—Luke, chico, ven aquí por favor. —se dirigió hacia Luke para tomarlo del brazo y dirigirlo hacia la cocina en donde se encontraba Michael esperando impacientemente.
Michael estaba sentado en el bar que había en la cocina de los Clifford, claro que él no estaba tomando su papá no se lo permitirá hasta cumplir los 21 años. Solo estaba esperando para que su padre le presenté al guardaespaldas. Ya lo imaginaba un viejo regordete con poco cabello, o un negro de dos metros. No quería ni pensarlo.
Pero, todos esos pensamientos se esfumaron cuando vio a su papá caminar con un chico muy alto, con cabello rubio y con los ojos tan azules como los de el mar, Michael se hubiera quedado viéndolo todo el día, si no hubiera sido porque su papá lo llamo, haciendo que saliera del trance en el que estaba por haber estado viendo a tal chico.
—¡MICHAEL! —grito su padre al ver que su hijo no reaccionaba.
—¿Ah? ¿Qué pasó? —Michael estaba desconcertado.
—Pasa que no respondías, ¿estás bien, hijo? —pregunto a lo que Michael asintió con la cabeza—. Bueno, él es Luke —dijo señalando al chico—, el es la persona que cuidara de ti, y quizás hasta te enseñe cómo defenderte, eso lo veremos después, aunque no creo sea necesario ya que Luke siempre estará contigo.
—E-está bien —respondió algo nervioso, porque desde que su padre le había presentado a Luke, esté no le quitada la mirada de encima. Y eso hacia que su nerviosismo solo aumente.
—Bien, ahora ve y enséñale a Luke el resto de la casa, yo tengo que ir a la empresa, volveré hasta la noche así que tienes tiempo suficiente para enseñarle todo a Luke.
(...)
—Bien, este es el jardín, y por aquí tenemos la piscina —Michael hablaba en voz alta.
—Si, lo sé, lo ha estado repitiendo como cinco veces, joven Michael —comentó.
—Bueno, sigamos por aquí.
—Como usted diga, joven.
Ambos jóvenes entraron de nuevo hacia la mansión por la puerta principal. Luego subieron las escaleras que llevaban hacia la habitación del menor. Michael abrió la puerta de su cuarto y se sentó en su cómoda cama.
—Bien, está es la última habitación y es mi favorita, obviamente porque está claro, es mía —mencionó cruzando ambas piernas—. Puedes retirarte ahora, yo seguiré aquí.
—Como usted ordene, estará abajo por si me necesita.
—Si, si, como sea; ahora vete —dijo haciendo un ademán con la mano para que él blondo se retirara.
Luke se dio la vuelta saliendo de la habitación del menor soltando un suspiro.
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