Velad tras la muerte de Eltherserk, viajó al mundo humano en busca de Aztaroth e inició una gran guerra. Había pasado ya seis semanas desde que había dejado Linderfiel y por fin encontró a Aztaroth.
— No podrás contra mí y lo sabes — dijo con su imponente voz.
— No me importa, te demostraré que si puedo — dijo al invocar la Angurvadel.
— Con esa espada de tercera no podrás ganarme, yo poseo la Gram, la más grande y poderosa espada.
— Doragon protégelas — dijo Aztaroth.
— Tsk, como digas — respondió él.
Velad saltó de Dorgon y estiró sus alas negras esperando a su hijo, Aztaroth hizo lo mismo y fue hasta su padre para enfrentarlo. La batalla comenzó, Velad no se movía y Aztaroth se dedicaba a atacarlo pero él no se inmuta con los ataques de su hijo.
Aztaroth era mil veces más débil que él, simplemente no podría, entre tanto ataque el padre lanza al hijo contra el suelo creando un enorme cráter, a lo que Irisdhina y Asterisk se asustan al ver el poderío de Velad.
El hombre de cabello plateado se levanta, pero antes de incorporarse por completo recibe una patada en el rostro mandándolo a volar.
Pero siente otra patada en su espalda, era su padre que se había transportado hasta ahí, lanzándolo nuevamente contra el suelo.
— Vamos, ataca.
La Angurvadel de Aztaroth se comenzó a llenar de llamas azules y lanzó un poderoso ataque contra su padre, el cual solo estiró su mano y lo absorbió como si nada.
— Tsk, no sé cómo Eltherserk perdió ante alguien tan débil como tú.
Aztaroth recitó un conjuro y unas cadenas oscuras salieron de su mano y ataron a su padre a gran velocidad, pero como si nada Velad las cortó, y lanzó contra Aztaroth una gran cantidad de llamas.
El colocó la Angurvadel para protegerse, pero de igual manera sufrió mucho daño, habían pasado alrededor de diez minutos y Velad casi derrotada a su hijo. A la distancia se vio como unos guerreros elfos venían a luchar contra Velad, ya que si lo mataban la guerra terminaría.
— Ahora sí, mataré a la elfa — dijo mientras iba por Irisdhina.
— No te lo permitiré — dijo Aztaroth poniéndose de pie nuevamente, su cuerpo estaba adolorido y casi no podía moverse por esa razón, estaba sangrando por su boca y nariz, pero aun así continuaba. —Como dije, ¡no permitiré que las toques!
En ese momento se creó un círculo mágico frente a Aztaroth, en su interior tenía tres más pequeños formando un triángulo y cinco pequeños fuera formando un pentágono, los de afuera giraban en su propio eje hacia la izquierda y los tres de adentro hacia la derecha, el grande se encontraba inerte.
Una gran explosión fue liberada del círculo y dio de lleno contra Velad causándole daño, Aztaroth no sabía que fue ese ataque pero Velad sí, su mirada era más fría que antes y se lanzó contra Aztaroth.
Pero cambió de rumbo en un instante, atravesando a Irisdhina con su espada frente a la mirada atónita de su hija, Aztaroth trató de alcanzarlo mas no pudo y vio como ella era atravesada.
Su corazón se sumió en dolor y odio hacia su padre, lo mismo pasó con Asterisk al ver morir a su madre. El corazón de la niña palpitaba a gran velocidad, sentía como su sangre hervía, como un calor incontrolable recorría su pequeño cuerpo.
Velad hizo eso en fracciones de segundos, no le dio tiempo a Doragon de reaccionar, la elfa murió, puede que si no hubiera conocido a Aztaroth nada de esto hubiera pasado y podría estar en su jardín como todos los días y esto era lo que más le dolía al hombre, al saber que por su culpa ella había muerto.
Una gran explosión de luz se dio en ese momento, esa luz provenía del cuerpo de la niña, dos pequeños cuernos salieron de su frente y su cuerpo cambió al de una chica de unos 19 años, su ropa cambió de igual manera, llevaba un sombrero grande de punta color negro con una gema verde en el centro.
El sombrero tapaba sus cuernos, sus pechos crecieron y su cabello se tornó ondulado, el sombrero tenía una especie de cinturón donde iba la gema y dos alas como de murciélago, además de un encaje blanco y dorado.
Llevaba una capa púrpura con delineado anaranjado y un traje bastante revelador, contando con una falda negra con unas cadenas doradas y un cinturón naranja, llevaba unas pulseras naranjas en ambas manos y un traje de tela rala que cubría todo su cuerpo, que tenía algunas estrellas, llevaba una especie de top que dejaba ver se escote y un sostén rosado que se veía a través del traje de tela rala. Además llevaba unos zapatos de tacón de color negro con dorado.
