TSUKKI
Hoy es mi cumpleaños, Akiteru ha venido visitarme y hemos pasado el día juntos e, inesperadamente, lo he pasado bien. He recibido muchas llamadas y mensajes, pero ahora, en la soledad de mi habitación, intento no darle vueltas al asunto de que Tadashi no se haya molestado en enviarme un mensaje si quiera. Sí, es cierto que cuando Tanaka me preguntó le dije que no me importaba, pero ¿tanto daño le he hecho como para que lleve casi un año sin hablarme? Me quito las gafas, las dejo sobre la mesilla de noche y cubro mi cabeza con la almohada. ¿Por qué este sentimiento? Nunca he necesitado a nadie, nunca he dependido de la compañía de alguien para estar tranquilo. O eso es lo que pensaba..., él siempre estaba ahí, así que ¿cómo podría haber sabido que no necesitaba a nadie si él estaba a mi lado en todo momento?
Empiezo a sospechar que esto es más complicado de lo que en un principio era.
YAMAGUCHI
"Querido Tsukki:"
No, creo que no es la mejor manera de empezar una carta dirigida al chico menos cariñoso de Japón. A ver de esta forma...
"Hola Tsukki:"
No, de esta forma tampoco, ¿"hola" después de meses sin hablarle? Lo más probable es que me mande a la mierda.
"Kei:
Es difícil comenzar esta carta. No sé si durante todo este tiempo..."
Cojo la hoja, la arrugo y la tiro a la basura. ¿Qué hago? ¿Por qué siempre tengo que ser yo el que vaya detrás? Tal vez me arrepienta de no enviársela, pero mi ira no hace más que aumentar conforme escribo y, seguramente, escriba cosas de las que sí llegue a arrepentirme.
Intento dormirme pensando en cómo habrá pasado este día tan importante...
Lo siento, Tsukki.