samantha a Finnegan, quien se había quedado en silencio por un largo rato.

Su hermano estaba por contestar, pero Dumbledore se adelantó.

—El tenía... me corrijo. Tiene, extrañas costumbres, extraños pensamientos y me temo, que peligrosas ideas.

Los ojos del director revelaban cierto miedo y arrepentimiento, lo cual a Samantha le pareció extraño ya que según lo que su hermano le había contado, Dumbledore era el mago más poderoso y sabio que el había conocido además del legendario Merlín.

—Ya veo —Respondió Sam con los ojos bien abiertos. —Y el, no sigue aquí, ¿verdad?

—Créeme, —Dijo Finn—si Tom estuviera todavía en Hogwarts, ya te habrías enterado.

—¿Quién es Tom? —Volvió a preguntar la chica, curiosa. Si el nombre del que todos le temían era Tom, no parecía en verdad, un nombre que intimidase.

Dumbledore miró a Samantha. Volvió a postrarse en su asiento y Sam contempló como acariciaba a la alada criatura de plumas rojizas que se había desplazado desde su jaula hacia los brazos del director. Dumbledore, por un momento, dejó de acariciar al ave para esta vez dedicarle una mirada a los hermanos.

—Solo manténganse lejos de cualquiera de nombre Tom Riddle, de cualquiera que lo conozca, y estarán bien.

Un aire tenso recorrió el despacho del director. Luego, como si nada, Dumbledore esbozó una ligera sonrisa y se dirigió a Finnegan.

—Mañana es un nuevo día señor Whornwood, y no querrá que su hermana falte a sus clases. Sirva de buen ejemplo y váyase a dormir. Y tu Samantha; —dijo mirando a Sam con extraña fraternidad, —Piensa en un recuerdo feliz.

Sam asintió extrañada por el repentino cambio de humor de su director y siguiendo a su hermano, quien también parecía algo confundido, se dirigieron hacia los pasillos.

—¿Quien es Tom Riddle? —Preguntó Sam decidida a romper el silencio que llenaba los pasillos del castillo. Finnegan, pareció bastante incómodo por la pregunta de Samantha.
Los duros zapatos de Finnegan al golpetear el duro suelo y los murmullos de su hermana provocaban un eco inconfundible en los pasillos del castillo.

—Eso no tiene que importarte. —Respondió el joven, algo cortante para el gusto de Sam.

—El profesor Dumbledore piensa lo contrario.—Respondió la niña, sin entender por que su hermano mayor pensaba que un antiguo alumno de Hogwarts podía ser tan peligroso.

Samantha Whornwood y los merodeadores |Hogwarts primera generación|Where stories live. Discover now