Sus orejas puntiagudas se sobresalían de su cabello, sus ojos verdes se tornaron como de reptil, ella había despertado su poder demoníaco, al presenciar la muerte de su madre.
— Te mataré — dijo la chica que se veía sumamente hermosa, que obviamente había dejado salir sus poderes sin control y adquirido otra personalidad más fría.
— Vaya, así que despertó sus poderes, veamos el poder de una híbrida de elfo y demonio.
— Pagarás por la muerte de mamá.
Irisdhina había muerto, luego del ataque de Aztaroth contra su padre se había generado, no sólo afectó a Velad sino que la onda de choque separó a madre e hija y ahí fue donde Velad mató a Irisdhina, justo como en el sueño de Reiji.
La chica invocó una flauta y comenzó a tocar una melodía élfica, mataría a Velad aunque sacrificara la vida de todas las criaturas mágicas en el intento.
Así fue, se veía como los elfos se convertían en luz y se dirigían a la luna, todos y cada uno de ellos, así como las hadas y ninfas, por su parte los orcos y duendes no se convirtieron en luz.
El Rey Elfo y su reina no fueron la excepción, la chica usó la luna como catalizador para llevar las almas de las criaturas mágicas junto a su energía, la idea era introducir esa energía en ella y así matar a Velad con su poder.
Pero no salió como planeaba, no logró controlar las almas por completo y estas descendieron de la luna color celeste como entes.
Los entes en vez de entrar en ella comenzaron a crear pactos con humanos, de ahí nacieron los Guardianes.
Los Guardianes no son más que las almas de las criaturas mágicas de tiempos de antaño usadas para tratar de matar a Velad, pero no todos contrataban con humanos, los elfos más sabios eran los que daban mayor poder, El Rey Elfo, conocido hoy en día como Kyuubi.
Eve, nombre de la Reina Elfo se convirtió en alguien de igual poder que su esposo, pero despreció a los humanos y calló al lado oscuro, siendo hoy en día Lilith con el poder similar a una Deidad al igual que lo es el Kyuubi.
Las Deidades eran los sabios que habían vivido por miles de años, Asterisk Idgrafiel, ella fue quien extinguió a las criaturas mágicas de antaño y creó a los Guardianes por error.
Con el poder de la magia que antes no poseían, los humanos lograron sellar a Velad, ya que Asterisk tras usar esa técnica calló en un profundo sueño.
Lo que se conoce como Maná, es la energía de los elfos y cuando contrataron parte de la energía se esparcía por el ambiente.
Durahand fue sellada y los demonios aniquilados, el cuerpo de Velad fue llevando a una isla lejana.
Cuando Asterisk despertó fue tratada como una reina, al darles poder a los humanos, pero ella se lamentaba de extinguir su raza y las demás razas, Aztaroth estuvo siempre con su hija hasta que los humanos lo traicionaron y fue asesinado.
Asterisk al saberlo se lamentó al darle poder a los despreciables humanos y reinició sus recuerdos, se sumió en un sueño eterno en una habitación oculta del Palacio.
Muchos sabios que habían adquirido Guardianes vieron que en el futuro Velad regresaría y por medio de las almas de los elfos la profecía del renacimiento de Serinland fue escrita.
De esa manera los labios de Reiji y Mía se separaron al haber descubierto el pasado y los secretos que desconocían.
Vieron su vida pasada, pero algo más, vieron también su vida después de esa, la vida como Citrón Akasha y Yulia Kusagi. Donde sus almas despertaron pero la de Eltherserk también y el último impidió que la profecía se cumpliera, además de que no habían encontrado a Asterisk.
Pero muchas de las almas puras de los elfos fueron corrompidas por los humanos, naciendo guardianes como Cerbero o Shinigami.
Pero de las que no se mancharon nacieron Ophis, Seraph y Cherubín los Tres Grandes Ángeles Sagrados.
— Mamá, papá, ¿qué pasa? — preguntó Lily al ver las lagrimas inconscientes de sus padres.
— Nada Asterisk — dijo Mía.
— ¿Asterisk? ¿Quién es esa? — preguntó la niña ladeando la cabeza.
— No importa — dijo Reiji. —Eres nuestra Lily y nada más —expresó con una sonrisa.
Reiji volvió a besar a Mía por otros segundos más, a lo que la chica le corresponde, habían recordado sus dos vidas pasadas, en las cuales siempre eran separados y no querían que fuera igual esta vez.
Así pasaron dos días, en los cuales Mía se quedó en casa de Reiji con Lily, su pequeña hija y la creadora de los Guardianes aunque no lo recordara.
— Reiji, mi hermano envió un mensaje, el Consejo convocó a reunión a los Cinco Reyes y al Consejo de Luna Creciente, cada vez se siente que el sello se está debilitando, pero aún no saben su ubicación.
