Deseo... deseo

EmmsLine tarafından

136K 16.2K 3.5K

«Deseo poder leer la mente de Rodrigo» Un soplo y las velas se apagaron. ¿Qué es mejor que saber qué piensa... Daha Fazla

Hey, lean :)
Prólogo
Capítulo I
Capítulo I. p2
Capítulo I. p3
Capítulo II
Nota
Capítulo II. p2
Capítulo II. p3
Capítulo III
Capítulo III. p2
Capítulo III. p3
Capítulo IV
Capítulo IV. p2
Capítulo IV. p3
Capítulo V
Capítulo V. p2
Capítulo V. p3
Capítulo VI
Capítulo VI. p2
Capítulo VII
Capítulo VII. p2
Capítulo VII. p3
Capítulo VIII
Capítulo VIII. p2
Capítulo VIII. p3
Capítulo IX
¡Feliz año!
Capítulo IX. p2
Capítulo IX. p3
Capítulo X
Capítulo X. p1
Capítulo X. p2
Capítulo especial
Capítulo X. p3
Capítulo XI. p1
Capítulo XI. p2
Capítulo XI. p3

Capítulo VI. p3

3.2K 389 39
EmmsLine tarafından

—Amm, ¿no?

—¿No? ¿Estás segura?

—¿Sí?

—¡Zara! No estoy jugando —me llama la atención. Pero, ¿qué se supone que diga?

—Saben, creo que es hora de irme. Perdón si cause algún malentendido —Ugh.

—Te acompaño a la puerta, prima —Esquivé a mi mamá y caminé hasta la puerta junto con Kimberli.

Ella susurró un 'lo siento' tan falso como su sonrisa. Cerré la puerta con fuerza para después girarme y encarar a mi mamá de nuevo. De esta no saldría librada. Ella tenía la mirada seria, los labios apretados y los brazos cruzados, si no me equivoco, cada vez que hace eso es porque se está debatiendo entre castigarme o dejarlo pasar.

—¡¿Qué te pasa perro?! —Escucho a Kimberli gritar. La curiosidad me pica, entonces corro a la ventana y me asomo —. Y tú, tarada, cuida más a tu perro.

La escena es graciosa, demasiado.

Kimberli está tumbada en la banqueta con su falda cubierta de lodo y encima de ella hay un perro enorme lamiéndola. Se lo merece.

De repente, la dueña del perro se prepara para decir algo. Ahora su rostro no es, para nada, amigable. Hasta parece que le van a explotar los ojos del coraje.

—Quizá pensó que eras una perra, ese olor se puede distinguir a metros.

Me tapo la boca, totalmente sorprendida. Esto es lo mejor que jamás he visto y escuchado, por fin alguien dice la verdad. Ahora la chica esa me cae bien, pero no me gustaría ser su amiga, quién sabe cómo será su carácter con los demás.

—¿Qué está pasando ahí afuera? —pregunta mi mamá acercándose a mí.

—Ese perro le saltó encima a Kimberli —le contesto riendo. Ella me mira furiosa pero luego sonríe. Esa es mi mamá. Adoro cuando se pone de mi lado, aunque creo que el castigo se alargará aun así.

—Deberíamos ayudarla, ¿no crees?

—Nah, estará bien —le digo restándole importancia a la situación.

—Con permiso, me alejo—le dice la dueña del perro —. Además, es sólo lodo, madura.

Debería quedarme callada, pero...unas cuantas palabras no le harán daño a nadie.

—Andando, Boris —grita la chica —. Quizá le pegues las pulgas —Demasiado directa y prepotente. El perro, Boris, la obedece y va corriendo tras ella.

Kimberli pega un grito de frustración mientras se levanta de la banqueta. Se nota que está enoja, además, no la culpo; su ropa era bastante bonita y yo me enojaría si me la mancharan así.

—Oye Kimberli —grito entre risas desde la ventada —. Deberías seguir el consejo de la chica —sigo riendo —. Tienes que madurar, y madurar consiste en no meterte en relaciones ajenas.

Kimberli gira y me mira de reojo antes de irse a su casa. Ojalá no vuelva en un largo tiempo, pues lo único que sabe hacer es causar problemas.

(...)

—¡¿Un mes más?! ¿Hablas en serio? —pregunto enojada. Creí que aumentaría sólo una o dos semanas pero, ¿cuatro? No era justo.

—Muy en serio. Así que prepárate para hacer muchas compras, arreglar la casa y tu cuarto.

—Pero, no...

—Sin peros —Tomo mi mochila y la pongo sobre el sofá, lista para hacer tarea.