— ¿Qué haremos?
— Mi hermano me pidió ir, quiero que me acompañes.
— ¿Cuándo será?
— En cinco días, él salió hoy hacia Tierra Sagrada en carruaje.
— Tierra Sagrada, el punto que no le pertenece a nadie, ¿lucharemos contra Velad?
— Debemos hacerlo.
— ¿Qué pasa? — preguntó Lily que venía tras terminar una de sus clases.
— No es nada — dijo Mía con una sonrisa.
— Irán tras de él ¿no? — dijo la niña.
— ¿Él?
— ¿Él que papá? — dijo como si no recordara lo que dijo.
— Lily, papá y mamá tendrán que salir a un viaje — dijo Mía.
— ¿No me dejarán? ¿Si viene la señora mala? — decía con miedo.
— Ella tiene razón — expresó Reiji.
— ¡¿Piensas llevarla con nosotros?!
— No podemos dejarla.
— Pero...
— Yo las protegeré, no nos separaremos de nuevo.
Esa noche mientras Lily dormía en su habitación, ya que Mía puso una barrera. La chica rubia fue a la habitación de Reiji, el cómo siempre dormía sin camisa, la chica entró sólo con su camisón y unas bragas.
Reiji al escuchar que la puerta se abrió se alertó e invocó la Claymore que apareció en su mano.
Con Arcartis logró ver que no era más que Mía, quien entraba en su habitación así que guardó su espada.
Sentó al lado de la cama al ver que la chica venía hacia él.
Ella lo abrazó, quedando la cabeza Reiji entre los pechos de la chica, la cual lucía nerviosa.
— Aztaroth, no, Reiji te amo — dijo sonrojada. —No me importa mucho mis vidas pasadas, solo me importa este momento. Mañana partiremos a Tierra Sagrada y no sabemos se regresaremos.
— Regresaremos, no importa cómo — dijo al ponerse de pie.
— Puede que ya lo hayamos hecho, pero esta es mi primera vez — dijo al oído del chico.
— No te preocupes, haré que la disfrutes — susurró al oído de la chica.
Tímidamente Mía dejó caer su camisón, dejando descubierto sus hermosos pechos, la fragancia de la chica era exquisita para Reiji, el cual comenzó a besar uno de sus pechos y masajear el otro, con gran delicadeza.
La chica soltó un leve gemido al sentir los labios de Reiji en su pezón, ella abrazó a Reiji por el cuello mientras sentía el infinito placer, al ser sus pechos besados y masajeados de gran manera por Reiji.
Mordió suavemente el pezón de Mía, lo que la hizo soltar un fuerte gemido, su rostro estaba ruborizado completamente por el éxtasis de placer que le era dado por el hombre que amaba.
Ella comenzó a besar el cuello y luego el pecho del chico, mientras él dejaba de besar sus pechos, era el turno de Reiji de disfrutar ser besado por la hermosa señorita.
Los labios de ambos se unieron mientras jugaban con sus lenguas por algunos minutos, hasta separarse para tomar aire y nuevamente besarse de esa forma tan apasionada.
Pasaron varios minutos de besos y caricias, hasta que Reiji tomó a Mía y la colocó en su cama, la chica miraba a los ojos de Reiji con una mirada tímida y sonrojada, esperando lo que venía. Él se colocó sobre ella, comenzado a besarla apasionadamente.
Él quitó lo que llevaba puesto e hizo lo mismo con las bragas de la chica, dejando desnudo su deslumbrante cuerpo, en el cual él sería el primero, la chica esperaba ansiosa y nerviosa a la vez. Reiji comenzó a besar sus pechos nuevamente y comenzó a bajar cada vez más, hasta llegar a esa zona.
Su lengua dio un lametón que la hizo soltar un gemido impresionante, sentía como el placer recorría todo su cuerpo, mientras Reiji continuaba haciéndolo una y otra vez, haciendo disfrutar a Mía con cada beso y lamida, la chica cerraba sus piernas del placer y un líquido viscoso comenzó a salir.
Ella ya estaba preparada para lo que seguía, aunque en otra vida ya lo había experimentado, era su primera vez en esta, suavemente Reiji lo introduce en ella, haciéndose uno en ese momento, Mía sentía un poco de dolor y a la vez placer, al parecer estaba sangrando un poco.
Lo mantuvo en ella por unos segundos y luego lo sacó, para luego introducirlo nuevamente de una forma gentil y suave. Esto mientras besaba los delicados labios de Mía, ella sentía el placer que Reiji le daba y él lo cálido y estrelló de ella.
— Reiji — dijo la chica al soltar un leve gemido. —Es más grande de lo que pensé.
— Lo sé.
Así siguieron dándose placer y amor hasta que ambos llegaron al clímax y luego se quedaron dormidos con sus cuerpos unidos, los suaves pechos de Mía pegaban con el costado de Reiji, mientras la chica tenía su cabeza en el pecho de él.
La mañana del día siguiente había llegado, era la hora de partir a Tierra Sagrada para la reunión de los Cinco Reyes, el Consejo de los Cinco y el Consejo de la Luna Creciente.
Reiji se preparó para el viaje, al igual que Mía y Lily.
Llevaba su gabardina blanca con acabados en dorado y plateado, con un pantalón negro al igual que su cinturón, botas altas negras, y una camisa manga larga de noble color negra.
Portaba la Ascalón y Claymore, llevaban algunas provisiones para el viaje y se encaminaron.
Debían llegar en cuatro días máximo así que viajaban a gran velocidad, Reiji llevaba a Lily en Lyon mientras Mía volaba tras de él.
De pronto se sintió como un palpitar, un escalofrío recorrió el cuerpo de los tres, era la señal que Velad estaba pronto a despertar.
Los cuatro días pasaron rápido, más rápido de lo que se pensaba, ellos llegaron donde se realizaría la reunión.
La reunión había comenzado, estaban en total quince personas sentadas a tres mesas con cinco personas cada una.
Dos estaban viéndose entre sí y la tercera estaba en el centro, en la cual estaban los Cinco Reyes.
Primero estaba un hombre con orejas de perro, su cabello era color negro sus ojos eran púrpura, se veía imponente con su barba de candado y una armadura negra. Su nombre Kiba Inosias el rey de Espein. Al lado derecho de él estaba un niño con cabello celeste y ojos de igual color, tenía una sonrisa en su rostro, su nombre Chiiu Thulhu rey de Fair.
A su lado estaba Livius Lannzteer rey de Ventara, ya muy conocido. Al lado de este estaba un espacio vacío, al parecer el rey de Gashtar, Effisto Barthinsom no se presentó.
Por último estaba sentado un hombre de cabello azul y de ojos grises, tenía el cabello largo y una mirada amable con sus ojos entrecerrados, Deng Xiaoping rey de Jarkelia.
Estos eran cuatro de los cinco reyes de los grandes países, se veían imponentes todos sentados al lado del otro. Todos esperando que la reunión comenzara.
En la mesa del lado derecho se encontraba el Consejo de los Cinco.
Primero una hermosa mujer rubia de ojos como soles, tenía un lunar bajo su ojo izquierdo, estaba vestida con un Kimono como era habitual, tenía un total de nueve colas doradas con puntas blancas al igual que sus orejas, Tomoe Kitsune.
A su lado se encontraba un hombre de apariencia estricta y fría, sus ojos verdes como esmeralda, su cabello era plateado, Kelter Kusagi.
Al lado de este se encontraba un joven de apariencia amable, con una sonrisa en su rostro y sus ojos entrecerrados, su cabello era dorado y sus ojos verdes, Gregor Kaede.
Una mujer de cabello castaño largo, muy hermosa pero con una mirada manipuladora y calculadora, se encontraba al lado de Gregor, Santelizer Bartherion.
Por último había un hombre de cabello verde, parecía muy torpe y débil comparado con los demás que estaban a su lado, sus ojos eran amarillos y por parecía que estaba preocupado, Long Sheng.
Por último en la mesa frente a esta se encontraban otras cinco personas, siendo los del Consejo de Luna Creciente.
La primera era una hermosa mujer de cabello castaño oscuro, a la cual tenía su flequillo le tapaba su ojo derecho, tenía dos orejas de gato color café, ojos amarillos y un total de cuatro colas, ella también estaba vestido con un Kimono pero este era negro con dorado, Nekohime Isneko.
Una bella mujer de piel un poco morena de cabello corto y ojos púrpura estaba a su lado, llevaba un traje negro con partes de armadura dorada, unas en su cabeza que la hacía parecer orejas de conejo, traje dejaba ver parte de sus senos, tenía en sus brazos algo que parecía dos alas doradas filosas, el traje dejaba al descubierto sus bellas y largas piernas y llevaba unas sandalias, la parte baja del traje estaba dividido en tres, dejando la parte de adelante parecida a un taparrabos (Parecía egipcia) y tenía unas pulseras doradas, Dalila Arafat.
Un hombre de cabello rojo y ojos azules estaba sentado a su lado con los brazos cruzados, Isaac Akasha.
La mujer a su lado tenía el cabello color castaño claro y llevaba una coleta, parecía como si no le importara esto, Emilia Wilther.
Por último estaba una mujer vestida de negro, su cabello era negro y largo, sus ojos eran azules, Shiien Xialing.
Con todos presentes la reunión está por comenzar, la reunión en la cual se decidirá el destino de Kenta, por la amenaza latente del despertar del Rey Demonio Velad.