Antes de que me siente, tocan el timbre y yo me apresuro a abrir. Durante el trayecto casi me tropiezo con mi pantalón, gracias a que hoy decidí ponerme uno acampanado, no porque no tuviera otros sino porque amo como me quedan, aunque tienen sus consecuencias.

—Hola —me saluda Rodrigo con su, ya normal y bella, sonrisa.

—Hola. Pasa.

—Me gusta cómo te ves hoy —me comenta mientras pone su brazo sobre mis hombros. Su olor a colonia me deja tonta por un segundo.

—Gracias. Tú te ves genial hoy.

Ambos no sentamos en el sofá y sacamos nuestras respectivas libretas. Estamos a punto de comenzar a estudiar cuando mi mamá entra a la sala con una bandeja llena de galletas.

—Gracias, mamá.

Espero a que ella se vaya para poder continuar, pero no lo hace. Sólo se nos queda viendo muy raro, me da a entender que algo anda mal.

—¿Pasa algo? —le pregunto algo asustada.

—No, no, no...Bueno, sí. Voy a hacerles una pregunta y quiero que la respondan.

—Para eso se hicieron las preguntas ¿no? —le contesto con humor mientras como una galleta. Ella me mira expectante y yo me retracto —. Está bien, ¿qué pasa?

—¿Son novios?

Escupo un poco de la galleta para después cubrirme la boca, un poco avergonzada. ¿Por qué nos hace esa pregunta?

Rodrigo está casi tan rojo de la cara como yo.

Pero, de alguna manera, agradezco que nos haya hecho esa pregunta. Dejaré que Rodrigo conteste, para así saber exactamente qué es lo que quiere. Mi mamá se turna para mirarnos con los ojos llenos de brillo y diversión, yo espero a que Rodrigo diga algo así que también lo volteo a ver.

—Bueno... —comienza él. Yo me giro y acomodo mi pierna para poder tener una mejor vista —. No somos novios.

—Oh —responde mi mamá, decepcionada y aunque no lo quiera admitir, yo también lo estoy un poco. Creí que diría algo más que eso, no sé qué, pero cualquier cosa más.

—Pero... —continúa Rodrigo.

—¡¿Pero?! —Ay madre.

—Ella me gusta mucho, así que espero que pronto lo seamos.

Y eso es lo que esperaba.

—Qué lindo. Entonces los dejo, tengo muchas cosas que hacer —Y sin más, se va tan veloz como un leopardo.

Yo agarro de nuevo mi libro y lo abro en la página indicada.

—Bien, página cuarenta y dos... —empiezo a decir pero noto que Rodrigo no está poniendo atención.

—Me sorprende que tu mamá nos haya preguntado eso.

—¿En serio? A mí no. De acuerdo, página...

—Creí que te quería ver al lado de Marcos y no del mío —Cierro el libro y lo dejo sobre la mesa.

—La verdad es que mi mamá me quiere emparejar con cualquier chico guapo que entre a la casa —le digo con poca importancia. Se supone que eso hacen las mamás cuando sus hijas nunca tienen novio, o bueno, eso es lo que hace la mía.

—¿Estás diciendo qué Marcos es lindo y qué han entrado más chicos a tu casa? —pregunta mientras pone sus cosas a un lado.

—¿Y qué si digo que sí? —lo reto.

—No, nada... ¿Decías página cuarenta y dos? —Su tono se escuchó sarcástico. Tal vez dije algo malo, pero no sé qué.

—Rodrigo...

—¿Qué? —contesta con voz malhumorada. Yo no le voy a aceptar eso.

—Nada —contesto de la misma manera.

Eso pensé.

—¿Disculpa?

—¿Ahora qué?

—¿Por qué te molestaste?

—Yo no me molesté. Es sólo que...olvídalo, mejor continuemos estudiando ¿sí? —dijo mientras me abrazaba y me besaba la cabeza. Loco, bipolar.

(...)

Ambos estábamos en el jardín trasero, platicando acerca de Kimberli y el escándalo que había hecho por culpa del perro.

Si seguías un camino a través de mi jardín, podías llegas a un pequeño lago. A veces iba ahí con Rosa, y si hacia demasiado calor nadábamos un rato. Aunque en la noche daba un poco de miedo, se escuchaba cuando crujían las ramas de los árboles y los arbustos se movían solos.

—¿Quieres ir un rato al lago? —le pregunto a Rodrigo. Él se levanta y me tiende la mano.

—Vamos. Yo de ser tú, estaría ahí todo el día.

—Hay cosas más importantes que hacer.

Veo que él se agacha y se queda en esa posición durante un largo rato. Yo sólo lo observo un poco confundida ¿qué está haciendo?

—Sube, yo te llevo.

—¿Estás bromeando? No me puedes.

—Sí te puedo. Anda, sube.

—No me hago responsable de nada.

Con cuidado, me subo al tronco para poder acomodarme mejor. Una vez que estoy arriba, pego un pequeño salto y me subo a la espalda de Rodrigo. Envuelvo mis piernas y manos en su cuerpo.

Pesa más de lo que creía —Me río en vez de tomarlo a mal. Yo sé que no soy la más delgada y tampoco me gustaría serlo.

Él comienza a caminar a través del pequeño campo que hay para llegar al lago. Yo disfruto de la vista, tanto la del lago, como la de Rodrigo.

Cuando el casi se tropieza, de manera instintiva lo abrazo más fuerte y pego mi rostro a su cuello. El resto del camino continúo de esa manera.

—¿Puedes dejar de hacer eso?

—¿Qué cosa? —le pregunto —. ¿Esto?

Le soplo un poco en su cuello. Puedo ver como se le eriza la piel y su cuerpo se pone tenso.

—Zara...

Con mi mano, trazo algunos círculos en la parte delantera de su cuello y después bajo un poco por su pecho. Creo que me puse más nerviosa yo que él al hacer esto, así que dejé de hacerlo.

De repente, escuché un fuerte ladrido. Y en menos de dos segundos, ambos estábamos tirados en la tierra. Las palmas de mis manos ardían al igual que mi codo derecho.

—Zara, ¿estás bien? —me pregunta Rodrigo mientras me ayuda a ponerme de pie.

—Eso creo. Sólo fueron algunos rasguños, ¿qué pasó? —pregunto confundida. No debería haber un perro por aquí.

Obtuve un ladrido como respuesta. Había un perro hermoso y grande, aunque cubierto de lodo y hojas.

—¡Qué travieso eres, amigo! —Rodrigo se agachó mientras le rascaba la oreja al perro —. Ahora que lo recuerdo, una chica linda te estaba buscando.

—¿Disculpa? —pregunté indignada.

—Ojo por ojo.

—Qué gracioso. Tal vez deberíamos irnos, está empezando a oscurecer y ahora tenemos que entregar el perro a su dueña.

—¿A su dueña la linda?

—Sigue así Rodrigo y no obtendrás nada más de mí —Comencé a caminar y el perro me siguió. Todo el camino, el gran animal iba jugando conmigo y al final terminé llena de lodo, no me quejaba, de todas maneras tendría que ducharme después.

No pasaron ni diez minutos desde que llegamos a mi casa, cuando tocaron el timbre con urgencia. Salí corriendo a abrir, dejando a Rodrigo con el perro.

—¡Hola, hola! Escuché unos ladridos. Mi perro se perdió y quería saber si de pura casualidad lo habían encontrado —Era la chica que insultó a Kimberli. Yo sabía que conocía a ese perro de algún lado.

—Sí, sí, sí. Lo encontramos cerca del lago. Pasa —le digo haciéndome a un lado.

Ella entró con urgencia hasta la sala y cuando lo vio, corrió hasta él y lo abrazó con mucha fuerza. Empezó a susurrar una que otra palabra y el ladraba como si le entendiera perfectamente.

—Muchas gracias por cuidarlo. En serio —nos dice mientras camina hacia la puerta.

—No es nada. Nos alegra haber ayudado —Ella lo tomó de su collar y caminó hasta la entrada.

—Espero verlos por ahí pronto. Gracias de nuevo.

—Un placer. Adiós.

Cerré la puerta y regresé a la sala. Rodrigo estaba de pie y con su mochila en su espalda.

—Sí era linda —le digo de repente.

—¿Qué? —pregunta con confusión.

—La chica, era linda.

—Oh... sí, eso creo —Caminó hasta la puerta y se despidió de mí.

—Pero no más que tú —dijo antes de darme un beso en la frente e irse.


•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Volví :o

Subí una nueva novela, esta es más seria y totalmente diferente a Deseo...deseo.

Espero que se pasen. Será perfecta para los que les guste llorar, sufrir y sorprenderse.

Bye ;)

Okumaya devam et

Bunları da Beğeneceksin

14.7K 786 10
TRADUCCIÓN DE WE ARE. Nuestro primer encuentro puede que no sea tan impresionante. Pero si nos encontramos la próxima vez "¡¡¡Definitivamente te sald...
60.6K 1.8K 49
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
37.4K 2.1K 17
La vida universitaria no es buena para todos, he oído, pero para mí es perfecta, te preguntarás por qué, y es fácil. Estoy descubriendo la carrera de...
106K 5.9K 161
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...